Enfrentamiento
Esmeralda
Esa muchachita nos dejó todo el problema a nosotros y se marchó luego de habernos amenazado descaradamente frente a todos. No la arrastré como se merecía, porque no quiero ponerme a la altura de una muchachita. Esto solo confirma que esa niña tenía una agenda oculta, tal y como mi esposo sospechaba.
La policía interrogó a todos los allí presentes, incluyéndonos, pero nadie vio nada que no fueran los restos regados de la camioneta y de Husman y sus hombres.
Cuando pude estar a solas con Kiran, tuve intención de interrogarlo, porque no había dicho absolutamente nada y quería saber si realmente fue él quien lo hizo o fue pura casualidad. Dudo mucho que haya actuado a mis espaldas sin decirme.
Mi intento fue frustrado por Dereck, pues él se adelantó.
—Quiero que me digan la verdad— dijo, tensando la mandíbula.
Kiran y yo nos miramos de reojo, pues era la primera vez que veíamos a Dereck temblando y con una actitud bastante hostil hacia nosotros.
—¿Qué verdad? — cuestionó Kiran.
—Fueron ustedes, ¿verdad? Ustedes mataron al papá de mi novia.
Kiran se mantuvo en silencio, analizando con detenimiento su actitud.
—¡¿Creen que soy idiota?! —alzó la voz—. Conozco sus turbias andanzas. Primero hiciste sentir mal a mi novia, la despreciaste cuando te la presenté, después aparece casualmente su padre de malas en el centro, luego lo amenazas y ahora está muerto. Tú planeaste todo esto, por eso estabas insistiendo en que la trajera. Claro, eso explica muchas cosas.
«¿Así que sabe lo nuestro?». Bastante guardado se lo tenía.
Kiran lucía ofendido ante sus afirmaciones.
—Te hemos dado muchas alas… — soltó Kiran, mirándolo seriamente.
Conozco esa mirada a la perfección y tenía temor de que perdiera los estribos.
—Cálmate, mi amor. Hablemos con la cabeza fría.
—Es una lástima que no haya sido yo. Estaría mintiendo si no admito que se convirtió en una carga menos. Ese viejo intentó estafarme hace varios años. Si le di una segunda oportunidad fue porque lamió las suelas de mi zapato con tal de que no tocara a su familia.
La expresión de Dereck denotaba decepción al escuchar tales palabras por parte de Kiran. Él nunca había conocido este lado suyo.
—Si él dice que no lo hizo, es porque no lo hizo, mi amor—agregué—. Tienes que creerle.
—Entonces, ¿quién fue? ¿Quién pudo hacer algo así? —bajó la cabeza, bajando también los humos y el tono de voz.
—Ese no es nuestro problema. Ese viejo tenía muchos enemigos, no soy el único que quería su cabeza. Aléjate de esa muchacha. Esa niña es una bomba de tiempo. No quiero que te involucres más con ella y menos ahora que acaba de amenazarnos abiertamente. Es un peligro para ti, tanto como para nosotros.
—Dile la verdad entonces, dile que no fuiste tú.
—Es mi palabra contra la furia de una muchacha resentida y en duelo, que en estos momentos verá a todo el que se le arrime como culpable. Las cosas no son así de fáciles como crees.
—Yo necesito hablar con ella. Necesito explicarle.
—No, no pienso permitir que te expongas.
—Ella es mi novia. Además, ya soy un adulto, yo decido qué hacer y que no.
—Prefiero ser yo quien te vuele la cabeza en este puto instante, antes que permitir que ella o alguien más lo haga.
—Kiran, así tampoco— le dije.
—Intenta ir por encima de mí y tendrás que atenerte a las consecuencias de tu imprudencia.
—¡Ya basta! —grité—. Ustedes dos ya dejen de discutir. No es momento para eso. Entiendo la posición de ambos, pero deben entender que es peligroso andar rampante por ahí fuera en estos momentos. Y tú, Dereck, solo conoces el lado que ella quiso mostrarte, pero créeme cuando te digo que una mujer herida y en duelo, es capaz de cometer muchas atrocidades que no querrás ni conocer. Te habla la voz de la experiencia. Yo también experimenté la pérdida de mis padres y la única manera de liberarme de esa carga y culpa, fue tomando venganza. Aunque tu padre fue quien al final me liberó, esa sed de venganza solo pudo saciarse al ver la sangre correr. En estos momentos, es ella quien necesita descubrir hacia dónde ir y cuál será su siguiente movida, ni tú ni nadie puede decidir por ella.
—Pero yo la amo.
—Si realmente lo haces, dale su espacio y no permitas que ella cometa una tontería y termine lastimándote, tal vez sin querer.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro