La lluvia había comenzado a caer sobre Trollberg, sus calles estaban semi-vacías, salvo por la presencia de algunos vehículos y peatones que iban desafiando la precipitación copiosa, a menos de que tuvieran abrigos y paraguas, aquellos que no tenían nada que hacer esa noche/madrugada, se quedaban en sus hogares hasta que pasara. Sin embargo, no había que ser una persona común y corriente para atravesar la lluvia, ya que también, en esa ciudad, eran conocidas muchas criaturas, tanto buenas como malvadas, que convivían con los civiles y una de ellas eran las "Marras". 

Un línea de color verde pálido flotaba por los alrededores, danzando al compás de las precipitaciones, entremezclándose y convirtiéndose en una espiral hasta que se materializaba y llegaba hasta una casa de dos pisos. En ella, una chica de cabellos y coletas rubias, un lunar en su mejilla izquierda, llevaba un abrigo negro de mangas largas, una bufanda color rosa claro, al igual que sus pantalones y unas zapatillas lila oscuras. Pronto, una vez que ingresó en aquel domicilio, ésta fue flotando en el aire hasta dar con el lugar que estaba buscando.

Frente a ella tenía una puerta, la cual atravesó y de ahí ingresó, silenciosamente, hasta donde se encontraba un chico castaño, quien estaba durmiendo plácidamente. Una buena noche para divertirse. Una sonrisa de pura maldad cruzó su rostro y comenzó a flotar hasta llegar a la cama y quedar cara a cara con éste. 

- ¿Me extrañaste, David?.- Preguntó la Marra, tocando con la punta de sus dedos el rostro del chico, sin despertarlo.

No hubo respuesta, éste se hallaba profundamente dormido, sin embargo, cuando se disponía en divertirse, efectuarle unas pesadillas para asustarlo, oyó su voz que provenía desde lo más profundo del "Mundo de los Sueños".

- Jaeden...Eres muy amable...a pesar de ser la Marra que tantas pesadillas me has causado, jejeje, ahora ya no te ves amenazante cuando estoy contigo. Eres muy bonita así.- Dijo el joven, hablando entre sueños y eso llevó a que la otra se volteara, sorprendida, regresando hasta aquella cama.

- ¿Qué...Qué has dicho?.- Preguntó, levitando a su alrededor y colocando sus manos sobre los hombros del durmiente.

No lo podía creer; para ello se metió dentro de su mente y de ahí pudo notar de lo que estaba diciendo aquel joven era verdad, ya que, una vez sumergida en aquellos sueños, la rubia de coletas notó que estaba ante David y una persona...una que era igual a ella, tomando sus manos y besándola en los labios.

Sorpresa, dudas, sus mejillas sintieron un fuerte calor y comenzaron a volverse de un color carmesí hasta alcanzar un rubor en toda su cara, volviéndose roja como un tomate. Sacudió la cabeza y salió de la mente de David, quedándose flotando en el aire un buen rato. Las preguntas le estaban bombardeando por todas partes: ¿Acaso eso era real? ¿Estaba viendo los sentimientos de ese chico hacia ella por sus sueños?. 

Llevó su mano derecha hasta el mentón y se quedó pensativa, recordando esa promesa de que nunca volvería a asustar al castaño mientras dormía, jurándolo ante aquella niña de cabello azul y la morena, pero, en ese momento, ahora, en su corazón sentía un extraño sentimiento que afloraba y que comenzaba a crecer.

- Esto es ridículo. Soy una Marra, no estoy interesada en tener a alguien como pareja.- Intentó aclararse las dudas ella misma, pero, una vez más, la realidad volvía para llamar a su puerta.

- Jaeden, yo me siento feliz de tenerte a mi. A pesar de que me molestabas en las noches, ahora las cosas han cambiado y noto de que también tienes un buen corazón, aún siendo lo que eres.  La gente podrá decir cualquier cosa sobre ti, pero yo no soy como ellos, pienso por mi cuenta y sé de que no eres mala. Solo eres así por tu Naturaleza, pero nunca le harías daño a otras personas y que queden lastimadas, eso lo sé.- Hablaba David entre sueños, siendo oído por la rubia de coletas una vez más, mientras que se acercaba hasta su cama.-

- David...- Las palabras de la Marra se quedaron flotando en el aire hasta desaparecer por completo.- Nunca antes nadie había sido tan bueno conmigo...

Eso era verdad. Debido a su Naturaleza de causar pesadillas y parálisis del sueño, las Marras habían adquirido una popularidad negativa pero con ese chico, las cosas cambiaban en el tablero de ajedrez del destino. La rubia de coletas llevó sus manos hasta el pecho y sintió su corazón latir, su mente que le decía lo que tenía que hacer, siguiendo los parámetros necesarios, una serie de pasos y de ahí, yendo hasta donde se hallaba el joven, ésta se acercó y quedó, nuevamente, cara a cara con él, bajando los labios hasta hacer contacto con los de éste y de ahí quedó sellado un tierno beso en las páginas de su Historia.

Un beso que representaba algo más. Un nuevo comienzo, la primera palabra de un libro que ellos dos iban a escribir juntos y a lo largo de sus vidas.

Esa noche de lluvia había nacido una nueva pareja en Trollberg.

Fin.

[Dedico este pequeño y segundo One-Shot para mi amigo Ficlover93. 

Nota: El nombre de la Marra de David es Jaeden, bautizada por el fandom de "Hilda".

Nos estamos viendo, amigos, en próximos y nuevos proyectos e historias. Cuídense y buen comienzo de día Domingo.].