Capitulo 5: "Vino tinto"
*hace cuatro años atrás*
- Chuuya, ¿sabes porqué los nombré a ti y a Dazai como compañeros de la mafia? - el pelirrojo no contestó - por que tu vida va dependiendo de él. Gracias a su habilidad, tu poder no nos causa tanto problema. Ustedes dos hacen un buen equipo.
Chuuya bajó la mirada, su actitud con Mori era tan tímida y seria, tanto que ni si quiera tenia el valor de responderle. Las amenazas que le hacia el mayor le perturbaban demasiado y se sentía forzado a hacer cualquier cosa que él le pidiera.
- bueno, veo que no quieres hablar. Solo quiero decirte una cosa antes de que vallas a buscarlo; si dejas que haga cualquier tontería...
- me ejecutarán - interrumpió el menor - eso ya me quedo claro señor Mori.
- me imagino que sabes a lo que me refiero cuando digo "tontería" - dijo el pelinegro y suspiró frustrado - ese Dazai solo me trae muchos problemas. Encargate de él, al igual que él se encargue de ti y lo más importante, no uses tu poder en absolutamente nada ¿estamos de acuerdo?
Chuuya asintió con mucho temor en su mirada y minutos después abandonó aquella oficina. Acopló su larga capa y se puso su sombrero favorito que en aquel tiempo le quedaba grande.
Se dedicó a buscar a su compañero por todas las salas del edificio. Caminaba arrastrando su manto negro por todos los pasillos y no encontraba resultados de su desaparecido amigo hasta lograr escuchar el sonido de un bastón caerse. Chuuya no dudo en acercarse a donde provenía el ruido y asomó un poco la vista desde la puertecilla de aquella habitación.
Sin duda ahí estaba el pequeño ojicafe, asomado desde esa enorme ventana que dejaba ver el gran rascacielos.
- ¿morir tirado de un edificio?, tampoco suena tan mal - pensó en voz alta el chico con decenas de lesiones y fracturas.
Chuuya se atemorizó ante la frase del castaño, pero tampoco quería interceptar su momento a solas. Pensaba en que si llegase a distraerlo se molestaría con él y le dejaría de hablar. Así que mejor decidió seguir observándolo desde la orilla de la puerta.
Dazai se apoyó en el sillón que estaba pegado en la pared de aquella ventana para incarse, recoger sus muletas y dirigirse a una pequeña mesita la cual estaba jalando poco a poco hasta posicionarla en la pared de la ventana y usarla como escalera. No obstante, apoyándose en sus bastones subió hasta quedar en la orilla de la ventana, listo para lanzarse desde lo más alto.
Chuuya no soportó tanto al ver a Dazai a punto de suicidarse desde la ventana y desconsideradamente rompió la primera regla de Mori-sama.
- ¡DAZAI NO! - gritó el pelirrojo activando su poder
El cuerpo del castaño se tornó a un color rojizo gracias al poder de Chuuya. Dazai, sorprendido por la inesperada llegada del ojiazul volteó su mirada hacia la habitación. Su ojo cubrido con una venda, un parche adornando su mejilla, su brazo y su pierna fracturados y una mirada de confusión le hacían verlo tan inocente y angelical mientras desaparecía la tonalidad roja que tenia en su piel causado por la habilidad de este.
El ojiazul corrió tras el cuerpo de su compañero poco después de ver que su intento por salvarlo con su habilidad fue un fracaso, se acercó hacia él y lo abrazó desde su espalda. Comenzó a arrastrarlo hacia el centro de la despejada habitación y cuidando de que no se golpeara su pierna fracturada, pero inesperadamente uno de sus pies resbaló pisando su capa e hizo que ambos calleran sentados al suelo.
Chuuya se levantó en seguida y corrió a cerrar la ventana. Poco después regresó cayendo incado frente a su compañero e inspeccionó su pierna invalida.
- Disculpa por haberte interrumpido, pero no quería que te hicieras otra herida más. ¿te encuentras bien? ¿te lastimé tu pierna? - habló el pequeño ojiazul en un tono alterado
Dazai lo miro desorientado. Preguntándose el porqué lo estaba espiando
- tranquilo Chuuya, estoy bien - El pelirrojo levantó su mirada hacia el rostro del suicida haciendo que ambos se miraran a los ojos.
Un silencio tan profundo abundó de aquella habitación. Ambos chicos se miraban impactados ante lo que había ocurrido hace un minuto. El pelirrojo quiso arruinar aquel incómodo momento y prefirió acercarse a él para darle un cálido abrazo y soltar unas pequeñas carcajadas de alivio.
Comenzaban a caer lágrimas desde los ojos del menor, sus risitas se convirtieron en chillidos de desconsuelo, y aquel cálido abrazo se formó en un apretón mucho más fuerte.
- ¿Chuuya? ¿Estas bien? - preguntó el castaño preocupado por la reacción de su compañero
El pelirrojo asintió sin responder nada después.
Desde ese día, Chuuya prometió que nunca lo dejará solo, y que con tal de que estuviese feliz y satisfecho él aria lo que fuera... Y lo que sea.
*fin del flashback*
Chuuya corrió lo más rápido que pudo hacia la dirección donde le había idicado el castaño. Su preocupación hacia él aumento más al ver que no se encontraba.
- ¡Dazai! - gritó desesperado
Sin escuchar una respuesta alguna, la mirada de Chuuya se frustro tanto, mirando de izquierda a derecha aun sin encontrar ningun rastro de él, hasta sentir unas manos entrelazándose desde su pecho.
- Aquí estabas pequeño enano - dijo el castaño dándole un fuerte abrazo desde su espalda.
Chuuya no supo como reaccionar en ese momento. Sentir las manos del mayor pasar desde su pecho fue un momento tan conmovedor para él. Tomó un poco de aire y cerró sus ojos.
- No vuelvas a asustarme de esa manera ¿te quedo claro? - lo amenazó con un tono molesto
Dazai comenzó a reír y asintió dándole la vuelta para quedar frente a él - volviste a pensar en que me pasaría algo ¿cierto?
Las mejillas del pelirrojo comenzaron a sonrojarse. Dazai acerco su semblante hacia los sedosos rizos que poseía el menor. Sentía la suave textura de sus mechones anaranjados y ese dulce aroma a él que lo hacía recordar los bellos momentos que pasaban juntos.
- Ese olor. Me encanta - murmuró el suicida hundiendo su rostros en el cabello del pelianaranjado y olfateando sus rizos.
A Chuuya le excitaba tanto que el castaño hiciera esos movimientos con su cabello pero tenía que evitarlo antes de que todo esto se saliera de control. Puso ambas manos en el pecho del joven vendado y lo alejó de él.
- ¿ahora para qué me llamaste? - preguntó cambiando la conversación
Dazai lo miro con una encantadora sonrisa mientras lo tomaba de ambas manos - a, cierto ¿no tendrías la molestia beber de otra botella de vino?... ¿conmigo? - preguntó pelando los dientes.
Las mejillas del ojiazul no tardaron en ruborizarse aun más - ¿a caso este imbécil quiere que me dé un infarto solo por una falsa alarma? - pensó molesto
- ¿entonces? - volvió a preguntar el castaño. Chuuya no sabía que responderle en ese momento, y pensó en llamarle su atención. Quería que las mejillas del suicida se enrojecieran como las de él.
-¿esto sera como una cita?- dijo en tono sarcástico
Dazai sabía las intenciones del pequeño pelirrojo y asintió tomando con su manos la cabeza de su compañero y acercándolas hacia su pecho. - si tú lo deseas.
Chuuya volvió a rendirse ante el comentario que había dicho y comenzó a caminar con él por la solida calle cual atardecer era reflejado en aquel río que se encontraba a su esquina, abrazándose el uno al otro como si fuesen pareja.
Tras haber llegado hacia aquella cantina. Los dos jóvenes ordenaron de una copa de vino y mientras llegaba su pedido el pelirrojo sacó de su bolsillo un esquero y un cigarrillo mientras que Dazai quiso comenzar de una platica.
- escuché que habías hablado con Mori-sama - Chuuya pelo los ojos con el cigarrillo en su boca - ¿fue algo acerca de mí cierto?
El menor tragó saliva - no, solo le pedí unos días de descanso - Dazai sospechó ante el comentario de su compañero y se acercó lentamente hacia él, sin quitar su mirada hacia los ojos del pelirrojo
- por alguna extraña razón, no creo en ti - Dazai se separo un poco recargándose en la barra y desvío su mirada hacia los labios del contrario.
Chuuya tenía el raro presentimiento de que aquel cigarro le estorbaba mucho en ese momento. Lo agarró con clase y volteó soplando todo el humo que le causaba este.
El cantinero interrumpió a ambos chicos trayendo consigo dos copas de vino tinto.
El pelirrojo tomó en seguida su copa y comenzó a beber de ella excesivamente hasta dejarla sin una pizca de vino. Colocó la copa en su anterior lugar y Dazai notó como una gota del alcohol rojizo escurría desde sus finos labios, una gota que al poco segundo fue retirada por su lengua.
El mayor quiso intentar olvidar aquel hecho tomando su copa y le bebió un trago, apreció como Chuuya lo observaba beber mientras continuaba consumiendo de su cigarro.
- ¿le dijiste acerca de la noche que tuvimos tú y yo? - preguntó el castaño volviendo a observar los ojos azules del pelirrojo.
Chuuya negó con la cabeza. Su respiración se entre cortó al ver que su compañero comenzaba a acercarse lentamente hacia sus labios mientras cerraba sus ojos. - "solo dejate llevar Chuuya" - pensaba intentando calmarse
El menor cerró sus ojos con forme se acercaba, esperando con ansias los labios del contrario. Dazai se detuvo un momento abriendo sus ojos y miró la expresión del pelirrojo. Le causo tanta ternura que no pudo evitar sonreír al verlo.
Chuuya escuchó una pequeña risita proveniente del castaño y abrió rápidamente sus ojos. El mayor posicionó su frente con la del ojiazul y ambas miradas volvieron a chocar. Tener los ojos de su compañero tan cerca con los de él le inquietaban tanto e intentó separarlo soltando un suspiro de decepción.
-¿qué ocurre Chuuya?
- nada, estoy bien
- ya veo - Chuuya lo miró confuso - tú quieres que repita lo mismo de aquella noche ¿no es así?
El menor volvió a negar con la cabeza. Nuevamente Dazai se acerco hacia él. Las manos de Chuuya apretaban con fuerza sus pantalones, no podía contenerse durante mucho tiempo.
- ¿Qué? ¿a caso no te gustó como te besé esa noche? O cuando besé tu cuello y comenzabas a gemir, a gemir para mí ¿lo recuerdas?
- Dazai - fue la última palabra que había dicho el pelirrojo luego de que el suicida posicionara sus labios sobre los de él, suavemente, un pequeño roce tan delicioso y placentero que lo dejó con ganas de más.
Se separó unos segundos, quería seguir viendo los hermosos ojos del pelirrojo, pero para su sorpresa, Chuuya lo tomó de sus mejillas e hizo que aquel roce se convirtiera en un apasionado beso.
Dazai le siguió el juego tomándolo igual de las mejillas y abrió su boca para insistir a que el contrario lo siguiera e introdujera su lengua.
Se sentía un ligero calor entre ambos chicos, que estaban a punto de abandonar aquel sitio y comenzar una vez más su ardiente aventura.
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¿¡QUIEREN MÁS LEMON!?
concedido, habrá más pasión entre estos dos calenturientos XDDDDD, esta vez trataré de hacerlo un poco más explicito que el anterior para que disfruten de tanta rikura ಥ⌣ಥ
Bueno no olviden votar por el capitulo de hoy (no los obligo eh) y comentar acerca de... Ps no se, alguna parte que les allá agradado o su opinión (se los agradecería muchísimo :'3 )
.. Nos vemos la próxima semana amiguitos ⛄...
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