4. Spanking: Azotes con fines eróticos

Fandom: Kuroshitsuji

Ship: Ciel Phantomhive & Sebastian Michaelis.

Título: Niño malo.

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Era otra mañana de aparente normalidad en la mansión Phantomhive, Ciel era consciente que pronto su mayordomo vendría a despertarlo, así que con actitud infantil solo se resguardaba más entre las sabanas para evitar ser levantado, aunque sabía que hacerlo sería en vano, le gustaba intentarlo. Bajo las sabanas y medio dormido escuchó la puerta abrirse y las cortinas de su ventana correrse haciendo que algo de esa luz del día se colara sutil a través de las telas que lo envolvían esa fría mañana.

—Joven amo...

Fue el llamado que escuchó y a la vez lo confundió, el tono en la voz de su mayordomo era diferente, menos grave, ¿por qué su voz tenía una tonalidad infantil? ¿estaba resfriado? ¿su demonio podía enfermarse? Con todas esas dudas no tuvo más opción que salir de entre las sabanas para saber el por qué de este cambio, su sorpresa fue grande al ver la apariencia de Sebastian frente suyo.

—No me pregunte... Ni siquiera yo sé porque tengo esta forma infantil.

Era lo que Sebastian decía con mala cara al ver el gesto sorprendido de su amo, suponía que era una reacción normal ante tan repentino cambio, sin embargo era molesto. Ciel no podía creer lo que sus ojos veían, su mayordomo en la forma de un niño un poco menor que el, estaba de pie frente a su cama con el ceño fruncido. Una mirada severa en sus vibrantes ojos color con tono casi carmesí marcaban más los rasgos infantiles en su rostro. De alguna forma era adorablemente repulsivo, pensaba esbozando una cínica sonrisa, su apariencia desbordaba inocencia y dulzura que era un contraste a su verdadera naturaleza maligna.

—Deje de sonreír así, es molesto... —Replicaba Sebastian en un gesto infantil que solo hizo ampliar la sonrisa de su amo— Es probable que este raro defecto desaparezca en unas horas.

—Entonces es probable que te quedes así siempre, ¿no?

—Podría tardar unos días, pero no más...

—Es una lástima, te ves tan lindo así.

—Como sea... Comprenderá que no puedo presentarme así frente a los demás así que estaré en mi habitación hasta volver a la normalidad.

—Me parece bien, no tenemos nada relevante que atender hoy. —Dijo el conde recostándose en la cama para dormir unos minutos más. Con un Sebastian ausente podría tomarse pequeñas libertades en sus molestas exigencias.

—No vuelva a dormirse, tiene un itinerario que cumplir aunque yo no esté presente. Antes de venir aquí dejé en una nota algunas indicaciones a Tanaka para que se encargue de la mansión en mi ausencia.

—Un niño no va a decirme que hacer. —Con aparente seriedad aclaró, Sebastian podía percibir como su perverso amo contenía la risa, sin duda estaba disfrutando esta ridícula situación.

—Usted es mucho más infantil que mi apariencia, ¿lo sabía?.

—Cómo te atreves a hablarme así, niño insolente...

—¿Qué va a hacer? ¿Castigarme? — Desafiante el demonio preguntó junto con una sonrisa que sus insolentes labios esbozaban, acercándose a su amo tenía la firme intención de provocarlo al mirarlo fijamente— No dudo que lo haga, solo con esta débil apariencia podría darme una paliza, si es lo que quiere puede hacerlo.

El conde de inmediato borró su sonrisa ante esas palabras desafiantes, ya no era gracioso que Sebastian le dijera tales cosas, porque lo más molesto de todo, era que tenía razón. Con su escuálido cuerpo jamás podría golpear a alguien más grande, el niño cerca suyo ahora era perfecto para darle una paliza, pero eso podría considerarse una cobardía y lo haría ver peor.

—¿Qué tratas de decirme? —Cuestionó molesto dándole una bofetada, Sebastian sin dejar de sonreír tocaba su mejilla qué ardía un poco por el brusco contacto con la mano de su amo.

—Aunque lo dije para contrariarlo, no es mala idea recibir golpes de mi joven amo.

—¿Qué? ¿Eres masoquista o qué?

—No me molestaría, lo digo en serio. —El demonio aclaró con una pícara sonrisa, acercándose a su amo se subía a la cama— Sería un juego divertido, ¿no lo cree?. ¿O no se cree capaz de golpearme por mi linda apariencia?

—Ya lo hice, ¿no?

—Puede hacer algo mejor que eso.

Parecía que Sebastian estaba decidido a someter a su amo en este absurdo juego de egos, al notar como dudaba se lanzó a sus brazos y se aferró a su cuerpo con fuerza mientras lo obligaba a recostarse. Ciel nervioso y sonrojado por ese brusco abrazo trataba de apartarlo, no importaba que fuera su demonio no estaba acostumbrado a este tipo de contacto físico.

—¡Quítate de encima!

—Soy un niño y quiero jugar con un niño.

—¿A quién le dices niño?

Sebastian sabía que esas eran unas de las palabras que su amo más odiaba que le dijeran, porque pese a su apariencia infantil hace mucho tiempo se consideraba un adulto, así que tratarlo como niño era un insulto. En la posición en que estaba no podía lanzarle otra bofetada así que lo rodeó sutilmente con sus brazos, entonces a la altura de sus pequeños glúteos sus manos quedaron, lo que aprovechó para golpear esa parte de su cuerpo.

—El joven amo me ha nalgueado por ser un niño malo, ¿no?.

—O- oye... —Le dijo nervioso al notar como su demonio hizo un gesto de satisfacción, incluso parecía sonrojarse— Sebastian, esto no es divertido, quítate de encima... Es una or...

No terminó de pronunciar la frase que obligaba a Sebastian a obedecer sin refutar porque los labios de su ahora infantil demonio se posaron en los suyos, un atrevido beso que lo hizo callar. Un sonrojado Ciel trataba de apartarse, pero esto no parecía posible porque su demonio aún era más fuerte que el, sin más opción tuvo que golpear sus glúteos de nuevo para tratar de quitarlo de encima.

—¡¿Qué te pasa!? —Le gritó en una mezcla de enojo y vergüenza cuando sus labios se separaron, reacción tímida natural por tal insolente acto, a pesar de ello aún podía percibir la sensación cálida de ese forzado beso, y no era tan desagradable. Nunca antes su demonio se había tomado tales atribuciones, ni siquiera lo había intentado, así que estaba algo confundido, incluso llegó a pensar que seguía dormido y este era un "mal" sueño.

—Lo siento, joven amo... Pensé que sería la única forma de callarlo, era así o un golpe y nunca golpearía el bello rostro de mi señor. —Susurró en tono coqueto, todavía sin apartarse.

Ciel volvió a golpearlo con todas sus fuerzas sobre sus glúteos, haciendo que sus partes bajas se presionaran a su cuerpo casi a propósito. Sebastian dejó escapar un leve gemido por esta repentina fricción de sus cuerpos, notando como su amo también parecía disfrutarlo, esbozó una sonrisa.

—Le gusta golpearme, ¿verdad?. Si le gusta tanto puede seguir haciéndolo.

Ante tan directa insinuación Ciel no dio una respuesta, sin embargo el gesto inconsciente que su rostro hizo parecía afirmar aquello dicho por su demonio, quien apartándose un poco se bajaba los pantalones ante el asombro de su amo, que nervioso en medio de un torpe titubeo le pedía que se detuviera, mas Sebastian no obedeció y al contrario se acostaba boca abajo sobre sus suaves muslos, desnudos por la corta pijama que se subió un poco.

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Muchas gracias por leer hasta aquí, la historia continua en A+O+3, porque no sé qué considera malo esta plataforma y prefiero no arriesgar esta cuenta con denuncias tontas. 😞

Me encuentran como: SebbyPhantomhive