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13: +Sweet Guilt+

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Sin tocar la puerta, abrí e ingresé a la oficina de Park, quien tecleaba algo en su computadora, pero dejó de hacerlo en cuanto me vio a mí. Sonrió y se quitó las gafas de vista cansada que usaba para el trabajo.

—Veo que en serio tu tobillo mejoró. —mencionó con amabilidad, pues apenas hoy me había presentado a trabajar luego de una semana aislada en casa; ni siquiera había ido a la universidad.

—Sí.

—Me alegra. —dijo amable.

Suspiré y dejé el paquete que llegó sobre su escritorio, y por cierto el cual la chica de recepción me trajo gentilmente. Luego retrocedí un par de pasos y lo quedé mirando por si me pediría alguna otra cosa.

—Supe que Lake hizo una escena en tu casa porque nos vio juntos en Capadocia y que por poco te descubre.

Asentí apretando los labios, no tenia ganas de decir nada de lo que él claramente ya sabía. Un silencio incómodo se instaló entre nosotros, Han solo se limitaba a mirarme sentado detrás de su escritorio, jugando con un bolígrafo entre sus dedos. Era como si esperara que me sentará a tomar el té con él y platicarle de mi vida "personal". Pero eso jamás pasaría, estaba molesta por todo lo que este trío se tenia y del que yo siempre saliera embarrada en sus mierdas.

Creí que esto sería un matrimonio sin problemas y me estaba resultando todo lo contrario. Pero bueno, todo sea por la bendita ciencia de Lake y la pronta recuperación de mi madre.

Acomodé mi cabello hacia atrás y dije con tono serio:

—Si eso es todo y si me necesitas, estaré en mi puesto, con permiso. —me dí la vuelta para salir, apenas había dado un par de pasos pero Han me detuvo con su mano suave y delgada sobre mi brazo.

Ni siquiera noté cuando se paró de su asiento y me alcanzó tan rápido. Lo miré pero no fue una buena idea, ya que mi descarada mirada se deslizó por su cuerpo alto y pese a ser delgado sus músculos suaves eran notorios bajo sus ropas. Lucia un traje negro con una camisa blanca desbotonada del pecho y sin corbata, su pelo en un bonito corte hongo que lo llevaba lacio con un fleco entreabierto en la frente lo hacia ver como esos sexys coreanos de los K–dramas.

No era de ver ese tipo de programas, pero el que Neil hablara mucho de eso, llamó mi atención y miré una serie que terminó en cantándome. En fin, pase saliva un poco espesa y parpadeé unas cuantas veces para salir de mi "flechazo". No me culpen, la verdad es que se veía muy guapo ha decir verdad, y tenia que admitir que Park Han–Eun me atraía un poquitín... creo; o tal vez era el K–drama que aun me tenia bajo su efecto.

—¿Estás molesta conmigo, Lizy?

Exhalé el aire por la boca y miré su mano que aun me sostenía, se dio cuenta de ello y rápidamente soltó mi brazo. Quería que hablara, pues bien, aquí voy, porque su bonito rostro y su porte de actor surcoreano no me detendrían en mi despotricadera:

—Sí, estoy molesta de que Freya, Lake y tú, estén en una guerra constante en la que yo siempre salgo más dañada que ustedes.

Sus ojos rasgados me miraron con pesar, sabía que no lo estaba fingiendo, de verdad me estaba demostrando un sentimiento genuino de él. Dio un paso al frente y metiendo su mano a mi nuca, hizo lo que no creí... pegó mi cabeza a su pecho y su otra mano me sostuvo la cintura, bueno, me fui un poco lejos porque creí que me besaría, pero sin duda esto se sentía mucho mejor. Y lo admito, creo que si necesitaba un abrazo y me permití disfrutarlo porque se sentía bien... más que bien; esto era reconfortante.

—Lo siento mucho, Lizy. No quiero que sigas siendo un daño colateral en un escenario catastrófico, tienes razón, es una guerra que nosotros tres tenemos y en la que como tú lo señalas, no tienes nada que ver.

Han me soltó y lo miré a los ojos, sus ojos negros y rasgados eran muy lindos y no había malicia en ellos más que una sincera disculpa.

—¿Por qué te acostaste con Freya? —no evité la pregunta y me dí cuenta que ya era tarde, porque Han se tensó y miró para otro lado que no fueran mis ojos azules —. Lo siento si...

—No, no te preocupes —suspiró y volvió a mirarme —. Esa noche Lake y yo aun éramos buenos amigos. Tuvimos un buen contrato y decidimos festejar en un bar en Nueva Zelanda. Freya llegó sin avisar, a mí en lo personal esa mujer nunca me agradó, pero decidí sobrellevarla por Lake, ya que él estaba... está perdidamente enamorado de ella.

No sé por qué, pero eso último que soltó Han, me hizo sentir triste y en serio dolió. Será que... ¡No! ¡Eso no iba a pasar jamás, Lake nunca me importaría de ninguna manera! No noté que yo estaba con cara de perrito abandonado, hasta que Han se inclinó un poco y miró mi rostro con preocupación.

—¿Estas bien? ¿Te duele algo? —preguntó acariciando mis mejillas con sus pulgares.

Carraspeé un poco avergonzada y miré para otro lado, logrando que dejara de acariciarme el rostro.

—Ajá. —me limité ha decir.

Suspiró y se paró en su alta postura.

—Bien. Bueno, pues...

—Pero ella lo manipula. —aseguré con rapidez y repentinamente, él sonrió y asintió en acuerdo.

—Siempre ha sido así, pero en fin. —encogió los hombros.

—¿Qué pasó...? ya sabes, esa vez que su amistad se arruinó para siempre en Nueva Zelanda. —felicidades Charlize, estas entrando a un terreno sensible y Han no parece muy contento con la idea de que lo presiones para que hable de su pasado.

Me dije internamente, pero para mi suerte, Han me miró y dijo con seguridad:

—Aquella noche estuvimos los tres celebrando en el bar del hotel, no te puedo decir como pasó, lo único que recuerdo es a Freya —rió con amargura ante el flashback que seguramente tuvo al revivir un pasado vivido —. Yo la estaba... ya sabes, ella gemia mi nombre y... mierda —se revolvió el pelo con coraje y me dio la espalda, sus músculos estaban tensos —. Ella siempre supo que fui yo quien la estaba follando —negó la cabeza y volvió a mirarme —. Luego de eso ambos nos quedamos dormidos, hasta que Lake entró y nos descubrió desnudos y durmiendo juntos —rió con amargura —. Ya sabrás como se puso y bueno, nuestra amistad se fracturó y como lo ves, ya nunca volvió a ser la misma.

Sí, apostaba a que Lake golpeó a Han hasta el cansancio, perdonó a Freya y el culpable de ese acostón siempre fue el coreano. Que imbécil. Creo que hasta un puto ciego podría haberlo visto, esa mujer era una perra agachona. Pero ya lo decía mi abuela, no hay peor ciego que el que no quiere ver.

—Cambiemos de tema. —propuse al notar que le estaba lastimando aquello y lo menos que quería es que siguiera sintiendo eso.

Han, sonrió de lado y asintió para luego chasquear la lengua.

—¿Te gustaría acompañarme esta noche a una fiesta de unos viejos amigos?

Alcé las cejas.

—No me refería precisamente a ese tipo de tema.

Sonrió más animado.

—Anda, diviértete un poco, Lizy.

Enarqué la ceja y me crucé de brazos ante eso último.

—Yo si me divierto, Han, no soy una chica aburrida —él se disculpó, sonreí para que viera que bromeaba; mordí mi labio y finalmente asentí —. De acuerdo, pero quiero invitar a mis amigas, ¿puedo?

No quería que esto pareciera una cita, porque no lo era y si acudía a solas con él, me sentiría así; comprometida aunque él no insinuara nada.

—Claro, Nazli y las demás chicas me agradan mucho, excepto esa loca de Neil. —concordó.

Lo decía porque la prima de Asya se había vuelto un poco intensa luego de acudir con  ella como su cita en Capadocia, y eso al parecer al coreano no le gustaba.

—Bien.

—Gracias. Oh, y le dices a Nazli que lleve a Yasli, con él llevo una buena relación pese a que su hermano sea un completo imbécil conmigo —encogió los hombros y apartó un mechón de mi cabello tras la oreja —. Paso por ti a las siete de la noche, ¿bien?

—De acuerdo, Han. —salí de su oficina y me puse a revisar los pendientes que tenia acumulados sobre el escritorio.

Bailé animada con mis amigas, pese a que era música turca y estaba aprendiendo a dominar el ritmo, creo que lo estaba haciendo bien ya que Yasli me felicitó y Nazli lo apoyó. Terminamos agitadas y coloradas, así que bebimos Raki en pequeños vasos que conocía como chupitos y los pusimos nuevamente sobre la barra, esperando que los llenaran de
más alcohol.

Han me hizo una seña para que me acercara a él, pasé frente a mis amigas y me acerqué con una gran sonrisa dejándome caer pesadamente sobre el asiento junto a él. Ya estaba un poquitin habría.

—¿Qué sucede, amigo? —miré atentamente al coreano, quien se tensó un poco, formó un gesto con los labios y respondió a mi pregunta:

—No quiero que te alarmes, pero creo que Lake esta aquí y eso quiere decir que Freya vino con él.

—No puede ser, esto ya parece un deja vu. —dije parándome como resorte ante la información que acababa de darme el coreano y miré para todos lados con cero discreción; okey, ser discreta no era lo mío. Yasli notó mi comportamiento, se disculpó con las personas con las que charlaba junto a su novia y se acercó a mí, con la confusión marcada en su rostro.

—¿Qué sucede, Liz? —inquirió el hermano menor de los Öztürk, con el ceño fruncido.

Nazli se acercó a nosotros sosteniendo su copa y miró a Han, quien le hizo una seña que ella entendió perfectamente y me tomó rápidamente de la mano, para luego advertirle a su novio:

—Tu hermano está aquí, debemos sacarla de aquí antes de que nos vea con ella.

Yasli hizo aplicó lo que yo, y miró cero discreto para todos lados, ante la información que le dio su novia.

—¿Estos amigos tuyos, también eran... son amigos de Lake? —inquirí nerviosa.

Han apretó los labios y asintió apenado. Me molesté y maldije entre dientes, Han rápidamente me tomó del brazo y me obligó a verle a la cara.

—Escucha, él nunca viene a este tipo de reuniones, por eso me confíe y te invité porque creí que no vendría. Mierda, jamás hace esto, no sé que cambió ahora.

Dejé de prestarle atención y miré a la gente que bailaba animada, y algunos más platicaban con diversión. Pero no había rastro de Lake ni de Freya por ningún lado, tal vez Han con sus ojos pequeños no distinguió bien y se confundió de hombre.

—Vamos, conozco una vía de escape. —dijo Asya, quien ya estaba al tanto de la situación y bueno, sé que ella sabia por donde irnos ya que su padre era primo del dueño de este salón.

—Vayan ustedes, yo me quedo con Han para persuadir a mi hermano, no queremos que se repita lo de la última vez. —recordó Yasli, ya que la semana pasada su hermano me persiguió como un demente obsesivo y no solo eso, sino que fue hasta mi casa a montarme una escena de celos por haberme visto con Park.

—Pero...

—Ve, Lizy. Estaremos bien, si él me ve aquí no notará que tú estuviste aquí y no te hará otra escena. —me aseguró el coreano, sonriéndome apenado por la última vez en que Lake supo que fue él quien me llevó en brazos.

Suspiré y asentí.

Nazli besó fugazmente a su novio y me hizo caminar por delante de ellas, segun ella para intentar "cubrirme" de los ojos de mi marido que estaría cerca de los chicos que se habían "sacrificado" para que yo escapara, pero como lo dije, la suerte nunca estaba de mi lado. De hecho creo que la suerte y yo no nos llevamos bien; ella me odia. Ademas creo que la suerte trabaja para Freya y por eso ambas conspiran contra mí.

Bueno, todo pasó rápido, iba tan distraída vigilando que Lake no nos seguía, que no miré cuando choqué con un cuerpo gigante y atlético que obstruía la "vía de escape" y tuve que chocarme con él de frente, rebotando como pelota de frontón contra su pecho duro, hacia atrás. Pero el desconocido reaccionó rápidamente y me tomó de los brazos, impidiéndome caer estrepitosamente.

—¡¿Por qué mierda no se fija por dónde va?! —exclamó el tipo haciéndome tensar de inmediato ante el sonido de su voz, levanté la mirada lentamente hasta que me encontré con esos ojos azules que me miraban con sequedad.

Lake me soltó bruscamente dándome un ligero aventón y logré sostenerme con mis pies que parecían de gelatina.

—Mierda —mascullé entre dientes, me acomodé el vestido que usaba y cambié mi rostro de confusa a furibunda —. ¡Pues la culpa no es solo mía, señor Öztürk! —afilé mi voz y lo miré gélida.

Y como lo dije, la suerte me odiaba y la prueba de ello fue la llegada engreída de Freya, quien apareció a su lado mirándome de una forma envenenada, se colgó del brazo del imbécil de Lake y exclamó con tono apático.

—¡¿Quién invitó a esta mujer?!

Y como arte de magia la música se detuvo, los invitados que eran al rededor de cien personas, se callaron y nos miraron atentos. De entre la multitud, un hombre se abrió paso y se acercó a mí con paso decidido.

—Yo. —respondió Han, atando su mano con la mía. Lake miró aquello y apretó la mandíbula.

—¡Largo! —exclamó el turco con evidente furia y Freya sonrió satisfecha por la orden que dictó su lacayo.

—¡No, ella viene conmigo y tú no puedes echarla de ninguna forma,  Lake! —contradijo el coreano, parándose frente a mí y enfrentando al ojiazul con valentía.

La gente hablaba de esto, y yo sinceramente solo quería que la tierra se abriera y me tragara para que luego me escupiera en los brazos reconfortantes de mi madre, que tanta falta me hacia en estos momentos.

—¿Eso crees? —sonrió malicioso, luego me miró y en un rápido movimiento, Lake tomó vuelo con su puño que se estampó de lleno contra la mandíbula de Han, quien cayó estrepitosamente al piso con la sangre llenando su boca.

—¡¿Qué mierda te sucede, estúpido?! —grité agitada, estaba por ponerme de cuclillas frente a Han (quien parecía estar aturdido por el golpe), pero Lake tomó mi brazo con brusquedad y sin aviso me arrastró hasta la salida.

—¡Suéltame! ¡Han...! —grité con desesperación, al ver a mi amigo casi noqueado en el piso y siendo auxiliado por demás gente.

Freya venía caminando detrás de nosotros y la muy bruja se burlaba de esta falta de respeto de la que estabamos siendo víctimas tanto Han como yo. Las personas de la fiesta nos miraban asombrados, yo sentía las mejillas calientes por la humillación que estaba pasando al ser maltratada por este neandertal. Alguien tiró de mi mano libre, haciéndonos frenar en seco. Lake gruñó y apretando mi brazo con fuerza miró sobre su hombro y su mirada cambió considerablemente al ver a la persona que sostenía mi mano libre.

—Yasli, ¿qué haces? —escupió Lake con sorpresa al ver a su hermano pequeño, sosteniendo mi otra mano y siendo un caballero; cosa que él no conocía.

—Dulce vino con Han, no puedes correrla de una fiesta que no es tuya, hermano —dijo mi amigo intentando meter en razón a su hermano mayor. Instintivamente llevé mi vista atrás y noté que Nazli y Asya cuidaban de Han, quien ya se empezaba a reponer del golpe. Suspiré un poquito más aliviada de verlo casi mejor —. Además, mamá no te educó para tratar así a las damas, vienes de una mujer, Lake, recuerda quien eres. —Yasli lo miraba suplicante, Lake pareció ceder, pero la suerte de Freya tenia más poder sobre él.

—¿Amor? —maculló ella con arrogancia, mirando a su novio con "carita de Angel".

Miré a Yasli y él le sostenía la mirada a su hermano, quien volvió a apretar mi brazo y dijo, esta vez mirándome a mí con veneno:

—Lo siento, hermano. —el perro títere volvió a tirar de mí, pero esta vez, con más fuerza al grado de sacarme un quejido de dolor.

—¡Detente! —exclamó Yasli con una voz que nunca antes le escuché, al ver como me estaba lastimando físicamente.

Lake se detuvo y lo encaró.

—¡¿Por qué la defiendes, Yasli? Ella no sirve para nada! —liberó mi brazo como si él tocarme le produjera asco, inmediatamente Yasli me estrechó en sus brazos y Nazli también me defendió.

—¡Eres un pendejo, Lake, dejas que Freya te manipule, pero te aseguro que te vas a arrepentir!

—¿De qué lado estas, Naz? —la increpó Freya con los brazos cruzados, ya que por lo que sabia, Nazli hablaba con ella por Lake.

—Del de mi amiga. —aseguró sin titubeo la turca, haciendo que Freya la mirase asombrada.

—Nazli. —la llamé, ella me miró y se acercó para abrazarme con su novio.

Tenia ganas de llorar, pero no les di el gusto y me mantuve firme y además entre estas personas que si me querían, me sentía protegida. Me acomodé nuevamente y armada de valor, miré a Freya y señalándola con mi índice, dije:

—Tú estas usando a este pobre diablo para tus actos malévolos, pero sabes qué en el fondo solo buscas la aprobación de los demás, porque al menos infringiendo miedo tienes ese "respeto" pero al girarte todos te clavan los cuchillos en la espalda.

La rubia se puso roja, sé que esto no se comparaba con todo lo que ella me ha hecho en este tiempo, pero al menos esta vez la había puesto en su lugar frente a la gente que atestiguaba esta escena. Lake por su parte se mantuvo confundido, mirándome impasible, no sabia lo que estaba pensando por su cabeza, pero al menos ya no parecía estar enojado.

—Amor, no puedes permitir que me hable así, es una maldita víbora ponzoña.

Y bueno, con esa voz chillona volvió a encender el interruptor de Lake y este títere humano me fulminó y sentenció:

—No eres bienvenida aquí, vete Dulce, o de lo contrario le diré a mis hombres que te saquen a la fuerza.

Reí sin gracia.

—Te desconozco, hermano. —Yasli me tomó del brazo con delicadeza y junto a Nazli y las demás chicas, me sacaron de aquí.

Pero antes de salir del todo y aprovechando que todo seguía en silencio, me giré sobre mi hombro y le escupí:

—No te olvides nunca de este momento, Lake, porque te aseguro que haré que te arrepientas de todo lo que me has hecho.

Me fusiló con sus iris.

—¿Crees que me intimidas?

Encogí mi hombro y sonreí.

—Solo sé que Charlize se sentirá muy decepcionada de saber con que clase de hombre con pocos huevos se casó.

—Ella no es su esposa, yo soy la legítima. —farfulló Freya con pesar, para no quedar como la amante frente a los conocidos de los festejados.

—El matrimonio de Lake con otra mujer que no eres tú, no dice lo mismo, zorra. —hice énfasis en la última palabra, haciendo que Freya me quisiera atacar.

—Eres una... —justo cuando venia a por mí, Lake la tomó del brazo y la frenó.

Le sonreí engreída a la estirada esa, no dije más nada, solo le guiñé un ojo a Lake y salí de ahí con mi familia, los únicos que realmente siempre han estado para mí.

🍬☠🍬☠🍬☠

que tardé mucho en actualizar, pero sinceramente no me sentía mentalmente apta para escribir, me dio ese conocido bloqueo de escritor.🤭😁

Pero bueno, ya estoy mejor y aquí esta una muestra de ello.🥰

Saben que las adoro mucho y me siento muy feliz de que este libro también este siendo bien recibido. De verdad mil gracias por todo y que Dios me las bendiga siempre.

Con Dulce amor: Ana.💐❤🤩🥳

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