Capítulo 38 🐺
Arianne
Después de lo que vimos anoche no he podido dejar de pensar en Lily y todas las posibilidades de que ella sea la mismísima Abigail Sanders. La bruja está jugando con nosotros y el señor Aiden cumple un papel importante. Primero creímos que era infiel con su secretaria, pero la mujer resultó ser otra. ¿Qué nos estamos perdiendo? Y Audrey... Según Reynard es Abigail. Todo es muy confuso.
Esa misma mañana decidimos venir a desayunar en la cafetería de la tía de Lily, la señora que fue amable conmigo el primer día que vine al pueblo y me recomendó la cabaña de su sobrina para hospedarme. Tal vez podrá ayudarnos a entenderla un poco y ofrecernos detalles que estamos ignorando.
—Qué sorpresa tenerte aquí, Arianne. ¿Cómo has estado?
Asher y yo nos ponemos cómodos en una mesa.
—Muy bien, gracias por preguntar. Es bueno saber que aún me recuerdas, Carolina.
Le sonríe a mi compañero y le entrega el menú. Asher la saluda con una inclinación de cabeza.
—¿Cómo podría olvidarte? Tu bonita cara ha estado en los medios de comunicación.
Oh, sí. Estar relacionada con los Karlsson y ser novia de Asher me convirtió en el centro de atención.
—Vamos a tomar tus deliciosos cafés con donas —Le sonrío, cambiando de tema —. Nadie los hace mejor tú.
—Me halagas —Me guiña un ojo —. Estaré aquí en breve.
Asher estira las piernas en la silla mientras la señora va a buscar nuestros pedidos.
—Ashton acaba de informarme que Marianne aceptó verlo.
—Perfecto —junto mis dedos —. Ella caerá directo a la emboscada.
—¿Y luego?
—Vamos a torturarla, por supuesto. Debe pagar por haber matado a Kellan y al pequeño Adam —El odio oscurece mi voz —. Emmie y yo tomaremos turnos. Hay una larga fila de personas que queremos ver muerta a esa desgraciada.
Asher respira con fuerza, frotándose las sienes.
—Siento que este cuento nunca acabará. El asunto de mi padre aún me tiene muy desconcertado.
—¿Ya investigaron a la secretaria?
—Sí y no hay nada raro en ella.
Soplo con fuerza.
—Atrapar a Marianne nos traerá ventajas. Despertaremos la ira de Claudius y no dudará en venir por ella.
Asher se ríe.
—¿De verdad crees que le importa un comino lo que suceda con su hija? Es un monstruo sin sentimientos.
Sonrío de manera inocente.
—Eso lo comprobaremos muy pronto.
Carolina regresa con una bandeja de café acompañado de donas. El delicioso aroma sube a mi nariz, haciendo gruñir a mi estómago.
—Muchas gracias —dice Asher y busca dinero en su billetera para pagar la cuenta con algunas propinas —. Arianne no mentía cuando dijo que sus cafés no tienen comparación.
La mujer se ruboriza y la ayudo a poner la bandeja sobre la mesa. Después acepta el dinero con mucho gusto.
—Gracias, muchacho. Espera a probarlo.
—Y seguirá conservando su opinión —Mastico la dona con una expresión de exquisites —. Dime algo, Carolina. ¿Has sabido algo de tu sobrina Lily? No estuve en contacto con ella un tiempo y la echo de menos —La mentira sabe con facilidad de mis labios.
Se frota las manos con su delantal.
—Antes solía visitarme todas las mañanas y ha dejado de hacerlo desde hace semanas. La he visto muy enferma y diferente.
La miro con nuevo interés, las teorías nadando en mi cabeza. ¿Enferma y diferente? Destellos de mi madre cuando fue poseída por Abigail vienen a mi mente. Sé que ya no son los mismos una vez que la bruja influencia sus pensamientos.
—¿No volviste a hablar con ella? —indago.
—No —responde Carolina —. Me enteré que ya no irá a la universidad y terminó con su novio. Me sorprendió bastante porque ella estaba muy enamorada de Ethan.
Sí... Lo he visto con mis propios ojos, pero ahora está saliendo con un hombre mucho mayor que ella. Aiden podría ser su padre.
—Eso es una sorpresa.
—Su madre está muy preocupada por ella porque tampoco la ha llamado, pero le aseguré que estaba bien. Ayer la vi en la calle y no me reconoció.
Dioses... Una vez que el virus infecta tu cuerpo no tienes control. Mi madre una vez más es una prueba. De lo contrario, jamás nos habría llevado al bosque para que un lobo se dé un festín con sus hijos.
—Tal vez está ocupada —Bebo el café para no levantar sospechas ni mostrarme muy intrigada sobre el asunto —. Los adolescentes tenemos muchas cosas en mente.
—Me preocupa con todo lo que está pasando en este pueblo, pero ya no le hablaré de mis problemas —Sus labios forman una sonrisa —. Les dejaré tomar el desayuno. Tengan un buen día.
Asiento y ella regresa a hacer sus labores.
—Gracias, Carolina.
La dona queda suspendida en mi boca y Asher hunde las cejas en un aspecto pensativo y confundido. ¿A qué juega la bruja?
—Mi padre puede ayudarnos a capturarla, pero primero debemos saber si está influenciado por Abigail.
—Debe haber una forma de averiguarlo.
Prueba su café con una expresión vacía.
—Suena patético, lo sé, pero no logro entenderlo, Arianne. Mi padre jamás se fijaría en una chica que podría ser su hija. No es él.
Alcanzo su mano sobre la mesa.
—No es ridículo que tengas fe en él.
—Necesito saber, ¿de acuerdo? Ya no soporto ver a mi familia destruida.
Su miedo me rompe de la misma forma que a él. Su dolor me pertenece.
—Lo resolveremos juntos, pronto terminará. Lo juro, Asher.
🐺
Ashton
Hemos repasado muy bien el plan que hará caer a Marianne. Estoy arriesgándome el pellejo porque ella es una loca peligrosa, pero no daré marcha atrás. Dañó a Andrew, el Karlsson más inofensivo y provocó la muerte de su hijo. Emmie está tan deprimida que no ha salido de su habitación en días y apenas come. La tristeza la ha absorbido. Sé que quiere su venganza y vamos a dárselo. Ella y Arianne decidirán qué hacer.
Son las diez de la noche cuando me dirijo al bosque apenas iluminado por la luna. Estoy nervioso con la boca seca a causa de la preocupación. Si ella no aparece esta situación seguirá empeorando. Necesito que termine pronto. El familiar olor a fresas inunda mis fosas nasales. Marianne aparece y una sonrisa curva sus labios. Se ve tan inocente como la primera vez que la vi. Su cabello castaño está suelto y tiene puesto un vestido floreado.
—No pensé que tú querrías verme —Suena emocionada y sus ojos verdes adquieren un brillo que no puedo entender —. Tengo muchas cosas que decirte.
—¿Alguna vez sentiste algo por mí?
Su sonrisa se evapora.
—Por supuesto que sí, Ashton —Da un paso cerca de mí y tengo ganas de quitar sus manos de mi mejilla —. Me acerqué porque mi padre así lo quiso, pero mis sentimientos hacia ti siempre han sido genuinos y reales. Me provocaste emociones que nadie pudo.
Cada palabra que sale de su boca suena a manipulación y ya no soporto escucharla.
—¿Siempre haces lo que tu padre dice?
—No tengo opción —Se justifica —. Él puede matarme con un pensamiento.
Una mueca forma su boca cuando aprieto su brazo un poco más rudo de lo que pretendo.
—Yo sí te amé, Marianne. Te amé y mucho. Cuando desapareciste estuve devastado. Nada volvió a ser lo mismo sin ti.
Ella solloza.
—Sé que he sido una perra, pero estoy tan asustada. Hice todo eso porque mi padre me obligó. Lo juro, Ashton.
Está llorando, pero me siento indiferente. Sus lágrimas son falsas como ella.
—¿Mataste al hijo de Andrew por órdenes de tu padre?
Palidece.
—Yo...
—Responde, Marianne.
Me mira desesperada, sin tener respuesta a mi pregunta.
—En ese momento no sabía que pasó por mi mente, ¿sabes? La voz en mi cabeza me decía que debía matar y lo hice.
Pongo una distancia entre ambos.
—¿Voces en tu cabeza? Estás loca.
—Sé que hice muchas cosas malas, pero dame una última oportunidad.
—¿Oportunidad para seguir matando?
—Ashton...
—No te creo. Hace mucho dejé de creer en ti.
—¿Entonces por qué me citaste aquí?
Arianne decide salir de las sombras y aplaude agregándole más drama a la escena. El collar brilla en su cuello y agradezco a los dioses porque esas cosas existen. Todo es más fácil si ocultamos nuestro olor.
—Ha pasado mucho tiempo, primita.
Marianne me mira con los ojos bien abiertos.
—¿Qué es esto?
Asher y Reynard son los siguientes en aparecer.
—¿No es obvio que lo está sucediendo? —sonríe Arianne —. ¿Qué se siente ser traicionada por la persona que amas?
Marianne me mira con ojos amplios y heridos. Una lágrima cae por su mejilla.
—Confié en ti —jadea con un pequeño sollozo —. Me traicionaste.
Ignoro el sentimiento de pesar que se forma en mi pecho.
—Tú lo hiciste más de la cuenta.
Una pequeña bola de fuego se enciende en la palma de su mano, pero Arianne se mueve demasiado rápido, y la empuja contra el árbol, ahorcándola.
—Fuiste una estúpida ingenua. ¿No me dijiste que los sentimientos me hacían débiles? Mírate, caíste por amor —Arianne disfruta con su dolor —. ¿Pensaste que Ashton seguía amándote? Pobre estúpida. Nadie te ama, Marianne. Ni siquiera tu padre. Él solo te utiliza.
—¡Perra!
El puño de Arianne impacta en su estómago, robándole aire. No es paciente ni amable. Al contrario, la violencia desprende de ella mientras agarra puñados del cabello de su prima, arrastrándola como si fuera una simple muñeca de trapo. Asher mastica su manzana en la oscuridad, el crujido resuena en el bosque.
—Ashton, ayúdame —llora Marianne. La sangre gotea de su nariz —. Por favor, no me dejes sola con ella.
Chispas de fuego llenan los dedos de Arianne y le quema las mejillas. Marianne se sacude con gritos histéricos que podrían dejarme sordo, pero no me muevo. Me repito a mí mismo que ella ya no es la chica que conocí una vez. Es un monstruo sin sentimientos.
—¡Ashton! —Sigue gritando, pero me niego a sentir lástima.
—Hasta nunca, Marianne. Lamento que todo esto haya acabado así.
Entonces me uno a Reynard quién me observa con una pequeña sonrisa.
🐺
Arianne
Arrastramos a Marianne dentro de la Fortaleza Karlsson. Ella ha luchado hasta quedarse sin fuerzas, pero soy mucho más poderosa y con un par de golpes quedó inconsciente. Josh habló con las trillizas y encantaron el sótano. No podrá escapar por más que lo intente. Finalmente recibirá lo que merece. Luce indefensa tirada en el suelo y su ropa manchada de sangre. Fue un títere más de Claudius, utilizada para dañar. Trato de encontrar algo que me haga perdonarle la vida, pero no tiene nada a su favor. Ella es una maldita asesina sin corazón. Emmie estará feliz de verla.
—Necesito hablar a solas con ella.
Mi padre me mira con las cejas elevadas.
—¿Segura?
—Por supuesto, ella no me asusta. Está inofensiva y rota porque Ashton le destrozó el corazón.
Mi cuñado hace una mueca, Asher me sonríe complacido. Reynard no habló desde lo sucedido. Está más distante que nunca.
—Hazlo rápido porque no tendrás tiempo cuando Emmie despierte y sepa que está aquí. Intentará matarla y nadie va a evitarlo —dice Asher —. Yo no lo haré y dudo que Andrew la detenga.
Mierda... Ambas queremos venganza y matar a Marianne con nuestras propias manos. ¿Quién tendrá el honor de terminar con su vida? No importa. Se hará justicia de cualquier manera.
—Diez minutos —susurro —. Necesito diez minutos.
Captan mi orden y se retiran dejándome sola con Marianne inconsciente en el suelo del sótano. Sus manos y piernas están amarradas con una fuerte soga. La celda está encantada. Sus intentos de huir serán inútiles. Yo decido cuando saldrá de aquí.
—Esto será muy entretenido —Me acerco a Marianne y tiro de su cabello castaño —. Despierta, maldita escoria.
Hace una mueca de dolor y sus ojos se abren en segundos. El odio nada en sus pupilas robándome más sonrisas. ¿Piensa que me importa?
—Estás muerta —sisea —. Realmente estás muy muerta. ¿Qué pretendes encerrándome aquí? Mi padre vendrá y matará a todos cuando sepa de esto.
Me pongo de cuclillas con la bola de fuego brillando en la palma de mi mano. Sus ojos siguen el movimiento. Espero que Audrey le haya contado anécdotas de cuando estuvo aquí.
—¿Crees que tu papi me asusta? —Hago un mohín —. Es él quién está aterrado. ¿Conoces a Melody Shikova?
Traga saliva.
—No...
Qué sorpresa.
—Es tu hermana —sonrío —. Bueno, media hermana. Tu padre atentó contra su vida cuando ella seguía en el vientre de su madre. ¿Sabes por qué? No soportaba la idea de que existiera alguien más poderoso que él.
Tartamudea.
—No es cierto...
—El punto aquí es que Melody tiene el poder de acabar con él. Ese es su destino —Le guiño un ojo —. Estará acabado muy pronto y tú sufrirás en mis manos.
Un aliento conmocionado surge de sus labios.
—Puedes torturarme, cortarme un brazo, lo que sea —dice y algo cambia en su expresión —. Me han hecho cosas peores.
Mis puños se aprietan y el fuego se apaga.
—Eres una de las personas más patéticas que he conocido. No luchaste por el chico que amas, no luchaste por ti. Solo permitiste que él te usara a su antojo.
Sus ojos se llenan de lágrimas y sus labios tiemblan.
—No te atrevas a juzgarme.
—He dado en la llaga, ¿eh? Mira, todos sabemos que él es poderoso y puede matarte con un pensamiento. ¿Y? Es mejor morir de pie que vivir de rodillas.
—Jamás lo entenderías.
—¿Entender qué? —Estoy perdiendo la paciencia —. Abigail intentó doblegarme más de la cuenta y nunca cedí. Siempre luché a pesar de que mató a mi madre y consumió el alma de mi hermano. Yo no fui tan débil como tú y encontré un motivo para luchar. Siempre hay motivos para luchar.
Mis palabras parecen hacer efecto en ella.
—¡Tú tienes a gente que te ama! —Explota y solloza —. Yo nunca conocí a mi madre, mucho menos tengo a un príncipe azul como novio. Estoy sola, Arianne. Siempre estuve sola. Esa es la diferencia entre ambas. Yo nunca encontré ese motivo para luchar.
Interminables lágrimas caen de sus ojos y en ese momento siento la pena y la empatía que no quería.
—El año pasado conociste a Ashton —Le recuerdo —. Él te amaba y pudo haberte ayudado. Tú le defraudaste de todos modos. ¿Qué me dices de Kellan? Lo mataste sin compasión.
—Si no lo mataba, mi padre acabaría conmigo. Tú no conoces lo peor de él.
—¿Qué hay del hijo de Andrew? Mataste a esa pobre criatura y dejaste a una madre devastada. Emmie ya no es la misma —prosigo, pero ella se queda en silencio —. Un sabio una vez ha dicho: no importa lo que digas, ni cómo te justifiques. Eres lo que haces.
Me dirijo a la puerta y la escucho llorar con fuerza.
—Dile algo a Ashton de mi parte, por favor...
Me río y la observo de nuevo. ¿En serio tiene el descaro de seguir metiendo a Ashton en esto?
—Ashton no quiere saber nada de ti.
Sus ojos verdes adquieren un brillo de tristeza.
—Eso me ha quedado claro —susurra con voz rota —. Pero todo lo que dije en el bosque, fue verdad. Yo sigo amándolo y fui muy feliz el tiempo que duramos juntos.
—¿Algo más que deseas agregar?
—No podrán matar a Abigail. Nunca lo lograrán.
—Nunca digas nunca —Le digo y me cruzo de brazos —. Hoy caíste tú, mañana tu padre y Audrey. Sabemos que ella es Abigail.
Su carcajada hace eco en las paredes.
—¿De verdad piensas que ella es Abigail?
—Hay pruebas.
—Eres una tonta ingenua. ¿Has olvidado quién es Abigail? Tiene la capacidad de usurpar cuerpos y devorar almas. Puede ser cualquiera de las personas que te rodea —explica y me tenso —. Hoy piensas que es una persona y mañana resulta ser otra.
—Me conformo sabiendo quién es ahora mismo.
Pone los ojos en blanco.
—Buen intento, pero es todo lo que diré. Espero que tengas suerte. No podrán ganar esta batalla. Nunca.
Sin ganas de escuchar las estupideces que sale de su boca, la dejo sola en la celda y cierro las rejas. Sus palabras siguen picando mi cerebro y me niego a ser una imbécil. No es Audrey. Apostaría mi vida que es Lily y la haré caer.
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