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Capítulo 29

—¿Nos seguirá todo el día? —susurra Linda a mi oído intentando no ser escuchada por mi hermano quien detrás de nosotros miraba las locaciones de la nueva sede. —es bastante incomodo su presencia... tiene cara de pervertido.

Sonrío ignorando que habla de mi hermano. Viendo su cara picara y mirada socarrona me doy cuenta que puede tener razón. No obstante, sé que lo hace apropósito ha notado que Linda no está acostumbrada a tener a alguien vigilando sus pasos.

—Si te hace sentir mejor yo no me he acostumbrado —comento entrando a la que sería mi área de trabajo —respondiendo a tu pregunta—sigo diciendo al notar que alza la ceja molesta en espera de una respuesta —está aquí por el tema de seguridad, en unos minutos cuando se aburra de fingir demencia se irá.

Linda mira de reojo y Jason muestra su mejor sonrisa. El pobre se aburre de estar todo el tiempo a mi lado, mi asistente es la su hora lúdica. Gira sobre sus talones y avanza hacia los ascensores, ante la mirada molesta de mi asistente.

—¿Segura que es normal? —me pregunta y me encojo de hombros.

—Pasó la prueba psicológica, imagino que si —contesto, mi compañera resopla girando en sentido contrario y murmurando que irá a averiguar si han llegado los muebles.

Cada aérea se ha hecho responsable a su piso, es quizás la mejor manera de avanzar y empezar a trabajar en el menor tiempo posible. Mi padre y Gregory están al pendiente de los detalles, en un par de días tendré que ir a América y dirigir desde allá. No es que me agrade tener que enfrentar a Emma, pero no tengo otra opción y confío en que el matrimonio le haga recuperar la razón.

—Isabella —me llama mi hermano asomando la cabeza en la puerta.

Detengo mi avance hacia el hombre que en enterizo negro es el encargado de las cámaras y giro sobre mis talones. Mi piso solo tiene decorado en su totalidad, la zona de archivos es la única instalada. Todo lo demás esta sin amoblar, estamos a la espera del personal a cargo de la mudanza para instalarnos y poder programar mi viaje a casa.

—Nos iremos mañana jueves en la tarde, la excursión inicia el sábado...

—Creí que era mala idea...—sonríe y me hace un guiño mientras mira algo en su móvil y regresa su mirada a mí.

—Logré convencerle —responde con fingida modestia —no me defraudes—finaliza apuntando su dedo índice y haciendo un guiño antes de perderse de nuevo por los pasillos.

El resto del día soy yo intentando contactarme con Gadien sin mucho éxito. El temor que algo malo estaba pasando aumentaba conforme las horas pasaban. Al llegar al apartamento no hay rastros de él, si algo malo hubiese sucedido, su familia me llamaría y ese pensamiento logra calmarme.

Veinticuatro horas después, estoy tocando la puerta del apartamento sin encontrar respuestas. Bajo a recepción en donde me dicen que no ha regresado hace más de un día, acompañado por Galilea. Lo siguiente que me dicen estruja mi corazón y hace que mi piel se erice.

—No creo que vuelva, entregó el apartamento —finaliza el guarda volviendo a revisar el PC y lo gira hacia mi —acaban de ponerlo en arriendo.

—Gracias —le digo simplemente y doy media vuelta alejándome.

Subo nuevamente y tomo el móvil intentando marcarle, pero no hay rastros de él. Mi corazón empieza a acelerarse y un sudor frío recorre mi piel, parpadeo muchas veces, lavo mi rostro y sacudo mis pensamientos mas oscuros.

—Tienes que calmarte —me reprendo a mi misma mientras subo —no hay razón para desconfiar.

En lo que queda y mientras termino de vestirme, me repito eso una y otra vez. Hacen falta algunos detalles para dejar la sede funcional, Linda se hace cargo de la entregar el piso. Yo me encargaría solo de la nueva oficina, pero mi hermano fue a despedirse de mis tíos y me encargó recibir los controles y firmar.

—Espero no haberlo hecho esperar —le digo al entrar al hombre que de espaldas a mi da los últimos toques a los controles. —¿Esto es lo que debo firmar? —tomo el esfero en el escritorio, leo rápidamente y descubro ya mi hermano lo ha hecho y sonrío aliviada.

No pude contactarme con el jefe. Sin embargo, logré que su empresa fuera la encargada de la seguridad de Ind. Frederick. Le veo girar con mi mejor sonrisa, una que se apaga al ver a quien tengo ante mí. Retrocedo de manera instantánea y Ethan se retira la gorra que cubre su cabeza.

—¿Cómo entraste? —le pregunto y miro a todos lados en búsqueda de ayuda.

Estoy sola en ese piso y prácticamente en el edificio. Casi todos se han ido a casa y yo debería estar haciendo maletas, pero me ha costado concentrarme.

—No voy a hacerte daño.

No le creo, porque ha demostrado no ser un hombre de fiar. Ese corazón que por mucho tiempo latía por y para él hoy late apresurado, pero ante el temor de salir dañada. La última vez que estuve sola con él me hizo mucho daño y mi cuerpo lo recuerda al empezar a temblar sin control.

Hay hechos en tu vida que no debes compartir y lo sucedido con él esa noche lo llevaré a la tumba. Mi cerebro bloqueó algunas cosas que hoy salen a luz de forma nítida.

—No quiero volver a verte, creo que lo he dejado claro —respondo obteniendo una valentía que me sorprende.

—Lo tengo presente —comenta dando un paso atrás y eso me hace soltar el aire —déjame demostrarte que he cambiado.

—Abusaste de mi...

—No fue así. —me interrumpe —Jack te mintió, estabas inconsciente en el suelo...

—Te estabas quitando el cinturón, previo a eso me golpeaste y Jack no me mentiría...

La risa que suelta es tan fuerte que me hace saltar y abrazar a mi bolso de forma protectora. Da varios pasos y bloquea con su cuerpo la entrada impidiendo cualquier huida de mi parte. Es el Ethan que recuerdo, acepto que es hermoso, tiene un cuerpo bien trabajado, la sonrisa que puede deslumbrar y obtener lo que sea.

Amé la seguridad con la que hablaba, la manera en que tratarme y defenderme. Amé, me repite mi mente al obtener la certeza que ese sentimiento ha muerto. El acabó de matarlo cuando me dañó y destruyó los pocos recuerdos bellos que tenia a su lado al hacer lo mismo con Emma.

—¡Jack no te mentiría! —repite con voz sarcástica alzando ambos brazos en actitud de exasperación —Jack... ¿Sabías que estaba al servicio de tu padre? —guardo silencio uniendo mis cejas antes de responder.

—Eso es estúpido, de ser verdad... papá supiera la verdad —le interrumpo —y nunca te hubieses acercado a Emma. Estarías muerto Ethan —finalizo.

—¿No? —no deja de sonreír y mi mayor deseo es borrarle esa sonrisa estúpida de su rostro —Todo lo que viviste esos años fue una mentira Bella, jamás fuiste libre. Papi compraba los sitios en los que pedias trabajo ¿Y el grupo que te acompañaba? —me pregunta y mi piel se achina, la garganta se reseca y mis ojos empiezan a arden. —Todos estaban al servicio de tu padre.

—... —no voy a llorar, no le daré el gusto de eso.

Alzo el mentón y le enfrento de la mejor manera que encuentro. Sin embargo, mi silencio dice mucho y lo nota. Su sonrisa se ensancha al decir lo que fui al vivir una vida libre era una gran mentira. Mis viajes eran todos patrocinados por papá, incrédula solo logro negar me es imposible de digerir o ver a mi padre tal como me lo describe.

—Nada de lo que digas lo creeré ¿Cómo creer al hombre que dijo amarme y una semana después me golpeó hasta la inconciencia? —le pregunto y su sonrisa se borra mientras que mis cejas se arquean de forma interrogante —o quien al verme inconsciente quiso violarme, al que sedujo a mi hermana para poder llegar a mí, al que le mintió a ella y después a mi prometido para que me dejara...

—Allí quería llegar —dice en forma violenta apuntando su dedo índice hacia mi —un prometido que fue comprado por tu padre "¡la niña lo quiere comprémosle!

Es mi turno de reír al ver que ha llegado a los límites. Estoy tardando mucho en una conversación que no tiene sentido, ni pies o cabeza. De todos los hombres del mundo Gadien Doyle es quizás el que menos le creo capaz de hacer un acto de esa naturaleza.

Observo las paredes en tono crudo de la que será en algún momento de mi vida, mi lugar de trabajo. Después del día de hoy, no tiene sentido esconderme en América y Gadien podrá estar cerca de los suyos. Estoy dispuesta a darle punto final a esta etapa de mi vida aquí y ahora. Una vez nuestras miradas se encuentran, algo debe notar pues su sonrisa se borra y la mía se amplía.

—Amo a Gadien y él a mí —confieso —lo demás pierde importancia...

—Espero que sigas amándolo luego que le sea retirado su apellido o caiga en deshonra por traccionar sus códigos y preceptos imbéciles —habla dándome paso y me quedo en pie, no pienso cruzar la puerta antes que él —¿No lo sabes? —me pregunta alzando una ceja interrogante.

—Dímelo tu —respondo seca.

—Tu perfecto prometido ocultó a los suyos un dato muy importante sobre su trabajo. —guarda silencio de manera teatral y estoy por salir sin que me importe él o su comentario de mierda cuando continua con una sonrisa —prestó sus servicios a la familia del hombre causante de la casi muerte de uno de los suyos... Alfonso, hijo de Rodrigo Sousa—repite el nombre y mi cabeza recuerda ese apellido en algún lugar —búscalo en la web, su nombre ocupa todas las páginas.

Continúa diciendo que conoce por muy buena fuente, esa noticia solo estará por pocas horas. Mi padre ha encargado a sus abogados sacarlas de todos los sitios. Entiendo ese es el motivo de su desaparición y aunque una parte de mi se alivia al saber por qué no tengo que ver, la otra está preocupada por él.

—Dile a tu hermano que estuve aquí y que le di la cara a quien debía —habla en tono seguro y me cruzo de brazos —también que iré a la misma excursión que tú, por si decides no ir...

—No iré sola —le interrumpo y sus manos se empuñan lo que me hace reír—Gadien irá conmigo.

—Enternecedor —comenta con una media sonrisa que no alcanza a llegar a sus ojos. —será divertido ver el comportamiento del snob del ex Doyle en territorio virgen e inexplorado. Cuando tu castillo de naipes y tu mundo de fantasías se venga abajo... recuerda yo te estaré esperando en el mismo lugar de siempre. —sin decir mas sale de la sala como espero algún día salga de mi vida y suelto todo el aire que sin saber he estado guardando.

Hay cierto grado de satisfacción que se experimenta cuando quien nos hizo daño recibe su merecido. Él tendrá que tragarse sus palabras, ahora más que nunca estoy dispuesta a demostrarle que esta equivocado.

El problema era encontrar a Gadien y lograr que fuera conmigo.

Cuando quedo sola busco mi móvil y escribo el nombre. Las búsquedas son extensas y van desde crónicas de delitos, prostitución, drogas, trafico de armas, etc. Por parte de Rodrigo Sousa, otras (las de su hijo) hablan de su encarcelamiento luego de salir herido por intentar secuestra a Gabriela Doyle.

Entendiendo que esa nota es la importante, leo un poco más sentándome en la silla mas cercana. El hombre fue acusado y juzgado por diversos delitos, tráfico de órganos y de personas, se le acusa entre otras cosas de expandir el coma de Gabriela Doyle.

Dejo al móvil a un lado y busco la laptop, en donde vuelvo a buscar y sigo leyendo. Las ultimas noticias sobre la familia de Gadien habla del escándalo luego que un "periodista", sacara a la luz que Gadien Doyle MacGregor representara a una hija ilegitima de Rodrigo Sousa, el padre del hombre que tanto daño causo al Custodio y a los suyos.

La chica fue acusada de asesinato, uno que Gadien logró demostrar era inocente. Y aunque la noticia importante debería ser su buen desempeño durante el juicio, no lo es. En letras pequeñas y casi difícil de leer se describe lo que fue su discurso durante el juicio y como logró que la verdadera culpable confesara en público.

La vida me ha enseñado a rescatar lo bueno en lo malo y sonrío orgullosa al saber que el logró un inocente no fuera condenado. Tarde que temprano su familia entenderá que el hizo lo que debía.

—Hasta el momento existe hermetismo por parte de la familia y el vocero de la misma ha dicho no harán comunicado alguno. —leo en voz alta en medio de la habitación vacía —solo se sabe que el paradero de Gadien Doyle es desconocido y de ser culpable, le será retirado el apellido y/o podría ocupar por un tiempo el sitio al que ellos llaman "el destierro" y cumplir la condena que le imponga el Custodio.

Seguí leyendo y me fui a los registros de su familia en búsqueda de más información sobre los posibles castigos. No encontré mucho al respecto, descubrí solo que la familia está loca y que tiene leyes bastante retrogradas.

Pero hallé algo muy importante, el rostro de Rose Mackay mucho antes de ser Doyle. Me topé en esa instantánea rasgos míos y sonrío al recordar como su hijo insistía en que me parecía a su madre. La sonrisa se borra de mis labios y el escozor en mi piel empieza ¿Era ella la mujer que amaba? Y si lo era...

Había encontrado el motivo por el cual Gadien me había pedido ser su novia.

Me parecía a la mujer que lo rechazó. Hiperventilo al tomar mi móvil y buscar la imagen, voy al espejo y pongo esa misma imagen al lado de mi reflejo.

Hace muchos años al llegar a Londres quise hacer un cambio de look. Tinturé mi cabello, en parte por los constantes comentarios que era idéntica a mi madre y que debía ser tan ágil e inteligente como ella. El sabor amargo que ese comentario me hacia porque no llegaba a Fiorella Frederick ni a los talones. Lo hice también, para no recordar al verme al espejo a la chica que creyó en todas las mentiras de Ethan Jobs.

—¿Todo bien? —Jason está apoyado su hombro izquierdo en el marco de la puerta llevándose una mano al bolsillo de su pantalón mira el móvil y luego a mi —solo es el color de cabello—recalca al entender mi turbación —si vuelves a tu noto original lo notarás.

—Está en problemas —le digo bajando el rostro y el móvil derrotada —no he podido ubicarlo.

—Me he enterado de algo de regreso aquí —toma mis manos haciéndome salir del baño sentándose en un sillón e instalándome en sus piernas.

—¿Papá hará algo al respecto?

—No si él o tú lo piden —toma mi barbilla haciéndome verlo, sonríe al limpiar mis lagrimas con el dorso de su mano, suspira largo y pesado. —le llamé al enterarme, no desea que se sienta comprometido con estar contigo. Se siente culpable por lo que estas sintiendo por él propició todo esto.

—Está en problemas por mí, todo lo que vive es producto de mis mentiras y no es justo —mi voz sale rota al decir aquello y mis lágrimas, aquellas que no quise derramar delante de Ethan salen desbordadas al no poder ya contenerlas.

Le confieso que Ethan estuvo aquí y le narro todo cuando me ha dicho. Al igual que yo duda que papá contratara a Jack o hiciera todo lo que Ethan acusó. Sin embargo, no le cuento que irá a la excursión, si lo saben me negaran ir.

—Eso es más del tío Alessandro que de papá... —y se queda en silencio viéndome a los ojos —¡joder! —exclama molesto —al viejo no le gustara.

Antes de ir al apartamento le envió un mensaje a Gadien, dejándole el lugar de salida, hora y día. No hay respuestas cuando estoy saliendo con mi hermano al aeropuerto, aunque lo ha leído. Antes de abordar el avión le envío un último mensaje que toda persona con problemas debería recibir.


"Te quiero y no estás solo... recuérdalo"

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