A la mañana siguiente

Una celda, al perecer con el aspecto de un sótano donde gran parte de la obscuridad abundaba, paredes llenas de moho y sangre seca, y unas frías cadenas las cuales tenían preso a un joven de tan solo veintidós años. Ese chico sin duda era Dazai Osamu cuya apariencia había cambiado a comparación de cuando permanecía en la mafia. sin embargo había una rutina cual no decidió cambiar; a pesar de dejar las vendas que adornaban su ojo izquierdo, él no dejaba de aplicarlas en sus brazos y piernas. Por otra parte, su actitud continuaba siendo la misma. "El típico tonto suicida que no le importaba lo que los demás dijeran de él", aunque en el fondo todo eso lo hacían verse un ser especial.

Su voz canturreando de una melodía con tonalidad alegre generaba eco en el lugar y le daba un gran ambiente a su parecer. Aunque fuera algo extraño, el ojicafé no se sentía tan acobardado al tener que estar preso en el antiguo sitio donde solía trabajar. Conocía cada detalle del edificio y durante el laxo en el que había sido capturado un gran plan se estaba trayendo en mente.

Las horas pasaron, Dazai percibía la presencia de alguien bajar las escaleras, éste lo ignoro y fingió estar distraído hasta que sus cantos llegaron a ser una molestia para el recién llegado quien intentó llamar su atención.

- tch - una bestia llegó hasta el cuello del mayor para interrumpir de su taradeo.

Los ojos de Dazai no tardaron en dirigirse al agresor mirándolo con las pupilas encogidas, pero segundos después, aquel engendro se tornaba a un verde agua hasta llegar a desvanecerse por completo.

- vaya, ¿estabas aquí? - preguntó sarcástico y le dedicó una sonrisa desafiante.

- Ya sabes qué les depara a quienes terminan encadenados aquí - la fría voz del menor ignoró las palabras de su ex-lider- me trae muchos recuerdos.

- que nostalgia, recuerdo tus días de novato.

- Cometiste pecados graves, abandonaste tu misión, desapareciste durante muchos años, y ahora regresas como un enemigo de la port-mafia. Eso es impensable de un exlíder.

- ¿y de tu antiguo superior?

Akutagawa no soportó en que dazai lo siguiera humillando de tal manera y sin previo aviso le dio un gran golpe en su mejilla izquierda. Pequeñas gotas de sangre comenzaron a escurrir desde sus labios, pero eso no le impidió a que continuara sonriendo.

- ni siquiera tú eres invencible - recalcó tronando los dedos de su mano - mientras no utilice mi poder, podré lastimarte y podré matarte cuando quiera.

- Ya veo, te ascendieron - Dazai continuaba hablando con su molesto tono burlón - sé que es tarde para decirlo, pero entrenarte fue todo un desafío. Eras un aprendiz lento, y nunca obedecías las instrucciones. Ni hablar de tu poder inútil.

El pelinegro quería contener su postura apretando ambos puños mientras que horribles recuerdos pasaron por su cabeza. Todas las veces en que el castaño lo humillaba y maltrataba, y ni si quiera tuvo el valor de anhelar el poco esfuerzo que hacia; todo eso desde su punto de vista lo llegaba a pensar en que la única solución era desquitarse con toda su tortura tratándolo de la misma manera que éste lo hacia cuando era su jefe.

- Tu fanfarronería durará unos cuantos días. Para entonces, habremos acabado con la agencia, y capturado al hombre tigre. Luego vendrá tu ejecución. Espera noticias del exterminio de tus subordinados, mientras aprietas puños y dientes. - dijo desviando la mirada para evitar ver aquellos ojos color cafe pardo que lo amenazaron durante sus pocos años de entrenamiento.

- Me pregunto si lo harás... - Akutagawa levantó su semblante esperando la razón del contrario - Mis nuevos subordinados son muy superiores a ti

Dazai siempre tenía entendido que una de las mayores debilidades del menor era despreciarlo comparándolo con alguien mucho más "fuerte" que él. Por otro lado, las voces del suicida abundaban de vuelta en la cabeza de Akutagawa. Frases negativas hacia él que lo consumían poco a poco e hicieron que perdiera el control en ese instante.

- ¡Ya basta! - gritó agobiado mientras su puño volvió a dirección en la mejilla de Dazai.

Un incomodo silenció apareció en ese instante hasta que la risa del mayor acabó con esta, pero no era una risa cualquiera. Sus carcajadas sonaban bastante escalofriante dejando confundido al agresor

-  ay Akutagawa, ¿cuando dejarás de ser tan egoísta? - su mirada no apuntaba en lo absoluto al recién mencionado y esperó a que se retirará.

El menor retrocedió sus pasos mirando al castaño con su expresión alterada hasta llegar al punto de retirarse de aquel sitio dejándolo sin decir una otra palabra.

*Mientras tanto con Chuuya*

El joven de rizos anaranjados caminaba sin ninguna prisa por los pasillos del cuartel. Entre su gesto cabizbajo se encontraban hundidos decenas de pensamientos y una serie de preguntas que lo mantenían en ese estado. - Mori a actuado demasiado extraño al mencionar el supuesto plan de Akutagawa, ¿a caso será algo malo?  ¿porqué no me tiene la suficiente confianza para contarme? - suspiró desanimado - me imagino que no es tan importante después de todo.

Su caminata iba en dirección hacia las celdas de entrenamiento. Él seguía su camino sin rumbo observando detalladamente el paso que daban sus pies. Quería olvidar, olvidar el pasado, olvidar todos sus problemas y sobre todo quería olvidarse de él, de Dazai, ese dolor de cabeza que lo aflijaba día a día. Desde el momento en que lo vio partir y no supo nada de él.

intentó liberar aquellos recuerdos en un suspiro de Relajación y al parecer dio resultado. El pelirrojo se sentía algo tranquilo y lo demostró en una sonrisa que en pocos segundos se dibujó en su pálida semblante. - tal vez me vendría bien olvidarme un poco de ese bastardo muy a menudo.

Su mente estaba en blanco y su sonrisa aun no se borraba. Poco a poco sus pasos fueron aumentando de velocidad hasta que...

- ahhh.. - dijeron ambos chicos chocando el uno al otro provocando a que calleran al suelo

- fíjate por donde caminas - dijo Chuuya algo molesto y aun sin ver con quien se había tropezado

- Chuuya-san, lo lamento tanto. Déjeme ayudarle - el ojigris se limitó a levantarse de manera rápida y ofrecer su mano para que el contrario la tomara pero al parecer éste lo negó

- ¿Akutagawa? - preguntó avergonzado mientras acomodaba su sombrero - más bien tu disculpame a mi. No supe que eras tú con quien me tropecé. Además ¿que haces aquí?

El joven de negro suspiro bajando la mirada, fui a desquitarme un poco. Pero el prisionero es muy testarudo que lo único que recibí fueron más humillaciones.

De pronto Chuuya recordó la reunión de la noche anterior y ese fue el momento indicado para aclarar sus dudas - Akutagawa, escuchame. Mori me contó que tú tenias un plan y me dijo que tu me explicarías cada detalle - intentó manipularlo con sus palabras y pareció que su propuesta fue todo un éxito - ¿podrías hacerme ese gran favor?

Éste asintió - mi plan era apricionar a uno de los detectives de la agencia y sacar información acerca del hombre tigre

- y... Podrias decirme ¿a quien tienes de capturado?

Akutagawa suspiró molesto y mencionó a su ex-jefe

- a Dazai-san

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Hola gente :v

Si ya sé, soy una mala persona... No pude publicarlo ante ya que por problemas económicos se me fue el internet y no podía actualizar :'v

Pero ed fin.. Por fin regrese desde las profundidades del mar para dejarles este capitulo

Otra cosa que quería comentarles es de que... H-hoy ... Fue mi cumpleaños 😞.. Ya toy vieja alv

Y pues bueno eso era todo muchas gracias por su paciencia y nos vemos en el siguiente capitulo

PD: tamalitos para todos 😂💓 *feliz día de la Candelaria*