Capitulo 6: "Gime mi nombre"
⚠ ‼ADVERTENCIA‼ ⚠
CAPITULO MEGA LEMMON
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Dazai y Chuuya corrieron por los pasillos de los apartamentos, ambos riendo traviesa mente y sin soltarse de la mano. Un pequeño momento que los hizo recordar cuando eran niños.
La mano vendada del suicida abrió con algo de prisa la puerta de su habitación. Luego de que esta se abriera extendió ambos brazos demostrando su lado caballeroso al menor el cual lo trataba como si fuese una dama.
- pase usted, joven Chuuya - dijo el castaño con su acento formal.
El mencionado sonrió pícaro y caminó hacia la entrada del pequeño cuarto soltando una risita sarcástica. Dazai entró cerrando la puerta y aseguró la cerradura, quería que esa velada fuese más que especial y para eso tenía consigo una sorpresa que lo cautivará demasiado.
El más alto se dio la vuelta y le dio autoridad a los brazos del pelianaranjado, uniéndose en un beso tan salvaje que provocó que Dazai comenzará a quitarse su largo saco y después continuara con el de su compañero tirándolos al suelo desesperadamente. bajó sus manos hasta cogerlo de los muslos y lo cargó, haciendo que Chuuya entrelazara sus piernas tras su espalda.
Sin duda al menor le agradó la idea del tener que cargarlo y se sentía tan dichoso el estar con él de esa manera.
El beso aun no terminaba. Dazai procuró caminar sin tener que chocar con algún mueble y lastimar a su amado a quien tenia en brazos y lo llevó hasta su cama. Así mismo, lo tiró de una manera delicada hacia aquel amplio colchón.
El menor se separó de él tomando aire, sintiendo la suave y cómoda textura de aquella sabana de lana. El castaño lo agarró de los hombros y lo levantó de la cama para que quedase sentado en ella.
— quitate la ropa — le ordenó Dazai. Ansiaba por que el pelirrojo lo seduciera por primera vez y se separó Para anhelar aquel pequeño espectáculo
Chuuya se sometió ante el mandato de su compañero empezándose a quitar su chaleco y sus cintas de cuero negras que adornaban como una corbata y terminó por desabotonar lentamente su camisa hasta dar por descubierto su pecho desnudo con algunos moretones que aun no se borraban desde aquella noche. La mirada del pelirrojo apuntaba a la del suicida. Captaba lo excitado que estaba tras verlo desnudarse por su cuenta a través de la claridad de la luna, parecía un sueño para el chico de vendajes y al parecer eso le había dado una gran idea al menor.
Chuuya mordió su labio inferior para atraer aun más fácil al castaño. Sin duda lo hizo, Dazai lo miraba con deseo, con ganas de volver a besarlo hasta morder su boca con delicadeza. El ojiazul dio un pequeño gemido mientras soltaba sus dientes de aquel labio.
Continuó en ponerse de pie en la cama y concentró en bajar paulatinamente sus manos hacia el botón de su pantalón. Lo desabrocho con la misma lentitud y descendió de ellos hasta quedar solamente en boxers.
Dazai se acercó hacia él poniéndose hincado en la cama y tomó del miembro semi descubierto — Quedate ahí — sus frías manos se ocuparon de bajar su ropa interior, el miembro de su compañero estaba totalmente duro y a punto de expulsar de aquel liquido viscoso. El castaño sonrió un poco y sin previo aviso, metió aquella erección dentro de su boca.
— Aah — el ojiazul liberó un gemido ronco. Las manos de Chuuya pasaron por los rizos de Dazai, mientras que las manos de este se apoyaban en el trasero de su compañero, apretándolo con forme metía cada vez más adentro de su boca el miembro de Chuuya.
Se separó un momento, al menos necesitaba un poco de aire después de semejante acto. Sus ojos se dirigieron hacia los de Chuuya el cual mostraba un gesto de placer y excitación. Simplemente le agradó tanto al suicida que continuó lamiendo la punta de aquel grueso miembro.
— Oh sí... S-sigue — imploraba el pelirrojo a base de gemidos.
— ¿te gusta? — preguntó Dazai separándose del miembro del menor y sonriendo desafiante
— m-me encanta — jadeó con dificultad, sus manos lo impulsaron con brusquedad haciendo que su miembro vuelva a introducirse dentro de la boca de Dazai mientras que este procuró alejar las manos del pelirrojo después de lo que acabó de hacer.
— ¡espera!... Lo are yo, ¿esta bien? —Recalcó algo molesto. Chuuya asintió desesperado, necesitaba meter su miembro en alguna parte antes de que se corriera y terminara mojando toda su fina cama.
Nuevamente Dazai metió lentamente el miembro de su compañero y lo lamió desde adentro. Gemidos roncos salían de los labios De Chuuya, sus manos aun se aferraban más en el cabello del castaño y hací pasaron unos minutos de jadeos hasta que...
— D-Dazai, ¡Dazai! — gimió su nombre, sin poder contenerse más
Terminó por correrse en el interior de su boca. Dazai comenzó a toser y sacó rápidamente el miembro, se seco con la manga de su saco negro aquel liquido cual escurría desde sus labios. Se separó de él bajándose de la cama, sin saber que hacer con aquel fluido que mantenía resguardado entre sus mejillas. Sus ganas por querer toser lo vencieron e hizo que recugitara todo el liquido por la alfombra.
Chuuya se hincó en la cama y lo miró avergonzado — Discúlpame Dazai
El mencionado lo miró, aun sin quitarse aquel trago amargo que tenía en su boca.
— no importa — respondió con una pequeña sonrisa.
Chuuya sintió un leve alivio tras ver la expresión de Dazai y se recostó algo cansado en la cama. Por otro Lado, el mayor se dirigió hacia la cocina, al parecer con un plan en mente. Chuuya levantó un poco la mirada y observó a su compañero caminar hacia el comedor.
— tienes un buen trasero, Dazai — pensó en voz alta. El castaño frunció el seño y lo miró extraño
—¿que acabas de decir... Chuuya Nakahara?
— que tienes un gran y apetitoso trasero — respondió con su sonrisa llamativa
Dazai aun confundido ante su comentario decidió ignorarlo volteando sus pupilas hacia la dirección contraria, pensaba que el alcohol lo había afectado en ese momento. Continuó con su búsqueda en la cocina, sacó de su alacena una botella completa del mismo vino que habían bebido hace unas horas y en seguida un destapador.
Regresó hacia el mueble que posaba en la esquina derecha de su cama, dejando en el la bebida y el espiral de hierro y encendió la lampara de mesa cual iluminaba la mitad de la cama con su luz opaca. Se agachó debajo de la cama, encontrándose con una cuerda delgada de color rojo
'perfecto'
— Ah, ¿Dazai?. ¿Qué piensas hacer con eso? — preguntó el pelirrojo confundido
El castaño solo se levanto del suelo y se quitó su saco, mostrando su corbata y su camisa blanca cual fue arremangada después.
Se sentó a lado del ojiazul forzando a que él también quedase sentado frente a éste.
— Dame tus manos —le pidió Dazai al menor
Chuuya asintió y extendió sus manos hacia donde su compañero pudiese verlo. Dazai tomó sus muñecas y las juntó firmemente para segundos después agarrar de la soga y empezar a sujetarlos hasta dejarlos completamente inmóviles.
— ¿qué es todo esto? — volvió a preguntar, esta vez más nervioso
Dazai se subió con el ojiazul en la cama y lo obligó a quedar frente a la cabezera, una vez hecho esto tomó sus manos amarradas y enroscó la parte sobrante de aquella cuerda en la base de la cabecera. Chuuya quedó de gatas en la cama, gotas de sudor caían desde todo su cuerpo y sus piernas temblaban de una manera inexplicable. por otro lado, el castaño se empleó detrás suyo, con el envase de vino y el abrebotellas.
— ¡que mejor manera de celebrar este glorioso momento con un poco de vino! — dijo el suicida destapando la botella y después acarició con su otra mano el sacro del menor — para ser verdad, tú tampoco tienes un mal culo
— maldito bastardo, lo que había dicho fue solo un sarcasmo, ¿por qué me tienes atado en tu cama? — reclamó Chuuya intentando quitar la soga de sus muñecas
— porque a mi parecer, tus manos son muy escurridizas — aclaró el mayor — además, así podré gozar aun más de tu placentero cuerpo.
sin dejar otro comentario, Dazai tomó como inicio un nuevo juego, regando lentamente el alcohol sobre la espalda de su compañero generando jadeos en él.
Chuuya arqueó su espalda, la temperatura en su piel se mezclaba con la del vino, teniendo consigo un choque entre ambos polos el cual lo estaba venciendo la frialdad
—¿qué sientes?
— Agh.. F-frío — se Quejaba
Una sonrisa proveniente del castaño lo hizo continuar, el jugoso vino fluía hasta llegar a su espalda baja.
— ¿qué sientes ahora? — volvió a preguntar.
— ¡Mu-mucho frío! — gritó intentando respirar. En el fondo él lo veía como una torturación, como si fuese un prisionero y lo estuviesen bañando con agua helada. Y sin embargo, lo era, literalmente él era como un esclavo sexual para el castaño.
Las gotas del vino combinadas con el poco sudor de Chuuya escurrían hasta las sabanas. Dazai le tomó poca importancia y su aliento bajó hasta el punto en donde corría el vino. Su respiración chocaba con la tensa piel del pelirrojo volviendo a crear otro calor, más suave
— ¿y qué tal ahora? — susurró
Chuuya respiró hondo — se... siente... cálido —
A Dazai le alegró escuchar sus palabras, su plan iba funcionando tal y como lo planeaba. Continuó besando y relamiendo del jugo rojizo, Chuuya pegaba suspiros de placer mientras los tibios y suaves labios del castaño cosquilleaban por toda su espalda hasta terminar con cada gota que derramaba el vino.
—como decía Mori-sama, después de un buen vino... Llega el delicioso banquete — dijo dazai dejando la botella en el mueble de a lado
— ¿que me vas a hacer? — preguntó temeroso
— no querrás saberlo
— Dímelo — insistió rogándole, antes de que el suicida volviese a inclinarse para saciarlo mucho más
— te sorprenderías — dijo burlomamente
—¡quiero escucharlo! — el ojiazul gritó desesperado, quería escuchar las palabras eróticas salir de los labios de su amante
— voy a follarte cariño — respondió lamiendo dos de sus dedos — te la voy a meter tan fuerte, que terminarás aun peor que la vez pasada y voy a continuar hasta que te acostumbres en mi y de lo que te voy a dar
Dazai mordisqueaba delicadamente el lomo del menor, en busca de más puntos débiles mientras que sus dedos recién lamidos se insertaron en la pequeña entrada del pelirrojo
— Mnh.. Mha.. Aaah —Chuuya intentaba contener sus gemidos pero era imposible. La manera en que su compañero metía sus dedos en él le lastimaban tanto.
Dazai los metió más a fondo, moviéndolos de una manera circular — ¿aquí?
— Agh, du..duele — en castaño dejó de morder su espalda y se concentró en el movimiento de sus dedos
Su siguiente paso fue separarlos y juntarlos, como si fuesen unas tijeras —lamento no haberlo hecho la primera vez que tuvimos sexo...
— ¡ni lo vuelvas a hacer! — interrumpió molesto — esta mierda me esta atormentando
El mayor sonrió — falta poco, solo... Relajate
Chuuya suspiró con un poco de miedo comprimiendo sus manos para evitar sentir ese desagradable contacto que le hacia el castaño
Por ultimo, sus dedos simularon pequeñas embestidas. Segundos después, Dazai los liberó de aquella entrada y comenzó a desnudarse.
El suicida notó que el pelirrojo volteó con dificultad hacia donde se encontraba él mientras descansaba sus piernas sentándose por un momento. Apreciaba el como se desvestía tal y como este disfrutaba verlo. Le devolvió una pequeña sonrisa al menor.
Dazai se quitó su camisa y corbata, Chuuya miraba de reojo la piel del castaño cual no pudo apreciar la noche anterior debido a la obscuridad. Tenia pocas vendas cubriendo desde su pecho hasta el cuello, solo se podía ver su delgado estomago y pequeñas partes que se dejaban descubrir de aquellas amontonadas vendas mal acomodadas.
Su sonrojo aumentó más al ver a su amante comenzando a quitarse su pantalón. Sus finas piernas, cubiertas de más vendajes, lo llenaban de lujuria. Por ultimo dejo por descubierto su erección — 'dios, es enorme' — pensó alterado. Su vista se había nublado por completo y por alguna extraña razón, estaba deseando tenerlo dentro de él
— ¿que tanto miras? — dijo el castaño entre risitas
Chuuya no respondió, más solamente desvió su mirada y volvió a colocarse de gatas para esperar el siguiente acto.
—así me gusta —susurró alegre — ¿¡listo!?
— ¡hazlo ya! — gritó agobiado mientras levantaba su trasero haciendo que pegara hasta la punta del miembro de Dazai
El pelirrojo sintió un azote en su trasero por parte del mayor provocándole un gemido. sintió sus manos apoyarse en sus caderas y sin pensarlo dos veces Dazai metió con todas sus fuerzas su erección.
— ¡AAAHH!... — soltó un gran gemido — ghn.. Aaah... s-sí
El castaño sacó lentamente su miembro, esperando ver la reacción de su compañero. Al parecer dio resultado. Chuuya acerco aun más sus caderas hacia el suicida en señal de que no alejara su miembro de él.
— ¿quieres más?
— ¡sí! ... S-sí, dame más — rogaba el ojiazul
— como ordene, joven Chuuya — rápidamente Dazai volvió a meter su miembro a la entrada del pelirrojo, sintiendo una vez más ese dulce apretón en él — gñh.. Ahh... ¿así?
— ¡sí! — dijo entre un gemido ahogado — más, ¡qu-quiero más!
— de acuerdo, te daré más — Dazai dio una envestida mucho mas fuerte que la anterior, su miembro no entraba tan fácil como la noche pasada y tal vez era por su mal impulso.
El castaño se inclinó hasta que su pecho pegara hacia la espalda del menor e intentó envestirlo de manera lenta, metiendo y sacando firmemente. Los gemidos de Chuuya disminuían hasta volverse en jadeos y a Dazai no le parecía correcto, quería seguir escuchando esos grandes gemidos cuales lo excitaban y lo llenaban de energía.
Continuó en abalancearse en él, metiendo más a fondo su miembro en el interior del ojiazul. Chuuya decidió mantener sus ganas por gemir en ese momento tomó por decidido jalar de sus manos y apretar sus puños al igual que sus ojos
— no te contengas, nadie nos escuchara — jadeó el castaño en busca del cuello de su amante
El menor se sintió algo calmado tras escuchar el comentario de Dazai, pero por el contrario, él quería seguir manteniendo sus gemidos. Su propuesta falló debido a una gran penetrada que le había dado su compañero, sintiendo su miembro hundirse más a fondo de su entrada.
—Gnñ... ¡AAAAGHHH! — pegó un grito de dolor.
— ¿te estoy lastimando? — preguntó el castaño con gran sarcasmo
Chuuya solo negó con la cabeza, dios, le dolía tanto pero al igual lo disfrutaba. Movió un poco sus caderas intentando acomodar el miembro del suicida, Dazai decidió ayudarlo apegándose más a él y siguió penetrando, esta vez un poco más rápido.
El ritmo que llevaba el Mayor le convino al pelirrojo, sentía que valió la pena aquellos movimientos que le hacia con sus dedos ya que su miembro no le incomodaba tanto como la noche pasada, al contrario, sentía un exquisito placer que para él era inexplicable describirlo.
Los gemidos de Chuuya eran como un privilegio para el mayor. Él seguía con sus duras envestidas mientras comenzaba a morder delicadamente el cuello del pelianaranjado. Chuuya inclinó su cabeza hacia su hombro izquierdo y cerró sus ojos dejándose llevar.
En eso a Dazai se le había ocurrido otra gran idea, una idea en la cual podría valer mucho la pena...
— Chuuya... G-Gime mi nombre — le imploró el castaño susurrándole en el oído — quiero escucharte gemir mi nombre como lo hiciste hace un momento
Chuuya no tuvo otra opción, las duras envestidas que le había dado su compañero iban disminuyendo, sintiendo como su miembro comenzaba a alejarse poco a poco, cosa que él no lo permitiría
— D-Dazai — dijo con dificultad. El mayor sonrió alegre, y sin pensarlo dos veces continuó embistiéndolo de una forma mas rápida y dura.
— ¡sí! ... ¡Así, sigue! ...gime para mí...
La cama comenzaba a balancearse por los movimientos que hacia el castaño, su miembro estaba al borde de tirar el fluido blanco y quería tener su miembro aun más dentro del pelirrojo.
— Dazai... Dazai — seguía gimiendo su nombre mientras jalaba con fuerzas aquella cuerda con sus manos. No podía con tantos actos; el miembro de su compañero embistiéndolo con fuerza hasta terminar con la poca dignidad que tenía y su boca mordisqueando su cuello, ¿que podría ser tan peor?.
Dazai tomó el miembro de Chuuya y lo acarició desde la punta. Ahora sí, estaba totalmente perdido. — Agh.. N-no Dazai, para por favor... Ya no puedo soportar más
— ya casi, solo... e-espera — dijo con dificultad.
Empezó a masturbar el miembro de su compañero, tirando de el conforme lo iba penetrando y se apoyaba en el vientre del pelirrojo con su otra mano. De pronto sintió que su erección estaba completamente dentro de Chuuya, solo le faltaban unas pequeñas estocadas para por fin llegar al orgasmo.
— ¡Dazai! — gimió por ultima vez su nombre segundos después de sentir algo húmedo dentro de él
Los jadeos de Dazai se convirtieron en suspiros de alivio. Había vuelto a llegar al orgasmo con él. Separó su miembro de la entrada de Chuuya y se recostó a lado de él. Completamente exhausto e intentando respirar. Por otro lado, Chuuya siguió atado en la misma esquina de la cama con su misma posición.
Su semblante bajó apoyándose en sus brazos, Dazai notó unas lágrimas gotear desde su nariz mientras se escuchaba su respiración agitada ¿a caso estuvo llorando?. Su preocupación había aumentado desde ese momento, creyó haberlo lastimado.
'no debí dejarme llevar tanto'
— ¿te encuentras bien? — preguntó el castaño sin saber que decir
La mirada de Chuuya apuntó en seguida hacia la del castaño, tenía algunas lágrimas escurriendo desde sus mejillas pero sin embargo una sonrisa de parte de este hizo que Dazai se tranquilizara de su angustia.
— ¡F-Fue... Increíble! — susurró el pelirrojo dejando en shock a su compañero.
Una sonrisa se iluminó en el rostro del suicida que hizo que rápidamente se levantara y ayudara a desatar la cuerda de las manos del menor.
Chuuya sobó de su muñecas y cayó rendido a la cama, recostándose boca abajo. Por otra parte Dazai regresó a su antiguo lugar acomodándose de lado y volvió a emplear su mirada en él.
— ¿lo dices en serio? — preguntó el mayor aun sin tener confianza al ojiazul creyendo que era otra de sus mentiras.
— sí — contestó de una manera muy sincera
Ambos se miraban a los ojos, sin saber que decir, el castaño no quería hacer un momento tan incomodo para su compañero y acercó una de sus manos hacia su espalda cual estaba recién llena de más moretones rojos.
— Dazai, ha-hay algo que quería decirte desde la primera vez en que... t-tuvimos sexo — dijo el pelirrojo cerrando sus ojos y a punto de quedarse dormido. el suicida recargó su cabeza en su mano izquierda y le pidió a que prosiguiera su frase...
— Adelante, te escucho
Chuuya comenzaba a delirar, abriendo y cerrando sus ojos en señal de sueño pero logró decir aquella palabra — m-me... T-tú me... Me gustas
El castaño pelo los ojos. Se había quedado sin palabras, su reacción fue tan anonadada que un leve sonrojo salió de sus mejillas, algo que no es tan normal de él y que Chuuya siempre deseaba ver, pero por desgracia, sus ojos estuvieron tan cansados que ni pudo apreciar ese lindo momento.
— Me gustas... Desde... H-hace mucho — dijo con un hilo de voz y terminó hundiendo su cara en el almohadón.
Dazai solo se dedicó en acariciar su cabello y en mostrar una pequeña sonrisa — descansa, Chuuya — susurró cubriendo con sus sabanas el cuerpo desnudo del menor y apagando la luz de la lampara.
'Tu también me gustas, desde hace tiempo'
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Toda mi imaginación fue basada en este capítulo (literalmente)
Bueno ya hasta ahí la dejo (◎_◎;), conciderenlo como un regalo de navidad por mi parte 🎅❄
Perdonen que no lo haya subido hasta el viernes pero es que me faltaba mucho por completar y tenía que hacer otros deberes.
Creo que exagere mucho con lo explícito, disculpen!!! 😅🔫 (no me llamen depravada)
Espero que les haya gustado este capitulo!!! :) si les gustó por favor no olviden votar y comentar su opinión (en serio me ayudarían muchísimo)
Les deseo una bonita navidad llena de amor y alegría, les mando muchos abrazos y muchas bendiciones ;D
⛄💕~
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