Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

1 | +Sweet Life+

+🍬+🍬+

Alguna vez en la vida, recuerdo haber escuchado que el amor se hizo para hacerlo, no para sufrir por él.

¿Entonces qué pasó? Si todo con Mason iba bien, ¿por qué pasó lo qué pasó? Si mi vida era dulce a su lado.

Un mes antes de que todo ocurriera, no lo entendía, por que simplemente yo era feliz y nada me hacia falta si estaba con el chico del que llevaba enamorada desde hace dos años.

¿Y cómo fue qué me enamoré de Mason?

Fue fácil amarlo, por que él se preocupó por mí de una manera en la que nadie lo había hecho. Ni siquiera mis padres, aunque a mamá no le reprochaba nada, pues las quimios la debilitaban y perdia la noción del tiempo. Pero a mi padre, a ese hijo de perra es al que más odio, incluso lo odio más que a aquel que seria mi esposo.

Bueno, aquí les explico como fue mi efímero romance con el primer chico del que me enamoré.

Dos años antes:

Salimos del colegio y entre bromas y risas, Mandy, Troy y yo, jugábamos al juego infantil "yo veo", en donde cada uno daba pistas de los que veía y los demás teníamos que adivinar. Troy había visto la cabeza calva del prefecto Will y como él dijo que había visto algo cromado y reluciente, creímos que era el piso limpio del pasillo escolar.

—Es tu turno, Mandy. —le dijo Troy, mientras la pelirroja asentía y buscaba con la mirada lo que llamara su atención.

La vi sonreír picarona, luego se aclaró la garganta y dijo:

—Yo veo... algo que se antoja, se disfruta y carajos, se me hizo agua la boca.

Soltamos una pequeña risa y rápidamente comenzamos a buscar que era eso que ella "describió" sin tantas pistas, hasta que localicé el local de las palomitas de caramelo y nuez.

¡Eso tenia que ser!

—¡Las palomitas dulces! —solté cantarina.

Mandy negó.

—El perfume de Reina. —canturreó Troy con orgullo, pero nuevamente Mandy negó.

—Danos más pistas. —suplicó mi amigo.

—¿Se puede comer? —curoseé para darme una idea.

—Hujum, si, se puede comer.

Me llevé el meñique a la boca, mordisque mi uña sin arrancarla y por más que pensé y vi a mi al rededor, no localicé lo que ella...

¡Aguarden, Santo Dios!

—¿Se rinden?

Ambos asentimos, yo más como un robot y finalmente la chica señaló con la barbilla hacia la dirección que yo ya había descubierto.

—Ese chico. —susurré.

Mi corazón latió rápidamente cuando miré al chico de traje oscuro, el mismo que usaba Michael, mi chófer personal para llevarme y traerme al colegio. Cuando el chico me miró, sonrió y se abotonó el botón medio del saco, como todo un profesional.

—¿Es tu nuevo chófer? —inquirió mi amiga, sin dejar de mirar al chico de cabello oscuro como la noche y de unos preciosos ojos azules, que hasta esta distancia eran fáciles de apreciar.

Troy bufó.

—Es un tipo común, no entiendo que es lo que le ven.

—No opines, Troy y dejanos seguir apreciando el paisaje sexual que hay frente a nosotras. —lo riñó la pelirroja.

—¿Es tu chófer, Charlie?

—No, mi chófer es Michael, no sé quien es él. —admití un tanto avergonzada de verlo más de la cuenta, así que aparté la mirada y ahora le di la espalda al chico.

—¿Estás segura? Porque estoy segura que el auto es el tuyo y no hay equivocación de que él vino a recogerte.

—Ya dijo que no es su chófer. Tal vez se robó el auto y piensa secuestrarla. —refutó Troy.

—No seas dramático, ese bombón no necesita secuestrar a nadie, mira nada más ese rostro esculpido por los Dioses. —explicó mi amiga con suspiritos.

—No soy dramático, solo soy realista.

—No sé si es mi nuevo chófer, pero si, ese es mi auto.

—Pues vamos y preguntémosle.

—De acuerdo. —dijo el chico.

Sin darme tiempo a negar, Troy y Mandy me tomaron de los brazos y prácticamente me arrastraron hasta él. El chico al vernos llegar, se paró como soldado y sonrió tan lindo que casi suspiré.

—Hola, ¿eres el nuevo chófer de Charlie?

—¿O la quieres secuestrar? —dijo Troy.

—Bueno, tanto como su chófer nuevo, o su secuestrador, pues... no. Soy Mason, Michael es mi padre, pero llevó a la señora Paola al médico.

Enseguida todo el encanto que sentí por este chico, se esfumó y le abrió las puertas a la preocupación que se instaló en mi sistema.

—¡¿Mi madre está bien?!

Sus ojos se posaron en mí y sentí un alivio cuando sonrió.

—Tranquila, señorita, su madre está bien. Es solo que Richard, el chófer personal de su madre, tuvo un inconveniente y por eso mi padre tuvo que llevarla a sus tratamientos. Así que él me pidió el favor de venir a recogerla, solo por hoy. Ya mañana será nuevamente mi papá quien la recoja.

No sé por qué, pero sentí una opresión en mi pecho cuando el dijo eso. Como si eso me molestara.

—Vaya, ya decía yo que eras demasiado bueno para ser real. —opinó mi amiga, quien al parecer sintió el mismo vacío que yo.

Mason sonrió amigable.

—Bueno, señorita —abrió la puerta de atrás y la sostuvo para que yo entrara —. Si me hace favor de subir. Mi padre me dijo que el señor Olsen, odia la impuntualidad y... —miró la hora en el reloj que colgaba de su muñeca —, ya vamos diez minutos tarde.

—Pero mi padre está de viaje. —mencioné en voz alta lo que sabía.

—Si, pero él llamara para saber si ya está en casa. —me sonrió.

No dije nada, simplemente parecía que mis ojos se habían anclado a él y no quería volver a zarpar de ese lugar en su inmenso mar ocular. Salí de mi transe cuando Mandy me codeó, pestañeé un par de veces y acomodé el asa de mi mochila sobre mi hombro.

Troy hizo un mohin con los labios.

—Los veré mañana, chicos. —me despedí de mis amigos y subí a la parte de atrás del auto.

Mason cerró la puerta y condujo hasta mi casa, una vez llegamos, bajé del auto como si el diablo me persiguiera y entré recargando mi espalda en la puerta de la entrada.

—¿Qué fue eso? —me pregunté tocando mi pecho.

Enseguida llamaron a la puerta con toques suaves, fruncí el ceño y me giré para abrirla y cuando lo hice, me encontré con el tipo que me tenia con todos los nervios disparados.

—¿Qué?

—No he dicho nada. —soltó divertido.

Exhalé.

—Como sea, iba ha hacer mi tarea y me vienes a quitar el tiempo. —mentí con parsimonia.

—Supongo que tiene buena memoria.

—¿Disculpa?

Me crucé de brazos para filtrar mis nervios, él suspiró y alzó mi mochila.

—La olvidó en el auto. Pero me da gusto saber que sus apuntes no son importantes, por que su cabeza es como un disco duro que guarda todo en ella para sacarlo después.

Sentí como mis mejillas se pusieron rojas de la vergüenza.

—Gracias. —le quité la mochila de las manos y le cerré la puerta en la cara, pero al momento me sentí como un Troll maleducado y suspiré.

Moderé mi semblante, acomodé mi cabello y volví a abrir la puerta. Mason ya estaba de espaldas y cuando escuchó que abrí la puerta, se giró de nuevo y sonrió.

—Lamento si se molestó, no fue mi intención, solo bromeaba. —dijo con su melodiosa voz.

Asentí aún sonrojada y acomodé mi cabello.

—¿Quieres comer conmigo?

—¿Es una invitación a cenar?

Sentí las mejillas calientes.

—No, es que la verdad casi no como por que no me gusta hacerlo sola.

Frunció el ceño y ahora su mirada azul, se tornó preocupada.

—¿No come?

—A veces si.

—¿Y las otras veces? —mi miró suave. Apreté los labios y él resopló —. Ya decía yo que estaba muy delgada.

Y así fue, él comía conmigo casi todos los días y me hacia video llamadas en las noches para que cenaramos juntos, virtual. Subí un poco de peso, no estaba gorda, pero mis mejillas ya no eran pálidas y tenían un bonito color rosado gracias a mi buena alimentación.

Pasaron solo tres meses para saber que estaba muy enamorada de él y el sentimiento era recíproco, por que la primera vez que me besó, pude sentir el gran amor que sentía por mí.

Habíamos terminado de ver una película en el cine, salimos del establecimiento y una ráfaga de viento alborotó mi cabello suelto y erizó los vellos de mis brazos. Me abracé yo misma por instinto.

—Toma, se siente un poco de frío. —se quitó su chamarra y me la puso sobre los hombros, luego, sus dedos apartaron las hebras de mi cabello que se habían cruzado en mi rostro y se me quedó mirando.

Sentí un cosquilleo en el estómago, más aún cuando trazó con sus yemas el contorno de mi rostro.

—Me gustas mucho, Harlie. —él me había puesto de cariño Harli, usando la parte media de mi nombre C-harli-ZE.

—Tú... también me gustas, Mason.

Sonrió encantador al escuchar mi confesión y sin esperarlo, se inclinó más a mí y me besó dulcemente. Mis labios se abrieron a él y su lengua invadió mi boca en busca de mi lengua que jugó con la suya. Sus manos ya habían acunado mi rostro y sus largos dedos acariciaban mis orejas.

Me besó castamente cuando rompió el beso y me miró enternecido.

—Tal vez te parezca precipitado, pero de verdad me gustaría que salieras conmigo oficialmente.

Casi me ahogué con mi propia saliva.

—¿Me estás pidiendo qué sea tu novia?

—Si. —dijo sin rodeos.

Las mariposas en mi estómago marcharon y revolotearon por toda mi barriga. Creo que estaban felices.

—De acuerdo, veremos que pasa.

Me volvió a besar, está vez más efusivo, me abracé de su cuello y me dejé hacer en su boca.

Con Mason compartí mucho en un año, pero nunca dimos ese paso, ya saben, de hacer el amor. Él quería casarse conmigo antes de eso y yo esperaba ansiosa a que mi gran día con él llegara. Pero eso no nos impedía darnos placer de otra manera.

—Te amo, Harli.

—También te amo. —cerré los ojos cuando su boca se comió mi coño, arqueé la espalda y encogí los dedos de mis pies ante la faena exquisita que me hacia en mi zona con su hábil boca —. ¡Ahhh!

Su lengua trazó un circulo en mi vulva, no tardé mucho en venirme en su boca y que él se viviera toda mi nata. Sonrió orgulloso al verme agitada y desnuda sobre su cama.

—Eres la imagen perfecta que a mi vista le encanta —dijo con la voz ronca, mientras tomaba su falo desde la base y lo comenzó a bajar en repetidas ocasiones, al tiempo en que gemia al masturbarse —. ¡Así, no dejes de mirarme, mi amor!

Acaté su orden y mientras él se tocaba, no evité sentir de nuevo ese deseo naciendo de mí y me llevé las manos a mi zona mojada, donde comencé a frotar mis dedos de manera circular. Era una escena tan erótica e íntima, que me hacia gemir su nombre mientras nos mirábamos al tocarnos.

—Vamos, si, mi amor, vente conmigo. —dijo con un hilo de voz.

Pero esta vez y antes de volver a correrme, deje de masajear mi clitoris y me acerqué a él, tomé su verga en mis manos y la puse en medio de mis tetas, haciéndole una rusa mientras chupaba su cabeza con la punta de mi lengua.

—¡Oh, Harli, te amo tanto!

Luego de decirme eso, no tardó en darme su leche espesa que me tomé gustosa, mientras abría más la boca para dejar que me llenara el paladar.

Mi relación con Mason era "secreta", ya que a mi padre no le agradaba que saliera con el hijo de mi chófer, era clasistas, y para evitarles problemas, decidí verlo a escondidas; pero siempre valía la pena.

Y aunque seguía siendo virgen, mis deseos de perderla con él eran más grandes que nada.

Luego de ducharnos juntos, salimos a caminar al arroyo que había cerca de la cabaña que él alquiló para pasarla juntos el fin de semana. Mandy, me había hecho el favor de pedirle permiso a mi padre y este accedió con la condición de que no bebieramos alcohol. Así que eso no era difícil, pues Mason no tomaba y tampoco necesitaba embriagarme para tenerme a su merced.

—¿Te gusta la vista? —me preguntó cuando llegamos a la cima de la pequeña montaña.

Miré fascinada el arroyo y el paisaje que lo rodeaba desde esta vista.

—Me encanta, me gustaría vivir aquí contigo, para siempre. —recosté mi cabeza sobre su hombro y él besó mi coronilla.

—Algún día nuestro hogar, será así, preciosa.

Alcé mi cabeza y lo quedé mirando.

—No me importa el lugar, Mason, mientras sea contigo, yo seré feliz por que tú eres el amor de mi vida.

—¿Para siempre? —inquirió con su mirada azul mirándome.

Sonreí y asentí varias veces con la cabeza.

—Para siempre, mi amor. M y C, hasta el final. —prometi, entrelazando mis dedos con los suyos.

—Te amaré hasta mi último aliento, Harli.

—Yo también, hasta mi último minuto en este mundo terrenal.

Y bajo un cielo azul y despejado, Mason me hizo finalmente el amor, por que sabia que aunque no estuviésemos casados, yo siempre seria suya, incluso en ese momento en que nos nos unía un papel. Me hizo el amor de una manera tan deliciosa, que gemí y bañé su miembro del manantial que expulso mi cuerpo cuando el orgasmo me desarmó.

Su manera de hacermelo fue espectacular y quedé satisfecha en sus brazos, en aquel momento. Me aferré a su cuerpo, y luego lo solté, por que creí erróneamente que él siempre estaría para mí cada que lo necesitara, pero no creí que en un mes el encanto acabaría de la peor manera en que podía pasar.

Y es así como mi tormento inició, dándole el adiós a mi gran amor y entregándole mi vida a la persona que seria mi Dulce veneno.

+•+•+

Muchas gracias por estar aquí, espero que este libro sea de su agrado y nos permitan entrar a sus cabecitas.

Este libro te lo dedico a ti, mi bella lectora, que me acompañas a recorrer esos estragos que mi loca imaginación crea.

Te amo.🥰

Las actualizaciones serán igual que Iridiscencia, todos los miércoles 8 pm hora de México.

Con cariño infinito: Ana.😍🤩🥰

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro