Capítulo 28
Isabella.
A este capítulo de mi vida, podría llamarse perfectamente, enamorada sin remedio. Los días siguientes fueron maravillosos, quizás lo más intrigante fue la presencia de mi padre y hermanos en la ciudad. No se habían ido a casa y la boda de mi hermana se acercaba cada día más.
—¿Y bien? —pregunta Linda al verme cruzar la oficina y bufo—¿Te dejo plantada?
—Sin pedir excusas o darme la cara —confieso cruzando a mi espacio con ella pisándome los talones. —es increíble que no den la cara —sigo diciendo enojada y dejando mi maletín a un lado. —me costó mucho hacer una cita con el CEO y el imbécil me deja plantada.
—Debe existir una excusa —replica Linda sentándose en la silla frente al escritorio —su asistente nos advirtió que esto podía ocurrir, pero tu insististe en que lograrías convencerle.
Necesitaba los servicios de cámaras de seguridad y personal calificado para la sede en Londres. Papá, Gregory y Jasón han insistido en que ha llegado el momento de sacarme de ese piso, esa es una de las razones de quedarse. Han encontrado el edificio perfecto y quieren dejar los arreglos listos.
—No tiene excusas —insisto apoyando el dedo índice en el escritorio y recalcando cada palabra —prometió estar allí...
—El tipo es raro Isabella, no da la cara y solo se comunica por mensajes... —sigue diciendo con burla y resoplo.
—Los genios son excéntricos y ese tipo lo es —insisto —necesito que su compañía cuide mi sede, tienen un excelente servicio en el piso de Gadien... él me lo recomendó.
—Creo que debes buscar a otra empresa quizás no tan prestigiosas, ni americanas como tú...no se ¿Francia? Bastien puede ayudarnos —Alzo la ceja divertida y sonríe de manera picara, ella y Bastián han intercambiado muchos mensajes.
—En la universidad se corrió el rumor que era gay —empiezo a decir de manera indiferente para hacerla caer —tenía ademanes raros...
—No digas tonterías —interrumpe y empieza a reír de manera descontrolada lo que me hace alejar la vista del pc y el mensaje recibido para verla a ella que con rostro rojo no deja de reír fuerte.
—¿No es gay? —pregunto y niega tomando un sobre y echándose aire con él —¿Segura? —insisto y su rostro se torna cada vez más rojo lo que incrementa mi curiosidad.
—Bastien gay ¿Qué sigue? ¿Yo virgen?
—La puerta estaba abierta —se excusa una voz que eriza mi piel y alejo la curiosidad que el comportamiento de mi amiga me da, para ver al hombre de mis sueños en pie frente a nosotras y a mi hermano Jason acompañándole.
—¿Se puede? —me pregunta y sonrío levantándome de la silla.
—Yo debo responder unos mensajes —Linda se intenta escurrir, pero le intercepto al advertirle.
—Tenemos una conversación pendiente...
—Ni loca —advierte dándose a la fuga y niego divertida.
Ambos se quedan viendo curiosos la salida rápida, rostro rojo y comportamiento nervioso de mi amiga, pero no hacen comentarios. Saludo a ambos y el alivio de ver que se llevan bien, me hace abrazar un poco más a mi hermano menor.
—¿Qué hacen juntos por estos lados? —les pregunto sin dejar de abrazar a Gadien y el ruido de varios mensajes me hace alejar e ir frente a la PC.
—Papá y Gregory, nos pidieron vernos aquí —me dice Jason.
Distraída le digo un "aja" y abro el mensaje recibido. Mis ojos se abren ante la sorpresa, mi cuerpo cae en la silla de forma abrupta y llevo una de mis manos a los labios.
—Esto es... guao —es todo lo que puedo decir y ambos se acercan a mi por caminos diferentes.
Es un correo de Samay, el israelí machista que descuidó nuestros pozos cerrados. Se ha retractado del primer acuerdo y envía otro, en este su empresa se hace responsable de los daños ocasionados y brindará asistencia a las familias afectadas.
Pide disculpas por el trato que recibí ese día y en pago me envía dos cupos a una expedición a territorio nativo. Esa zona en especial ha sido mi sueño nunca realizado, por mucho tiempo mi grupo ha intentado recorrer sus tierras, pero en todas nos fue negado.
Quien sea esta de tras de todo esto, han logrado lo imposible. Sonrío alzando la mirada hacia Jason, quien como yo se ve sorprendido por los sitios a visitar. Después de esto, yo podría morir en paz es en todo lo que mi mente piensa al ver las exuberantes y mágicas postales de algunos lugares. Anexan fecha de la excursión siete días y seis noches, sellos, permisos, correos y teléfonos del personal a cargo.
Jason toma el móvil escuchándolo en segundos hablar con alguien del otro lado. La conversación no dura dos minutos y cuando cuelga dice simplemente.
—Es real —alzo el rostro hacia Gadien quien no parece entender la importancia que tiene para mí lo que estamos viendo. —una semana después será la boda, pueden acudir sin problemas. —sigue diciendo mi hermano, pero yo solo deseo hacer ese viaje con Gadien.
Algo dentro de mí, necesita que el vea mi entorno y entienda porque para mí es importante estar en medio de la naturaleza. Una vez descubre lo que mis ojos le dicen me ven sonriente y afirma en silencio.
—¿En serio? —pregunto incrédula y su sonrisa se amplía aún más.
—Si tu jefe de seguridad nos da el aval de ir... no habrá problemas —mira a Jason y entiendo que es importante su aval —se que no puede ir a ciertos lugares sin tu consentimiento...
—Denme quince minutos y corroboro datos —expresa saliendo de la oficina.
Me levanto de la silla y le abrazo sin poder ocultar la satisfacción que me produce que el acepte ir conmigo a ese sitio. Se que no tiene idea de lo importante que es, lo que significa para mí o lo que va encontrarse, pero que acepte pese a no tener idea de ello, me dice lo importante que soy para él.
—No tengo idea de lo que es tu ambiente —empieza a decir rozando sus labios en mi cuello —Deseo conocer tu mundo ... solo guíame.
(...)
Mi hermano había corroborado todos los permisos y aceptado nuestra salida. No pudimos hacer planes de cuando nos iríamos porque tuvo que salir urgente, uno de sus clientes saldría en libertad.
Al verlo salir apresurado y con detalles escuetos de su salida, mi hermano y yo nos dimos cuenta que no solía hablar de su profesión de abogado, clientes y demás, era un tema hermético que no tocaba. Gadien hablaba del whisky, castillo, sus primos y familia, pero nunca de su vida como abogado. "—Hace parte de la confidencialidad a sus clientes". Me había dicho mi hermano, quien a propósito se había ido diez minutos después, ante el llamado de mi padre.
Llegué al edifico aun sin poder creer que visitaría ese lugar y con Gadien. Recibo la correspondencia en recepción y subo el ascensor mirando distraída los sobres. La gran mayoría es publicidad o invitaciones a eventos, en las fechas en que se realizará la boda de mi hermana. Con ellos en mis manos salgo a los pasillos, paso por el apartamento de Gadien y noto las luces apagadas. Miro la hora y me extraña que aun no haya llegado a casa, extrañada ingreso la llave y abro la puerta encontrándome con tres pares de ojos viéndome entrar a la casa. Su salida todo el día y renuencia ha sido un completo misterio.
—Puedo saber ¿Dónde estuvieron todo el día? —pregunto a mis hermanos y padre.
—Entra y cierra —me pide papá.
Lo primero que caigo en cuenta una vez se posan en mitad de la sala es que no tienen buen rostro. Cierro la puerta lentamente, pasando el seguro en el proceso. Gregory y Jason están sentados, pero mi padre sigue en pie mirándome con rostro preocupado.
—¿Cuándo mandaste a investigar a Jobs? —pregunta Gregory y parpadeo ante la explosión que es su pregunta. —queremos saber todo, cuando lo conociste, donde, a quien enviaste a investigarlo... todo, absolutamente todo—finaliza,
—Todo —recalca papá y Jasón al tiempo.
Paso saliva de manera nerviosa y mis labios se recesan. Jamás han sido de los que interfieren en mi vida o intimidad, que lo hagan hoy y mencionen a Ethan no debe ser bueno. ¿Cuándo dejará de ser un problema? Pienso cuando empiezo a recordar como lo conocí.
Servía la mesa de un cliente que quiso pasar su cruda tomándose un café en la cafetería de Jack. Era de esos tipos que hacían mala bebida, Jack no estaba en el momento y quiso propasarse. Ethan hizo de caballero de brillante armadura y logró reducir al detestable sujeto, sacarlo de la cafetería y llamar a la policía al este hacer un escándalo.
—Hubo de mi parte no solo agradecimiento por su ayuda, también el que lo hiciera por una simple mesera. —sigo diciendo y cruzo mis brazos al no saber que otra cosa hacer. —saben lo importante que te quieran por lo que eres y no por tu chequera...
Parecía estaba en el banquillo de los acusados por enésima vez. Un lugar al que era llevaba constantemente de pequeña, pero que al ser adulta ya no me era indiferente. Dolía cada vez más fuerte, ser acusada o señalada conforme pasan los años. Mi armadura ha empezado a quebrarse, culpo a Ethan de todos y cada uno de mis problemas.
Cuando creces en siendo la hija de un importante hombre como Jason Frederick, vives con miedo que te quieran y están contigo por el dinero de tus padres. Tus virtudes pasan a un segundo plano, no es posible quitarle el traje de niña rica y heredera de un imperio.
No cuando, la gente suele acusarte todo el tiempo por ese privilegio.
Por eso y por encontrarme a mi misma me alejé de casa. Hallar en ese medio de vida a alguien que me quisiera por lo que era y no por lo que tenia me hizo amarlo fácilmente. Era divertido, atento, detallista, me decía Te amo y lo demostraba. Con el tiempo y cuando la relación empezó a crecer, llegaron sus cambios o querer cambiarme.
Con ello, llegó el declive de nuestra relación.
Hoy día, con la madurez que los años o daños, siento miedo en embarcarme a otra nueva aventura. No creo poder soportar otro fracaso o ser dañada por quien nunca lo creí. Apoyo mi cuerpo en el buró una vez mi relato acaba y todos se quedan viéndome en silencio. Abrí mi corazón a tres de los cuatro hombres mas importantes de mi vida, a nadie le he contado tantos detalles sobre mi fracasada relación como a ellos.
Gadien solo conoce, extractos de ellos, pero hay datos que por vergüenza me negué a hablar. Fui demasiado inocente, me confié de un rostro y cuerpo de gimnasio, en unos brazos protectores, sin saber lo que ellos escondían o traerían a mi vida. Aun hoy y luego de tantos años sigo pagando el precio por mi estupidez.
—Lo sentimos mucho —comentan mis hermanos al tiempo y me encojo de hombros.
—Ya no duele como antes —confieso.
—¿Cuándo y quien lo investigó? —pregunta mi padre.
—Jedrek me ayudó —empiezo a decir y solo entonces caigo en cuenta.
Mi padre lanza una exclamación de protesta y se sienta pesadamente en el sillón. Jedrek, era el hombre de confianza solo de Gregory, debido a la enemistad que mi hermano tenía con el jefe de seguridad de la compañía, un antiguo amigo, Gonzalo Harris.
—Gonzalo estaba ocupado —me excuso y los tres me ven con molestia —fue en la época de tu noviazgo con esa —sigo diciendo y solo allí sus rostros cambian.
—Entiendo...
—¿Qué encontró? —miro a mi hermano y cierro los ojos en búsqueda de un poco de recuerdo.
No tengo mayores datos que contar, en aquella época todo para mí era color de rosa y Ethan cubría todo lo que en su momento creí necesitar. No obstante, cuando me pidió salir con él, llamé a Jedrek y le pedí averiguar sobre el hombre. Era mi primera cita formal y me gustaba demasiado.
Hace mucho tiempo quemé todo lo que me había entregado Jedrek, pero recordaba los detalles más importantes. Era arquitecto de profesión, hijo único de Saray, una enfermera privada al servicio de una familia importante de Dallas. Nunca lo conocí ya que su trabajo absorbía todo su tiempo. Siendo sincera no presioné mucho en hacerlo, no estaba segura de que mi relación avanzara pues los cambios de humor en Ethan me empezaban a confundir.
—Nunca mencionó a su padre —sigo diciendo y todos afirman —solo decían eran él y su mamá... adoraba a su madre.
Tiempo después y hasta el día de hoy, Jedrek se convertiría en el peor enemigo de mi padre y Gregory. No he puesto en duda lo que me entregó en aquella ocasión y no volví a pensar en eso. Cuando el jefe de seguridad de mi hermano nos develó su verdadero rostro, Ethan y yo habíamos terminado, por lo que le resté importancia al asunto.
—¿Por qué la pregunta? —les digo y todos suspiran al tiempo.
Papá se retira el saco, Gregory y Jason se mantienen en silencio observando mi rostro sin hacer o decir nada. Aun no me dicen de donde vienen, pero de donde sea han traído malas noticias.
—¿Dónde estuvieron? —insisto y siguen sin decirme nada.
—Jason se quedará contigo y los llevará a ambos a América. —comenta mi padre y fijo los ojos en mi hermano—no hay rastros de Jobs y eso lejos de aliviarme me asusta. Esa excursión se cancela hasta tanto no sepa donde esta ese hombre o su madre —continúa diciendo sin hacer mas comentarios.
—¡No! —respondo enojada.
—No te estoy preguntando —explota mi padre y con rostro férreo —no iras a ningún lugar... estarás cerca de mi ¿Entendiste?
Aprieto mis manos en mi pecho y muerdo mis labios, ante la sensación de haber echo algo muy malo. Temía arrastrar a Gadien al fango en el que estoy producto de mis errores.
—Ven aquí —Gregory señala un puesto en medio de él y papá, sin pensarlo dos veces camino apresurada y me siento a su lado. —fui muy egoísta, no pensé más que en mí y olvidé en lo vulnerable que eran tu y Emma. —me dice y cierro los ojos al no entender que sucede, solo tengo la certeza lo que dirán dolerá.
—La madre de Ethan, es la enfermera de Benjamín Esteva Abad —empieza a decir mi padre y mi cabeza gira lentamente hasta que nuestros ojos se cruzan —los padres de ese chico murieron en extraños hechos, aún no sabemos qué hace en Londres y estoy lejos de creer en que fue casualidad su permanencia en tu mismo edificio o que te agrediera. ¿Entiendes ahora porque es importante cuidarte?
Ambos han abandonado el país y tomaron un vuelo rumbo a América. Estoy segura que mi boca se abre cada que mi padre narra todo lo que se sospecha, la madre de Ethan ha hecho.
—No puedo arrastrar a Gadien...
—Aceptó sin problemas, vivirán en el penhouse... es mejor si se conocen antes de decidir si son el uno para el otro —interrumpe y mi boca se abre aun mas —Gerald estará a cargo de esta sede y él a la de América... indefinidamente.
¿Se irá conmigo a América?
Gadien
Para sus padres que Isabella trabaje era regalarle dignidad. Lo supo cuando le planteó la idea de ser independiente. Era como verse a sí mismo cuando se embarcó en la empresa de vino con John Pierre, el hermano de su hoy Esposa. Él podía darle los lujos autos y todo lo que necesitaba, pero su alma no estaría conforme.
"—Pensará no es mi auto, es el de papá, porque yo lo pensé en su momento. Ella puede ir en un Lamborghini (obsequiado por mi) te aseguro no le dará la misma felicidad si fuera uno comprado por ella así sea un Nissan Versa."
Había adquirido una joya una princesa, educada para afrontar cualquier problema. Encontramos muchas cosas en común, lo que no es sorpresa para mí. Sonrió a su imagen en mi móvil, se había quedado dormida viendo una película de terror. No le creí cuando me dijo que odiaba estar sin hacer nada por tanto tiempo. Capturé la imagen en el momento justo en que sonreía dormida.
No pregunté qué sucedió entre los Frederick y Gino, decidí lo mejor era mantenerme al margen. Ya mi familia conocía mi postura sobre lo sucedido, creo que lo dejé claro tras irme a los golpes con el custodio. Eso quizás era el menor de mis problemas, porque había uno aún más grande.
—Nunca creí mis ojos verían algo tan sorprendente —alzo la vista de la imagen de mi móvil, su rostro refleja burla. —Gadien Doyle, enamorado.
El Doyle-Turner tiene uniformes el mismo diseño y colores, para cada una de las sedes. No obstante, a Madison no en agrada usarlo, bajo la excusa no le gusta el gris y fucsia, odia los pantalones pues según su teoría es poco femenino. Para molestia de Isabella, quien asegura la renuencia a no usar uniforme es porque no puede usar los escotes que normalmente usa.
—¿Qué puedo hacer por ti madison? —pregunto bloqueando el móvil y guardándolo en mi pantalón.
El día de hoy llegó vestida con un traje ajustado en su pecho y cintura. Dejó aceptar la mujer es hermosa, inteligente y tiene sus atributos. Sin embargo, contiene ese aire de peligro captado desde que la conocí, que me hizo ponerle límites.
—Te pedí la tarde libre, pero tienes una reunión en media hora—afirmo y alzo una mano indicándole seguir —si deseas que esté allí...
No deseo hacer de referí, estar en medio de Isabella y Madison es como presenciar un partido de tenis. Tu cabeza sigue la pelota que es golpeada de tenista a tenista. Isabella disfruta de incomodar a Madison de quien asegura no tiene motivos para sentir celos.
En definitiva, no quiero estar en medio de las dos mujeres. Siendo honesto recibo más ataques de celos de mi asistente que de mi propia prometida.
—Te agradezco mucho la oferta, pero según recuerdo tu mamá te necesita más —comento —¿Enviaste los documentos?
Tuerce su boca en una mueca de disgusto y se ve aún más atractiva. Sus ojos parecen lanzar chispas, pero no estoy dispuesto a ceder.
—Lo hice —me interrumpe —¿Habrá algo que te haga cambiar de parecer? —niego y bufa molesta —es absurdo que dejes todo tirado por perseguir a esa chica Gadien, te desconozco.
—Cierra la puerta al salir —comento volviendo mi vista a los balances—que tengas un buen fin de semana. —finalizo.
Lo que realmente debería decirle es que no es su problema, lo he pensado mucho y es la solución a los problemas de ambos. Mis padres, no han puesto objeción y Gino tarde que temprano acabará entendiendo no soy su borrego. Algún día se dará cuenta que ayudé a esa chica sin tener idea de quien era.
—Lo mismo Gadien —responde tras una larga pausa. —Se que no me he comportado y que tienes motivos para estar prevenido, pero te aseguro que es mi deseo dañar a nadie. Te conozco mejor que ella y se que ahora vez el camino limpio y despegado, pero con el tiempo odiaras en lo que te has convertido... en todo lo que has odiado y criticado.
No espera respuesta y de quedarse allí no tendría que responder. Detesto repetir las cosas, con ella últimamente debo hacerlo una y otra vez. La única razón por la que aún sigue en la empresa es porque necesita el trabajo y en adelante no será mi problema.
Las horas que siguen y el silencio de la oficina me permiten terminar las tareas del día y adelantar una que otra. He provechado la privacidad que me brinda la ausencia de Madison para citar al motivo de mi problema.
No me gusta mezclar el Doyle-Turner con mi profesión, sobre todo teniendo en cuanta a quien represento. El ruido de mi móvil me dice que ha llegado y antes de levantarme su presencia invade la sala de estar.
—Señor Doyle —saluda el hombre mayor —gracias por atenderme, sé que está por partir a América —alzo la ceja pues me intriga que él sepa algo tan privado y sonríe. Retira su boina de la cabeza y la abrigo que cubre un traje negro. —en mi mundo todo se sabe doctor—se sienta frente a mi cruzando sus piernas y mirándome fijamente.
—Me mintieron —empiezo a decir y el hombre alza sus manos indiferentes.
—Es el mejor abogado doctor y nunca me hubiera ayudado de saber quien era.
Su excusa no alivia mi turbación y no ayudará a salvar mi pellejo ante los míos. Han sido muchos los problemas en los que he metido a mi padre, esto no tengo como solucionarlo, ni decir la verdad ayudaría.
—Esto acaba aquí y ahora ... —empiezo a decir y su mandíbula se tensa al escuchar esto.
—Espero no necesitar de usted —replica en una risa fuerte y mira a su alrededor.
—De ser así, no podré ayudarlo... sin importar lo que me diga —recalco.
Saco de la gaveta los documentos que lanzo frente a sus ojos y observa antes de tomar. Abre de forma despreocupada los folios, su rostro se relaja cada que empieza a leer hoja tras hoja y al finalizar sonríe alzando el rostro hacia mí.
—El juez ha decidido reabrir el caso de tu hija, aceptó las nuevas pruebas —le digo y veo la sonrisa genuina en sus labios —es solo formalismo, tu hija estará en casa en menos de dos meses... te lo aseguro. Hasta un abogado de oficio puede hacer ese trabajo.
Me incorporo de la silla y extiendo una mano hacia él que toma sin vacilar.
—Le debo un favor Doctor y Rodrigo Sousa paga sus deudas —me dice permaneciendo con mi mano tomada.
—Mis honorarios no son lo que se dicen bajos —le recuerdo sin que su mirada inquisitiva me afecte —no me debe nada, salvo que se aleje de mí y no vuelva a acercarse nunca más.
—Teniendo en cuenta lo que uno de mis hijos causó a su prima y los problemas que ocasioné con su familia. Lo mínimo que puedo hacer es compensarle —insiste y niego, porque no es un hombre que acepte un no por respuesta. —conocí a su abuela ¿Lo sabía?
—¿Bellis? —niega y le miro sin entender...
—Lessie ...
—No es fue mi abuela... por fortuna —decimos esto último al tiempo.
—Aun así, debe estar revolcándose en la tumba porque un Doyle me este ayudando —confiesa.
En mi defensa acepté representar a la chica, sin saber de quién era hija, creí en su inocencia y supe rápidamente que había sido engañada. Nadie quería ayudarle y no supe sino demasiado tarde el porqué. Era hija ilegitima de uno de los hombres mas peligrosos del reino unido. S
Hace unos días me he enterado que es la hija de Rodrigo Sousa, el padre de Alfonso, hombre que casi destruye a Gabriela y Thomas ...
—No se preocupe doctor, nadie de los suyos lo sabrá —habla, pero él no entiende la magnitud que su acto causa en mi —Sara no aparece como mi hija y así seguirá. Pagar mi deuda es mi prioridad... ya encontraré la manera. —insiste con el pómulo de la puerta en sus manos y no le respondo.
Mi mente está inmersa en lo que vendrá para mí en adelante. Ayudé a la hermana de Alonso Sousa, el hombre que estuvo a punto de matar a Gabriela. Era cuestión de tiempo para que la noticia se supiera. No importaría que mi cliente fuera inocente o que hice una promesa que no podía incumplir, o desconociera quien era.
Gino nunca me iba a perdonar.
Irme con Isabella, escondía un trasfondo más oscuro de lo que se creía. Yo no tenía otra opción y eso me convertía en alguien peor que Ethan Jobs.
. El ruido de la puerta abrirse me hace alzar la vista de mi móvil y la veo en pie ante mi sonriente.
—¿Estas ocupado? —me pregunta y niego con un nudo atravesado en mi garganta y sintiéndome el peor de los hombres. —Papá me negó la ida a esa excursión —habla apoyando su cuerpo en la puerta —también me dijo que vendrás conmigo a América.
—¿No lo quieres? —y me veo deseando que diga que no, para obligarme a tomar otra decisión.
Avanza hacia mí y lanza a mi cuello sin dejar de sonreír y decirme lo feliz que le hace que le acompañe. No me malentiendan, Isabella me gusta mas de lo normal, pero la decisión de ser su novio encierra mucho mas que eso.
Ella es todo lo que tengo para que mi desgracia no sea mas grande. Debería decirle la verdad y sé que me ayudaría igual, pero no deseo dañarla.
Se lo he prometido. El vibrar de mi móvil de saca de mi letargo y tomo el objeto en mis manos. La foto del hombre que acaba de salir de mi oficina, entrando a su auto es lo primero que recibo y leo el mensaje de Gino.
"Eres un maldito bastardo Gadien y una vergüenza para nuestra familia"
No volvería a Edimburgo, era una verdad con la que debía aceptar.
Estoy de vuelta mis bellas... gracias infinitas por la paciencia y entenderme
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