Capítulo 34 🐺
Axel
La Fortaleza Karlsson ha sido inundada por humanos disfrazados. Hay vasos de plásticos en el suelo, restos de comida y un montón de gente cachonda. Apuesto a que la música puede escucharse hasta en China. Mi compañera y yo disfrutamos la fiesta como si mañana se acabara el mundo. A su lado me siento pleno, libre y locamente enamorado.
Melody Shikova me tiene en las nubes.
Tomo un trago de cerveza mientras la veo moverse al ritmo de la música. Su cabello oscuro está suelto y húmedo por el sudor. Esas caderas se contonean de una manera tan sexy que me hace imaginar muchas cosas sucias.
Deseo tenerla desnuda en una cama y recordarle a quién le pertenece. Dioses, suena increíble incluso en mis propios pensamientos. Estaba tan empeñado en conservar por siempre mi soltería. Algo absurdo porque cualquier juicio abandonó mi cabeza cuando la vi. Se convirtió en el centro de mi universo en tan poco tiempo. Bendito lazo que me tiene hecho un tonto.
«Physical» de Dua Lipa suena y Melody enfoca sus ojos en los míos. La letra de la canción nos impulsa a estar más cerca así que mis manos pronto están en su cintura y mi boca sobre la suya. Ella me muerde los labios, sacándome gotas de sangre. Luego traslada los dientes a mi cuello. Cierro los ojos, mi boca abierta con un gemido excitado cuando hunde sus dientes en mi piel. Estoy tan malditamente duro que me cuesta controlarme. Floto en las nubes de la lujuria.
—Melody... —jadeo. Me empuja contra una pared sin dejar de chuparme —. Mierda, nena.
Se aparta, los colmillos muy visibles cuando se lame los labios con una sonrisa perversa. Un pequeño dolor pulsa en mi cuello, pero no me quejo. Joder, eso fue caliente como el infierno. Agradezco que los humanos estén tan ebrios que no pueden distinguir lo que sucede en realidad.
Una vampiresa va a comerme en la pista de baile.
—¿Cómo sabe? —pregunto en tono ronco.
Su rostro brilla con restos de glitter rosa y los colores fluorescentes de las luces adornan sus mejillas. Qué preciosa, es mi sueño hecho realidad. No me importa el demonio que vive dentro de ella. Melody es mi ángel.
—Mmm... delicioso y dulce como una paleta —sonríe, rodeándome el cuello con los brazos —. Podría chuparte por horas, Axel.
Le aprieto las nalgas con un gruñido, presionando mi entrepierna en su centro. Estoy cansado de los juegos y coqueteos. Quiero estar dentro de ella pronto.
—¿Qué te detiene?
Se tira el cabello por encima de los hombros y mi atención se fija en sus pechos. Tiene los pezones duros y está mojada. ¿Por qué no termina con la tortura?
—Llévame a nuestra habitación.
Parpadeo para salir de mi ensoñación. ¿Escuché bien?
—¿Qué...? —balbuceo.
Melody bate sus pestañas en un gesto inocente.
—¿Quieres que lo repita?
—No... es que me cuesta creerlo —Levanto mis puños en el aire —. ¡Gracias a los dioses! ¡Al fin me hicieron el favor!
—Siempre puedo cambiar de opinión.
Simulo cerrar mi boca con llave.
—De ninguna manera —Le guiño un ojo —. Mi idea es divertirme un rato más antes de llegar al siguiente nivel.
Enarca una ceja.
—¿Cómo qué?
Le susurro al oído:
—Mi boca en otras áreas de tu precioso cuerpo.
Sus ojos adquieren se vuelven de un intenso tono rojizo. El color de ambos: la lujuria, la pasión.
—Entonces ya no me hagas esperar.
Agarro su mano y pasamos más allá de la multitud. No veo a mis hermanos, pero no les doy mucha importancia. Probablemente andan ocupados en sus propios asuntos, aunque me preocupa la situación de Ashton y Reynard. Marianne sigue siendo un problema entre los dos. ¿Cuándo desaparecerá esa loca?
Melody, y yo tropezamos en algunos rincones mientras nos besamos como dos desesperados. Mis manos son impacientes a medida que jugueteo con su escote. El disfraz de Elizabeth Swann es sexy, pero necesito que se vaya. La prefiero desnuda de pies a cabeza, tocar sus pechos, besar su piel y probarla.
Asher tiene razón. Estoy desesperado.
Toco el pomo de una puerta, pero mis sentidos agudizados captan un grito de auxilio. Me aparto de Melody en señal de alerta. De repente la calentura se esfuma y el pánico toma su lugar. ¿Qué diablos fue eso?
—Maldita sea —Melody se quita algunos broches del pelo —. Esos gritos vienen de la celda de Audrey.
Entrecierro los ojos.
—¿Qué?
Melody chasquea la lengua.
—Vamos, no es momento de ponernos a hablar.
¿Por qué justo ahora? Mi suerte apesta, pero no es tiempo de lamentarse. Debemos averiguar qué carajos ocurre. Algunos de mis miembros se vuelven rígidos cuando llegamos al lugar de dónde provienen los gritos.
La oleada de adrenalina aumenta junto al miedo.
Sangre.
Hay rastros de sangre en el suelo.
Melody inhala, maldice, acelera los pasos y llegamos a la celda de Audrey. En medio de la oscuridad, distingo a un largo cabello rojo tendido como la alfombra. El sonido de un gemido apenado es liberado de los labios de Reynard.
Dioses...
A pesar del miedo paralizante, me precipito hacia ella. Su cabeza expulsa sangre por el golpe y sus labios están partidos. Hija de puta. Puedo hacerme una idea exacta de quién hizo esto. La respuesta es jodidamente obvia.
Audrey no está por ningún lado, las rejas de la celda fueron destruidas.
Escapó.
—¡Reynard! —La sacudo con suavidad y aparto el cabello de su cara. Melody explora el área con furia —. ¿Qué pasó aquí?
La compañera de Ashton tose y se dobla en mis brazos. Si ella se encuentra en esta situación, mi hermano también. De otra manera vendría aquí. Está en la fiesta, lidiando con el dolor.
—¡Se fue! —Melody lanza una bola roja a la pared —. ¡Esa bruja se fue! No entiendo cómo logró escapar.
Me quito la camisa del disfraz para limpiarle la sangre a Reynard. Arianne haría un excelente trabajo curándola, pero tampoco está cerca. ¿Acaso todos se pusieron de acuerdo para desaparecer?
—Quería explicaciones de Marianne —Se lamenta Reynard —. Fui muy estúpida y me acerqué a la celda. Ella estuvo a punto de romperme el cuello.
Mierda...
Y cuando miro su garganta, hay marcas terribles de dedos en su piel, como quemaduras que tardarán años en desaparecer. Eso no lo haría alguien común y corriente.
Magia negra.
—Abigail —solloza Reynard —. Audrey es Abigail Sanders.
🐺
Andrew
No puedo moverme porque me desvanezco en la oscuridad. Me esfuerzo por respirar y no lo consigo. Dolor. Mucho dolor. Mi corazón ha estallado en miles de pedazos. Estoy roto, vacío. Es como si un vidrio se incrustara en mi pecho, rebanándome por la mitad.
¿Así se siente morir?
Parpadeo y parece que toda una eternidad se disipa ante mis ojos. Veo distorsionadas una serie de imágenes frente a mí, colores, cuerpos, movimientos poco naturales. Oigo gritos desesperados. Esos sonidos alarmantes me quiebran los tímpanos.
La vida me abandona mientras pienso en la sonrisa de Emmie, sus besos, la forma en que nos abrazábamos. La veo a ella correr en el bosque, su pancita de embarazada llena de sangre. Mi Emmie.
—Andrew, necesito que me escuches. ¿Puedes cambiar? Hazlo, por favor.
Me palmean las mejillas con suavidad, algo cálido toca mi pecho. Hay una preciosa luz que me marea en un delicioso sentido. ¿Qué es? Me siento bien y la paz me rodea.
—Resiste, estoy aquí. No vas a morir —musita una voz conocida y dulce —. No te dejaré ir.
Arianne.
Está curándome con sus habilidades.
El siguiente que aparece en mi campo de visión es Asher. Hay lágrimas en sus ojos avellana y me suplica varias veces que cambie de forma. Mi cuerpo se niega a obedecer por la cantidad de sufrimiento que se le ha impuesto. Mi cabeza palpita y mis pulmones luchan por aire.
Me quitaron una parte de mí y no puedo vivir sin ella.
—Emmie... —escupo más sangre —. Emmie...
Intento enfocarme, moverme, pronunciar otra oración, pero es tan difícil. Sufro su ausencia. Hay un abismo en mi pecho imposible de superar. El cuchillo me apuñala el estómago, robándome varios órganos. Y cuanto más parpadeo, menos soy capaz de ver.
—Quédate conmigo —llora Ari —. No te atrevas a irte, pequeño idiota. Tú no, Andrew.
Me tocan la mejilla, revisan mi pulso, pero mis ojos se niegan a permanecer abiertos.
🐺
¿Sigo vivo? ¿Cómo lo logré? No entiendo porque razón aún respiro.
Estoy en una cama, parpadeo confundido y me incorporo a medida que intento comprender el tenso ambiente. Tengo puesto un simple bóxer, apesto a sangre y cada terminación nerviosa de mi cuerpo palpita de dolor.
Auch.
¿Qué carajos me ha hecho esa bruja? Lo único que recuerdo son sus ojos tornándose negros y la oscuridad consumiéndome. Ella utilizó sus poderes psíquicos en mí y Emmie. Estuve a punto de morirme.
Emmie...
Mi Emmie.
¿Dónde está? Ni siquiera tengo acceso a sus pensamientos y no recibo ninguna señal de que sigue viva. Debo buscarla pronto o moriré de nuevo. La necesito tan desesperadamente.
—¡Tú debiste salvarlo! —Es mamá —. ¡Tienes habilidades curativas!
Las voces pesadas sacuden mi aturdida cabeza. ¿Por qué pelean justo ahora?
—No permitiré que acuses a mi chica —gruñe Asher, furioso —. Ella salvó la vida de Andrew y Emmie. Lamentablemente el bebé no tuvo la misma suerte. Joder, mamá. No es ningún dios.
—Por favor, señora Karlsson —musita Arianne —. Hay cosas que son inevitables y van contra las leyes de la naturaleza. Mis habilidades tienen un límite. Asher ya lo dijo, no soy ninguna diosa.
—Excusas —insiste mamá —. Eres una druida, pudiste salvar a ambos. ¿De qué te sirven tus poderes si no sabes usarlos? ¡Eres una inútil!
Ari jadea, Asher maldice.
—Vuelve a faltarle el respeto y te juro que nunca volverás a vernos —gruñe Asher —. ¿Qué diablos está mal contigo?
—Emmie es licántropo, Aria —Papá intenta explicarle —. Marianne rompió cada uno de sus huesos con sus poderes psíquicos. Su sangre licántropo la ha salvado, pero el bebé apenas se había desarrollado. Salvarlo era imposible.
—No —Me oigo decir —. Mi hijo está vivo.
Varios ojos me miran con angustia y abatimiento. Sé que la trágica noticia va a destruirme de nuevo. No estoy listo para oírlo.
—Cariño... —implora mamá.
De hecho, me pongo de pie esta vez. Mi mundo se derrumba cuando observo a Arianne. Su ropa está manchada de sangre al igual que sus manos.
—¿Dónde está Emmie? —Le pregunto.
Una lágrima resbala por su mejilla.
—Despertó hace minutos y se encuentra en el bosque.
No importa que mi corazón lata dolorosamente en mi pecho o que mi nariz y ojos me piquen por las amenazantes lágrimas. Nada hará que esta realidad cambie.
—¿Ella cambió de forma?
Asher asiente. Es el dolor en su tensa voz lo que me hace posible apartar la mirada.
—Está devastada, Andrew. Necesita estar sola para procesarlo.
Puedo sentir la sangre drenarse de mi cara y el horror se asienta como una niebla fría. Me siento tan enfermo. La bilis es como el ácido, sube por mi garganta y cubre mi lengua con el sabor amargo de la fatalidad.
Ella necesita procesar la pérdida de nuestro hijo.
El pequeño Adam ha muerto.
—Mi hijo está muerto —Mi voz se fractura y me derrumbo de rodillas entre sollozos —. Esa bruja mató a mi hijo.
—Lo lamento, hermano —dice Asher.
Arianne no duda en abrazarme mientras un sonido de lamento me abandona. ¿Cómo pudimos ser tan descuidados? Hace días escogimos el nombre para nuestro niño y estábamos tan felices. Ya teníamos planeado bautizarlo bajo las leyes de la diosa luna. ¿Por qué? Sabía que era una mala idea quedarnos en el pueblo por más tiempo. Debimos largarnos sin importar el resto.
Pero ya es tarde para los arrepentimientos.
Adam está muerto.
¿Y Emmie? Destruida igual que yo.
—Lo siento tanto —Ari también llora —. Lo siento mucho, Andrew.
—Esto pudo evitarse —escupe mamá y mira a Arianne —. Tu y tu repugnante familia solo trajeron desdichas al pueblo.
Respiro fuerte y rápido mientras mis lágrimas caen. La repulsión se tuerce como furia caliente en mi estómago. No quiero ver a esta mujer. No tolero su odio y desprecio.
—Fuera de aquí —digo y sus ojos se ensanchan con sorpresa—. ¡Lárgate y déjanos en paz!
Mamá me observa como si hubiera escuchado el peor de los insultos.
—¿Qué?
—Aria, por favor, vete —Le ruega mi padre —. Ahora no es momento para tus impertinencias.
—Pero...
—Estoy harto de tu veneno —mascullo y me pongo de pie —. Harto de ver cómo te ensañas con una chica que lo ha perdido casi todo en esta vida. Asher es la fuerza de Arianne y tú te empeñas en separarlos. ¿No te da vergüenza?
Mamá tiene la decencia de parecer avergonzada y decido continuar:
—Su hermano está poseído por un demonio, su madre murió y el resto de su familia quiere hacerle la vida más complicada. Lucha a diario e intenta salir adelante. ¿Qué has hecho tú? Tratarla como basura en vez de apoyarla. Arianne es la salvación de New Hope y lo sabes. La única que puede protegernos de los monstruos. Deberías darle las malditas gracias por cuidarte, aunque no lo merezcas.
Se cubre la boca en completo shock. Nunca le hablé así, jamás me atreví a levantarle la voz, pero estoy tan cansado de ella.
—Andrew...
No la dejo hablar, mi ira toma el control de la situación. No me quedaré callado, no permitiré trate mal a Arianne cuando ella solo merece cosas buenas.
—Hoy estuve a punto de perder a mi compañera. ¿Alguna vez has experimentado ese dolor, mamá? ¿Cómo te sentirías si papá muere? Apuesto a que no podrías soportarlo. Por esas mismas razones te pido que dejes jodidamente en paz a Arianne con Asher. Ella lo ama más que cualquiera de todos nosotros. Lo ama de una forma que tú nunca podrás.
Mamá mira a papá en busca de ayuda, pero este permanece en silencio. Asher abraza a Ari y me da las gracias sin necesidad de pronunciarlas. Sus ojos avellanas gritan mucho.
—Entiendo porque papá se ha ido de la casa y buscó a alguien más —mascullo, mis ojos resentidos en ella —. Eres despreciable, Aria Karlsson.
Sin esperar ninguna respuesta, abandono la habitación para buscar a mi chica. Ahora mismo necesito sostenerla y tratar de afrontar el dolor de la pérdida.
🐺
Ari
Esta situación no puede continuar.
Marianne una vez más se ha salido con la suya. Fue capaz de matar a una pobre criatura inocente. Está desquiciada y debemos detenerla pronto. Este día jamás lo olvidaremos.
Gracias a los dioses tuvimos la dicha de encontrarlos a tiempo. El aullido de Andrew nos puso alerta y Marianne desapareció en el momento que nos vio. ¿Disfruta jugar con nosotros? No debería sorprenderme: cada miembro de esa familia está loca.
—La hoguera —susurro —. Voy a quemarla en la hoguera.
Estoy enojada y dolida. Encontrar a Emmie bañada en sangre fue desgarrador. Creí que no lograría sobrevivir. Puse lo mejor de mí e intenté salvar al pequeño Adam.
No pude.
Me siento tan impotente e inútil.
—Debimos ir cuando pidió ver a Ashton —comenta Asher —. Ella lo esperaba en el bosque.
Le frunzo el ceño.
—¿De qué hablas?
Asher carraspea, la culpa notable en sus pupilas.
—Recibió un mensaje de esa loca esta mañana. Ella quería verlo en el bosque.
¿Para qué? Supongo que es otro de sus trucos asquerosos. Siente una extraña obsesión por Ashton. Le duele saber que él es feliz con Reynard.
—Y no me lo dijiste —Le reprocho a Asher —. Este asunto me concierne más que a nadie.
Mi lobito juguetea con las manos.
—No quería preocuparte.
Mi risa es una de ironía.
—Aww, qué lindo de tu parte —digo con sarcasmo —. Mira lo que ocasionó guardarme esta información tan importante. Pudimos prepararnos. Andrew y Emmie estarían bien con su bebé.
La cara de Asher se vuelve pálida.
—Amor...
Le doy la espalda y limpio los bordes de mis ojos.
—Ahora no, Asher. Me esperaba de cualquiera, menos de ti —Mi barbilla tiembla —. Nos llevará tiempo encontrarla.
No contesta.
Apoyo la mejilla contra el ventanal y miro el bosque. Encontraron a Reynard moribunda en la celda, Ashton inconsciente en el salón y Audrey escapó. Deseé que esta fiesta fuese divertida, armoniosa e inolvidable.
Se convirtió en otro evento traumático de mi vida, pero lo positivo es que Theo no apareció a empeorarlo. Qué triste es emocionarme por estas cosas.
La puerta del salón se abre y entra mi padre con una Tablet en la mano. Mila lo sigue de cerca con un pañuelo en la nariz. La bruja está tensa, sus hermanas lucen sobreprotectoras. ¿Qué mierda pasó ahora?
—Las cámaras de seguridad captaron todo el momento —informa mi padre —. Obligó a Mila a quebrar parte de la barrera protectora porque no podía salir.
Cierro los puños a mis costados, mi mandíbula cruje cuando aprieto los dientes. Yo sabía que esa desgraciada no era inocente. Qué buena actriz fue. Llegué a sentir compasión y empatía. Me conmovió por un instante.
«Tonta, Ari. Siempre tan estúpida e ingenua»
—Déjame ver —pido y me tienden la Tablet.
Con la curiosidad ardiendo como mi desquiciada ira, observo con detenimiento el video reproduciéndose. Captan la imagen de Audrey en la celda y el momento dónde golpea a Reynard. Avanzo unos cuantos segundos más y luego...
Me enciendo como una antorcha furiosa, mi mano tiembla y veo borroso. Audrey tiene un cuchillo en la garganta de Mila y le grita que la deje ir.
La barrera...
—Creamos la barrera de protección cuando Audrey ingresó en la Fortaleza —explica Keira —. Los demonios no pueden entrar y tampoco salir. Somos las únicas que tenemos el poder de romper el hechizo.
La desesperación y el pánico amenazan con echar abajo mi estado mental.
—Me buscó en la cabaña —prosigue Mila —. Se veía furiosa y desesperada. Amenazó con matar a los humanos en la fiesta si no la ayudaba. Juro que quise detenerla.
Le devuelvo la Tablet a mi padre mientras las llamas chispean en mis dedos.
Fue ella todo el tiempo y no lo vi.
—Reynard acaba de confirmarlo —dice Josh —. Audrey es Abigail Sanders.
🐺
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