Ashton

Marianne no es la misma chica que conocí el año pasado. Es una desconocida que ni siquiera es capaz de darme una segunda mirada. Me dio la impresión de que está avergonzada, incluso dolida. Sé que fue muy contundente con sus palabras, pero no quiero renunciar ni darme por vencido. No dormí bien desde que apareció. Esa voz desconfiada en mi cabeza me susurra que está metida en graves problemas.

Necesito descubrirlo pronto o no estaré tranquilo.

Sabía que involucrarme con ella era un completo error. No es mi compañera, pero fue inevitable no sentirme atraído hacia su personalidad y belleza. Marianne era dulce, graciosa, carismática y sensible. ¿Qué cambió?

Las personas bailan y ríen a mi alrededor. Todos siguen en sus asuntos mientras yo tengo un propósito: buscarla y obligarla a decirme qué rayos sucede.

«A veces llama a Ashton y pide perdón...»

Maldición, voy a enloquecer. Quiero que ella me mire a los ojos y me diga lo que siente realmente. No me trago sus mentiras, no creeré que olvidó nuestra relación tan rápido. Pasó más de un año dónde la esperé día y noche. Sufrí por esa chica.

Intenté buscarla en cualquier parte del mundo, pero con la escasa información que tenía sobre su vida fue imposible. Marianne es de Irlanda y se mudó a New Hope. ¿Por qué? Ahora volvió y tiene un profundo interés en Arianne que no logro comprender.

Arianne, Marianne...

Soy un estúpido. Incluso sus nombres son iguales y tienen el mismo amuleto celta. Ni hablar de esos rasgos similares. ¿Están relacionadas? Maldita sea, sí. Apuesto mi vida a que sí.

Cruzo la calle con las manos en los bolsillos y voy directo hacia la Avenida Denver. Desde la esquina puedo vislumbrar esa familiar cabaña dónde se hospedó la primera vez. Lo irónico de esta situación es que Arianne también vivió ahí.

Las piezas encajan poco a poco.

Esto no se trata de una coincidencia.

Mantengo mi audición en el interior de la cabaña donde puedo oír a alguien remover los platos en la cocina. Marianne está sola, su compañera prefirió quedarse en el ridículo festival.

«Vamos, Ashton. Esta es tu oportunidad»

Mis nudillos hacen contacto con la puerta y después oigo pasos aproximarse. Ella no pregunta de quién trata y me recibe sin dudar. Supongo que esperaba a su amiga la pelirroja.

—Preparé la cena, Lily... —Se calla cuando nota que soy yo. Sus ojos están impactados por la sorpresa —. ¿Qué haces aquí, Ashton?

Su voz suena fría y sin tacto. Es como si no soportara mi presencia ni el aire que respiro. ¿Me repudia? ¿Qué pasó con la calidez que siempre sentía cuando hablábamos?

—Hablemos —pido —. Tienes mucho que explicar, Marianne. No me iré de aquí hasta que me digas una razón.

Se mantiene de pie en la puerta y no me invita a pasar.

—Tú y yo no tenemos nada de qué hablar.

Su respuesta me toma desprevenido. No me imaginé que nuestro reencuentro sería de esta forma. Esperaba que corriera a mis brazos y dijera que también me extrañó. No estaba preparado para esta pesadilla.

—Mierda, sí —Entro sin su permiso, ignorando el grito horrorizado —. Volviste y no fue por mí. ¿Qué quieres de Arianne?

Evalúo el interior de la cabaña con desconfianza. El olor a incienso mezclado con lavanda quema mi nariz. Los muebles son muy sencillos, pero bonitos. La decoración femenina me hace saber que aquí solo viven chicas.

—No te debo nada, Ashton —El tono es venenoso al igual que sus ojos verdes —. Menos explicaciones que jamás entenderás.

Invado su espacio personal, hirviendo de rabia e indignación. ¡¿No me debe nada?! Me lamenté por ella durante un año. No miré a ninguna otra chica porque tenía la esperanza de que volvería a mi lado. Fui tan ingenuo y estúpido.

—Pruébame, dime de qué se trata todo esto —exijo —. Dime qué te atormenta.

—Quiero que te vayas.

Atrapo su delgado brazo, haciéndola chillar por la sorpresa. La atraigo hacia mí y la obligo a observar mis ojos. Secretos brillan en las profundidades de sus irises. Puedo saberlo por la forma en que se tensa y tiembla. No me engaña. Jamás lo hará.

—Ya capté que no te importó en absoluto todo lo que vivimos juntos. Nunca me amaste, ¿no es así? Jugaste conmigo.

Sus ojos se empañan por las lágrimas. ¿Por qué llora? Fue ella quien rompió mi corazón.

—Fuiste un entretenimiento temporal —suelta —. Alguien que me sacaba del aburrimiento.

Mi corazón se hunde, una punzada de dolor acribilla mi pecho. Espero que se retracte, pero no lo hace. Esto es todo, sus palabras terminan con la poca fe que tenía en ella.

—Bien —Mi garganta se siente áspera y seca de emoción —. ¿Qué quieres de Arianne?

Los labios de Marianne tiemblan al igual que su cuerpo. ¿Por qué está tan afectada si no le intereso? Ella olvidó nuestros momentos en el parque, el lago y los besos compartidos. Supongo que fui un tonto amorío de verano.

—Ella y yo queremos lo mismo —traga saliva —. Destruiremos juntas a Abigail.

Puede engañar a alguien más con sus mentiras. Busca algo de mi cuñada y estoy seguro de que no es nada bueno.

—¿Segura? Hay más.

Trato de tocar el amuleto en su cuello, pero aparta mi mano. Me lanza una mirada amenazante y rencorosa. La Marianne que conozco jamás me observaría con desprecio.

—No creo nada de lo que dices. Estás aquí por algo más.

Toma una respiración profunda y mantiene el rostro indiferente.

—Piensa lo que quieras, Ashton —dice con desdén —. Vete y no vuelvas a buscarme. Lo nuestro fue un amorío tonto y temporal. Te usé para pasar un buen rato, eso es todo. Supéralo.

Sus palabras en el lago me devastaron, pero ahora acaba de destrozarme. Un dolor paralizante se arrastra por cada parte de mí, convirtiéndome en ruinas. Esto era lo que necesitaba para abrir los ojos de una vez.

No soy su prioridad. Nunca lo fui, ni lo seré.

—Arianne no está sola —Le advierto —. Mis hermanos y yo la protegeremos de cualquiera que intente dañarla. Eso te incluye, Marianne. Piensa muy bien antes de meterte con ella.

Le doy la espalda para abandonar de una vez la cabaña. No me importa cuánto llegué a quererla. No volveré a darle el poder de destrozarme.

Se acabó.

Tener un corazón roto duele, pero no es momento de enfocarme en mis absurdos sentimientos. Hay una bruja que quiere matarnos. Sospecho que Marianne no está del bando correcto. Cruzo la calle con la respiración agitada y marco el número de mi hermano. Necesito poner mis prioridades en otras cosas. No me lamentaré toda la vida por ella. No lo merece, no cuando no confía en mí.

—¿Ashton? —responde Asher.

—Papá me comentó que irán a Atlanta para buscar a la médium —espeto —. Quiero ir.

🐺

Arianne

Cualquier frase relacionada a Marianne me pone de mal humor. Es el tipo de personas que te da mala sensación desde el primer instante que la ves. Puede ser prejuicioso, pero ella me dio motivos. ¿Por qué de repente está interesada en mí y sobre Abigail?

Me estresa.

Arruinó la tranquilidad de Ashton. Vino a generar más dudas y desconfianzas. ¿Por qué regresó?

—Estamos rompiendo nuestro acuerdo — Asher me tira a él, su brazo alrededor de mi cintura.

Me hago la idiota.

—¿Qué?

—Hablar de problemas.

—Asher...

Toma mi cintura y empieza a dar vueltas conmigo aferrada a su cuerpo. Me siento un poco mareada cuando se detiene y lo golpeo en el pecho. Quiero vomitar.

—¡Bien! Lo siento, disfrutemos.

—¿Quieres comer algo? —inquiere, sus ojos brillan con emoción.

—Vi una tienda de tacos justo ahí —Señalo la esquina —. Te amaría más si me traes uno.

Asher besa mi mejilla.

—Ya vuelvo—dice y se retira.

Permanezco al lado de Emmie mientras Andrew y Kellan tienen una pequeña discusión tonta sobre Capitán América y Iron Man. ¿En serio ponen en duda quien es mejor? ¡Nadie supera a Tony Stark!

Busco a Axel entre la multitud, pero se ha esfumado. Ni siquiera nos saludamos formalmente, ese promiscuo buscó diversión en alguna parte.

—¿Cómo estás? —Le pregunto a Emmie —. No hablamos mucho desde el ritual.

Se tensa y mira sus manos. Ups, mal tema para iniciar una conversación. Se nota que aún está afectada. Puedo entender porque sigue asustada. Esa bruja quiso tomar posesión de su cuerpo en un ritual, casi pierde la vida. Tanta tragedia.

—A veces tengo pesadillas —confiesa Emmie en un susurro —. Me asusta que ella intente lo mismo.

Un escalofrío involuntario recorre mi columna vertebral. Su miedo también es justificado. Abigail se encuentra entre nosotros y pronto atacará.

—Estás a salvo, Emmie —afirmo —. Ella jamás volverá a lastimarte, ¿me oyes? No lo permitiré.

Andrew besa la cabeza de su chica.

—Ya la escuchaste, corazón —sonríe Andrew —. Abigail estará muerta antes de que se acerque a ti.

Emmie se relaja en sus brazos.

—Contigo a mi lado dudo que tenga oportunidad. Eres mi ángel guardián personal.

Le enseño la palma de mi mano dónde una pequeña chispa de fuego reluce disimuladamente.

—La voy a cazar y encontrar —asevero —. Muy pronto voy a quemarla. La convertiré en polvo.

Kellan sonríe.

—Vas a lograrlo, Laroux. No conocí a ningún druida que aprenda tan bien como tú —masculla —. En menos de un mes lograste controlar técnicas que otros no.

Mi pecho se hincha de orgullo.

—Todo es gracias a ti, amigo. No podría lograrlo sin tu ayuda.

Kellan me guiña un ojo.

—Siempre estaré a tus servicios.

Asher regresa con los tacos y una Pepsi. ¿Puede ser más perfecto? Se me hace agua la boca.

—Aquí tienes —Me tiende la bolsa de tacos y gimo por el olor que desprende.

—Eres el mejor.

—¿Cuándo se irán a Atlanta? —consulta Andrew —. Escuché a mamá mencionar sobre la médium.

—Mañana —responde Asher —. Arianne ya no quiere perder el tiempo.

Asher sostiene la botella de Pepsi mientras le doy un mordisco a mi taco. Mmm... está delicioso. Nunca me aburriría de comerlos. Mi estómago aprecia cada pedazo.

—¿Conoces a Reynard Russell? —inquiero, mirando a Andrew —. Tu madre dijo que es amiga de la familia.

Andrew sacude la cabeza.

—Yo no sabía de su existencia, Andrew menos —dice Asher —. Espero que ella nos ayude.

—Estoy segura de que sí —Mastico y trago —. Si tu madre confía en ella es por algo. Reynard será una gran aliada.

Asher asiente.

—Ashton me llamó hace minutos —comenta triunfal —. Quiere ir con nosotros.

Un sentimiento de alivio se instala en mí.

—Fantástico —Le doy otro mordisco a mi comida —. Mañana partiremos a Atlanta.

🐺

Las hojas de árboles chasquean cuando corro a toda velocidad. El frío viento de New Hope acaricia mi suave pelaje marrón. Asher me sigue de cerca en su forma lobuna y aullando mientras intento escapar de él.

No me gusta estar en modo lobuno desde mi terrible experiencia al cambio de forma, aunque admito que disfruto bastante momentos como éste. Es divertido dejar salir mi lado animal y perderme en la naturaleza. También muy relajante. En este estado percibo cualquier detalle: desde sonidos hasta aromas del bosque.

Es alucinante y liberador.

Asher dijo que es terapéutico cambiar de forma y ahora lo entiendo. Ya no recuerdo el estrés que me provocó las palabras de Marianne o mis pesadillas. Me pierdo en la piel de mi loba.

La hermosa luna en el cielo ilumina el pelaje de Asher cuando se posiciona a mi lado y nos detenemos en el lago. Es una criatura perfecta y alucinante. Me cuesta apartar mis ojos de él. Mi lobito siempre me impresiona en cualquier forma.

«Tú también eres hermosa de cualquier forma»

Observo mi pata marrón sobre la suya. Soy mucho más pequeña a diferencia de él, Asher me supera en tamaño. ¿Y cómo no? Está destinado a ser Alfa.

«Prometo que haremos esto más a menudo» —Le respondo —. «Jamás ocultaré de nuevo esta parte de mí»

Su mirada avellana es mucho más brillante en la oscuridad.

«Esa es mi chica»

Nos acercamos al lago y cambiamos a nuestra forma humana, quedando desnudos. La cabaña se encuentra a un centímetro, no hay inconvenientes de que tengamos sexo aquí. Nadie puede vernos ni escucharnos. Es propiedad privada. El agua está fría cuando hace contacto con mi piel, pero no me afecta. Ahora lo único que puedo sentir es un ardiente fuego en mi interior. Asher me atrae hacia su cuerpo, provocando un aliento entrecortado en mí.

—Estoy tan loco por ti —susurra.

Lo beso apasionadamente, muevo mis labios contra los suyos en una furia desenfrenada. Lo saboreo como si me estuviera ahogando y él fuese el aire que necesito. Sus dedos empuñan mi cabello y tira para que pueda tomar el control. Mis piernas rodean su cintura cuando me eleva y me aferro a sus hombros. Lo recibo en mi interior con un grito de placer.

—Asher... —Mi voz hace eco en el oscuro bosque —. Te quiero tanto.

—Y yo a ti.

Respira fuerte contra mi boca, todos sus músculos se tensan por el deseo. El sexo con él nunca es aburrido o agotador. Siempre quiero más y más. Se siente tan bien, tan correcto. Nada podrá compararse a las emociones que despierta en mí.

Nada.

🐺

Nos acurrucamos juntos en la cama después del intenso sexo en el lago. La chimenea arde, haciendo que la habitación sea mucho más cálida. Apoyo mi cabeza en el pecho desnudo de Asher mientras él acaricia mi espalda con sus mágicas manos. La sensación de paz que me invade es indescriptible. A su lado me siento relajada y segura.

Asher me hace sentir completa, como si no necesitara a nada ni nadie más.

—No volvimos a usar condón. No somos cuidadosos.

—¿Tus pastillas se acabaron?

Me muerdo el labio, nerviosa por la pregunta.

—No, pero a veces no son efectivas. Aún no es momento de traer lobitos al mundo.

Besa mi frente, apretándome contra su cuerpo.

—Seremos más cuidadosos la próxima vez —bosteza —. Descansa.

¿Cómo puede restarle importancia a un asunto serio? No me imagino siendo madre a mis diecinueve años. Hay demasiados problemas en mi vida, obstáculos que parecen imposibles de superar.

—Estoy a tu lado —me recuerda Asher con una risa ronca —. Nunca voy a dejarte, ni siquiera si ocurre un accidente.

Pongo los ojos en blanco.

—No sucederá ningún accidente.

—Ajá —Bosteza por segunda vez —. Buenas noches, bonita.

Ronca en menos de un minuto. Supongo que demasiado sexo lo agotó. Mis ojos parpadean lentamente y cuando se cierran tengo ganas de despertar.

La pesadilla vuelve a atormentarme.

Mi latido golpea como un tambor de ritual frenético. Destellos de recuerdos perturbadores inundan mi mente.

Ya no estoy en la cama con Asher.

Estoy en una cueva oscura, un lugar sombrío. Un lugar donde las luces de velas titilan en las paredes y los gritos de una mujer conocida hacen eco a través del hueco lugar. Tanta agonía. Luego escucho los lloriqueos de un bebé recién nacido mientras es alejado de su madre. La mujer yace en la cama con el cuerpo débil y sangra por el parto. El líquido caliente baja por sus muslos tan rápido como las lágrimas en sus mejillas.

—Por favor —suplica ella —. No lo alejen de mí. Es mi niño.

—Esto es una abominación, una basura concebida por el pecado —escupe un hombre —. No podemos permitir a este monstruo en la aldea. Es un insulto a las creencias.

La mujer suelta un grito desgarrador.

—¡No me hagas esto, papá! —Llora —. ¡Es tu nieto!

El hombre tiene una mirada de puro resentimiento.

—Este bastardo no es nada mío y tú tampoco.

Segundos después, abandona la habitación con el bebé en sus brazos. La mujer grita, su corazón late desesperadamente mientras el niño llora. Yo gimo, mi propia voz aturdiéndome.

—Abigail —susurro. Ella luce acabada, destrozada y sin ganas de luchar.

¿Dónde están llevándose al pobre bebé?

Las imágenes desaparecen y suelto un jadeo entrecortado. ¿Por qué estoy viendo los recuerdos del pasado? ¿Qué significado tienen?

🐺

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