En Nochebuena

JunMyeon cruzó despacio la cocina reformada con el jamón caramelizado. Iba a ponerlo en la mesa del comedor, pero SeHun se interpuso en su camino y le arrebató la bandeja de las manos.

–¿Qué haces? No debes cargar peso. –exclamo SeHun asustado.

JunMyeon suspiró y puso los brazos en jarras. Estar embarazado de siete meses era mucho más complicado de lo que se esperaba, pero JunMyeon estaba bien.

–Solo estoy embarazado no cuadripléjico. –regalo JunMyeon luciendo adorable a los ojos de SeHun–. Soy perfectamente capaz de hacer muchas cosas.

SeHun dejó la bandeja en la mesa y se volvió hacia JunMyeon.

–Ya lo sé. Eres capaz de hacer cosas increíbles, esposo mío. –SeHun lo besó en los labios–. Pero preferiría que te divirtieras con tus amigos en lugar de estar en la cocina.

–De acuerdo. –dijo JunMyeon–, pero ven conmigo. Ya he sacado toda la comida y estamos listos para comer.

De la mano, entraron en el salón del que ahora era su nueva casa. Estaba situada en Busan, corea del Sur, ambos habían decidido instalarse ahí para el nacimiento de su primer hijo. Los padres de JunMyeon, Matthew y jiwoo habían estado encantados. La madre de SeHun los visitaba regularme.

JunMyeon estaba encantado de que la vieja casa fuera su hogar. Corea era el lugar en donde JunMyeon conservaba los recuerdos más felices de su infancia. Además, que era un nuevo inicio para la pareja. China, era maravilloso, había servido para que ambos se encontraran, pero las circunstancias que siguieron después no eran tan buenas para recordar y vivir en ese ambiente.

El resto de los socios de las empresas de SeHun y la empresa donde trabajo JunMyeon como editor charlaban cerca de la chimenea.

–La comida está lista. –anunció JunMyeon.

–Tenías que haberme dejado que te ayudara. No había necesidad de que te encargaras tú solo de la cena. Sé lo que es cocinar cuando se está embarazado de siete meses. –declaro la madre de SeHun siendo la primera en levantarse.

–Estoy bien, tú siempre cocinabas cuando estábamos allá en la isla. –recordó JunMyeon–. Ahora me toca a mí. Puede que me falte práctica en lo referente a la Navidad, pero soy capaz de preparar la cena.

–Muy bien, pero nosotras fregaremos los platos. –anuncio Matthew, su padre.

–Desde luego. –intervino Jiwoo–. No vas a levantar ni una cuchara.

–No voy a pelearme con ustedes por eso. Odio fregar los platos. –bromeo JunMyeon.

Pasaron todos al comedor hablando y riendo. Se sentaron alrededor de la mesa.

A JunMyeon le costaba creer cuánto había cambiado su vida desde que acepto hacer la bibliografía de Luhan.

–Quisiera agradecer a todos de estar aquí, con nosotros esta noche, en la cena de Nochebuena. Estas fiestas son para pasarlas en familia y con amigos, y son muy importantes para JunMyeon y para mí. –SeHun alzó la copa–. Feliz Navidad.

–Feliz Navidad –se desearon todos.

¡Seis años después! Seis años que habían pasado volando. Eun-woo nació faltando un día para cumplir con los nueve meses asustando a sus padres quienes habían ido a pasear la playa. Soomi lo siguió año y medio después y el pequeño Sunghoon había nacido el año pasado.

Los tres niños eran la clara mezcla de sus padres y SeHun estaba tan feliz con su vida que todos los días daba gracias al cielo porque le hubiera tocado la lotería cuando le permitió conocer a JunMyeon en aquel aeropuerto.

—Tengo tres centímetros más de cintura que cuando te conocí. — se quejó JunMyeon sacando a SeHun de sus pensamientos.

—Uno por cada hijo conejito. —contestó SeHun—. Hay cosas que exigen ciertos sacrificios.

—¿Y tú qué has sacrificado? —se burló JunMyeon.

—Mi libertad —rió SeHun—. ¡El sacrificio más grande que un hombre puede hacer! ¿Vienes a la cama o tengo que ir a buscarte?

—Ven a buscarme. —lo desafió JunMyeon.

En un abrir y cerrar de ojos, SeHun se levantó de la cama, lo tomó en brazos y se tumbó sobre JunMyeon. Hicieron el amor de manera dulce y apasionada, como siempre. SeHun movió las caderas, profundizó lentamente, se retiró y repitió la maniobra. Una oleada de excitación se concentró en la pelvis de JunMyeon llevándolo a contraerse alrededor de su cuerpo, momento que SeHun aprovechó para introducirse más en su interior, emitiendo un gruñido de apreciación.

El delirante y oscuro placer volvió a envolver a JunMyeon poco a poco, tensando sus músculos internos y desbocándole el corazón. SeHun incrementó el ritmo y la fuerza de la penetración, y sus cuerpos se enfrentaron con urgencia, mientras JunMyeon se elevaba lentamente hacia la cima de un nuevo orgasmo.

Cuando llegó, fue tan intenso que SeHun se estremeció y revolvió, al tiempo que dejaba escapar un grito. Después, JunMyeon pensó que no podría volver a moverse nunca, porque su cuerpo estaba sumido en un delicioso estado de agotamiento. SeHun depositó un beso sobre su nariz, y se movió a un lado, liberándolo del peso de su cuerpo.

—¿No estás dormido mi amor? —le preguntó SeHun en la oscuridad.

—¿Por qué no me cantas una nana? —sugirió JunMyeon recuperando la respiración.

Aquello hizo reír a SeHun.

—Me parece que tengo un remedio mejor contra el insomnio.

—Y luego dices que soy yo el insaciable... —lo acusó JunMyeon, colocándose a horcajadas sobre él.

—Estaba pensando que podríamos ir por un centímetro más de cintura. —comentó SeHun—. Me encantaría tener otro niño.

JunMyeon arqueó la espalda disfrutando de sentirlo de nuevo en el interior de su cuerpo.

—A lo mejor, con un poco de suerte, conseguimos tener mellizos esta vez. —contestó JunMyeon—. Niño y niña. Cinco me parece un buen número.

—Claro que, por otra parte, podríamos seguir hasta que tuviéramos un equipo de fútbol completo. —jadeo SeHun—. Piénsalo conejito...

SeHun le dio la vuelta y se tumbó sobre JunMyeon besándolo con tanta pasión, que a JunMyeon se le olvidó lo que iba a decir. Seguramente, no sería nada importante. 

*************

Muy corto lo sé, prometo que tendra segunda parte