Capítulo 4
🌄¿Enemigo en común?🌄
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Narrador
- ¿Quién es Milordo Z? —Preguntó con duda Miruko, viendo a Brago. Cuando el otro mamodo iba a responder, el avión comenzó a perder el control—.
La voz del piloto informabá que los motores del avión se averiarón debido a un impacto repentino.
Simone y Sherry sabían que fue un conjuro mamodo.
El avión comenzó a caer en pícada, todos los humanos dentro (que no eran más de cinco) tomarón unas mochilas con paracaídas y saltarón de la máquina.
En cambio, con ambos demonios.
Miruko había perdido la razón por tanto movimientos y el sonido de las alarmas; Brago apenas tuvo tiempo para pensar, fue rápido por una de las mochilas, y entre tanto alboroto, tomó a Miruko de la cintura y saltó justo a tiempo; pues otro conjuro fue lanzado hacia el avión.
Mientras ambos mamodos iban cayendo, el avión explotó, como pudo Brago abrió el paracaídas y ambos bajaban con lentitud.
Miruko recobró el conocimiento, observo a todas partes y se exhalto al ver que estaba en el cielo.
- ¡Mierda, voy a morirme! —Gritó completamente aterrada y comenzó a llorar—.
- No, no vas a morir. Todo esta bien, yo estoy aqui —Habló con suavidad el mamodo oscuro, tratando de calmar a Miruko. Pero sólo hizo que la otra gritara mucho más—.
- ¡NO QUIERO MORIR JUNTO A TI! —Chillabá entre lágrimas, moviendosé con rápidez y tratando de safarse de Brago. El otro hizo una cara de decepsión y suspiró—.
- Estamos a más de mil metros del suelo, ¿en verdad prefieres que te suelte? —Preguntó con ironía y una sonrisa de lado. Miruko cayó en cuenta de su sitación y comenzó a gritar más fuerte—.
- ¡SIMONE!, ¡SIMONE! —Gritaba desesperada y rompiendo en llanto— ¡ME DAN MIEDO LAS ALTURAS!, ¡AHHHHH!.
- Pff... —Brago soltaba risas, a pesar de que la azabache sufria, realmente caian con mucha lentitud—.
Simone y Sherry estaban a unos metros sobre ellos, viendolos con decepsión.
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- ¡¿Quienes son ellos?! —Gritaba exhaltada Miruko, viendo como muchos mamodos luchaban entre ellos—.
- Son demonios que participarón en la batalla de hace mil años —Explicó con seriedad el mamodo oscuro— Habían sido convertidos en piedra por un mamodo llamado-.
- Linda tu explicación, pero no me importa —Interrumpió la mamodo, con una mueca de molestia. Eso hizó molestar a Brago, haciendo que el le dierá un ligero golpe en el hombro— ¡AH!, ¡¿QUIERES PELEAR, VERDAD?!, ¡¿QUIERES QUE TE DERROTE?!, ¡PUES VOY A HACERLO! —Dramatizaba mientras se colocaba en posición de pelea, Miruko tenía una expresión muy seria. Brago estalló en risa y Miruko igual—.
- Si te crees tan fuerte... —Brago se limpió unas lagrimitas que soltó por la risa— ¡Pues ven!, ¡veremos quien queda invicto al final!.
Ambos demonios estuvieró retandose y riendo por unos minutos, sus lectoras sentían pena ajena al verlos de esa manera.
- Ya, Miruko —Ordenó Simone, y con rápidez la chica obedeció y se puso firme. Brago le dedicó una mirada de enojo a la mujer— Vinimos aquí para derrotar a Milordo Z, no lo olviden. Tanto Brago, como Sherry, tienen asuntos que resolver con ese diablillo.
- Y al parecer, no somos los únicos —Habló la rubia. Ella sabía que Takamine Kiyomaro y sus amigos estaban presentes, desde días, posiblemente. Pero a ella y a Brago sólo les interesaba derrotar a Zofis— Brago.
- Sí —El mamodo asintió y se dirigió al lado de su lectora, ambos estaban preparados para la batalla; pero el mamodo oscuro sabía lo peligroso que era. Vió a Miruko y dijo— Es mejor que las dos eviten meterse en la batalla. Cuando derrotemos a Milordo Z, las llamaremos —Y después de eso, aquel equipo se retiro. Dejando a ambas mujeres solas—.
- Brago...
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~Fin~
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