16: + Sweet Lizy+
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—Es mi esposa. —afirmó Lake sin titubeo.
Algunos jadearon, otros fingieron felicidad y unos más se burlaban de la noticia con disimulo. Los flashes me cegaban repentinamente así que oculté mi rostro en su pecho y él me dejó hacerlo.
—Pero muchas veces se le vio con la señorita Freya Ģüçlü, incluso ahora están juntos y ella dijo que se casarían y que estaban enamorados.
—Mintió. —soltó Lake con seguridad, Freya, quien estaba detrás nuestro jadeó y sonrió nervuda sin saber que hacer o decir, pies ahora la humillación para ella era tanta, que no supo que hacer.
Pobre, sentí lastima por ella, pero luego recordé como fue conmigo y sonreí maliciosa para mis adentros.
—¿Entonces no era ella su novia, o prometida?
Me tensé ante la pregunta de esa mujer reportera, al parecer Lake lo sintió, porque me tomó con mas posesividad de la cintura y sentí sus labios sobre mi frente.
¿Por qué me estaba poniendo nerviosa?
Esto no era parte del plan.
¿Qué me estaba pasando?
Reacomodé mi cuerpo y alcé la mirada con osadía, sonreí a los camarográfos y agregué:
—Ella no es nadie, solo bromeaba, me estaba dando tiempo a que yo llegara y como lo habrán notado venia muy retrasada —decía yo con una gran sonrisa —. Ella es una vieja amiga con la que mi esposo mantenía una buena relación, pero nada importante, ella no es una amenaza para nosotros. Porque para él lo importante soy yo, por eso estoy aquí y tenemos una importante noticia que dar. —besé su mejilla con fingido amor y miré a Freya detrás de los reporteros, roja de la ira.
Le sonreí socarrona.
¡Por fin!
Charlize: 3 Freya: 1000.
Aún me faltan 997 puntos para alcanzarla, pero por algo se empieza y si de algo estoy segura, es que no dejaré que siga sumando puntos. Y esta vez, yo rebasaré su puntaje.
—¿Pero por qué nadie la conocía? —me preguntó una periodista con una agradable sonrisa —. ¿Y cuál es la noticia?
—Solo mírame, corazón —me señalé de pies a cabeza con egocentrismo —. Mi esposo es muy celoso y no quería mostrar lo que tenia en casa. Pero hoy decidí salir del cascaron y presentarnos públicamente ante todos ustedes. Y no comas ansias, la noticia yo se las daré en breve, solo esperen a que les dé su tiempo. —si, fue un comentario narcisista y nada que ver conmigo, pero simplemente tenia que dar de que hablar, para poner en su puto lugar a Freya y a Lake el infiel.
—¡Hacen una linda pareja!
—Lo sé, lo sé. —apoyé mi mano derecha sobre su firme pecho y seguido sentí su tibio aliento rozar el lóbulo de mi oreja cuando se inclinó y susurró:
—Buena jugada, esto no me lo esperaba.
Sus ojos me detallaron y sonreí triunfal.
—Soy todo lo que no querías en tu vida, Lake.
—Te equivocas, no sabes por cuanto tiempo he deseado tenerte conmigo. —sus ojos directamente en los míos.
—Nunca quise ser tu esposa, pero miranos ahora, armando un teatro frente a miles de cámaras internacionales para fingir que somos el matrimonio más sólido y perfecto de toda la historia Turca. —dije entre dientes, sin dejar de sonreír a la prensa.
—Me podría arrodillar a tus pies aquí mismo y frente a estas personas, solo para demostrarte que en este momento nada es fingido. Me hace feliz saber que la mujer que he deseado por meses, sea mía, mi esposa y mi mujer ante la ley.
Mierda.
—¿Eso crees? Solo estamos casados, cariño, pero no soy ni seré nunca tuya.
—¿Estas muy segura? —me preguntó justo cuando sus dedos largos delinearon el escote de mi espalda, haciéndome tensar de inmediato.
Sonrió malvado y decidí mirar a la prensa.
—¡Una sonrisa por aquí, por favor! —pidió uno de los reporteros, mientras mi esposo y yo, acatábamos obedientes la orden.
Sonreímos falsamente para todas las cámaras, él me besó nuevamente la frente, yo la mejilla y nos estrechamos con "amor". Todo iba bien hasta que:
—¡Ahora un beso en la boca, por favor!
—¡Sííí...! —exclamarón varias mujeres que yo no conocía, al unísono.
Freya, quien se había estado torturando con todo lo que estaba pasando, se puso loca ante esa petición se dio la vuelta y desapareció de nuestras vistas como alma que lleva el diablo. Temí que Lake quisiera ir tras ella, como siempre lo hizo y dejarme aquí humillada, pero para mi sorpresa no pasó, reafirmó su agarre en mi cintura y me observó pasivo.
—¿Qué esperas? Sé que mueres por volver a besarme. —me guiñó coqueto.
Sonreí con altanería ante su petición egolatra.
—Paso, mi amor, anoche, Han me besó mil beses mejor de lo que tú...
No me dejó terminar la oración, porque en un rápido movimiento me tomó de la nuca apretó mi cintura y estampó sus labios sobre los míos. Luché por no responderle, por no caer ante él, pero no lo resistí y le devolví el beso con el mismo ímpetu que él mismo ejercía con sus labios hábiles y demandantes moviéndose sobre los míos con coraje por creer que otro hombre me había besado, siendo que con Han no he compartido más que me llevará lastimada en sus brazos.
He sido fiel a mi matrimonio, aunque él no lo sepa.
Su lengua caliente se abrió paso dentro de mi cavidad bucal, para llenarme de su exquisita saliva con sabor a uvas y anís, propio del raki (licor turco). Sus largos dedos se cernieron sobre mi piel y me atrajo más hacia él; seguro, posesivo y demandante.
Su descripción perfecta, incluso hasta al besarme.
El oxígeno comenzó a faltarnos, y cuando su boca abandonó la mía, abrí los ojos y lo miré y sentí que me ahogaba nuevamente en la profundidad que me arrastraban sus ojos azules.
—¡Excelente, tenemos la foto!
—¡Con todo respeto, tiene usted una esposa preciosa!
Exclamaban los reporteros. Lake miró mis labios, luego mis ojos azules y finalmente habló sin perderme de vista.
—Lo sé, ella es mi mujer y soy afortunado de convertirla en mi esposa.
Elevé una ceja en cuestión ante su reciente mentira de mierda, si mil veces me gritó lo mucho que me detestaba y cuánto lo volvia loco.
Giré mi cara a la cámara y solté sin titubear.
—Lamento decirles que esto no será por siempre. Hablo de nuestra relación —todos se quedaron en silencio, mientras las cámaras me grababan. Lake me miró confundido, cuando lo miré sus orbes cayeron en mi boca y luego se centró nuevamente en mis ojos, le sonreí maliciosa.
—¿Qué tramas?
—Espera —le guiñé y miré al frente y solté —. ¡Vine también para presentarme como su legítima esposa, pero también para informarles del tramite del divorcio que ya está en proceso!
—¿Qué crees qué estás haciendo? —me cuestionó preocupado y en un susurro.
—Acelerando la noticia de lo que pronto va a pasar, mi amor. —lo besé castamente, el beso de Judas.
De esta manera, seré yo quien acabara con su Dulce veneno, el mismo que casi me destruye cuando me lo dio a probar la primera vez.
Me voy a vengar de todo el daño que me hizo, no quería hacerlo, de hecho mis planes eran otros pero al ver que me había dejado plantada y que había entrado con ella cuando me dijo que vendría solo, terminó de romperme. Ahora es mi turno y las riendas de nuestro destino las he tomado yo y no podrá quitarmelas. Ni él, ni su estúpida amante. Que se jodan. Porque aquí va la mía.
Las cámaras no dejaban de apuntarnos, los micrófonos seguían en posición y los reporteros no dejaban de pedirme explicaciones sobre lo antes dicho.
—Dulce... Lizy, no lo hagas, me tienes como un loco pensándote y ahora que te tengo me quieres dejar. No lo hagas, por favor. —me pidió con urgencia, dejando en tercer plano los gritos de estas personas que nos rodeaban.
Nos miramos atentos, ignorando que estabamos siendo filmados por muchas cámaras.
—Prometiste esperarme. —le recordé rencorosa.
Apretó mi cintura. No me había soltado.
—Lo hice, te esperé, pero Freya llegó y...
—¡Señor Öztürk, díganos lo que está pasando! —gritaron los de farándula, esperando atentamente, ya que él y yo solo susurrabamos.
—Por favor, Charlize, diles que estas mintiendo y que no es verdad ese tramite de divorcio, dame el beneficio de la duda y no te vas a arrepentir. —tomó el dorso de mi mano y lo besó.
Dejé de mirarlo, quería matarlo pero sé que tenia razón, después de todo ya no tenia que seguir fingiendo ser alguien que no era. Y sí el me rogaba que le diera una oportunidad de explicarse, se la daría.
Cogí aire y dije mirando a las cámaras:
—Es una pequeña broma, ¿cómo creen que me voy a divorciar del hombre que amo? —reí falsamente y ellos también, el turco a mi lado suspiró tranquilo —. Todo está en orden y que sepan que por el momento no pienso divorciarme de Lake.
—¡Creímos que lo dejaría por lo notoria que es su edad!
—¿A qué te refieres? —inquirí con frialdad. Porque vaya, yo no estaba con Lake por su dinero, sino por su conocimiento en la ciencia y si este imbécil reportero quería hacer creer eso, estaba más que equivocado.
—El señor Öztürk tiene treinta años y usted se ve que no llega ni a los veinte, ¿eso no le incómoda?
—Para el amor no hay edad y tendré que decirte que no tengo treinta años, tengo veintiocho y sí, me llevo nueve años a mi mujer, ella tiene diecinueve años. Pero nos amamos y eso es lo importante. —soltó Lake con el rostro impasible, y me pegó más a su cuerpo.
Los matiches esos parecieron satisfechos con la respuesta del turco y comenzaron a tomarnos fotos.
Luego de eso y de posar como la pareja "felizmente casada" –que no éramos–, Lake me tomó de la mano y nos llevó por un corredor que conducía a una puerta en la que al entrar, los reporteros ya no pudieron hacerlo, pues los hombres que custodiaban la entrada les negaron el acceso a ellos.
Bendito sea Dios, ya no los soportaba.
—¿Por qué hiciste eso? —me cuestionó cuando estuvimos a solas en un cuarto donde habían dos estantes con documentación.
Elevé el mentón.
—Me sentí traicionada. Dijiste que...
—No hablo de lo que acaba de pasar, hablo de por qué carajos nunca me dijiste que eras ella. Dejaste que te tratara mal. Mierda, como nunca me di cuenta, tu acento te delata y nunca lo noté en Dulce —rió sin gracia tomándose la cabeza entre las manos —. Si yo soy un hijo de puta, tú eres una perra masoquista por permitirme tratarte así, sabiendo que tú sabias quien era yo.
—Me estas ofendiendo, Lake. ¿Para esto querías que te escuchara? —solo se limitó a mirarme decepcionado y molesto. Resoplé —. Me voy, no tengo que aguantar más maltratos de tu parte.
Me tomó del codo y me regresó a mi lugar.
—No he terminado. —siseó.
—Suéltame. —le ordené pero no lo hizo.
—Si yo me siento mal por tratarte así, tú debes de estarte riendo internamente por jugar conmigo durante todo este tiempo —estaba furioso y su mirada no mentía —. ¿Desde cuándo?
—¿Desde cuándo qué? —fingí demencia.
—¡No te hagas! ¡Desde cuándo sabias que era el imbécil del que te podías burlar junto a tu asiático amante! —exclamó colérico, haciéndome sobresaltar en mi lugar por su arrebato.
—¡Cálmate, y Han no es mi amante!
—¡Te besaste anoche con él y por si fuera poco, te burlaste de mí, Charlize! ¡No me pidas que me calme! ¡Y apuesto a que el imbécil de Park lo sabe también, por eso lo trajiste, para reírse de mí juntos! —negó dolido.
Rodé los ojos y logré liberarme de su tacto agresivo. Este hombre tambien era muy dramático.
—Las cosas no fueron así, Lake. Sí, admito que Han ya lo sabía, pero él lo supo cuando entré a trabajar con ustedes en la empresa. Obviamente mi identidad para el hombre que me contrató no iba a pasar desapercibida. Pero te garantizo que él no vino hoy conmigo, por si lo olvidaste él también es uno de los nominados para esos premios. Además, jamás nos hemos burlado de ti, ni siquiera lo he besado nunca, ¡joder! Más sin en cambio tú si te burlaste de mí y me engañaste, no solo al mentirme sobre dejar a Freya, sino también en como me tratabas y aunque no hubiera sido tu esposa, no me merecía el trato que me diste. ¿O es qué a caso ya olvidaste cómo me trataste la primera vez que nos conocimos? ¿Y todas las veces después de esa?
Respondió enseguida, ni siquiera pensó su respuesta:
—Tu belleza me cautivó, pero al saber que no era capaz de dejar a Freya, me molestó y me sentí frustrado de solo pensar que nunca podría tenerte. Freya me engañó, pero sabia que yo no tenia los cojones para hacerle lo mismo con la primer mujer que logró despertar un deseo en mí. Perdón, pero para mí tú eras el pecado hecho mujer y me enfurecía verte y no tenerte.
Negué divertida por las cosas que sacaba y dolida a la vez, por puto infiel y traidor.
—Cómo sea, si caminé con Han por la alfombra, fue porque cierto neandertal me dejó plantada afuera y luego supe que ya estabas muy campal dando una conferencia junto a Freya. ¿Cómo crees que me sentí?
Suspiró y se llevó las manos a la cabeza y tiró de su pelo.
—Tienes razón, pero te juro que yo no la traje —nos miramos a la cara —. Ella llegó sola y me interceptó por la espalda, llamó la atención de los medios y ellos nos comenzaron a atacar, no supe como reaccionar, lo siento, Lizy. —dijo más calmo.
Lo sentí honesto así que no discutí.
—Te dije esta mañana que yo no era mala persona, sí, quería vengarme por todo lo que me hiciste, Lake. Pero no puedo. No soy como tú... ni como Freya.
Acunó mi rostro y se inclinó para mirarme a la cara.
—Eso lo estoy comprobando en este momento y sí, sé que eres una buena persona, Lizy. Perdóname por todo lo que te hice pasar antes, por tratar mal a Dulce cuando ella era inocente de toda la mierda que me rodeaba, discúlpame por favor.
Tomé sus manos que acariciaban mi rostro, pero no las aparté y en cambio las toqué.
—Me has hecho mucho daño, Lake. Tanto que ya he perdido la cuenta de las veces que he derramado lágrimas por culpa tuya.
—Lizy —besó mis labios con un pico que apenas rozó —. Déjame compensarte.
—¿Con orgasmos?
—Si así lo quieres, yo estaría más que encantado. —admitió con una sonrisa traviesa.
Negué la cabeza con seriedad, haciendo que me soltara el rostro.
—No—dije rotunda y luego pregunté —: ¿Qué vamos a hacer ahora, Lake?
—Podemos intentarlo —sugirió, besando mis manos que había tomado entre las suyas. Luego tomó el collar de diamantes entre sus dedos y suspiró —: No los habías usado. —miró también el anillo que portaba en el anular izquierdo.
Miré mi mano y luego a él.
—Esperaba el momento indicado. Y sin duda este momento lo ameritaba. —sonreí inocente, Lake me devolvió el gesto.
—¿Crees que podamos estar bien?
Aparté la mirada y suspiré.
—Te dije que te arrepentirías. —le recordé lo que le dije la vez que me echó junto a Han de la fiesta de su amigo.
Lake pareció verdaderamente arrepentido, apretó los labios y asintió abatido.
—Eso dijiste, y créeme que lo estoy. Estoy verdaderamente arrepentido, me duele mucho todo esto y saber que te lastimé —negó cabizbajo —. Sé que mi enojo de hoy, no se compara con todo lo que te he hecho pasar a ti.
Por unos minutos nos quedamos callados, no había tensión sexual, ni otro tipo de situación, solo nos quedamos sumergidos en nuestros pensamientos, recordando como fue que llegamos hasta aquí y por todo lo que tuvimos que pasar para estar hoy en este cuarto.
Sacudí la cabeza cuando mi teléfono en el bolso vibró, abrí mi bolso de mano y revisé el teléfono. Era un mensaje de Park, diciendo que el evento ya iba a empezar y que Lake tenia que regresar al salón donde se llevarían a cabo los premios. Cuando guardé de vuelta mi teléfono en el bolso y alcé la mirada, Lake me estaba mirando fijamente.
—Me tengo que ir, no me siento muy cómoda con todo esto.
—Déjame llevarte, ya no puedes sacar excusas. Sé donde vives y puedo llevarte sin pedirte la dirección. —tomó mis manos y les dio un ligero apretón.
—No, me iré sola, tú tienes que estar presente en la entrega de tu premio. Han me dijo que el evento está iniciando y...
—No me im...
—No repliques, sabes que tienes que estar aquí, esto es por lo que desde siempre has trabajado, Lake. Y claro que esto es importante para ti, es el momento que deseabas tener, recuérdalo. —le sonreí de lado.
El turco dio un paso al frente, volvió a cogerme del rostro y pegando su frente a la mía, opinó:
—Sé lo que quiero en este momento y créeme, no es ese jodido premio y mucho menos estar en este lugar. Sé el lugar en el que quisiera estar ahora contigo y lo que en este momento busco ganar, es solo tu perdón. Y discúlpame por lo que haré, pero quiero probarte otra vez. —tomó mis labios con su boca saboreando cada espacio de mi cavidad bucal, me dejé hacer, porque verdaderamente no podía negar lo que yo también buscaba y me gustaba la forma en como él me besaba.
Me robaba el aliento, me hacia sentir una estampida de bichos raros en la barriga y me dejaba el cerebro en blanco. Esto me producía Lake Öztürk, el hombre que me trató con la punta del pie, pero que sin duda podría llegar a perdonar si siempre fuera así de amoroso y tierno conmigo.
Luego de un par de minutos besándonos, lo frené a regañadientes:
¡Estas molesta con él, recuérdalo! Rugió mi leona interior, amanzando a mi indefensa gatita que estaba bajo el hechizo del turco.
—No, Lake, no puedo, lo siento. —intenté irme pero su mano en mi cintura y la otra sosteniendo mi mentón, me impidieron mover del lugar.
—¿Quieres que esté en este lugar?
—Sí. —admití con el ceño fruncido.
—De acuerdo, pero ahora que ya sabemos quienes somos realmente, sabes que tienes que estar conmigo hoy aquí. Por eso nos casamos, para aparentar que soy un hombre de familia y responsable, sin contar que yo fabrico el medicamento que le ayuda a tu madre con su cáncer.
—Eres un hombre responsable, sí, pero no fuiste una buena persona y no mereces que yo te acompañe, este es el momento de tu amante, no el mío. Además fabricar medicamentos es tu trabajo, tu pasión y... —le expliqué, pero él me silenció.
—Te quiero, Lizy. Déjame estar esta noche contigo, quiero compensarte por todo lo que te he hecho sufrir.
—No puedo hacer eso.
—¿Por qué no?
—Porque perdonarte tan fácil y darte una oportunidad, es como fallarme a mí misma y no puedo darme ese lujo. Estoy harta de nadar en un mar que lo único que hace es arrastrarme a donde él quiere para luego hundirme en las profundidades y cuando logro salir a flote, viene una tormenta arrebatadora y me regresa al fondo.
—Supongo que yo soy esa tormenta. —argumentó y yo asentí.
—Y mi padre es ese mar que me arrastra a donde él quiere que este.
Me tomó de los hombros.
—Por favor, déjame estar contigo. Dame estos seis meses que nos quedan, y si en ese lapso no logro convencerte de que estés a mi lado por amor, firmaré el divorcio y te dejaré en paz.
—¿Cómo pretendes que este contigo cuando sigues con esa mujer?
—Te he dicho que ya no la amo...
—Y si aun la amaras, ¿la dejarías por mí, Lake? —silencio, no hubo nada y eso me hizo reír amargamente —. No ¿verdad? Y estoy segura que en este momento me habrías echado del lugar frente a las cámaras, solo para ver a tu mujer feliz.
—Pero no fue así, no quiero a Freya. Déjame mostrarte mi lado bueno, tú conoces al Lake prepotente, falso y grosero, pero te aseguro que el Lake que educó mi madre es por mucho, mejor que el grosero yo.
—No puedo, lo siento, solo te haré perder el tiempo y no nos lo merecemos. Mira, tengo rencor, mucho rencor hacia ti. No quiero intentar algo con la persona que colaboró para hacerme sufrir, eso sin contar que tuve que casarme forzadamente contigo, el día en que mi novio fue sepultado.
—Pese al tiempo, ¿aún lo quieres? ¿Por eso no me aceptas?
Bajé la cabeza y asentí.
—Mucho, fue el amor de mi vida, así como amaste a Freya, yo amé igual o más a Mason. Y no, no te acepto porque fuiste despiadado, así que solo mantengamos nuestro trato y en seis meses me dejaras ir sin dramas y le seguirás suministrando su medicamento a mi madre.
Apretó los labios, tenia un poco de mi labial en la comisura de sus labios y ver aquello me hizo sonrojar. Porque por Dios, este hombre me gustaba mucho, y admito que quería perdonarlo y darnos una oportunidad. Pero mi yo interna estaba muy lastimada, ella si le tenia resentimiento a Lake y no quería nada con él. Y por ende... yo tampoco.
—Bien, no te voy a presionar. Pero que sepas que no me voy a dar por vencido, sé lo que quiero y no me cansaré hasta obtenerlo. Tú me vas a perdonar, cueste lo que cueste lo harás. —me besó la mejilla y tomando nuevamente mi mano, tomó la perilla de la puerta y sonrió —: ¿Estás lista?
—Ajá.
Lake abrió y salimos juntos de aquel cuarto, caminos por el largo pasillo tomados de la mano, la misma que me hacia sentir sensaciones exquisitas en la espina dorsal. Llegamos nuevamente a la puerta por la que habíamos entrado y al momento un flashback de unos meses atrás, me hizo sonrojar por el recuerdo de lo vivido.
—¿Pasa algo?
—No, nada. —mentí con las mejillas calientes y la cabeza baja.
Lo oí reír.
—Yo también me acordé de eso mientras estábamos en el cuarto de archivos. —mencionó con burla.
Apreté los labios y no me atreví a alzar la mirada.
—Por favor, olvídate de eso. —rogué con pena ante la escena en la que él y yo nos quedamos encerrados en un espacio reducido cuando llegó la policía al bar donde estábamos pasando la noche.
Lake tomó mi mentón y me obligó a mirarlo, luego sonrió y dijo:
—Me debes unos zapatos. Dijiste que habías hecho el pedido...
—Y lo hice, pero por lo que Yasli me dijo, no eran tu talla y tuvimos que devolverlos. La empresa que los fábrica me dijo que podían importarlos de Alemania, pero tardarían tres meses y ...
—Olvídalo, solo estaba bromeando. Esos zapatos no me hacen falta... pero tú sí.
—Lake, por favor...
—Está bien, dije que no te presionaría y lo voy a cumplir. Dejaré que tú vengas a mí cuando estés lo suficientemente segura de que soy lo que quieres tener.
—¿Y si nunca voy a ti? —pregunté insegura.
—Una pregunta difícil, pero supongo que que como lo dijiste, tendré que dejarte ir porque con ello sabré que no soy lo que querías tener en tu vida.
Un revuelco en el pecho de lado izquierdo me oprimió y me hizo sentir triste por sus palabras.
<<Te haces de rogar y bien que quieres estar con él>>. Dijo mi conciencia, molestando a mi yo interna que lo detestaba.
—De verdad quisiera hacer borrón y cuenta nueva. Pero no puedo...
Me miró, lucia impasible y sereno, no parecía afectado.
—Me merezco todo tu odio, pero de verdad agradezco que estés hablando conmigo y que me hayas permitido explicarme, eres una excelente persona y es por eso que te dejaré ir.
Fruncí el ceño y lo quedé mirando confusa.
—¿Irme? ¿A dónde?
Por loco que sonara, yo no quería irme, no aún.
—Con tus padres, volverás a Australia la próxima semana.
Sentí el corazón acelerado, inconscientemente tomé el dobladillo del vestido y lo apreté en mi puño.
—¿Nos vamos... a divorciar?
Su mirada azul se tornó lucida y triste ante mi pregunta.
—Eso será algo inevitable, ¿no lo crees? —mencionó con la voz ronca y abatida —. Pero no, ese no es el motivo, solo sé que es importante que vuelvas a tu antiguo hogar.
—¿Mi madre esta bien? —pregunté de repente más alarmada.
—Sí, tranquila. Henry dijo que Paola solo esta deprimida porque te extraña, Lizy. Y creo que yo también lo estaré en cuanto te vayas la próxima semana. Sí, sé que no pasamos tanto tiempo juntos, pero creo sinceramente que me enamoré de ti. Porque simplemente no le encuentro otra explicación lógica a esto que siento, el corazón se me acelera cuando te veo y si no es amor, entonces posiblemente necesite un trasplante.
No dije nada, él se acercó, sabia que iba a besarme pero esta vez y a regañadientes aparté el rostro y él pareció dolido por mi rechazo.
—En serio, ¿qué pasará con Freya? Dijiste que terminarías con ella luego de haberte casado conmigo, pero no lo hiciste. Te dije que no quería verme como la esposa cornuda y eso no te importó, preferiste mentirme y decir que la dejarías cuando seguiste saliendo descaradamente con ella en público. —le recordé molesta.
—¡Joder, deja de echarme en cara todos mis putos errores, Charlize! ¿Cuántas veces tengo que decirte que lo siento?
—Con sentirlo no basta. Tú te lo buscaste, Lake, yo solo te recuerdo lo que prometiste y no cumpliste. Ahora Freya es y seguirá siendo tu problema y solo espero que la mantengas alejada de mí. —le pedí cansina, porque por mucho que él le haya hecho un desplante frente a la prensa, esa mujer no creo que se daría por vencida con él tan fácilmente.
Frotó su frente con fingida tranquilidad, su otra mano estaba dentro de su pantalón de gala; estaba tremendamente bueno el desgraciado. Sacudí la cabeza para despojarme de esa idea fuera de lugar y tomé aire.
—Yo hablaré con ella y le diré que lo nuestro se acabó. Pero tú también terminaras con Han, ese hijo de perra se metió con mi novia y ahora también lo hizo con mi esposa.
—Yo no estoy con Han, te he dicho que no soy como ustedes. Él y yo solo somos buenos amigos, nada más.
Lo vi suspirar por mi respuesta un poquitin agresiva.
—Bien. Hablaré con ella y la terminaré oficialmente esta misma noche.
—Que fácil sonó eso, pero no hace falta que la dejes, sigue con ella, hacen una muy buena pareja y siempre lucen muy felices juntos.
Sonrió sin ánimos.
—Esta es tu manera de vengarte de mí, ¿no es así? —inquirió incrédulo.
Rodé los ojos, ya no lo aguantaba, quería irme.
—No, Lake. Te he dicho que yo no soy como tú y Freya, yo si tengo educación y principios, así que piensa lo que quieras, yo sé lo que soy y tú no vas a cambiarlo.
—Te dije que voy a hablar con ella, arreglaré las cosas y luego iré por ti. —aseguró mirándome sin pestañear.
—¿Y de verdad crees que te funcionará? ¿piensas que te estaré esperando con los brazos abiertos? —inquirí con una ceja enarcada.
Él se encogió de hombros.
—Siempre me podrías esperar con las piernas abiertas.
—Ja ja, que gracioso. Pero eso no pasará, así que mantente a raya y si insistes créeme, no te la pondré fácil. —le advertí con gelidez.
—¿Qué te digo? Me gustan los retos y te garantizo que lograré que me perdones, seré el hombre que siempre debí ser para ti y no me cansaré hasta que me hayas perdonado.
—Pero dijiste que volvería con mi...
—Es verdad, viajarás a Australia la próxima semana, podrás estar con tu madre una semana completa y luego volverás aquí, conmigo.
No sé porque, tal vez la felicidad de estar una semana en casa con mi madre y saber que volvería a verlo a él, me hicieron hacer una locura, una locura que cambiaría el giro de mi vida. Rápidamente me lancé a sus brazos, él me atrapó y uní mis labios a los suyos, este beso fue lento, apetitoso y dulce. Su lengua entró en contacto con la mía, sus grandes manos aprisionaban mi cuerpo al suyo y su pecho duro rozando el mío fue la cereza del pastel y un deseo tremendo se desbordó como lava caliente en mi cuerpo ardiente.
—Lizy —gimió al estrujar mi glúteo derecho —. Danos una oportunidad, sé que tengo posibilidades de que me perdones.
Y con esas tres palabras volví en mí. Dios mío, me estaba dejando toquetear a su antojo. Mi pecho subía y bajaba de manera errática, Lake no estaba mejor que yo, pues su entrepierna se veía vultosa y tremenda.
Tragué grueso y luego lo miré a los ojos.
—Creo que tienes razón, sí hay una posibilidad de que te ganes mi perdón.
Sonrió sensual.
—Y lo obtendré, dulce Lizy. Te ganaré a la buena. —y volvió a besarme.
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Espero que hayan tenido una feliz Navidad.
Hoy este capítulo se lo quiero dedicar a mi mamá.
Chicas, sé que tal vez no les importe pero quiero que sepan que mañana es el cumpleaños de la mujer que me trajo al mundo sentada... sí, mi madre me parió sentada porque los dolores del parto no la dejaban parirme normal.🙈
Creo que por eso estoy tan chiflada, no nací normal.🤪
En fin, quiero pedirles el gran favor de que la feliciten y que ella vea que aunque son poquitas mis fieles lectoras, están al pendiente de mis locuras mentales.🤣
27 de diciembre 2024, el cumple de mi mamá Carmen, la mujer que me dio la vida para poder crear locuras que viven en mi cabeza y que comparto felizmente con todas ustedes.
Recuerden que esta gran señora, también es mamá de Izan, Isla, Kennedy, Enzo, Vladimir, Lizy, Lake y por supuesto de Han. Porque sin ella y mi padre, yo no existiría y por ende ellos tampoco.
¡Feliz cumpleaños, mamá!
#felizcumpleCarmelita
🎂🎉🥳
Gracias y no olviden que las adoro.
Con Dulce amor, Ana:
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