♧Prefacio♧
¿Alguna vez se han sentido atrapados en un sueño, un sueño cruel y humillante del que por más que lo intentan no logran despertar?
Pues bien, justo así me siento en estos momentos, solo que no es un sueño, de verdad todo esto está pasando y aunque quisiera, aun no puedo despertar de esta pesadilla.
—¡Largo!
—¡No sirves para nada!
—¿Quién invitó a esta mujer?
—Amor, no puedes permitir que me hable así, es una maldita víbora ponzoña.
—No eres bienvenida aquí, vete Dulce, o de lo contrario le diré a mis hombres que te saquen a la fuerza.
Mientras todos los malos tratos que me hacía frente a la gente se reproducían en mi cabeza de manera aleatoria, eran como combustible para mi venganza. Creí que teniamos un acuerdo, pero aquí estaba otra vez, dejándome de lado por ella. Caminaba elegantemente con el vestido rojo que Nazli (mi amiga), me prestó para esta noche en especial, lo lucí con sensualidad por la alfombra roja y con todos los flashes apuntando a mí.
—¿Quién es esa mujer? —susurraba alguno de los presentes con confusión.
—No lo sé, pero es muy bonita.
Nadie sabia quien era yo, la confusión flotaba en el aire por saber mi identidad, pues ni siquiera el hombre que me miraba enojado, sabia quien era yo. Pero yo si sabia quien era cada uno y sabia que aquí y ahora los pondría en su lugar. Yo, tomaría mi lugar, porque mientras ese año aun no terminará yo seguía siendo legalmente la mujer de Lake Öztürk.
Aunque él no lo supiera, pero pronto se enteraría.
A pesar de ser vista por las personas a las que no les agradaba, no me preocupaba estar rodeada de víboras de su jerarquía, porque su veneno ya no me afectaba, me había hecho inmune a ellas, porque descubrí que yo soy el antídoto. Y mientras yo siga de pie, ellas se seguirán arrastrando ante mí.
El amor no me hace falta. Me repetía mentalmente.
Es solo que, lo Dulce me encanta, pero por alguna extraña razón la dulzura que Han, me mostró, me empalagó y ahora quiero probar un poco del veneno que detona este hombre desconocido y al cual, estoy atada por un año. Mientras camino, lo veo mirarme pero como siempre, su mirada es indescifrable y gélida, tal vez estaba molesto por ver por quien venía escoltada, así que intenté no inmutarme y seguir con mi plan; que él supiera la verdad.
Él y yo habíamos quedado en algo, pero me falló y esto me molesta. Admito que estoy cegada por el coraje.
La mujer que colgaba de su brazo miró a la dirección que veía mi marido y cuando notó mi presencia, la ira se formó en su rostro perfecto. Sonreí y me mostré férrea, muy valiente cuando me paré frente a todas las cámaras de televisión internacional, que acababan de grabar mi llegada triunfal.
—Hola, querido. ¿No me vas ha saludar?
—¿Quién es esta mujer, señor Öztürk? —le preguntó alguno de los cientos de reporteros que nos rodeaban.
Le hice una seña con el mentón para que él le dijera quien era yo. Pero solo me miró incrédulo con sus ojos azules, en donde atrapé un brillo peculiar.
—¿Por qué sigue apareciendo en nuestra vida? Seguro Nilza la invitó de nuevo. —susurró Freya, sin dejar de mirarme venenosa.
Lake no dijo nada, fulminó a mi acompañante, pero su mirada cambió drásticamente y un vez más ante el veneno de su amante le dijo y ahora me miró como si fuese un bicho raro, uno al que debía de aplastar antes de arruinarlos. Pero cuando su mirada cayó en el collar de diamantes que colgaba en mi cuello, me observó más asombrado.
Le sonreí maliciosa, porque sé que supo en ese instante quien era yo. Él me regaló el collar en mi cumpleaños y supe por Nazli que el diseño de los diamantes del collar era único, porque Lake así lo quiso; él diseñó el collar para mí.
A continuación levanté la mano izquierda, mostrando mi dedo anular con el anillo que su abogado me entregó cuando firmé el convenio de matrimonio, convirtiéndome legalmente en su esposa por un año. Lake estaba pálido, parecía no creer que a la mujer que despreció y humilló cientos de veces frente a su amante y toda su gente, era nada más y nada menos que su legítima esposa. Eso sin contar que me había dejado hoy por Freya, él y yo habíamos quedado de vernos aquí por las buenas, le diría igual la verdad de quien era yo, llevaba seis meses ocultándoselo y ya no quería seguir ocultándome de él.
Pero Lake me mintió otra vez, la trajo a ella y me dejó plantada afuera esperando por él, pero por suerte Han llegó y pude entrar con él.
Y su humilde servidora, osea yo, estaba sedienta de venganza por esta nueva humillación.
Freya, su amante de años y quien le envenenaba la cabeza de mí, me miraba furibunda y sorprendida, todo al mismo tiempo. Se soltó del brazo de Lake e intentó acercarse a mí, pero el aludido la tomó del codo y luego le dedicó una mirada que no supe como interpretar ¿fría? ¿Molesta? Como haya sido, la soltó y finalmente él se acercó a mí con una mirada suave.
Nada que ver con la mirada que me dedicó hace unos instantes. Que por cierto eran las mismas miradas de dagas que me daba cuando me veía en las fiestas que nuestra amiga en común (Nazli), organizaba seguido. Tal vez porque ahora lo estaban filmando muchas cámaras y no quería mostrar su verdadero rostro a nivel internacional.
Tal vez por primera vez, no me humillaría enfrente de la gente y se portaría bien conmigo. Pero solo... tal vez.
—Señor, Öztürk ¿tiene algo qué decir? ¿Quién es esta mujer? —preguntó una reportera mientras le acercaba el micrófono.
El nombrado carraspeó, se acomodó el saco y sin esperarlo, rodeó mi cintura con sus amplias y varoniles manos, atrayendome a su cuerpo fornido, mientras cerraba sus largos dedos en el escote de mi vestido.
—Es mi esposa. —afirmó sin titubeo.
Algunos jadearon, otros fingieron felicidad y unos más se burlaban de la noticia con disimulo. Los flashes me cegaban repentinamente así que oculté mi rostro en su pecho y él me dejo hacerlo.
—Pero muchas veces se le vio con la señorita Freya Ģüçlü, incluso ahora están juntos y ella dijo que se casarían y que estaban enamorados.
—Mintió. —soltó Lake con seguridad, Freya a su lado jadeó y sonrió nervuda sin saber que hacer o decir.
Pobre, sentí ñastima por ella, pero luego recordé como era y sonreí maliciosa.
—¿Entonces no era ella su novia, o prometida?
Me tensé ante la pregunta de esa mujer reportera, al parecer Lake lo sintió, por que me tomó con mas posesividad y sentí sus labios sobre mi frente.
¿Por qué me estaba poniendo nerviosa?
Esto no era parte del plan.
¿Qué me estaba pasando?
Reacomodé mi cuerpo y alcé la mirada con osadía, sonreí a los camarografos y agregué:
—Ella no es nadie, solo bromeaba, me estaba dando tiempo a que yo llegara, como lo habrán notado venia muy retrasada —decía con una gran sonrisa —. Ella es una vieja amiga con la que mi esposo mantenía una buena relación, pero nada importante, ella no es una amenaza para nosotros. Porque para él lo importante soy yo, por eso estoy aquí, porque tenemos una importante noticia que dar. —besé su mejilla con fingido amor y miré a Freya detrás de los reporteros, roja de la ira.
Le sonreí socarrona.
¡Por fin!
Charlize: 3 Freya: 1000.
Aún me faltan 997 puntos para alcanzarla, pero por algo se empieza y si de algo estoy segura, es que no dejaré que siga sumando puntos. Y esta vez, yo rebasaré su puntaje.
—¿Pero por qué nadie la conocía? —me preguntó una periodista con una agradable sonrisa —. ¿Y cuál es la noticia?
—Solo mírame, corazón —me señalé de pies a cabeza con egocentrismo —. Mi esposo es muy celoso y no quería mostrar lo que tenia en casa. Pero hoy decidí salir del cascaron y presentarnos públicamente ante todos ustedes. Y no comas ansias, la noticia yo se las daré en breve, solo esperen a que les dé su tiempo. —si, fue un comentario narcisista y nada que ver conmigo, pero simplemente tenia que dar de que hablar, para poner en su puto lugar a Freya y a Lake el infiel.
—¡Hacen una linda pareja!
—Lo sé, lo sé. —apoyé mi mano derecha sobre su firme pecho y seguido sentí su tibio aliento rozar el lóbulo de mi oreja cuando se inclinó y susurró:
—Buena jugada, esto no me lo esperaba.
Sus ojos me detallaron y sonreí triunfal.
—Soy todo lo que no querías en tu vida, Lake. Nunca quise ser tu esposa, pero miranos ahora, armando un teatro frente a miles de cámaras internacionales para fingir que somos el matrimonio más sólido y perfecto de toda la historia Turca. —dije entre dientes, sin dejar de sonreír a la prensa.
—Eres todo lo que quería, Lizy. Me podría arrodillar a tus pies aquí mismo y frente a estas personas, solo para demostrarte que en este momento nada es fingido. Me hace feliz saber que la mujer que he deseado por meses, sea mía, mi esposa y mi mujer ante la ley.
Mierda.
—¿Eso crees? Solo estamos casados, cariño, pero no soy ni seré tuya.
—¿Estas muy segura de ello? —me preguntó justo cuando sus dedos largos delinearon el escote de mi espalda, haciéndome tensar de inmediato.
Sonrió malvado y decidí mirar a la prensa.
—¡Una sonrisa por aquí, por favor! —pidió uno de los reporteros, mientras mi esposo y yo, acatábamos obedientes la orden.
Sonreímos falsamente para todas las cámaras, él me besó nuevamente la frente, yo la mejilla y nos estrechamos con "amor". Todo iba bien hasta que:
—¡Ahora un beso en la boca, por favor!
—¡Sííí...! —chilló una mujer a la que no le presté atención.
Freya, quien se había estado torturando con todo lo que estaba pasando y se puso loca ante esa petición, se dio la vuelta y desapareció de nuestras vistas como alma que lleva el diablo. Temí que Lake quisiera ir tras ella, como siempre lo hizo y dejarme aquí plantada, pero para mi sorpresa no pasó, reafirmó su agarre en mi cintura y me observó pasivo.
—¿Qué esperas? Sé que mueres por volver a besarme. —me guiñó.
Sonreí con altanería ante su petición egolatra.
—Paso, mi amor, anoche, Han me besó mil beses mejor de lo que tú...
No me dejó terminar la oración, porque en un rápido movimiento me tomó de la nuca y estampó sus labios sobre los míos. Luché por no responderle, por no caer ante él, pero no lo resistí y le devolví el beso con el mismo ímpetu que él mismo ejercía con sus labios hábiles moviéndose sobre los míos con coraje por creer que otro hombre me había besado, siendo que con Han no he compartido más que me llevé lastimada en sus brazos.
He sido fiel.
Su lengua caliente se abrió paso dentro de mi cavidad bucal, para llenarme de su exquisita saliva con sabor a uvas y anís, propio del raki (licor turco). Llevó sus manos hasta mi cadera y sus largos dedos se cernieron sobre mi piel y me atrajo más hacia él; seguro, posesivo y demandante.
Su descripción perfecta, incluso hasta al besarme.
El oxígeno comenzó a faltarnos, y cuando su boca abandonó la mía, lo miré y sentí que me ahogaba nuevamente en la profundidad que me arrastraban sus ojos azules.
—¡Excelente!
—¡Con todo respeto, tiene usted una esposa preciosa!
Exclamaban los reporteros. Lake miró mis labios, luego mis ojos verdes y finalmente habló sin perderme de vista.
—Lo sé, ella es mi mujer y soy afortunado de convertirla en mi esposa.
Elevé una ceja en cuestión ante su reciente mentira de mierda, si mil veces me gritó lo mucho que me detestaba y cuánto lo volvia loco.
Giré mi cara a la cámara y solté sin titubear.
—Lamento decirles que esto no será por siempre. Hablo de nuestra relación —todos se quedaron en silencio, mientras las cámaras me grababan. Lake me miró confundido, cuando lo miré sus orbes cayeron en mi boca y luego se centró nuevamente en mis ojos, le sonreí maliciosa.
—¿Qué tramas?
—Espera —le guiñé y miré al frente y solté —. ¡Vine también para presentarme como su legítima esposa, pero también para informarles del tramite del divorcio que ya está en proceso!
—¿Qué crees qué estás haciendo? —me cuestionó preocupado.
—Acelerando la noticia de lo que va a pasar, mi amor. —lo besé castamente, el beso de Judas.
De esta manera, seré yo quien acabara con su Dulce veneno, el mismo que casi me destruye cuando me lo dio a probar la primera vez.
Me voy a vengar de todo el daño que me hizo, es mi turno y ahora las riendas de nuestro destino las he tomado yo y no podrá quitarmelas. Ni él, ni su estúpida amante. Que se jodan. Porque aquí va la mía.
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Con cariño infinito: Ana.😍🥰⚘💃💐
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