Capítulo 5 🐺
Asher
¿Un médium?
¿Acaso mi madre está delirando?
Un médium o clarividente es una persona dotada que tiene la capacidad de comunicarse con los muertos. Nunca comprendí muy bien sus métodos, pero mi madre tiene razón. Alguien que posee esa habilidad puede ayudarnos. La pregunta del millón es... ¿Dónde diablos encontraremos a uno? En New Hope habitan brujas, licántropos, cualquier otra criatura sobrenatural, pero nunca conocí a un médium.
—Espera un minuto. ¿Cómo encontraremos a un médium? No conozco a ninguno que viva en New Hope.
Arianne se cruza de brazos, mordiéndose los labios con nerviosismo.
—Tu padre conoce a una —responde mi madre —. Es una gran amiga de la familia.
¿Por qué no sabía esa información?
—¿Qué? Papá nunca me lo ha dicho.
Mamá sonríe como si ya lo supiera.
—Hay muchas cosas que tu padre no te dice, Asher —Mamá rebusca en el cajón del escritorio y saca un cuaderno negro —. Te daré la dirección de Reynard Russell. Ella vive en Atlanta con su padre.
Interesante, la médium es una chica. Arianne observa a mi madre con la boca abierta por el asombro.
—¿Accederá a ayudarnos? —inquiere Ari.
—Por supuesto que sí —afirma mamá con seguridad —. Reynard aprecia a mi esposo.
Me hundo en el asiento, confundido por este nuevo giro inesperado. Tendremos que viajar para conocer a esta chica si queremos información. Dudo que sea el momento adecuado con la bruja acechándonos.
—Abigail está en el pueblo —dice Arianne —. No podemos viajar cuando ella anda campante por aquí.
Mamá se encoge de hombros con indiferencia.
—Si quieres hablar con Aimeé tendrás que viajar. Tú sabrás qué te conviene más.
Aprieto la mano de Ari, asintiendo en acuerdo por primera vez en mucho tiempo con mi madre. Si queremos tener el juego a nuestro favor, lo indicado es dar grandes pasos y buscar a los mejores aliados.
—¿Dónde está papá? No lo vi hoy.
—Resolviendo los desastres del pueblo.
Frunzo el ceño.
—¿Más desastres?
La expresión fastidiosa de mamá cambia a una seria y preocupada.
—Pensé que las muertes se detuvieron, pero estas últimas semanas descubrimos más cosas raras. Esto no es algo provocado por humanos.
—¿Qué tipo de cosas? —Arianne se atiesa a mi lado.
—Aparecieron cuerpos humanos descuartizados —La voz de mamá suena más tensa que nunca —. Los responsables no son discretos, se han encontrado huellas. Ellos quieren hacerse notar.
Me angustia que el pueblo no esté en calma, eso significa más estrés para mi padre. El hombre nunca tiene descanso.
—¿Huellas de licántropos?
—No —Mamá sacude la cabeza —. Huellas de vampiros. Los cuerpos tienen rasguños y también la típica marca de colmillo en el cuello.
Mis ojos están abiertos y sin parpadear. ¿Qué mierda acabo de escuchar? New Hope es territorio de licántropos. Esos colmillos podridos jamás pondrían un pie aquí.
—Eso es imposible, mamá —farfullo. Arianne está pálida y presiona una mano sobre su pecho —. Los vampiros jamás han venido a New Hope.
Los ojos azules de mamá se oscurecen.
—Lo han hecho, querido. Están aquí por alguna razón.
—Abigail es la causante —señala Ari —. Cuando fuimos a Chicago los vampiros nos interceptaron por órdenes de Aulus. Él trabajaba para esa bruja.
Mamá frunce ambas cejas.
—Quizás los vampiros terminan el trabajo de Aulus.
—¿Se refiere a que están matando para Abigail?
—Lo más seguro es que sí, Abigail se alimenta de las almas —Mamá asiente.
El agarre de Ari se estruja en mi mano.
—No puede ser —Su voz se quiebra —. Ella está volviéndose cada vez más fuerte.
—Lo peor es que no tenemos idea de quién es —digo.
—Ahora más que nunca debes ser fuerte —murmura mamá —. Demostrarle a Abigail que no puede contigo.
Ari y yo compartimos una mirada confundida. ¿Mi madre está diciéndonos algo motivador? Se acerca el fin del mundo.
—Es muy fácil decirlo, señora.
Mamá anota en un papel la dirección de Reynard y me lo tiende.
—Ve a Atlanta, niña y deja de llorar. Busca a esa médium, comunícate con tu madre y destruye a esa perra de una vez por todas si quieres ser feliz con mi hijo.
🐺
Arianne
Algunos soldados se trasladaron en varios países europeos cuando Estados Unidos luchó por su independencia en 1775. Esas duras circunstancias los llevaron al pueblo de Moy, en Irlanda. Ahí se encontraba la aldea dónde vivía Abigail Sanders y su familia. Aldea que fue atacada por estos hombres armados que buscaban diversión en el lugar equivocado. ¿Por qué demonios no usó sus habilidades para defenderse?
—Se mantenían ocultos —responde Asher a mis pensamientos —. Recuerda que los druidas eran fugitivos en esa época. Cualquier uso relacionado con la magia era considerado brujería.
Suelto un suspiro y cierro el libro para volver a ubicarlo en la estantería. Le estoy tomando la palabra a Marianne. Hace una hora regresamos de la Fortaleza Karlsson. Ahora me encargo de buscar cualquier dato que me explique el pasado de mi querida abuelita. New Hope tiene mucho para contar sobre Abigail, sus bibliotecas también. Nadie olvidará a la bruja que mató a cientos de niños para consumir almas. Algunos creen que es una historia más, pero los Karlsson y yo sabemos que no es así.
Ella aún existe y está entre nosotros más viva que nunca.
—Cualquier persona se volvería loca con las cosas que le pasó a Abigail, pero pienso que hay un motivo más —Le digo a Asher mientras abandonamos la biblioteca —. Nadie olvida sus creencias tan rápido.
—El odio te impulsa a hacer las cosas más atroces. El odio no conoce límites.
No lo dudo.
Abigail pronto vendrá por mí. En el ritual que organizó Aulus, ella quiso consumir mi alma. ¿Busca lo mismo? ¿Arrebatarme mis habilidades para ser aún más poderosa? Mi cuerpo se llena de escalofríos ante ese pensamiento y cierro los ojos.
—Mañana mismo viajaremos a Atlanta. Ya no quiero perder el tiempo.
—Me parece perfecto —concuerda Asher —. Le pediré a Ashton que vaya con nosotros, servirá para que olvide a Marianne unos minutos.
—Genial. ¿Crees que se unirá a nosotros pronto?
—Espero que sí —Besa mi frente.
Me tomo la molestia de mirar con atención el entorno. Guirnaldas decoran las casas, personas tocan instrumentos y cantan desentonadamente. Celebran la fundación de New Hope.
—Mi abuelo Robert Olsson es el fundador de este pueblo —comenta Asher —. Él compró las hectáreas del bosque para construir nuestro hogar.
Sonrío.
—Todo este pueblo era habitado por animales salvajes.
—Licántropos —me corrige —. Mi abuelo sabía que no podíamos mantener las apariencias por siempre. Así que se encargó de que New Hope sea un refugio para su especie. Buscó ayuda en otros amigos y lo encontró en los Karlsson.
—Nació la unión entre los Karlsson y Olsson.
—Correcto. Mi padre era hijo de Arthur Karlsson y mi madre de Robert Olsson. Ambos grandes amigos que fundaron New Hope.
Enlazo su brazo con el mío mientras seguimos caminando. Hay personas reunidas en la gran plaza, todos bailan y comen comida chatarra.
—¿A qué edad se conocieron tus padres?
—No en la adolescencia, ellos ya eran adultos —responde Asher —. Mamá tenía treinta y mi padre cuarenta.
Me pego más a él, sintiéndome afortunada por encontrarlo a una edad joven. Me parece triste que algunos licántropos conozcan a sus compañeras hasta después de los cien años. Es desesperante, agobiante.
—¿Cuántos años puede vivir un licántropo?
—Mis ancestros vivieron cerca de dos mil años —responde Asher, fascinado por hablar de nuestra especie —. No somos inmortales, pero vivimos mucho más que cualquier humano debido a que el proceso de envejecimiento es muy lento.
Suelto un silbido.
—Vaya... suena grandioso.
Asher detiene sus pasos, mirándome con una suave sonrisa.
—Te disfrutaré por más de cien años. ¿Qué opinas de eso, bonita?
Mi pecho se encoge.
—Me encanta la idea, pero estaré más ilusionada cuando Abigail muera.
La sonrisa de Asher se esfuma.
—Quiero que seas optimista.
Aparto la mirada.
—Yo...
Coloca un dedo debajo de mi barbilla, enfoca mis ojos hacia los suyos. Mi corazón da un vuelco. Hay tanto amor en su mirada.
—Pondré un par de condiciones, Arianne. Mientras esta noche dure no hablaremos de nada relacionado a nuestros problemas. ¿De acuerdo? Haremos de cuenta que no soy un sexy licántropo y olvidaremos que eres una druida muy caliente.
Asiento con una sonrisa. ¿Cómo podría negarme a él?
—De acuerdo.
—Bien —agarra mi mano —. Ven conmigo.
Caminamos por las atracciones que ofrece el festival y compramos dos grandes helados de fresa. Asher bromea y me cuenta más anécdotas relacionadas al pueblo. Él hace que mi estadía en New Hope sea agradable. ¿A quién le gustaría vivir en un pueblo que fue maldito por una bruja? Solo a los Karlsson. La diversión aumenta cuando nos encontramos con el resto de sus hermanos, Emmie y Kellan. Afortunadamente, no veo a la odiosa y entrometida de Audrey.
—¿Y cómo estás? —Le pregunto a Ashton.
Sus ojos azules tienen la típica hostilidad que veo siempre, pero esta vez es más intenso. Su corazón está roto.
—Prefiero no hablar de ella.
—Oh, entiendo —digo, avergonzada —. Si quieres hablar con alguien no dudes en buscarme.
Él me da una sonrisa de boca cerrada.
—Lo sé.
—¡Estamos aquí para divertidos! —exclama Andrew —. ¿Alguien quiere cerveza?
Niego.
—Acabo de tomar un helado, no quiero ir al baño pronto.
Kellan y Asher se burlan.
—Soportaste al cambio de forma, pero no a una cerveza —dice Kellan —. Me decepcionas, Laroux.
Lo golpeo en el hombro con una mueca.
—Nadie puede sobrevivir a una diarrea —me encojo de hombros.
Todos me dan una expresión de asco, Axel finge tener arcadas. ¿Qué? ¿Nunca fueron al baño y sufrieron diarrea? A mí suele pasarme cuando mezclo distintas comidas y trago mucho.
—Eww... —Se queja Emmie —. Asqueroso, Arianne.
Asher deja salir una carcajada.
—Muy sutil.
Me río.
—Se llama humor, tarados.
La diversión termina en el instante que una chica con atuendo de bailarina y el vientre descubierto se acerca. Su cabello rojizo y sus delineados ojos me resultan familiares. La mirada coqueta que le lanza a mi lobito me provoca náuseas.
Lily.
Cuando nuestros ojos se encuentran, su sonrisa amable vacila. Ella ya no me agrada.
—¡Ari! —chilla Lily desde la distancia.
Axel se pasa la mano por el pelo.
—¿Quién es esa lindura?
Pongo los ojos en blanco. Él nunca pierde el tiempo.
—Ella es la amiga de Marianne —dice Asher.
Ashton se remueve incómodo cuando escucha el nombre de su ex. Mierda, mal momento.
—Es Lily, mi antigua compañera de cabaña que nunca me dejaste conocer.
Asher resopla.
—Ella una vez me invitó a salir —dice Asher —. Fue hace mucho tiempo y apenas la recuerdo.
—Apuesto que lo hizo —bufo.
Él se ríe por mi actitud. Nos quedamos en silencio cuando Lily se acerca. Sus ojos detallan a cada Karlsson, pero más a Asher. ¿Qué le pasa?
—Para mí siempre será un gusto verlos —saluda Lily —. Se ven tan adorables.
¿Por qué siento que sus palabras son falsas como ella?
—Gracias, Lily. ¿Sabes dónde está Marianne? No la veo por aquí.
Ashton se tensa de inmediato. Metí la pata. Marianne es un tema doloroso para él.
—No tengo idea dónde estará —contesta Lily —. Imagino que sigue con sus rarezas.
Asher frunce el ceño, Ashton escucha con más atención esta vez. Sus ojos extensos por la intriga que genera Lily. Marianne es un enigma que aún no podemos descifrar.
—¿Qué tipo de rarezas? —inquiere Ashton —. ¿Ella está bien?
Lily encoge uno de sus delgados hombros.
—Lo único que hace es rezarle a sus "dioses" —hace comilla con los dedos —. Ella realmente me asusta y es muy anormal. No parece de este mundo.
¿No parece de este mundo? Suena extraño y espeluznante, pero debo recordarme que Marianne es psíquica. Ve cosas que no le permiten dormir.
—¿Ha dicho algo más? —intento saber.
Lily me ofrece una sonrisa divertida.
—No lo sé, no le presto mucha atención —Luego susurra en una especie de complicidad—: Pienso que está loca.
Arrugo la nariz con disgusto.
—¿Por qué dices eso?
—A veces llama a Ashton y pide perdón.
Mi corazón se acelera y puedo escucharlo martillar mi cabeza. Ashton le da una expresión sorprendida y horrorizada a Lily. Cada vez hay más dudas sobre esa chica. ¿Siente culpa por abandonarlo? O tal vez hizo algo que no deja tranquila a su consciencia.
—¿Por qué pediría perdón? —exige saber Ashton con brusquedad —. ¿Te habló sobre mí? ¿Qué más escuchaste?
Lily se encoge por su tono y niega con la cabeza.
—No tengo idea —espeta Lily —. También llora, llora mucho. A veces la despierto en las noches y la consuelo. Pobre chica.
La mandíbula de Ashton se tensa. Emmie y los demás no hacen comentarios. Se limitan a oír la conversación.
—¿Algo más que deba saber? —inquiero deseosa de información.
Lily niega.
—Eso es todo, pero prometo decirles cualquier otra cosa —Mira a Asher.
Reprimo el impulso de rodar los ojos por la molestia, ella quiere agradarle a Asher. Él se ríe cuando escucha mis celos ridículos. Muy gracioso, ¿eh?
—Muchas gracias, Lily —La despido —. Nosotros vamos a caminar un rato.
No la invito para que capte de una vez la indirecta. Piérdete, por favor.
—Oh, está bien —Las mejillas de Lily se sonrojan —. Nos vemos, chicos. Disfruten el festival.
Da media vuelta y se aleja. Un suspiro exasperado brota de mis labios y examino a los demás. ¿Qué mierda acabamos de escuchar? Marianne es un misterio exasperante.
—Necesito hablar con Marianne cuanto antes —dice Ashton —. Algo no está bien con ella.
Andrew pone una mano sobre su hombro.
—Hermano, ella no vale la pena —murmura el rubio —. Fue muy clara la última vez, no insistas.
Ashton retrocede, diciéndonos que no renunciará fácilmente.
—Los veo después, muchachos.
Lo vemos desaparecer entre la multitud. ¿Eh? Sus hermanos están muy decepcionados al igual que yo. Kellan bebe un trago de cerveza con una mueca. Me pongo en el lugar de Ashton y lo entiendo. Es difícil renunciar a tus seres queridos.
—El amor... —bufa Emmie —. ¿Qué hará cuando aparezca su compañera?
No quito la atención por dónde Ashton desapareció.
—No tengo idea, pero espero que supere a Marianne muy pronto. De lo contrario, saldrá más herido.
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