Capítulo 28 🐺
Ari
Hay una inquietante angustia en mi pecho.
Vivo con la constante inseguridad de que Theo me buscará pronto. ¿Soy muy tonta al creer que él podrá reconocerme? Nadie que regrese de la muerte vuelve a ser el mismo, pero no renuncio a las esperanzas de hacerlo reflexionar.
Necesito verlo, comprobar si puedo ayudarlo de alguna forma. El pensamiento de acabar con él me asusta. No quiero asesinar a mi propio hermano, aunque tengo la sensación de que el destino será diferente a pesar de mis deseos.
Es mi obligación darle la paz que se le ha negado.
—Tu padre y las trillizas harán un anuncio más tarde —comenta Asher —. Dijeron que es muy importante.
Mi corazón se aprieta como un agrio limón, quemándome el interior con ácido cítrico. Habrá más noticias de Theo que me pondrán muy mal. Mi hermano está suelto en el pueblo, asesina personas al azar.
—Primero debemos hablar con la arpía —mascullo y caminamos hacia la celda.
Audrey lleva encerrada más de diez horas. Melody me informó que se negó a comer e ignora a cualquiera que intente hablarle. Qué lástima. Esa mustia dialogará como sea, yo me encargaré de que así sea.
—Melody lo intentó, pero no funcionó —dice Asher —. ¿Crees que tú vas a convencerla?
Las bolas de fuego en mi mano empiezan a formarse y le sonrío a Asher.
—Quizás mi prima fue muy suave.
Asher me da una fuerte nalgada que me hace chillar. ¡Idiota! Acto seguido, su cuerpo aprisiona el mío contra la pared y las bolas de fuego se apagan. Ahora soy yo quién arde por dentro.
—Estaba muy asustado de que vuelvas a deprimirte y te hundas —confiesa y presiona su frente en la mía —. Creí que serías la misma Ari que conocí los primeros días. Esa chica rota y perdida.
Me trago la tristeza.
—La diferencia es que ahora no estoy sola —musito —. Te tengo a ti.
—Nunca, bonita —Lleva mi mano a sus labios para depositar un beso en el dorso —. Siempre me tendrás a mí para levantarte cuando te caigas o acostarme a tu lado hasta que estés lista.
Puedo estar perdida muchas veces, pero siempre encontraré mi camino hasta Asher. Él es la luz al final del túnel.
—Te amo —digo.
Me besa despacio, nuestros labios se tocan dolorosamente lento.
—Te amo —repite.
Caminamos juntos a la celda de Audrey. Jamás estuve en esta zona de la Fortaleza. No es como la tradicional mazmorra que suele aparecer en las películas, pero no deja de provocarme escalofríos. No hay electricidad, solo velas que iluminan los rincones.
—Hola, hola —me burlo cuando veo a Audrey —. ¿Qué tal tu estadía?
Se encuentra acurrucada en la pequeña cama, sus brazos envueltos alrededor de sus piernas. El cabello rojo le cae como una cortina en la cara. ¿Siento lástima? No. Si estuviera en su situación ella me torturaría hasta el cansancio.
—¿Qué sucede? —pregunto con diversión y suelto la mano de Asher —. ¿No estás cómoda? Espero que sí porque pasarás mucho tiempo aquí. Quizás podríamos cambiar de opinión si decides hablar. Vamos, eres inteligente.
Me lanza una mirada colmada de desprecio. Su mandíbula está rígida, los labios apretados y ojos llenos de rencor. Al fin se muestra como es, su lado mojigata me tenía muy aburrida.
—Pierdes tu tiempo, druida estúpida —escupe —. No diré nada, primero muerta antes que abrir mi boca.
Miro un momentáneo segundo a Asher antes de enfocarme en Audrey. La pelirroja grita cuando su cuerpo se estrella contra la pared y su brazo derecho suena por los huesos rotos.
—¿Segura de que no hablarás? Dime quién diablos es Abigail Sanders. Quiero saber su sucia identidad o te mataré.
Audrey sostiene su brazo derecho mientras trata de contener los jadeos adoloridos. La culpa nunca llega mientras veo la sangre correr por su sien. Me da igual. Esa parte piadosa que tenía no volverá a existir.
Son ellos o nosotros.
—Mátame de una vez —gruñe Audrey —. Acaba con mi existencia. Ya no me importa salir de todos modos, Abigail me matará si la traiciono.
Asher carraspea.
—Podremos ofrecerte seguridad a cambio de información.
No estoy de acuerdo con ese trato, pero sería justo. Se nota que Audrey está aterrada de Abigail.
—¿Ustedes cuidarme? No jodas.
—Retiro lo dicho —mascullo —. No eres inteligente.
Audrey ríe a carcajadas como si deberíamos ser trasladados a una clínica psiquiátrica. Maldita estúpida. Sus emociones gritan que se siente complacida con mi irritación. Me está probando, sabe que exploto ante las provocaciones.
La ira es mi peor pecado.
—Agradezco tu oferta, Asher, pero la rechazaré —Se pone de pie con dificultad y hace una mueca de dolor —. Estoy perdida al igual que ustedes.
Mi rabia se profundiza.
—Aún podemos ayudarme.
Levanta su dedo del medio y escupe cerca de mis pies. ¿Acaba de hacer eso? Oh, no.
—Jódete, Laroux —espeta entre carcajadas —. No me agradan tus patéticos aires de superioridad. Disfruté muchísimo el día que Aulus te secuestró con la zorra rubia y no lo lamento. Rezaré para que tu abuelita triunfe. Tú y los Karlsson pueden irse al diablo.
La rabia se apodera de mí, el ardor acelera mis venas. Audrey deja de sonreír cuando levanto mi mano y lanzo una bola de fuego en su cara. Las llamas queman sus mejillas y su cabello mientras se arrastran hacia su cuello.
Asher queda perplejo a mi lado, en shock.
Sus gritos me hacen sentir cálida, plena. ¿Aún le molesta mis aires de superioridad? Qué pena. Tengo el poder y seguiré aprovechándolo. Veo a Audrey agitarse en el suelo, trata de apagar el fuego, pero no puede.
Será chicharrón muy pronto.
—Arianne... —advierte Asher después de tres minutos.
Ruedo los ojos y apago el fuego con una bola de agua. La pelirroja llora, se cubre la cara con las manos mientras solloza. Me acerco a las rejas de la celda, mi sonrisa muy maliciosa. No tiene el valor de mirarme.
Está desfigurada.
—Puedo curarte con un toque —digo en tono inocente —. Solo tienes que decirme lo que quiero y tu cara volverá a ser la misma de antes.
Suelta lloriqueos y sonidos incoherentes. Me duele la cabeza.
—No vas a morir, pero tu agonía será lenta —prosigo —. Tú decides, Audrey. Llámame si cambias de opinión.
Entrelazo mi mano con el de Asher y nos alejamos de la celda. ¿Remordimiento? No. Ella tentó al diablo y acaba de encontrarlo.
—¿Pasa algo, lobito? —Le lanzo una mirada a Asher.
Él niega con rapidez.
—Nada, nada —afirma —. Absolutamente nada, bonita.
Escucho más gritos de Audrey, pero yo no paro de reír. ¿Quién es el chiste ahora?
🐺
Le pedí a Reynard que ayude a Audrey con sus heridas. La quiero viva para que revele la identidad de Abigail. No me importará romperla si es necesario, ella eligió servir al bando equivocado. Apuesto a que está lamentándose de haberme molestado.
Si me presionan, exploto.
Mi padre y las trillizas se encuentran al aire libre. Mila sostiene un grimorio en su mano, las hojas de árboles caen a su alrededor. Percibo un cambio que no había antes. ¿Hizo un hechizo?
—La mansión a partir de hoy tiene una barrera protectora —responde Natalie a mi pregunta no formulada —. No podrá ingresar ningún ser maligno.
Oh, wow...
—¿Puedes verlo? —inquiere mi padre.
Doy vueltas, entrecierro los ojos y noto un brillante círculo dorado alrededor de toda la Fortaleza. Es enorme, reluciente.
—Los demonios ni humanos pueden verla —expone Keira —. Dentro de ella estamos a salvo, pero si se alejan demasiado no hará ningún efecto.
Asher pasa un dedo por su labio inferior, examinando el círculo con una ceja arqueada.
—¿Hay formas de romper el círculo? —cuestiona mi lobito.
Mila niega.
—Solo nosotras podríamos destruir el hechizo —sonríe —. Es inquebrantable ante el resto y fue hecha para rodear la mansión por siempre.
Aspiro una bocanada de aire fresco.
—Theo no podrá entrar —susurro.
Los ojos de Josh lucen apagados. No le presté atención antes, pero su apariencia me provoca ganas de llorar. No soy la única que sufre.
—Es servidor de Claudius, una criatura que no puede razonar —dice mi padre con pesar —. Es un enemigo, Arianne.
Ya lo sabía, pero escuchar la confirmación duele más.
—¿Qué haremos con él?
Josh aparta la mirada, es Mila quien responde:
—Estamos buscando una solución.
🐺
Asher
Cada nueva faceta de Ari me sorprende más que la anterior. Verla chamuscar el rostro de Audrey me tomó desprevenido, pero sería muy tonto si la juzgo. Ella hace lo que cree correcto. Usa el ejemplo de muchos villanos: la crueldad.
El destino nos enseñó que ser amables no ayudará. No podemos confiarnos o bajar la guardia. Podría jugarnos en contra. Papá es una prueba de que la ingenuidad es una estupidez muy grande. Hoy debe recoger sus cosas e irse a vivir a otra parte. Mamá no lo quiere aquí sin importar el grave peligro que corre nuestra familia. Fue muy contundente con sus palabras «Él o yo».
—Déjame hablar con ella —Le pido a mi padre —. Es una horrible circunstancia para irse.
Guarda sus maletas en la cajuela a pesar de mis súplicas. Ashton y el resto de mis hermanos no comentan nada al respecto. Mamá está escondida en su habitación, negándose a hablar. Comprendo su dolor, pero debería ser más razonable. La vida de mi padre está en juego.
—Tu madre está convencida de que la engañé y no quiere entrar en razón —Mi padre cierra la cajuela —. Es mejor que me vaya, Asher. Esta casa es más suya que mía.
Ashton se cruza de brazos con el ceño fruncido, Axel mastica su chicle como si esta escena fuese muy entretenida.
—¿La engañaste sí o no? —cuestiona Andrew —. Estoy confundido.
Papá se pasa la mano por el cabello.
—Yo también me siento así —admite, angustiado —. Mis recuerdos son vagos.
Este nuevo giro me pone alarmado. ¿Solange podría ser algo más que una simple secretaria?
—¿La investigaste como te pedí? —inquiero.
—No —contesta papá —. Tengo otras preocupaciones como los asesinatos en el pueblo y la prensa. Mi vida es un caos.
Me acerco y le doy un abrazo apretado. Papá me corresponde el gesto, palmeando mi espalda.
—Saldremos de esta como la familia que siempre hemos sido —afirmo —. Te queremos mucho.
—Lo sé —Papá se aparta con una triste sonrisa —. Cuídalos a todos por mí. Estás a cargo, Asher.
Choca sus puños con los míos.
—No te preocupes por nosotros —espeto.
Mis hermanos son los siguientes en consolarlo. Miro la ventana para percibir a mamá. Tiene puesta nada más que una bata y sus ojos inundados de lágrimas. Quiero ir hasta ella y consolarla. Sin embargo, no permite que nadie se acerque. ¿Por qué es tan fría?
—¿Dónde vas a quedarte? —pregunta Ashton.
Papá limpia el borde de sus ojos.
—En la oficina estaré bien —responde —. Después buscaré una casa.
Mi corazón se hace un nudo. Extrañaré verlo aquí.
—Llámanos si necesitas algo —expresa Axel como niño pequeño.
Papá alborota su cabello rubio.
—Sigan siendo unidos como siempre —Nos lanza otra sonrisa antes de subirse a la camioneta —. Los quiero, muchachos.
Deja una capa de humo cuando arranca y abandona la Fortaleza. No me gusta que esté yéndose. ¿Qué sucederá si algo malo le ocurre?
—Tenemos una tarea —farfullo sin dejar de mirar el lugar por dónde desapareció la camioneta de papá —. Averigüemos quien carajos es Solange.
🐺
Ari
Pasó una semana desde que Audrey está en el calabozo, el señor Aiden abandonó la Fortaleza y no hay noticias de Theo. Todo ha estado excesivamente sospechoso, ni rastros de Abigail o sus peones.
Estamos preparándonos para cualquier ataque.
Mis entrenamientos con las trillizas y Melody han ido de maravilla. Esta determinación de acabar con mis enemigos me ha motivado a despertar temprano. Mis dones son mucho más potentes que antes. Logro usar los elementos con una precisión que no creía posible. ¿Y mis poderes psíquicos? Pan comido. Estoy segura de que Kellan estará orgulloso de mí.
—Cada día es más aburrido que la anterior —protesta Reynard y pasa la siguiente página de su revista —. La próxima semana es Halloween y me niego a dejarlo pasar. Tenemos que celebrar.
Los rayos de sol bañan nuestros cuerpos mientras permanecemos en las tumbonas. Asher y sus hermanos fueron al pueblo para espiar a la secretaria sospechosa. Respecto a la señora Aria, permanece en su habitación la mayor parte del tiempo. Nos evita en el desayuno, la comida y la cena. Esa mujer parece un fantasma.
Fue destruida por la dudosa infidelidad de su marido.
—No creo que sea un buen momento para fiestas —opino.
Melody acomoda sus gafas de sol y extiende sus largas piernas. La única ausente es Emmie. Está muy ocupada follando con Andrew. La próxima semana viajarán a Irlanda y no pierden el tiempo. A ellos no les importa que escuchemos. Lo hacen por horas y horas.
Asher y yo nos contenemos porque ya no vivimos en la cabaña. Me incomoda hacerlo en un sitio donde cualquiera puede escuchar.
—Yo pienso que es una excelente idea —dice Melody con entusiasmo —. Siento que la fiesta servirá para atraerlos. Ellos querrán arruinarlo como sea.
No lo había visto de esa manera.
—Audrey se niega a hablar —musito —. Prefiere tener el rostro desfigurado.
Reynard hace una mueca de disgusto.
—Me aventó su comida en la cara —Se queja —. Es una malagradecida.
Me alejo de la tumbona y acomodo mi bikini verde. La piscina luce perfecta, voy a darme un chapuzón. Distraje mi mente con muchas actividades para no volver a deprimirme. Me pongo débil cuando pienso en Theo y es lo que menos deseo. Necesito ser fuerte.
Asher y los demás me ayudan a sobrellevarlo.
—No pienso curarla hasta que hable —afirmo.
Mi prima ríe orgullosa.
—Deberías matarla de una vez —Rueda los ojos —. Sabremos la identidad de Abigail como sea.
Me encojo de hombros y me lanzo en la piscina. Mi cuerpo grita de alivio, los nudos en mi espalda desaparecen. Tantos entrenamientos también estresan y recordar a Theo me agota.
—No —digo con una sonrisa —. Me gusta que sufra.
Melody bebe su refresco de limón.
—Qué mala eres, Arianne.
Reynard muerde su labio en un gesto pensativo.
—La identidad de Abigail seguirá siendo un completo misterio —musita —. Incluso para mí.
Hago un mohín.
—Eso apesta.
—Lo sé —Su mirada es distante —. Me duele no poder decirlo todo.
🐺
Asher
Vigilamos a la secretaria de mi padre durante una semana. Sus rutinas son normales, nada fuera de lugar. Trabaja ocho horas, regresa a su casa cuando termina y alimenta a su mascota.
Vive sola, sin familiares.
Mi padre se hospedó en uno de los mejores hoteles del pueblo. La noticia de su ruptura con mamá rebosan en los periódicos al igual que muchas críticas. Mis padres definitivamente no están en un buen momento.
Mamá llora en las noches, sufre por la ausencia de su esposo, pero es una mujer orgullosa. Ella piensa que sobrevivirá a pesar del lazo. ¿Cómo pueden pasar tanto tiempo separados? Yo no podría vivir sin los besos o el contacto de Arianne.
Mis hermanos trataron de hablar con mamá, pero la respuesta siempre es la misma. «Estoy bien». Aria Karlsson es un muro inalterable.
—Los Persson aseguran que no percibieron nada raro en los bosques —comunica Ashton —. Dudo que Theo se haga ver pronto.
La manzana que Axel mastica cruje a medida que caminamos. La misma rutina está haciéndose aburrido e irritante. ¿Qué carajos planean? Las cámaras tampoco fueron de mucha ayuda. No hay huellas de Theo. Su último asesinato fue hace dos días, mató a un hombre que se detuvo en la carretera. Elige atacar cuando el sol se oculta.
—Tendremos que patrullar en la noche —digo —. No va a mostrarse de día.
Axel codea a Ashton.
—¿La loca no volvió a hablarte?
Ashton frunce el ceño.
—¿Por qué diablos me hablaría?
Axel mastica la manzana con una sonrisa.
—Está muy enamorada de ti.
—No es la palabra que yo usaría —espeto —. Está obsesionada.
Las personas caminan a nuestro alrededor, no rastreo nada raro. ¿Qué estamos haciendo mal? No podemos permitir que hagan movimientos en silencio. Eso sería un grave error.
—Ojalá pudiéramos largarnos como Andrew —comenta Axel —. Al menos él puede darse ese lujo.
Andrew y Emmie decidieron que lo mejor era quedarse en Irlanda hasta que los peligros acaben. Mi hermano quiere lo más saludable para su compañera y estar en New Hope no lo es. Su embarazo podría complicarse por tanto estrés. En la Fortaleza los dramas aumentaron estos últimos días. La posible infidelidad de papá, Audrey encerrada en el calabozo, Arianne asustada por la resurrección de su hermano y las pesadillas de Reynard.
No habrá tranquilidad, no hasta que nuestros enemigos estén muertos.
—Su mujer está embarazada —murmuro —. Lo mejor es que se vayan.
Ashton asiente.
—Haría lo mismo por Reynard.
Todos.
Nadie se encuentra a salvo. Aún no sabemos cuándo acabaremos con los villanos. Tarde o temprano habrá una guerra en el pueblo que no podremos detener.
—Confío en que pronto terminará —expreso.
—Ojalá —musita Ashton.
Mi atención se fija en un cachorro magullado y atado en un árbol. Su pelaje blanco está sucio, sus huesos son notables mientras permanece con la cabeza gacha. La vista deprimente me desborda de rabia. Mataré al imbécil responsable de esto.
—¿Asher? —inquiere Ashton, pero no escucho.
Camino directamente hacia el cachorro.
—No jodas —dice Axel.
Mi visión se nubla con furia incontenida al ver como un imbécil patea al cachorro. El pobre animal se dobla en el suelo, las cadenas le impiden que se mueva más lejos. ¿Qué sucede con este mundo? Muchas personas miran la escena, nadie sale en defensa de la pobre criatura.
—Hey, tú —Le gruño al infeliz —. Patea de nuevo al perro y te corto las bolas.
El tipo salta por el sonido de mi voz y me da una sonrisa siniestra. Sus dientes están podridos y la mugre cubre su ropa. ¿Se siente muy hombre lastimando a un ser inofensivo? Haré que se arrepienta por este error. Nadie maltrata a los animales en mi presencia.
—Es mi jodido perro y haré lo que quiera con él —Se burla y tira de las cadenas más fuerte —. ¿Algún problema, niño bonito?
El animalito suelta un quejido de dolor. Se trata de un Husky blanco, muy parecido a un lobo. Ni siquiera es un adulto, ese cachorro es un bebé de cuatro meses o quizás menos.
—Sí, tengo un grave problema —espeto con ira —. No permitiré que vuelvas a lastimarlo.
Pronto tenemos público, cerca de diez personas nos rodean y observan el show.
—¿Y si lo hago qué? —El abusador me tienta de nuevo —. Atrévete, imbécil.
Axel se ríe.
—Acabas de meterte con las personas equivocadas, viejo.
El abusador se mofa.
Mi temperamento se arremolina y soy el primero en atacar. Mi puñetazo vuela y choca justo en su mandíbula. El golpe es tan duro que pierde varios de sus dientes en cuestión de segundos. Las personas jadean, el infeliz llora mientras cae al suelo.
Te entiendo, amigo. El golpe de un licántropo no es nada suave.
Aunque no termina ahí, le doy una patada en las bolas que lo hace doblarse y suplicar por perdón. Ashton está riéndose al igual que Axel. Qué lindo.
—¡¡Lo siento, perdón!!—Llora el abusador sin dientes —. ¡¡Juro que no volveré a tocarlo!!
Detengo mi ataque y acomodo mi chaqueta de cuero. Él es mierda bajo mis zapatos mientras yo luzco perfectamente bien, sin un cabello fuera de lugar. Patético humano sin empatía.
—No te preocupes —sonrío —. Él ya no te pertenece.
Me acerco al cachorro, pero éste se encoge de miedo. Está tan débil que me generan ganas de matar a ese infeliz. Sus ojos azules brillan con pánico, sus orejas en sumisión me hacen saber que él no luchará.
—No tengas miedo —Le digo y quito la cadena del árbol —. A partir de hoy estarás mucho mejor. Te irás conmigo.
El abusador habla de nuevo con la boca llena de sangre.
—¡¡Me costó atrapar a ese infeliz, no vas a llevártelo!!
Ashton pone los ojos en blanco y Axel golpea al maltratador de animales. Se robó al pobre cachorro, no me quedan dudas. Alguien como él jamás podría tener a un perro de esta raza.
—Cállate si valoras tu vida —advierte Axel —. ¿O quieres que mi hermano rompa hasta tu alma?
Nadie vuelve a hablar cuando recojo al cachorro en mis brazos. Hace un sonido angustiado y acaricio su sucia cabeza. Llevará su tiempo para que se recupere, pero con mucho afecto saldrá adelante. Arianne estará feliz con él.
—Tranquilo, amigo —susurro —. Estarás bien, lo prometo.
🐺
Instagram: JessiR17
Twitter: JessiRivas17
Facebook: Lectores de Jess (grupo para fangirlear)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro