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EXTRA (SPOILERS DE LA SAGA)

[PARA LEER ESTE EXTRA Y TODOS LOS DEMÁS DEBEN HABER LEÍDO LOS 6 LIBROS. LA LISTA EN ORDEN ESTÁ EN LA DESCRIPCIÓN DE LA HISTORIA]

[TODAS LAS PARTES INICIALES DE LOS EXTRAS PASAN AL FINALIZAR LAS HISTORIAS INDIVIDUALES. TODAS LAS PARTES INTERMEDIAS DE LOS EXTRAS PASAN DURANTE "ELLOS ESCRIBEN, ELLAS SONRÍEN" O DESPUÉS DEL MISMO. TODAS LAS PARTES FINALES DE LOS EXTRAS PASAN AÑOS DESPUÉS DEL FINAL DE "ELLAS ESCRIBEN, ELLAS SONRÍEN"]

[LOS CAPÍTULOS EXTRAS CONTIENEN SPOILERS DE LAS OTRAS HISTORIAS. SE RECOMIENDA LEER LOS CAPÍTULOS EXTRAS LUEGO DE TERMINAR LAS 6 HISTORIAS]


Inicio.

Raquel deja salir todas las lágrimas que había estado reteniendo durante el fin de semana. Un fin de semana que, sin dudarlo, entraba en su lista de los peores fines de semanas de su vida.

Su cabello, ahora corto hasta los hombros, parecía una maraña indomable. Y era así como ella se sentía, una desastrosa maraña indomable. Tal vez habría sido una buena idea llamar a Nícolas, él siempre sabía como soportar cosas tan fuertes como el rechazo, pero no quería molestarlo. 

Se sienta en su cama, mirando a la oscuridad de su diminuto dormitorio. Todo huele a Nícolas y esa pequeña voz en su cabeza le sigue gritando "Llámalo" Pero Raquel piensa que es lo suficientemente fuerte como para soportar un índice de depresión como el que estaba teniendo. 

Oír a la su hermano hablar de como estaba desperdiciando su vida había sido un golpe muy fuerte. Ella era consciente de lo mucho que estaba dejando al decidir no estudiar por el momento y sabía a la perfección todo lo que ganaba al seguir con su postura. No se sentía lista para seguir una carrera aún. No había hecho ni la mitad de cosas que quería hacer. Además, tenía tan solo 20 años, tiempo era lo que le sobraba. 

¿Cómo podría ser capaz de pasar cinco años estudiando algo que no era su pasión? Ella jamás podría ponerse a sí misma en esa posición. Tenía mucho respeto por sus convicciones.

La puerta del pequeño departamento se abra y desde el cuarto puede escuchar el suave tatareo de Nícolas. Se seca con brusquedad las lágrimas, acurrucándose en su cama. Aunque lo intenta, no puede calmar su respiración.

  — ¿Dulce?—La aspera voz de Nícolas irrumpe el silencio. Enciende la luz y se acerca hasta estar frente a Raquel—  ¿Que ha pasado? ¿Por qué estás llorando? ¿Fue esa tonta vecina la que te hizo llorar? Te juro que voy contarle chistes malos hasta que deje de molestarte.

Aunque su novia apreciaba su sentido del humor, puede notar que estos no iban a ayudar. Coloca el cabello de Raquel detrás de su oreja y seca sus lágrimas.

— Hablaste con tu hermano, ¿verdad?—Nícolas, quién había peleado mucho con Raquel para hacerla cambiar de opinión, sabía que no había nada en el mundo que la afectara tanto como la opinión de su familia. Su hermano se había retratado como alguien compresivo al inicio. Pero ahora que Raquel había decido tomarse un tiempo para pensar en su futuro, había mostrado su disconformidad— No dejes que esto te afecte, Dulce. Él no tiene poder en tu vida.

—Sí, si lo tiene—Raquel se sienta derecha, tratando sin éxito de controlarse— Primero se molestó porque no tomé la beca en Canadá y ahora porque estoy postergando la carrera ¡No quiero hacerlo aún, Nícolas!

—Solo lo hacer por mí—Dice él, colocando su cabeza entre sus manos— Si yo no estuviera tan concentrado en esto de la nueva productora, tú estudiarías sin problemas.

—No, cállate—Raquel le da un suave empujón— No eres tú. Esto es mi decisión, solo mía. 

—Si no me conocieras, no me quisieras ¿qué estarías haciendo ahora?

Nícolas no podía evitar sentirse culpable. El primer año, en el que él tomó unos cursos en la universidad local, Raquel había decidido no hacerlo. Se quedaba en casa, dibujando, re decorando el mini departamento cada fin de mes y vendiendo sus trabajos por internet. Nícolas le preguntó una y mil veces si eso era lo que quería. Ella había respondido sí, sin dudas. Él seguía creyendo que no era cierto.

—Estaría estudiando alguna carrera que tuviera diez por ciento de cosas que me agradan, en alguna ciudad importante, recibiendo dinero de mi madre para poder sobrevivir y, por sobre todo, estaría desolada. No podría estar de otra manera sin ti—Raquel toma a Nícolas por las mejillas, obligandolo a mirarla— Y yo que pensé que tú sabías lidiar con estas situaciones.              

Nícolas ríe, negando con la cabeza. 

—Soy una mujer de casi veintidós años, que vente su arte por internet y sigue sus sueños. Soy un alma libre y no importa que tan difícil sea eso para mi hermano. Está claro para mí. Y tiene que estar claro para ti, eres mi soporte ¿recuerdas? 

—Sí, dulce, lo soy—Nícolas sacude su cabeza— No te voy a volver a tocar el tema, estoy muy orgulloso de ti, estás siguiendo tu camino.

—Y es más bonito contigo a mi lado—Raquel tira del cuello a Nícolas, estampado sus labios contra los de su novio. 

El teléfono suena y Raque sujeta a Nícolas con fuerza.

—Puede esperar—Le susurra entre besos, confirmando que la llamada es de Alejandra. Deja el teléfono a un lado mientras retira la camisa de su novio.  

Lo que ella no sabía era que todo eso podía cambiar.

Intermedio  

Nícolas se balancea en sus pies y termina cayendo con fuerza exagerada.  

— ¡Auch!—Exclama él, haciendo una mueca de dolor.

El pequeño Axel se ríe desde el otro lado de la pequeña sala. Aplaude con dificultad para luego elevar las manitos. Nícolas se acerca y lo toma en sus brazos.

— Así que te gusta ver a tu padrino sufrir, ¿eh? Eres idéntico a tu padre—El bebé, de cuatro meses golpea el rostro de Nícolas, haciéndolo reír— Está bien, está bien, no he pedido demostraciones.

— ¿Qué esperabas?—Pregunta Raquel, desde el cuarto donde está pintando en un gran lienzo. Era su pedido más recientes. En la actualidad, tenía muchos. Unos más caros que otros. Además, los cursos que tomaba de forma libre en distintas instituciones la ayudaban mucho a mejorar su técnica y conseguir nuevos clientes— Es el hijo de Edward.

—Debería tener al menos alguna de tus cualidades—Comenta su novio, acercándose a la puerta del dormitorio— Como tu amabilidad.

—No creo que eso sea genéticamente posible—Raquel ríe, extendiendo los brazos— Dámelo y sirve la cena, esclavo.

—Claro, señorita amabilidad—Nícolas deja al bebé en los brazos de su novia y se dirige a la cocina.

—Pronto seré la señora amabilidad —Grita Raquel, dándole una ojeada a su anillo de compromiso— Debes guardar el secreto, Axel. Nadie lo sabe aún—Le comenta Raquel al bebé, quién la mira hipnotizado— En un mes será tu adorable bautizo y tu tío Nícolas será tu padrino. 

Axel suelta un murmuro imposible de entender pero Raquel asiente.

—Tienes razón, se pondrá más pesado entonces.

—Este apartamento no es tan grande, puedo oírte—Dice Nícolas desde la cocina. El olor a carne llega hasta las fosas nasales de Raquel— Hoy cenaremos la especialidad de la casa, carne enrollada.

—Tu tío es un buen cocinero, Axel—Continúa Raquel, meciendo al niño— La comida asiática le sale muy bien. Cuando empieces a tener citas, él cocinará para ti. No hay mejor opción que mi novio.

Axel sonríe y Raquel lo toma como una afirmación tácita.

—Bien y para el postre, tu madre puede hacer unas deliciosas galletas—La imagen de esas masas circulares que Alejandra hacía a la perfección aparece en la mente de Raquel. Puede imaginar como la parte, como suena el crujido y lo deliciosas que son, como se disuelven en su boca. Pronto, la carne enrollada de Nícolas aparece. Con el queso, tocino y espinaca de relleno, tan grasoso y delicioso— Oh, oh...

Raquel siente como su estómago da un gran salto. 

— ¡Nícolas!—La voz de la joven está tan teñida de desesperación que Axel comienza a llorar.

Nícolas aparece un segundo después, con el cucharon en su mano, dispuesto a matar al insecto que, él piensa, asustó a Raquel.  

— ¿Es una araña, nivel uno, o una cucaracha voladora, nivel diez?—pregunta él, examinando el cuarto con el ceño fruncido.

—Toma a Axel—Raquel entrega al bebé con poca delicadeza. Nícolas logra soltar el cucharon y sujetar a Axel con firmeza. Raquel corre al baño, cerrando la puerta tras de ella. 

A penas llega a arrodillarse frente al inodoro, porque pronto su vómito empieza a salir. Se recoge el cabello como puede, dejándose ir. 

Un pensamiento crece en lo profundo de su mente pero se niega a creerlo. Ella no puede, no quiere, no está lista. 

Pero con cada arcada que tiene, está cada vez segura que es lo que imagina. 

En algún punto, comienza a llorar de la frustración. En su mente, un embarazo hubiera sido ideal unos años luego de ayudar a Alejandra a tener a Axel. Sabe que Nícolas estallará de alegría, no tiene dudas. Así como no tiene dudas que eso le arruina muchos planes.  

                          Lo que ella no sabía era que todo eso podía cambiar.

Final

Steve, el pequeño hijo de Alexandra de tres años, corretea por la cafetería de Edward y Alejandra. Siempre le había encantado ese lugar, sin mencionar las galletas de su tía Alejandra.

—Ten cuidado, pequeño—Le dice Nícolas, parándose frente a él— Porque tu maravilloso tío Nícolas ha venido a contarte unos chistes.

— ¡No!—Grita el niño, divertido. Corre hasta donde Axel, de un año, está y tira de su mano— Corre, Axel.

Nícolas camina con lentitud detrás de ellos, haciéndolos reír mientras los persigue.       

—Tu esposo hará que alguno de estos niños le tenga pánico a los comediantes —Murmura Zoe a Raquel, quién está a su lado— Más le vale no hacer eso con mis niños—Zoe frota su pequeña barriga— Necesito que me aconsejes con esto, no sé que esperar.

—Yo no he tenido mellizos o gemelos, lo que sea que estés teniendo—Raquel se enconge de hombros— Solo he tenido a esta pequeña—Mira a la pequeña Noemí, quien duerme en sus brazos.  

—Y a Axel—Susurra Zoe, con diversión.

—No me interesa que sea tu baby shower, Zoe, te echaré si vuelves a decir eso—Suelta Alejandra, lanzandole una mirada de reproche— Vas a confundir a mi hijo.

—Tu hijo el que no puede diferenciar entre Alexandra y yo—Murmura Allyson, frunciendo el sueño— Eso me duele, Alejandra ¿Cómo puedes dormir por las noches sabiendo que esto me lastima?

—Nos lastima mucho—Concuerda Jean, rodeando a Ally por los hombros con su brazo— Y a Liss, nuestra perrita. Oh, es cierto. Somos los únicos sin hijos y por eso nos perturban tanto.

—Jean, cariño, debemos buscar nuevos amigos—Propone Allyson, aguantando la risa.

—No podrían, ya están muy viejos para superarnos —Comenta Alexandra, abrazándolos— Y los quiero tanto que no podría dejarlos ir.    

—El tío Nícolas quiere un descanso—Ruega Nícolas, cayendo al piso. Esto les da una oportunidad a Axel y  Steve de saltar sobre él, gritando entre risas— ¡Ayuda!

—A ver, yo tomaré a este pequeño—Ivan aparece desde la trastienda, dejando un gran plato con galletas frente a Zoe. Toma a su hijo en brazos y le susurra— No te preocupes, campeón, le ganaste al viejo Nícolas.

—Tenemos la misma edad—El aludido logra ponerse de pie y no puede evitar soltar un quejido de dolor— Dulce, sálvame.

— ¿Por qué no le di a mi hija un padre joven?—Lamenta Raquel, rompiendo en una gran risa— Ven a descansar, anciano.

—Creo que es hora de perseguir al tío Diego—Anuncia Edward, besando a Zoe en la mejilla. Ella coloca su cabeza en el hombro del chico— Quién lo derribe primero gana una galleta.

— Y un agradecimiento de su tía favorita—Asegura Alexandra.

Steve levanta la mano, con expresión de confusión.

—Pero tú eres mi mami, mami—Dice el niño. Su madre sonríe, enternecida.

—Tienes razón, mi amor. Recibirás un agradecimiento de tu mami—Concuerda ella.

Los niños persiguen a Diego, quién trota por el local.

—Así que, dos bebés ¿eh?—Pregunta Jean, sentándose frente a Zoe y Edward— Eso debe ser...

—Abrumador, sí—Completa Zoe, mordiendo una galleta—  Me volveré loca.

—Yo pensaba igual—Confiesa Raquel— Pero esta niña es lo mejor que me ha pasado en la vida.

—Concuerdo—Interviene Nícolas, observando a su pequeña con amor. Aún recordaba cuando Raquel le dijo que estaba embarazada. Se desmayó del impacto. También recordaba lo mucho que Raquel se había contrariado y como, un día mientras miraba su estómago se puso a llorar diciendo "Lo siento, siento a nuestro bebé"  

Habían pasado casi nueve meses desde que Noemí había llegado a sus vidas y jamás se habían sentido tan completos. Sí, Raquel debió colocar sus pinturas en una repisa más alta. Sí, Nícolas debió guardar sus pedales de guitarra en el armario del departamento. Sí, ambos tuvieron que pasar meses colocando protecciones para que su hija no se lastime en la casa y tuvieron que asistir a las vacunaciones de la niña, que había sido lo peor para ambos. Pero también habían dormido los tres en su cama, uno a cada lado de Noemí. Habían oído decir la primera palabra de la niña, que fue una mala palabra escuchada de alguna de sus tías. Habían jugado con ella, desde el amanecer hasta que Noemí no podía más y se dormía en los brazos de alguno de los dos. 

Pasaron nueve meses llenos de altos y bajos, sobre todo emocionales, pero todo eso desaparecía cuando veían los oscuros ojos de su hija, como los de Nícolas y el rubor que se extendía por sus mejillas, como el de Raquel. 

—Con mucha suerte, nadie se peleará para que nombremos a nuestros hijos en su honor—Comenta Zoe, lanzándole una mirada de reproche a Ivan.

Mientras todos se enfrascan en una conversación sobre porque los hijos de Edward y Zoe deberían llamarse "Jean y Jan" o "Ivan segundo e Ivana primera", Nícolas mira a Noemí dormir.

 —Es preciosa—Le susurra Raquel, por completo embelesada por la niña.

 —No esperaba menos—Él la besa con suavidad— Tiene tus genes.     

Raquel piensa que jamás había sentido tanta paz, jamás se había sentido tan orgullosa ni feliz y que, seguramente, esa pequeña niña sería la única personita que le haría sentir el mismo amor que sentía por Nícolas. 

Lo que ella no sabía era que todo eso podía cambiar.  


N/A:

Y así termina el último capítulo extraaaa. Espero que lo hayan disfrutado, sé que me tardé y es que estuve editando toda esta historia, tiene un contenido distinto con una trama cambiada y más concisa que espero disfruten.

Estoy preparando un EXTRA en Ellos escriben, ellas sonríen para despedirme de los extras así que estén atentos ;)

MUCHÍSIMAS GRACIAS POR LEER, NO SABEN LO FELIZ QUE ME HACEN <3

Hasta la próxima. 

Pd: Sí, esa última frase significa algo bueno. 

Pd2: Sí, Jean y Ally tendrán hijos pERO POR AHORA ESTÁN FELICES CON SU CACHORRITA. 

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