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Dulce veneno- Dia 1 Damiraeweek22

¡No se olviden de comentar! Dejen estrellita si les gustó. Este es un fic que hice por la damirae week 2022.

Un poquito +18 advierto.
Les advierto a mis seguidoras de lo "Gore" que esté es un fic AJUSTADO al evento. Entonces.... No hay sangre 🙂

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Dia 1: Dulce Veneno

Raven tenía un sexto sentido que decía que planeaba algo.

No sabía que exactamente. 

Lo dejo hablar.

Luego de una hora se aburrió de la ODA asimismo.

- Me tengo que ir.-

- No puedes decir eso. Son apenas las diez.-

- El equipo puede necesitarme. La delincuencia esta desatada en San Francisco últimamente.-

Se iba a parar pero la detuvo.

- Al menos toma una copa. No me vas a negar eso.-

Suspiro rendida y se volvió a sentar.

El conjuro una copa y se la dio.

- Está fría.- 

- La guardaba en el refrigerador justo para ti.-

Otra vez volvía a sentir que tenía unas segundas intenciones que no lograba descifrar.

Y tampoco pensaba esperar a verlas.

Bebió rápido.

Zachary apenas dio un pequeño sorbo.

El mago la miraba atentamente se dio cuenta.

Sonrió.

Con una risa que no le agrado para nada.

- Es bueno lo admito.- Era un champagne dulce.

Delicioso.

De esos caros que tanto le gustaban a él.

- ¿Quieres más?- 

- No. Enserio. Debo irme.- Ahora si, se paro y conjuro un portal.

Zachary comenzo a gritar de pronto sin sentido.

La hechicera cerro el vórtice y lo miro preocupada.

Estaba recostándose contra la mesa. 

Chillando de dolor.

Tomo su rostro para mirarlo a la cara.

- ¿Qué pasa?- 

- No lo sé. La cabeza me está estallando. Por favor quédate hasta que se me pase.-

No dijo nada. Lo ayudo a reincorporarse y lo llevo al sofá para que estuviera más cómodo.

Él aprovecho a recostarse sobre su regazo.

- Zachary. ¿Qué haces?-

- Estoy cómodo así. No seas cruel y déjame estar aquí un momento. En un rato estaré perfecto.-

Sentía que estaba jugándole una broma.

Lo presentía muy fuerte.

Su comunicador sonó y tomo la llamada sin dudarlo.

- ¿Dónde estás?- Robin estaba de muy mal genio detrás de la pantalla.

- Con Zachary. Justo estaba a punto de volver. ¿Sucedió algo?-

- Hoy te toca patrullar y todas las personas que te podrían cubrir se marcharon a un estúpido show de K-pop. Así que si no te importaría...-

El mago le quito el comunicador insolentemente y miro fastidiado a ese maldito fanfarrón de su líder.

No le iba a arruinar la noche después de lo mucho que le costo convencerla de estar allí.

- Oye. Jodete.  ¿Qué no eres lo suficientemente bueno acaso como para hacerte cargo tu solo de la ciudad que la necesitas a ella?-

- Esto es una cuestión de reglas de convivencia del equipo Zatara que no tengo porque explicarte. Ella por alguna razón no pidió la noche. Supongo que no pensaba soportarte por demasiado tiempo...-

Lo vio recostado en sus piernas.

Cómodo.

¿Desde cuándo Raven dejaba que alguien hiciera eso?

- ¿Eso crees? Mírame dónde estoy. Ni te cuento la vista que tengo desde aquí.-

No tuvo que escuchar más la hechicera que se levanto y prácticamente lo arrojo al suelo.

- NUNCA DEBÍ HACERTE CASO.-

Le arrebato el comunicador de las manos y cerro la comunicación.

- Lo siento es que si no hacía esto nunca hubieras...-

- Se acabo.- Prácticamente desapareció de allí en un suspiro.

- No puede ser posible... - Murmuro una vez que se fue.

Estaba totalmente decepcionado.

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Encontrar a Damian no fue difícil. Reconoció el ambiente detrás de él en la pantalla. 

La sala de máquinas. 

Monitoreaba la ciudad en búsqueda de problemas.

- Ah, decidiste venir entonces. - Le dijo sin voltear al percibir su presencia.

Ni siquiera se molesto en contestar.

Se sentó a su lado en silencio hasta que le ordeno que los llevará a la bahía.

Hizo lo que le ordeno y caminaron a la par hasta que ella sintió con su magia que estaban siendo rodeados. 

Se lo advirtió con tan solo una mirada.

Eran solo una docena de idiotas con armas. 

Nada que no pudieran manejar en tan solo unos minutos.

Los amarraron a todos juntos, se comunicaron con la policía de la zona.

Mientras Raven se quedo con ellos hasta que las autoridades llegarán Robin reviso el cargamento que intentaban contrabandear a la ciudad.

Tomo un par de notas como siempre y fotografías.

Le dio el informe a los oficiales para que se encargarán de ahora en más del asunto y se acerco a su líder.

- Me siento extraña. No se qué me sucede. Volveré a la Torre si no te molesta.- El tono que uso fue bastante suave.

Calmo.

Damian mentiría si no dijera que le preocupo escucharla así.

Jamás en ocho años la escucho decirle que se sentía mal en el medio de un patrullaje.

Asintió.

- Ve. Terminaré con esto pronto. Si necesitas ayuda con algo sabes que puedes...-

- Si.- 

Sentía pequeños temblores en los brazos.

Los ojos le ardían.

Se agacho en el suelo y conjuro un portal allí mismo.

Se materializo en la cocina.

Todas las luces estaban apagadas.

Fue a buscar algo para beber.

Sentía la boca muy seca.

Se preguntaba si sus compañeros habían vuelto del concierto.

Eran las tres de la mañana.

Era lo más seguro...

¿Qué se suponía que podía hacer si sentía mal?

¿Tomar una aspirina?

Jamás le había pasado esto.

Sentía calor.

Dudaba que la medicación que utilizaba cualquier humano hiciera efecto alguno en ella.

Su estómago se contraía.

Se mordió los labios.

Se sentía mareada.

El vaso se le cayó.

-Mierda.-

Tomo los trozos más grandes de vidrio y otra vez sus manos volvieron a temblar.

Los soltó y se cortó.

Un poco de sangre comenzó a correr por su brazo.

- Mierda.-

Decidió dejar todo así como estaba.

Ese desastre podría limpiarlo en la mañana.

Camino hacia su habitación y en el pasillo, saliendo de las escaleras que bajaban al Garaje se topo con Robin.

Él la vio sosteniéndose de la pared.

Respiraba esforzadamente.

No dudo en acercarse a ella.

- Dime qué está pasando.- Eso no fue una pregunta.

Sonrió.

¿Por qué lo hizo?

Ni ella lo sabía.

Solo podía decir que le agradaba su atrevimiento.

Se veía tan varonil cuando demandaba algo.

Su ferocidad no la asustaba en lo más mínimo. Más bien...

- No creo que sea algo de que preocuparse. Iré a descansar.-

Entro al ascensor.

Él la siguió.

Después de todo sus habitaciones estaban en el mismo piso.

La corta subida fue en silencio.

Raven estaba parada detrás de él erguida.

Intentando mantener la compostura.

Por varios segundos quedó prendada viendo dos lunares pequeños que tenía detrás en su cuello.

Nunca se los había visto.

Se preguntaba si tendría más a lo largo de su espalda o eran los únicos.

Su espalda se veía tan grande con esa molesta capa encima.

Sus hombros eran anchos.

Ni en las prácticas, ni aunque hiciera un calor infernal como en estos momentos se quitaba su traje de encima.

¿Cómo podía ser eso posible?

No era como Dick que siempre que podía se desnudaba para todas y mostraba sus abdominales de hierro con orgullo.

No. Él era más reservado.

Se preguntaba si se parecía a él.

Estaba segura que tendría más cicatrices...

Era un completo salvaje en cuanto a tratarse heridas.

Siempre se las cosía sin ayuda de nadie comento una vez Cyborg.

Sin importar lo profundas que eran...

Eso era Damian. Un duro. Uno que jamás demostró hasta hoy debilidad ante nada ni nadie.

Por su entrenamiento apostaría que incluso ocultaba una mejor condición que Nightwing.

La compuerta del ascensor se abrió y él siguió su camino.

Estúpidamente no hizo nada.

Solo siguió viéndolo y paro la compuerta antes de que se cerrará con sus propias manos.

Salió de allí rápido y vio como Robin ha estaba tecleando el codigo de acceso de su habitación.

El cuál ella sabía perfectamente gracias a una de aquellas veces en las cuales por error entro en su mente.

Se preguntaba cómo sería allí dentro.

Seguro tenía una cama enorme propia del heredero multimillonario que era realmente.

Imaginaba poca luz y unas barras donde colgarse en el techo para hacer algo de ejercicio enfermizo matutino.

Estaba entrando pero ella no le dejo hacerlo.

- Robin no me siento bien. ¿Podría quedarme un momento contigo?-

Prácticamente fue una súplica aquello.

Nunca escucho ese tono de voz tan frágil en Raven.

Pero ¿Qué podía hacer?

Nunca dejo entrar a nadie en su habitación.

Ese sitio era absolutamente privado.

Incluso mucho más que su cuarto en la Mansión Wayne.

Pero era Raven.

Ella siempre observaba pero nunca decía más que lo necesario.

Cómo él en cierto punto.

Su igual en el equipo.

Era de confianza y lo necesitaba.

No podía negarle nada.

- Entra.- Se abrió paso y ella ingreso cabizbaja.

Vio sangre en su mano derecha.

Su piel se veía acalorada.

Lo cierto era que era invierno y lejos de hacer calor hacia un tanto de frío.

Particularmente Raven solía padecer esos meses.

Se abrigaba más que cualquier otro y ahora sudaba.

Querer justificar su sintomatologia como una simple gripe que tenía cualquier mortal hubiera sido fácil sin embargo presentía que había algo más.

Ella quedó para en el medio sin saber que hacer.

- Siéntate en mí cama si quieres. Tomaré una ducha.-

Raven vio manchas de sangre en su capa.

No hirió a nadie de gravedad pero uso sus puños lo suficiente como para que volarán algunos dientes de las quijadas de sus adversarios.

Supuso que siempre se duchaba luego de una misión.

Las peleas cuerpo a cuerpo tenían sus contras al parecer.

En cambio ella solo debía hacer su 'abrakadabra' sin molestarse en acercarse mucho a nadie.

Asintió.

Tomo algo de su armario y se marchó.

Tenía una ducha propia.

Probablemente una gran bañera imaginaba.

Tenía casi por seguro que no se equivocaba.

Esa habitación tenía todo lo que pensó y más.

Una cama enorme donde podría dormir cómodamente cuatro adultos y sin embargo solo lo hacía uno.

Una gran estantería con varios libros y muchas carpetas en un escritorio junto a una laptop.

Le llamo la atención su guardarropas.

Era más grande de lo que hubiera imaginado para alguien que solo usaba el mismo traje a diario.

Respiro hondo.

La habitación olía demasiado a él.

Se arrojo sobre su cama y se aferró a su almohada.

Era el éxtasis ...

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Necesitaba una ducha caliente.

Siempre. Cada noche.

Lo ayudaba a dormir mejor aunque sea un rato y acomodar ideas.

¿Qué haría con Raven si no mejoraba?

La respuesta más obvia sería llevarla con la Liga.

Determinar si era una cuestión física o más bien mágica.

Una parte de él se negaba a hacerlo como primera opción.

Significaba exponerla en quienes no confiaba.

Incluyendo su padre.

No le confiaba a Raven a nadie.

No la entendían como él.

No confiaban en ella como él.

Al menor percance la encerrarian en algún lugar y jamás lo permitiría.

No. Raven no iba a salir de la Torre.

Debía plantearse otras opciones.

Salió de la ducha y tomo una toalla.

Se la envolvió en la cintura.

Salió de allí esperando que Raven ya estuviera durmiendo.

Pero no.

Ella miraba a la ciudad.

Una mano apoyada sobre el cristal.

Se dio la vuelta y se quedó viéndolo en silencio.

Sin decir una palabra.

Se había quitado su capa y tenía en sus manos su almohada.

- ¿Raven?- Pregunto cautelosamente.

- Me gusta tu aroma.-

¿Que se suponía que debía responder a eso?

Camino hacia ella.

Preocupado.

- Siempre me pregunte cómo te veías debajo del traje.-

- ¿Qué dices?-

¿Acaso estaba escuchado lo que creía escuchar?

Arrojo la almohada a un lado.

- Me da gusto que no te muestres tanto como Nightwing si no otras andarían detrás de ti y no lo soportaría.- Ella mientras hablaba se acercó a él hasta poner una mano en su pecho.

Él la detuvo y la miro arqueando una ceja.

- Tu no eres así.-

- Tu no me conoces Damian.-

- Si lo hago.-

Negó.

- Si me conocieras sabrías que siempre me gustaste.- Lo miro a los ojos mientras con las puntas de sus dedos lentamente fue bajando hasta su cintura.

Raven no hacía de chica sexy.

Raven era sexy con tan solo mirarte de cerca con esos ojos suyos ...

Iba a retroceder pero ella tuvo que seguir hablando.

- Amaría verte desnudo. -

Tomo su mano otra vez antes de que hiciera una tontería.

- Basta. No estoy jugando.-

Estaba pensando seriamente en amarrarla a una silla si hacía un movimiento más.

Raven jamás diría algo como eso.

- Entiendo.- Le dijo con tristeza.

Casi en un susurro.

Se dio la vuelta.

- Debes irte.-

- Debí haberme quedado con Zachary.-

Se le revolvió el estómago al escuchar ese maldito nombre.

¿Por qué lo mencionaba? ¿Acaso pensaba volver a buscarlo?

Camino a la puerta contorneado sus caderas con sensualidad.

- ¿Qué piensas hacer?-

- Iré a coger a Zachary si no puedo hacerlo con mí primera opción.-

- Tu no sales de aquí.- La tomo del brazo y la arrojo a la cama con demasiada fuerza.

Más de la que hubiera querido.

Estaba enfadado.

Muy enfadado por su comportamiento tan adolescente.

- Eres solo un humano Robin. No tengo que ni acercarme a ti para hacerte mucho daño.-

Era cierto.

Además no tenía cerca su cinturón.

Ni un plan para volverla en sí.

- ¿Bebiste o inhalaste algo?- Su mirada le era familiar.

Solo que el factor detonante que le encontraba explicación a su actuar estaba en Arkham marchitandose en una celda sin ventanas a pedido de él.

- En absoluto. - Se reincorporó apenas.

Se quitó el traje casi arrancandoselo de si misma hasta quedar solo con su sostén en la parte superior.

- Hace demasiado calor aquí.-

- Eso no es cierto.- No mentía en absoluto.

No dejaba de verla.

No podía dejar de hacerlo.

Debía admitir que imagino que usaba encaje.

¿Por qué?

Raven era elegante.

Su gusto por la música y los libros era exquisito.

No esperaba menos de ella que algo de buen gusto.

Un sostén negro sobre sus firmes y suaves pechos.

Cerro los ojos y miro hacia otro lado.

Tenía que dejar de verla o caería en su juego.

Tenía en su maletín los químicos que necesitaba para hacer un antídoto.

- Te envenenaron. -

- ¿Quién haría algo como eso?- Pregunto mientras introdujo sus dedos entre sus piernas mientras lo miraba.

No puede ser cierto...

- Me calienta mucho verte así e imaginar cómo es. - Murmuró mientras lo veía libidosamente.

Respiraba agitadamente por la boca.

- Me gustaría tanto tenerte Robin. En mí...-

Iba tan rápido...

En cualquier momento mojaria sus sábanas estaba seguro.

- Te ves tenso.- Le dijo con sus mejillas rosadas mirando la carpa que se le había montado debajo.

Se suponía que tenía más control que eso.

Había visto mujeres desnudas antes y no le habían provocado en absoluto nada.

¿Cómo ver a su amiga a los ojos lo ponían así?

Estaba duro.

Tenía ganas de satisfacerse ahí mismo.

No podía dejarla sola.

No podía arriesgarse a que se marchara.

- Estoy a punto Robin...- Mordió su propia mano para intentar aplacar sus gemidos.

Harto ya de estar parado allí donde estaba se quitó la toalla, abrió sus piernas y la arrastró al borde de la cama.

Ella lo miro con ansias.

Con anhelo.

- La habitación es a prueba de sonidos. -

- Entonces hazme gritar Robin. ¿Qué esperas?

Se hundió en ella hasta que sus caderas chocaron.

Ella grito de dolor y él mordió su hombro.

Su perfume.

Nunca pensó que lo sentiría tan cerca.

Subió y bajo tan rápido como pudo.

Tanto como su cuerpo le pedía.

Raven lo tomo de la mandíbula con sus manos.

- Me debes estar odiando.-

¿Bromeaba acaso?

Tomo su pequeña mano y lamió sus dedos.

La dio vuelta con facilidad y comenzó a penetrarla otra vez.

Desde esta posición se deleitaba escuchando como sus cuerpos chocaban indecorosamente.

Sus gritos y el ruido del choque de ambos cuerpos inundaban sus sentidos.

- Es más grueso de lo que imaginé siendo honesta...-

- Raven ...no sigas.- Le suplico.

No quería acabar pronto con esto.

Quería que durará todo lo que fuera posible.

Estaba en todos sus sentidos disfrutando de ese momento y a la vez muy en el fondo sabía que todo lo que salía de su boca era por el veneno de esa perra de Ivy que probablemente...

ZATARA.

La tomo de los pechos y la atrajo contra su abdomen.

- ¿Te dio algo para beber?-

Ella lo tomo del cuello y se dio la media vuelta.

Lo beso en la boca.

Abrió los ojos al sentir su lengua en su paladar mientras estaban tan íntimamente conectados ya de por si.

En el fondo siempre quiso que terminarán así ¿No?

Lo que nunca pensó que pasaría es que fuera tan pronto.

Tan fuera de lugar.

Raven se comportaba como ...

Lo tumbo contra la cama ahora.

¿Desde cuándo tenía tanta fuerza?

Se sentó sobre él y comenzó a mecerse.

Tenía una visión hermosa de sus pechos que danzaban frente a sus ojos.

Su amiga.

Su amante está noche.

Era una mujer hermosa.

Lo volvió a mirar otra vez cuando se sintió cómoda con la posición en la que estaba.

Se quiso aprovechar de ella...

- Si. Me dio una copa. Luego llamaste...-

... él también lo hacía.

- Tenemos que terminar esto.- Le dijo mientras la tomo del mentón con firmeza.

- Estoy de acuerdo.-

Lo volvió a besar otra vez sin previo aviso y comenzó a mecerse de manera sensual sobre él.

Ambos ardían juntos al compás.

Era como si encajaran perfecto con el otro.

Su matriz caliente, apretada...

Le mordió el labio justo cuando él sintió acabaría.

No puedo...

Iba a tomarla de la cintura pero ella aferro sus brazos contra la cama.

Con su magia.

No había manera de evitarlo si no podía moverse...

- No voy a dejar que lo arruines.-

- NO ESTAS BIEN.-

No paraba de subir y bajar.

Mierda...

Ella lo tomo del cuello con fuerza clavando sus uñas contra su piel.

- Te engañe. Nunca pensé en ir tras él. Solo te quería a ti. Solo tú ibas a poder calmar este calor que sentía dentro y quiero que termines o nunca se acabará. ¿De acuerdo?-

Era amenazante.

Hablaba como una completa lunática.

Le fascinaba.

Al menos su cuerpo no pudo soportar más estar dentro de ella ...

Odiaba y amaba esto.

Murmuró en árabe una maldición y Raven derramó unas lágrimas.

- No siento mis piernas.- Le dijo justo antes de caer sobre él.

Ambos tenían sus cuerpos sudados.

Estaban exhaustos.

Se sentía como la mierda.

No era mejor que Zatara haciendo esto.

Si Raven hubiera estado con él para cuando comenzó a sentir el efecto de esas esporas la historia hubiera sido otra.

Volteó a verla.

Quería pedirle perdón.

- Lamento las marcas en el cuello. Me deje llevar.- Se veía tan serio a sus ojos. - Lamento también haber usado mis poderes. Temía que...-

- ¿Acaso no tienes idea de las implicancias de algo así?-

- Mañana me encargaré de eso. Deja de ser tan gruñón aunque sea una vez en tu vida. Ya estoy mejor. Es como si todo lo que necesitaba eras..tu.-

Estaba muy exhausta.

Iba a lidiar con esto mañana.

No sabía cómo pero lo haría.

Beso sus labios por última vez y acaricio su espalda hasta que se durmiera.

En lo único que podía pensar era en la amistad que podía perder ...

...y luego estaba ella.

Cómo mujer.

Tenía la espalda descubierta.

Tomo las sábanas y las envolvió a su cuerpo.

Quería a Raven para el y solo para él.

Incluso la idea de que Zachary pudo tenerla así le hervía la sangre.

Iba a ajustar cuentas con él tan pronto como resolviera cómo enfrentar a la verdadera Raven.

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Al día siguiente...

Se levantó exhausto.

Se sentía extraño.

Abrió las sábanas de inmediato al oler algo particular...

Las sábanas estaban sucias.

Estaba totalmente desnudo.

¿Acaso se masturbo y lo olvido?

Él no hacía esa clase de cosas con frecuencia.

¿Por qué no recordaba la noche anterior?

Se levantó y tomo su comunicador.

El último reporte decía que detuvo a trece hombres junto con Raven en la bahía.

Eso no lo recordaba.

Raven...

Seguramente ella podría darle una explicación.

Se vistió advirtiendo mientras lo hacía que una toalla estaba debajo de su cama.

Él jamás tiraría nada al suelo.

Su habitación era impecable.

Tragó saliva.

Sentía un sabor distinto en su boca.

Su cuerpo se sentía bien pese al cansancio.

Salió de allí y tocó la puerta de su compañera.

Nunca salió.

Eran las diez.

Jamás se levantó tan tarde.

Eso hacia todo doblemente extraño.

Fue al comedor para ver a Starfire justo saliendo.

- ¿Dónde está Raven?- Pregunto sin rodeos.

- Terminando su entrenamiento. ¿Dónde más? Es viernes. Te esperamos pero como nunca llegaste Robin empezamos los cinco sin ti.-

Asintió.

Fue a la sala y espero a que terminarán.

Se deshizo rápidamente de Jaime, Chico Bestia y Kon.

Aguardo a que estuviera sola.

Siempre era la última en irse porque con su magia dejaba la sala en órden.

- Oh, entonces ¿Te levantaste para almorzar? Quién lo diría...- Su voz era seca y poco animada.

- ¿Qué pasó luego del arresto en la bahía?-

- No lo sé. Tu te quedaste allí haciendo un inventario. Volví sola a la Torre.-

A juzgar por su mirada y su tono, podía asegurar que no mentía.

Pero había algo más.

Estaba dispuesta a irse pero él la tomo del brazo.

- ¿Qué te hice?-

- ¿A mí? Lo mismo que a todos. Ser insoportablemente molesto y... No me toques.- Le quitó su mano de encima y se marchó.

Estuvimos juntos. Y no lo recuerdo...

Estaba cien por ciento seguro de que eso fue lo que sucedió hace unas horas.

Al acercarse a ella sintió su perfume y sus sábanas olían a él aún cuando se levantó.

Fue inmediatamente a su habitación y entro a su laptop.

No solo tenía acceso desde allí a todas las cámaras de la torre y ciudad si no que también a unas ocultas en su propia habitación.

No eran visibles.

Si estuvo allí como supuso jamás las pudo haber visto.

Cuando llego al momento exacto en que la dejo entrar y él solo se marchó la vio tomar su almohada e inhalar profundamente.

Se quitó la capa y su respirar se torno pesado.

Lo podía ver claramente.

Se pasó varias veces las manos por el cabello.

Miro a la puerta.

Se levantó y quiso entrar mientras se duchaba pero no lo hizo finalmente.

Se la veía nerviosa.

Ansiosa.

- ¿Qué te hicieron?-

Paso un poco más rápido la cinta hasta llegar al momento exacto en que pese a verla totalmente fuera de si y claramente drogada él lo hizo.

Estuvo con la mujer que respetaba más que a ninguna.

Y no lo recordaba.

Un castigo menor de su parte. Merecía eso y más.

Podría soportar cualquier castigo de su parte por aprovecharse de ella con tal de que vuelvan a ser amigos otra vez.

No podía dejar de verla.

De verse a ambos.

Se besaron.

Menciono a Zatara y allí lo entendió todo.

Él la drogo.

Iba a pagar esto.

De alguna manera dio con Isley.

Por la madrugada, vio a Raven levantarse de súbito asustada.

Se despertó cuando percibió que ya no estaba más en sus brazos.

La miro y de inmediato levanto su mano provocando que se volviera a dormir.

Se abrazo asimisma y la vio llorar.

Eso fue suficiente.

Borro el archivo de su disco duro. 

No iba a guardarlo.

No iba a faltarle al respeto a Raven así ni hoy ni nunca.

Tomo su katana.

Lo iban a pagar.

Todos.

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Días después...

Tocaron a su puerta.

Eran las diez.

A medianoche pensaba salir a Gotham.

Hacía un mes que no pisaba la ciudad.

Abrió con cierto fastidio.

Raven estaba parada allí molesta.

- ¿Tienes algo que decir?-

- No.-

Hace días no se hablaban.

Ella lo evitaba.

- Zachary. ¿Que diablos estabas pensando al hacer algo como eso?-

- No te tengo que dar explicaciones.-

- Es parte de MI equipo y lo dejaste completamente desfigurado. Además destruiste su casa. Viajaste hasta Londres para hacer eso. ¿PERDISTE LA RAZÓN?-

Bufo molesto.

- Largo. No voy a hablar de esto contigo. Zatara siempre me dio asco, pero ahora que se que lo primero que hizo fue ir a llorar contigo lamento no haberle cortado las manos. Estuve cerca. Créeme. -

- Está furioso. Estoy segura que hará que Zatanna intervenga. ¡Podrían sancionarte por esto!  Te pido una buena explicación para que yo misma no te haga pedazos ahora.-

- Que hagan lo que tengan que hacer. La verdad no me importa en lo más mínimo.-

Estaba harta de escucharlo con esa soberbia.

- ¿TE PREGUNTE PORQUE LO HICISTE?- Sus ojos comenzaron a destellar energía.

Era inminente un ataque.

Cualquiera hubiera retrocedido pero él ni se inmutó.

- ¿Tanto te importa lo que le pase? Evidentemente te sobre estimé demasiado.-

- Quién me importa eres TÚ. ¿Cómo no lo entiendes? No quiero que te metas en problemas otra vez.-

- ¿Qué?-

- Se que sabes de alguna manera lo que pasó. Infiero cómo y eso es lo que me da más vergüenza. Debes verme como una cualquiera y es por eso que...-

- ¿Me evitabas por qué crees que yo podría pensar eso de ti? -

No le respondió.

Miraba al suelo.

Ni siquiera lo veía a los ojos ahora.

La tomo del mentón y la hizo alzar la mirada.

- Jamás pensaría eso de ti. JAMÁS.-

- ¿Nos viste, no es cierto?-

- Si. -

Ella se quiso ir pero no la dejo.

La abrazo con fuerza para su sorpresa y acarició su cabello.

- Nada de lo que hiciste esa noche es tu culpa. ¿De acuerdo?-

- Si lo es. Debí ser más fuerte. Tu no hubieras caído.-

- Se lo que es estar bajo los efectos de eso y créeme que si te hubiera tenido a ti delante hubiera perdido el juicio de una manera poco decorosa. -

- ¿Podemos entrar a tu habitación? Quisiera hablar en privado contigo antes de que te vayas.-

- Mí padre puede esperar. -

A decir verdad le importaba una mierda su padre y su mensaje advirtiéndole de las consecuencias de sus actos.

Todo lo que le importaba era ella.

Solo ella.

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~Fin~
Oneshot. Temática: "Poison Ivy Effects"

¿Te gustó la temática? Entonces date una vuelta por mí fic ya terminado donde Poison Ivy hizo de las suyas...: "TENTACIÓN" Lo encuentran en mí perfil ♥️

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