EL resto del día fue bastante desagradable para JunMyeon. A pesar de su decisión de no pensar en SeHun no podía apartarlo de su mente. Cada vez que daba la vuelta a una esquina en el hotel esperaba encontrárselo, y cuando comprendía que se había marchado la sensación de decepción era abrumadora.

Era una estupidez, y JunMyeon lo sabía. Sobre todo, después de aquella conversación en el vestíbulo del hotel. Sin embargo, hablar con SeHun lo hacía revivir. SeHun era un hombre de experiencia, por supuesto, ésa era la causa. Tenía la habilidad de hacer sentir a las personas que estaba interesado por ellas. Lo cierto era que no recordaba haber disfrutado nunca tanto hablando con ningún hombre.

Y eso, en el fondo, era patético además de ridículo, pensó JunMyeon mientras yacía tenso en la tumbona junto a la piscina aquella misma mañana. Estaba dejando que interfiriera en su trabajo un hombre que, sabía, se relacionaba con otro hombre. Más aún, SeHun era el amante del hombre al que había ido a estudiar. Si se lo tomaba en serio corría incluso el riesgo de perder el proyecto. Aquel día decidió no salir del hotel. Cuando llegó el momento de pensar en la cita con Yixing casi se alegró de tener algo que hacer. Podía haber pasado el día trabajando, pero le resultaba imposible concentrarse. Sólo podía imaginar a Luhan en brazos de SeHun...

Por la noche se vistió con un short hasta los tobillos y un top. Se lavó el pelo después del baño en la piscina y se lo paso con los dedos para darle una apariencia fresca y despreocupada que combinaba con su ropa. Su aspecto resultaba satisfactorio, se dijo mirando su reflejo en el espejo.

Pero desde luego no podía competir con la belleza de Luhan, admitió JunMyeon mientras en su mente volvía a colarse una imagen que había tratado de borrar durante toda la tarde. No podía evitar preguntarse qué opinaba SeHun de él y por qué lo había abordado en el vestíbulo. ¿Qué esperaba conseguir con aquel juego?, se preguntó. Quizá sencillamente le gustara vivir al borde del peligro, se dijo. No podía creer que fuera cierto lo que SeHun le había dicho.

El teléfono sonó mientras se ponía los zapatos con algo de plataforma para así no verse tan bajito. El corazón se le aceleró. No podía ser SeHun, pensó. Sin embargo, su voz sonó ahogada al contestar:

—Hola. —susurro JunMyeon sintiendo el palpitar de su corazón.

—¡JunMyeon! —hablo Yixing emocionado.

—Yixing. —dijo JunMyeon mientras su pulso se desaceleraba.

—¿Y quién creías que era? ¿Quieres que suba? —cuestiono Yixing con un obvio tono seductor.

—No. —se apresuró a contestar JunMyeon—, no te molestes, yo bajaré.

—No tardes cariño. —añadió Yixing decepcionado.

JunMyeon colgó el teléfono preguntándose si había hecho bien. Lo mirase como lo mirase estaba en manos de Luhan, recapacitó. Fuera donde fuera donde cenasen, iba a estar a solas con Yixing. JunMyeon echó un vistazo al reloj y vio que faltaba un cuarto de hora para las siete. Quizá Yixing lo hubiera planeado así, pensó. Quizá esperara que lo invitara a una copa en su habitación. No tenía sentido hacerle esperar, así que bajó. Sin embargo, sentía que estaba cometiendo un error.

—¡JunMyeon! —lo llamó Yixing. JunMyeon estaba preparado, de modo que cuando Yixing fue a besarlo en la boca volteo la cara—. Ay JunMyeon. —murmuró ronco apartándose ligeramente para mirarlo—. Tienes un aspecto estupendo, no puedo creer que fuera tan estúpido como para dejarte escapar.

JunMyeon se esforzó por sonreír y se soltó.

—No puedo creer que estés aquí. —comentó Yixing una vez que estuvieron sentados en las banquetas frente a la barra. Yixing había tratado de llevarlo hacia un rincón, pero JunMyeon se había adelantado y había tomando asiento—. Algo de soju, ¿verdad conejito? Como ves, me acuerdo.

¿Es que era siempre tan predecible?, se preguntó JunMyeon calculando que llevaba diez años bebiendo lo mismo.

—Mm... no, preferiría una copa de Vino de arroz. —contestó JunMyeon a pesar de no beber nunca combinados.

Yixing lo miró sorprendido antes de pedir las bebidas.

—Así que..., aquí estamos otra vez. —comentó Yixing dando un largo sorbo de su whisky doble—. Es como si nunca nos hubiéramos separado.

—Bueno, no exactamente. —murmuró JunMyeon.

—Está bien, está bien. —contestó Yixing dando otro trago— Sé que ha corrido mucha agua desde aquellos tiempos, los dos hemos tenido tiempo de lamentar nuestros errores. Pero ahora estamos aquí y eso es lo que importa. Eso demuestra que algo ha sobrevivido a nuestra separación. Puede que no seamos capaces de olvidar el pasado, pero podemos perdonar...

—Yixing... —advirtió JunMyeon.

—Sé lo que vas a decir. —contestó Yixing haciendo un gesto con la mano como de conciliación mientras con la otra se llevaba el vaso a los labios y terminaba la copa. Luego le indicó al camarero que le sirviera otra—. Lo mismo, por favor. Pero créeme, JunMyeon he aprendido la lección. ¡Y muy bien!

—Yixing, yo...

—Otra vez lo estás haciendo. —renegó Yixing.

—¿Haciendo qué exactamente? —cuestiono JunMyeon con impaciencia.

—Juzgándome antes de saber qué es lo que voy a decir. —el camarero le trajo otro vaso y Yixing dio un trago antes de continuar—. No estás seguro de poder confiar en mí y lo entiendo. Acabamos de encontrarnos y, naturalmente, estás nervioso. Pero te juro por mi vida JunMyeon que lo que te digo es cierto.

JunMyeon decidió no contestar. Si sentía algo por Yixing era lástima, no amor. Yixing lo miraba esperando algún comentario, así que JunMyeon buscó algo que decir.

—Mm... ¿Vienes aquí a menudo? Es un hotel muy bonito. —hablo JunMyeon para aligerar el tenso momento.

—Supongo que sí. Carece de carácter, como casi todo lo de aquí. —respondió Yixing sin mucho interés—. Un techo de vigas de madera y una hoguera al aire libre y sería feliz.

—¡Un techo de vigas de madera y una hoguera al aire libre! —repitió JunMyeon incrédulo—. ¡Y lo dice un hombre incapaz de permanecer en un refugio por miedo a que se le caiga el techo!

—¡Lo ves! —exclamó Yixing con el rostro iluminado—. ¡te acuerdas! Fue en nuestro primer aniversario, ¿no?

—Sí. —suspiró JunMyeon con melancolía—. Supongo que incluso entonces ya éramos incompatibles.

—No... —sentencio Yixing.

—Sí. —lo interrumpió JunMyeon resuelta—. Me imagino que en aquella época estaba ciego Yixing, nunca olvidaré los años que pasamos juntos, pero no quiero volver a empezar.

—Ya, comprendo. —murmuró Yixing con el rostro ensombrecido de nuevo—. Vas a castigarme. No es suficiente con que te confiese lo que siento, a pesar de todo estás decidida a hacérmelo pagar.

—Por favor, no seas estúpido Yixing. —contestó JunMyeon impaciente—. Siento mucho que las cosas no te hayan ido bien con Luhan, pero no es culpa mía.

—¿Es que acaso he dicho yo que lo fuera? —preguntó Yixing volviendo a pedir otra copa al camarero—. Llénela. Tengo una mesa reservada para las ocho.

—¿Para las ocho? —inquirióJunMyeon.

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Bueno junmyeon esta pasando una transicion, lay le pidio el divocio asi de manera repentina y se fue a china, su relacion no se cerro como en "segunda oportunidad" pero aca si junmyeon a medida que más trata a Lay se da cuenta que no lo ama, durante esos cinco años junmyeon creyo amarlo y que lo tenian era hermoso, pero ahora ya se esta dando cuenta que lo que tuvieron fue como una fantasia. 

Eso es lo que pasa cuando ya no hay amor,  puedes ver a esa persona que una vez amaste  y te lastimo sin esas emociones.