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Capítulo 29 🐺

Ari

Si Reynard no conoce la identidad de Abigail, significa que estamos perdidos. La bruja es una fantasma anónima y eso hace que sea más complicado descubrirla. Actúa en silencio, su identidad secreta es un arma poderosa. Tenemos que desenmascararla, Audrey debe hablar. Seré paciente, ella tarde o temprano va a quebrarse.

Y ahí estaré, dándole una solución.

—La próxima vez que visites a Audrey llévale un espejo —Le digo a Reynard —. No apreciará ver su reflejo.

La pelirroja baja sus gafas de sol, mirándome con sorpresa. No le pediría este favor, pero Reynard es muy buena con las palabras. Su don podría ayudarnos a descubrir qué oculta Audrey.

—Ella no va a ceder —murmura Reynard —. Gritó que me vaya a la mierda cuando traté de ayudarla con sus heridas. ¡No dijo gracias! ¡Nada!

Me pongo de espaldas y floto en la inmensa piscina de la Fortaleza. Asher aún no ha regresado y ya lo extraño. Mi padre está ocupado con las trillizas. Me pregunto qué están tramando.

—Va a desesperarse pronto —Paso las manos por mi cabello mojado y las observo —. Ella no es resistente al dolor.

Melody me da una sonrisa socarrona.

—Yo puedo convencerla.

Levanto un dedo acusatorio hacia ella y niego. Mi prima hace un mohín.

—La idea es que confiese, no matarla antes de tiempo.

Melody resopla y centra los ojos en su móvil. Ya no hay ruidos de licántropos en celo, pero sí el de la hermosa tarde. Me encanta compartir momentos con personas que me entienden.

Ya no me siento tan sola.

—Aguafiestas —bufa Melody.

Reynard unta protector solar en su pálida piel. Es tan blanca que fácilmente podría confundirla con un vampiro. Melody a diferencia de ella es bronceada. Su lado demonio la hace más resistente al sol y la sangre.

—Pronto tendrás esa diversión que tanto buscas —Salgo de la piscina, el agua se escurre por mi piel —. Cambié de opinión y creo que celebrar Halloween será la carnada perfecta para atraer a nuestros enemigos —Recojo mi refresco de la mesita y bebo —. Ellos saldrán de las sombras.

Reynard me guiña un ojo.

—Sobre todo, Marianne —Hay desdén en su voz —. Sé que ella me odia por Ashton.

Melody no reprime el gesto de desprecio.

—¿De verdad es nuestra familia? —centra sus ojos marrones en los míos —. Qué decepción, quería tener una hermana.

Mi tristeza se hace presente cuando pienso en Theo. ¿Dónde estará? Claudius lo usa a su antojo. Mi hermano sufrió tanto a su corta edad.

—Me tienes a mí para ocupar ese lugar —susurro y dejo el refresco sobre la mesa.

El rostro de Melody se transforma en una sonrisa jovial y amable.

—Lo sé.

Mis sentidos captan de inmediato su esencia cuando lo veo llegar. Mi corazón se derrite, mi pecho se llena de amor al ver la imagen. Asher sostiene a un pequeño cachorro en sus brazos y sonríe ampliamente.

—Bonita —dice, sonando alegre —. Mira.

La felicidad que siento es inmensa, ni siquiera dudo en ir hasta él. Axel y Ashton ríen ante la escena, después se dirigen junto a las chicas. El cachorro es hermoso a pesar de la suciedad en su pelaje. Nada que un buen baño no pueda solucionar.

—¿De dónde lo sacaste? —inquiero —. Dioses, Asher...

Él acaricia el pelaje del animal, manteniendo la sonrisa de felicidad.

—Un bastardo lo golpeaba y decidí adoptarlo —masculla —. ¿No es adorable?

Aw. Eso suena tan Asher. Mi lobito tiene un corazón inmenso y puro.

—¿Qué haremos con un cachorro?

Me tiende al animal y lo recojo entre mis brazos. La criaturita me mira con ternura y juro que me derrito. Es una hermosa bola de pelos con ojos azules.

—Cuidarlo y amarlo. Te daré el honor de escoger el nombre —Juntos miramos al cachorro quién parece asustado —. Además, será nuestro hijo hasta que vengan los lobitos.

Por un momento me olvido de como respirar. Olvido las últimas horas de terror que he vivido y me concentro en el chico que amo. Me inclino hacia adelante hasta que nuestras frentes se tocan. Estoy eufórica porque todo es por mí: soy la que lo hace sonreír y no podría estar más feliz por eso.

—Te amo, Asher. Gracias por pensar siempre en mí.

Sonríe y roza sus labios contra los míos, gruñendo por el contacto. El sonido manda a mi corazón a toda velocidad.

—Me propuse a hacerte feliz el resto de mi vida.

Abrazo al cachorro contra mi pecho y le devuelvo la sonrisa.

—Soy muy fan de la mitología egipcia, ¿sabes? Lo llamaré Anubis.

—¿Anubis?

—Ajá, me encanta ese nombre.

Pasa sus dedos por mi cabello.

—Entonces se llamará Anubis —murmura—. Le daremos mucho amor.

—Sí, pero también un baño. Lo necesita.

Asher asiente.

—Vamos a bañarlo juntos.

Axel se burla mientras Melody está sentada en su regazo, Ashton procede a quitarse la camiseta y pantalones para lanzarse en la piscina. Reynard babea por él. ¿Y quién no lo haría? El cachorro se remueve en mis brazos porque estoy mojándolo con mi piel húmeda.

—Mamá pegará un grito al cielo cuando lo vea —comenta Axel —. Ella no es fan de los animales.

Asher me rodea con sus brazos mientras yo no quito los ojos del cachorro. ¿Quién pudo lastimar a esta pobre criatura? Espero que mi lobito le haya dado su merecido a ese miserable.

—Se las verá conmigo si intenta algo —espeta Asher —. Anubis es intocable a partir de hoy.

Honestamente, me da igual lo que piense Aria. Protegeré con mi vida a este cachorro. Me basta darle una mirada para saber que estuvo abandonado y fue herido muchas veces. Esos tiempos han terminado.

Él será muy amado.

—Primero tendrá un baño de espumas, compraremos alimentos para perros y dormirá en el sofá —Hablo con entusiasmo —. ¿Nadie va a reclamarlo?

Asher presiona sus labios en mi frente.

—No te preocupes, Anubis es parte de la familia —sonríe —. Patearé el culo de su antiguo dueño si decide reclamar.

Toco las orejitas de Anubis y él me mira con ojos curiosos.

—Estás con nosotros —musito —. Bienvenido a la familia, Anubis.

🐺

Anubis no hizo ningún movimiento cuando nos encargamos de bañarlo. Es el cachorro más bueno del mundo. Su pelaje blanco reluce gracias al jabón y acondicionador. Huele a jazmín, ni rastros de pulgas o garrapatas.

Será mi bebé consentido.

Asher lo seca con una toalla mientras lo observo. Parece un niño de cinco años que obtiene su primer regalo. Lo amo tanto.

—Hoy comerá nuestra comida, pero mañana compraremos el alimento que corresponde —dice Asher —. No quiero que cague en todos lados.

Me echo a reír.

—Aprenderá a hacer sus necesidades en el patio de la casa.

Una sonrisa se extiende por sus labios y deposita a Anubis en el suelo. El cachorro empieza a examinar los elementos del baño antes de caminar a la habitación. Asher y yo lo seguimos.

—Mi madre lo odiará —masculla Asher.

Me encojo de hombros.

—Lo llevaremos con nosotros cuando regresemos a la cabaña. Nuestra estadía aquí no será eterna.

Asher me rodea con sus brazos desde atrás. Baja el rostro a mi cuello y me acaricia con la nariz. Oigo su larga y profunda inspiración seguida de un suspiro.

—Tienes razón —Sus manos se deslizan por la piel de mi estómago y tiemblo —. No puedo esperar para hacerte mía de nuevo. Pasó más de una semana desde que estuvimos juntos. Te echo de menos, Arianne.

Cierro los ojos y muerdo mi labio. Su mano desciende cada vez más, tocando esa parte sensible de mi cuerpo. Ah, mierda.

—Yo también te echo de menos —susurro.

Baja los tirantes de mi sostén con sus dientes al mismo tiempo que besa mi cuello. Sus manos me trabajan, robándome grandes bocanadas de aire. No paro de temblar por cada toque. Este hombre va a matarme.

—Arianne...

El momento es interrumpido cuando Anubis suelta un ladrido y ambos nos apartamos rápidamente. Mi rostro se calienta porque el perro está mirándonos y sacudiendo su cola peluda.

Quiero morirme.

Asher gruñe mientras me encargo de poner los tirantes de mi sostén en su lugar. Estamos tan desesperados por el otro. Una semana más sin sentirnos y explotaremos.

—¿Alguna noticia de tu padre? —pregunto en un intento de distraerme.

Mi cuerpo está caliente, necesitada por más de él. Asher tampoco salió ileso de nuestro manoseo. Esa erección es muy evidente.

—No —responde Asher y se agacha para tocar a Anubis —. La secretaria actúa normal, nada raro.

Voy al lavamanos y humedezco mi rostro ruborizado.

—Deberían vigilarla de noche —sugiero —. Tengo la sospecha de que ella sabe que está siendo observada.

Asher carraspea.

—O tal vez son cosas mías —masculla —. Estoy siendo paranoico al creer que manipuló a mi padre y esta sea una forma de justificarlo. Me niego a creer su infidelidad.

La desesperación en su tono me provoca un nudo en la garganta. Sé que está decepcionado y triste por su padre. No conozco a Aiden de toda mi vida, pero es un buen hombre, un increíble padre que demostró amar a su familia.

—No está mal que sigas a tus instintos —murmuro —. Él es tu familia y ella alguien que no conocemos. Es normal que desconfiemos, Asher. Tenemos enemigos en cualquier parte del mundo.

Él lanza un suspiro y aparta los ojos de Anubis.

—Tú y yo trabajaremos de detectives pronto.

🐺

Nos reunimos con los demás para la cena. Me sorprende ver a la señora Aria ocupar el lugar que solía ser de su esposo. No luce como la mujer devastada que esperaba. No. Ella se ve como si estuviera en un desfile de modas: vestido blanco ajustado, cabello rubio platino suelto y perlas alrededor de su cuello.

Su mirada fría nos escanea y aprieta los labios al percibir a Anubis. Asher lo alimentó hace minutos y ahora el cachorro se entretiene con un patito que robó de la bañera.

—¿Qué hace este pulgoso aquí? —reclama —. Sáquenlo de mi casa.

¿Pulgoso? El perro se sacude y le mueve la cola. La madre de Asher está muy disgustada.

—Es el nuevo miembro de la familia y vivirá aquí —Habla Asher por mí.

—Odio a los perros —protesta su madre —. Espero que lo mantengas lo más lejos posible de mi espacio personal.

¿Cómo puede odiarlos si ella también es una? Esto carece de lógica. ¡Se supone que son familiares! Asher está riéndose de mis pensamientos, pero me obliga a no pronunciarlas en voz alta.

—Descuida, mamá —Asher pone los ojos en blanco —. No será una molestia.

Axel mastica su bistec.

—Yo les dije, pero no quisieron escucharme.

Asher tira la silla para mí y después nos sentamos cerca del otro. Reynard bebe su vino mientras los demás comen muy tranquilos. Josh y las trillizas también están presentes. La mesa es lo suficientemente grande para abarcar a varias personas.

—Me pregunto hasta cuando mantendrán encerrada a esa mujer —comenta la señora Aria —. Estuvo gritando desde hace horas y me duele la cabeza.

Es su casa y entiendo que le moleste.

—Ella se irá pronto —digo.

Lleno mi plato con espagueti y ensalada de lechuga. Asher me sirve vino, pero niego y escoge el jugo.

—Reynard y yo preparamos la cena —comenta Ashton, orgulloso —. Espero que todo sean de sus agrados.

Mastico el espagueti y aprecio la salsa roja. Mmm... podría comer lo mismo día y noche.

—Es muy bueno —sonrío —. Gracias a ambos.

—De nada —Se sonroja Reynard y le da una sonrisa tímida a Ashton.

Andrew no desperdicia la oportunidad de soltar un comentario burlón.

—Hermano, te queda muy bien ser domesticado.

Emmie toca el pecho de Andrew.

—Tú también estás domesticado, corazón.

Nos echamos a reír, Andrew no replica. ¡Ja! Ashton le da una probada a su cena. Hace un ruido de aprobación y Reynard sonríe. Emmie está a punto de comerse cada bocado que hay en la mesa. Es una embarazada muy exigente.

Los extrañaré cuando se vayan. Ojalá la estadía en Irlanda no sea permanente, ellos son el alma de la familia.

—Audrey no quiere hablar —espeta Axel —. Yo podría encontrar la forma de convencerla, fuimos cercanos.

Mi prima clava el tenedor de manera violenta en su plato. Me sorprende que la porcelana no se quiebre.

—Me imagino que son muy cercanos —Melody prueba un sorbo de vino —. ¿Por qué crees que contigo será diferente?

Axel se rasca la nuca, Asher le lanza un trozo de pan a Anubis y su madre lo mira con desaprobación. ¿Cuál es su problema? Debería estar feliz porque su hijo rescató a un cachorro de la calle. Anubis necesita un hogar, personas que velen por él incondicionalmente.

Es un animal indefenso.

—No quieres saber la respuesta, nena.

Melody mantiene la boca cerrada y varios se ríen en la mesa. Axel actúa como un idiota la mayor parte del tiempo, pero tiene un punto. Audrey está flechada con él.

—Puedes hablar con ella mañana —manifiesto.

Axel asiente.

—Perfecto.

—Ella no come y su rostro se ve terrible —Reynard se estremece —. No quiero imaginar su dolor.

¿Me siento mal? No. Le di muchas oportunidades a Audrey, ella decidió ignorarlas. Su orgullo y miedo no le permiten pensar de manera razonable. Ese odio la consume.

Y yo juré ser verdugo de mis enemigos.

—Esperemos que sea inteligente y cambie de opinión —murmuro con frialdad.

La señora Aria levanta una perfecta ceja rubia.

—Estoy de acuerdo con Arianne —espeta, sorprendiéndome —. Las zorras traidoras como Audrey no merecen misericordia. Me encantaría que su rostro se llene de gusanos y lamente haberse metido con los Karlsson.

La comida en mi boca es difícil de tragar. ¿Escuché bien? ¿Aria Karlsson está dándome la razón? ¿O es el fin del mundo?

—Haré que Audrey reflexione —afirma Axel —. Ella hablará como sea.

Asher corta su trozo de bistec, sonriendo burlonamente.

—No te creas el centro del universo.

Axel luce ofendido.

—Caerá en los encantos de Axel Karlsson. Todas lo hacen.

Melody pone los ojos en blanco.

—Estoy aquí, idiota.

Josh encorva su espalda y habla:

—Estuvimos trabajando en un arma que servirá para detener a Theo. La luna saldrá el próximo mes y usaremos su magia para fortalecerla.

Me quedo inerte en la mesa.

—Un arma que detendrá su corazón —susurro.

Josh me da una mirada cargada de dolor.

—Sí.

No contesto.

Solo yo puedo vencerlo. No hace falta que mi padre lo exprese con palabras.

—Recuerda que él ya no es tu hermano, Arianne —enfatiza Mila —. Nunca será el mismo de antes.

🐺

Anubis descansa en el sofá mientras Asher acomoda las almohadas en la cama. Termino de lavar mis dientes y me encuentro con él. Sus ojos avellanas me evalúan, inundando de escalofríos mi piel. Puede pasar millones de años, pero mi lobito siempre me provocará el mismo efecto de ansiedad.

El efecto que me mantiene más viva y amada que nunca.

—Ven aquí.

Las luces se apagan mientras voy hasta él. Asher me recibe encantado, suspirando cuando me acurruco en sus brazos en la cama.

—Me haces tan bien —digo.

Deslizo mi mano contra su pecho, sintiendo los latidos de su corazón.

—Y tú a mí —responde.

—Quiero regresar a nuestra cabaña —admito —. Quiero estar a solas contigo sin que nadie nos escuche.

Su risa es ronca y suave.

—Y yo quiero escucharte gritar mi nombre —Me ubica debajo de él, sus ojos son brillantes en la oscuridad —. Quiero verte perder la cabeza sin ningún tipo de pudor.

Pienso en nuestros cuerpos sudados, las posiciones que hemos experimentado. Asher con el ceño fruncido mientras me toma, su mandíbula tensa cuando no puede controlarse. El torrente de placer comienza y no logro reprimir el incoherente balbuceo que escapa de mi boca. Estoy ardiendo.

—Asher...

Un gruñido bajo sale de su garganta. Gracias a los dioses Anubis está dormido, ajeno a las cosas sucias que hacen sus padres.

—¿Te he dicho que eres aún más hermosa cuando estás excitada?

Niego con la cabeza y él sonríe.

—Shh... —Le digo y trato de cubrir su boca. Él me muerde el dedo y me río con fuerza.

—¿Van a jodidamente dormir o qué? —grita Andrew.

¿Eh?

—¡Perdón, señorito inoportuno que folla las veinticuatro horas del día! —espeto indignada —. ¡Vete a la mierda!

Los besos de Asher se trasladan a mi cuello y no lo detengo. ¿Hasta cuándo podremos soportar estas ganas? Mi respiración agitada y el dolor entre mis piernas grita que voy a morirme pronto.

—¡Yo no molesto en las noches! —replica mi cuñado. Emmie suelta una carcajada. ¡Descarada!

Me cubro la boca mientras Asher desciende por mi estómago y lame mi piel. Sus labios casi están donde lo ansío y estoy avergonzada de admitir cuan necesitada me siento.

—¡Jódete, Andrew! —gruñe Asher.

Hundo mi cara en la suave almohada, pero Asher me obliga a mirarlo. Él quiere que vea lo que está haciéndome. Mis piernas tiemblan, mi corazón late a un ritmo loco cuando baja mi ropa interior.

—Oh, Dioses...

«¿Quieres que pare?»

Niego.

«Entonces no hagas mucho ruido o los demás sabrán lo que estamos haciendo»

¡Maldita sea! Es un reto, pero me niego a rechazarlo. De hecho, me muerdo el labio cuando su lengua me lame de arriba abajo. Su toque es mágico, sabe qué debe morder y chupar.

—Asher...

—Silencio, bonita.

Un suspiro tembloroso escapa de mis labios y abro más las piernas, facilitándole el acceso. Mis dedos encuentran su cabello negro y me aferro a las hebras mientras su boca me devora. Dioses, este hombre es mi perdición.

Mi más dulce perdición.

🐺

Es de madrugada cuando despierto desnuda en los brazos de Asher. Mi rostro sigue caliente por nuestro momento compartido de hace horas. Fuimos muy silenciosos y nadie volvió a molestar.

Gracias a los dioses.

Quiero que los problemas terminen pronto así regresamos a nuestra cabaña dónde no tenemos que reprimirnos. Ahí todo es más divertido e íntimo. Aparto los brazos de Asher y cubro mi cuerpo con una bata. Me intriga saber en qué arma trabaja mi padre con ayuda de las trillizas.

Sé que seré yo quien le dará uso.

Nuevos niveles de tristeza me entumecen mientras me acerco a la ventana. ¿Mamá está viéndonos desde el cielo? ¿Qué pensará de esto? Ella siempre creyó que Theo tenía salvación. ¿Debería mantener las mismas esperanzas?

Las lágrimas inundan mis ojos ante esos pensamientos. ¿Por qué todo debe ser complicado? ¿Por qué la felicidad siempre debe tener un precio tan alto?

Entrecierro los ojos cuando algo se mueve entre los arbustos lejos de la barrera. La aprensión se acumula en mi estómago y contengo un jadeo. Al principio no logro identificarlo, pero pronto se deja ver.

Es una figura encapuchada y reconozco de inmediato su altura.

Theo.

¿Qué hace aquí? ¿Vino por mí? Presiono las manos sobre mi corazón, late muy rápido debido a la conmoción.

—¿Arianne?

Aparto un momento los ojos de la ventana para mirar a Asher. Su cabello está alborotado y su ceño fruncido por la confusión. Oh, mierda. Lo desperté con mis pensamientos.

—¿Sí?

—¿Qué pasa? —pregunta —. Estás muy tensa.

Trago saliva.

—Nada —miento para no ofuscarlo —. No podía dormir.

Él da golpecitos al lugar que ocupo en la cama y me sonríe. Mi corazón punza de afecto.

—Vuelve aquí.

Mi sonrisa se ensancha.

—Dame un segundo.

Miro de nuevo hacia los arbustos, pero la figura ya no está. Se ha ido.

¿Qué quieres de mí, Theo? ¿Matarme o buscas ayuda?

🐺

Axel

Cerca de las ocho de la mañana me acerco a la celda dónde Audrey está encerrada. Melody no estuvo de acuerdo. Ella cree que va a lastimarme, pero me arriesgué a venir sin compañía. Solo yo puedo convencer a esta chica que una vez consideré atractiva.

Ahora es todo lo contrario.

La mitad de su cara está chamuscada y no tiene labios. Jodida mierda. Arianne hizo un trabajo muy cruel.

—¿Vienes a burlarte de mí? —solloza.

Mantengo la distancia de la celda, mi rostro imperturbable, sin señales de asombro. Ella fue mala, pero siento lástima. Las heridas siguen frescas, su cabeza calva sin el pelo rojo que solía presumir. Esta Audrey es la réplica de un Gollum.

—Nunca me burlaría de tu situación —murmuro —. Vengo a darte una solución.

Ella solloza y se hace un ovillo en el suelo. Noto el plato con su comida sin tocar, ni siquiera bebió agua. Probablemente desea morir. ¿Y quién no? Su situación es horrible.

—Arianne intentó convencerme con sus torturas, tu compañera también y la pelirroja —declara —. ¿Crees que tú me harás cambiar de opinión? Estás muy orgulloso de ti, ¿no? Crees que eres irresistible, Axel Karlsson.

Esa parte no lo voy a negar.

—¿Vale la pena guardar silencio por esos monstruos? —inquiero —. ¿Ellos arriesgarían sus vidas por ti?

Silencio.

—Mírate, Audrey —prosigo —. Estás dejando atrás la oportunidad de empezar una nueva vida y recuperar la belleza que alguna vez tuviste. Arianne puede curar tu rostro.

Las lágrimas empiezan a caer por sus mejillas.

—Tengo miedo —dice —. Ellos me matarán de cualquier forma.

—¿Prefieres vivir así? —pregunto —. Encerrada y con el rostro chamuscado. ¿Eso es vida?

Audrey llora de impotencia y desesperación. Sus llantos son ruidosos y cargados de agonía. Maldición, jamás quisiera estar en su lugar. Es una chica que siempre ha estado sola y vela por sus propios intereses.

—Yo no sé qué hacer.

Suelto un suspiro agotador y pongo mis manos en las rejas de su celda.

—La mansión tiene una barrera de protección —Le explico —. Ellos no lograrán entrar, aquí estás a salvo. Puedes quedarte en una habitación hasta que todo termine y recuperar la apariencia de tu rostro. Solo debes decirnos quién es Abigail Sanders.

Sus ojos me escanean, la duda acechándola.

—¿Realmente crees que están seguros? Ellos encontrarán una manera de entrar.

Me trago el gruñido y fuerzo una sonrisa. Está fastidiándome.

—Tenemos a dos mujeres muy poderosas, brujas que controlan la magia, cazadores y licántropos furiosos. Ellos perderán, Audrey. Confía en mí.

Suelta una tos incómoda y toca parte de su piel quemada. Eww. Jamás volveré a tener una imagen linda de ella.

—Está bien —cede.

Entrecierro los ojos.

—¿Está bien?

Asiente.

—Les diré la identidad de Abigail Sanders, pero primero quiero que Arianne cure mi rostro.

🐺

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