Ari

Limpiamos la escena del crimen, cualquier rastro de nuestra presencia y escribimos una nota dónde Audrey se despide de Lily. Melody guardó sus ropas en una bolsa y lo lanza en la cajuela.

Evaluamos el cuerpo inconsciente mientras pensamos qué podríamos hacer. ¿Abandonarla aquí? Es una mala idea, ella escapará ante la primera oportunidad. ¿Matarla? Tiene información sobre Abigail y sus secuaces. Será muy útil.

La mejor opción es llevarla con nosotros, encerrarla en la Fortaleza y obligarla a hablar cuando despierte. No quiero darle una muerte rápida todavía. Necesito escuchar sus razones por el cual traicionó a Kellan.

―Encontré esto en la cajuela ―Melody regresa con una soga en la mano.

Sonrío y rompo un pedazo de la ropa de Audrey para cubrirle la boca. Esta traidora no sabe las cosas que le esperan. Será entretenido jugar con ella hasta romperla.

―Servirá ―musito ―. Ayúdame y salgamos de aquí antes de que regrese su compañera de cuarto. Lily puede ser muy preguntona.

Melody prosigue a atarle las muñecas y piernas con rapidez.

―¿Conoces a su compañera? ―indaga.

Pienso en los primeros días que volví a New Hope con una nostálgica risa.

―Hablamos muy pocas veces, pero ella no es mala ―digo ―. Vivía con un chico llamado Ethan que no volví a ver.

Una vez que terminamos el trabajo de atar a Audrey, me pongo de pie para echarle un vistazo a la cabaña. Es un sitio normal, nada fuera de lugar. Mis ojos se posan en la fotografía de Lily en el regazo de Ethan. ¿Qué fue de él? Me cuesta creer que la dejó sola en este pueblo, parecía muy enamorado.

―Otro día estaré encantada de oír tus anécdotas, pero debemos irnos ―espeta Melody, regresándome a la realidad ―. Ella despertará pronto.

―Salgamos de aquí.

Las calles siguen silenciosas cuando ambas sacamos a Audrey de la cabaña sin ningún esfuerzo y cerramos la puerta. Abro la cajuela mientras mi prima lanza a nuestra víctima en el interior sin delicadeza y después la encierra.

Melody es más salvaje que yo, me encantó trabajar con ella en equipo. Espero que el enfrentamiento que tengamos juntas con Claudius sea mucho más épico. Los días de ese monstruo están contados.

Sacudo las manos justo cuando oigo pasos acercándose. Rápidamente nos ocultamos detrás del auto el tiempo suficiente para ver a Lily meter la llave en la cerradura. Hace una pausa al notar que está abierta.

Mierda.

Mi prima y yo contenemos las respiraciones. Estaremos jodidas si nos descubre, no se me apetece dar explicaciones.

―¿Audrey? ¡Te dije que no dejes abierto la cabaña!

Al no obtener respuesta, entra a la cabaña y dejo salir el aliento que estaba conteniendo. Eso estuvo cerca.

―¿Es ella? ―susurra Melody.

―Sí ―digo.

Melody observa la cabaña. Hay confusión e intriga en su mirada.

―Huele diferente a los humanos.

Mi cerebro se batea en un círculo apretado cuando inhalo el aire y definitivamente percibo que tiene razón. Hay algo en Lily que no distingo, es confuso.

―¿Qué puede ser?

―Tenemos toda la noche para pensar en el asunto ―Melody entra al auto ―. Ahora debemos irnos de una vez.

Me intriga el aroma, pero escucharé a Melody. Lily hará alguna denuncia cuando no encuentre a su compañera y me da igual. Mi suegro se encargará de que Audrey quede fichada como desaparecida.

Suena cruel, pero en este punto la piedad no está en mi vocabulario. Jugaré sucio para vencer a mis enemigos. Es la mejor alternativa.

🐺

Asher

Mis hermanos deciden mantenerse al margen, pero yo no dejaré solo a mi padre en esta situación. Él niega la infidelidad y una parte de mí le cree. Ya no quiero escuchar a mamá llorar, ni ver a mi familia destruirse poco a poco.

Existe una solución y la encontraré como sea.

Me asomo a la puerta entreabierta y observo a mi padre trabajar. Su rostro está contraído, sus manos aprietan fuerte el vaso que sostiene. Es irónico que beba tanto cuando el alcohol es inservible. Nada lo ayudará a olvidar sus problemas.

―Buenas noches, papá ―empiezo ―. ¿Cómo estás?

Quita la atención de los papeles antes de enfocarse en mí. Su escrutinio es dudoso a medida que sus ojos examinan los míos. Tal vez piensa que voy a ofenderlo de nuevo. Me pasé cuando lo juzgué sin escuchar ninguna explicación.

―Ya te imaginas como estoy, ¿no?

Cierro la puerta y me siento en la silla del escritorio. Arianne y Melody aún no regresaron. Sospecho que ambas despedazaron a Audrey lo cual no me concierne. La traidora obtuvo su merecido.

―Lastimaste a mamá ―musito ―. ¿Cómo pudiste? Tú me enseñaste que debemos amarla y respetarla. ¿Qué sucedió, papá?

Hace un gesto de dolor, como si le hubiese golpeado y luego niega con la cabeza.

―Nunca quise lastimarla.

Es inevitable sentir esta decepción.

―Pero lo hiciste y no logro entender el motivo.

Aleja el vaso de su alcance y restriega las manos por su rostro.

―Yo tampoco puedo entenderlo, Asher.

La confusión me hace sentir nervioso mientras pienso en las posibilidades. ¿Tampoco comprende su infidelidad? ¿Acaso no es consciente de sus actos o actúa como un idiota para no afrontar el problema?

―Háblame de ella ―mascullo.

Papá hunde las cejas.

―¿Solange?

Me pone de mal humor escuchar ese nombre.

―Sí.

Su cara es opacada por la vergüenza. No quisiera estar nunca en su posición ni en sueños. Yo sería incapaz de engañar a Arianne. Es más, desde que la conozco no he puesto mis ojos en otra chica. Ella es mi mundo entero.

―Puse un anuncio en el periódico de que necesitaba una secretaria ―expone ―. La antigua decidió jubilarse. Alguien que conteste las llamadas y responda mis correos es esencial. Solange demostró ser una mujer decente, jamás olvidó el lugar que le corresponde.

No me convence.

―Las fotos en el periódico no dicen lo mismo ―murmuro.

Papá suspira.

―Ella es amable, siempre está preocupada por mis intereses ―prosigue ―. No estoy intentando disminuir mi culpa, pero mi matrimonio con tu madre va de mal en peor debido a sus acciones. Aria no es la misma de antes.

Un cúmulo de tristeza me absorbe. Extraño a mi madre, esa que era cariñosa y me contaba cuentos en las noches cuando no podía dormir. ¿Por qué cambió tanto?

―Lo sé ―susurro.

―Ni siquiera me permitía tocarla ―Un suspiro cansado abandona sus labios ―. Es como si el lazo no le importara. La idea estuvo atormentándome en el trabajo. Súmale todas las tragedias que han sucedido en el pueblo, la prensa acosadora, Claudius y un sinfín de problemas. No podía con tanto, Asher.

―¿La engañaste o no? ―insisto.

―No ―espeta, ofendido ―. Solange es un gran apoyo y mi amiga. Ella me escucha cuando nadie más lo hace. Se preocupa por mí.

―Mamá escuchó tus pensamientos.

Observa el vaso.

―No voy a negar que me pregunté que sería tenerla a ella como compañera.

Carajo, debió ser una puñalada para mamá.

―Eso suena jodido.

―Lo sé, pero no soy feliz en mi matrimonio. Me siento muy solo.

Viéndolo desde esa perspectiva lo entiendo. Además, sus hijos hemos estado perdidos en nuestros problemas. Andrew con el embarazo de Emmie, Ashton atormentado con las pesadillas de Reynard, Axel encontró a Melody. ¿Yo? Siendo el apoyo que Arianne necesita.

―Debí estar para ti, no esa mujer ―digo culpable ―. Lo siento.

―Arianne te necesita mucho más que yo.

Alcanzo su mano para darle un apretón.

―Limpia tu imagen, ¿de acuerdo? Lucha por mamá si la amas como afirmas ―espeto ―. Sobre Solange, no la conozco, pero me gustaría hacerlo. El asunto con ella es extraño. ¿De dónde salió?

Papá traga saliva.

―Leí su currículum y no percibí nada extraño. Es una mujer normal.

Una risa mordaz me ataca.

―Vivimos en New Hope, papá. Nada aquí es normal.

Procesa mis palabras con el ceño fruncido.

―Tienes razón.

―Investígala de nuevo ―mascullo ―. Nadie es tan noble en este mundo.

―Lo haré.

Me pongo de pie y me acerco para palmear su hombro.

―Soluciónalo, papá.

🐺

Arianne y Melody regresan a la Fortaleza con una gran sorpresa. La camioneta estaciona y después mi chica abre la cajuela. No contengo mi sonrisa al ver de qué se trata.

Audrey.

La pelirroja tiene la boca cubierta por una tela y sus manos están atadas al igual que sus piernas. Qué malas.

―Arianne ―digo, acercándome ―. ¿Puedes explicarme de qué se trata esto? Mi madre pateó el trasero de Audrey hace tiempo y ustedes la metieron aquí nuevamente.

Melody se encoge de hombros.

―Ella puede ayudarnos para llegar a su jefe ―explica ―. Conoce a Claudius y no podemos dejarla ir. Tiene que servir de algo.

Arianne se muerde el labio.

―Será útil.

Emmie toca su estómago abultado con desconfianza y Andrew frota los hombros de su compañera. Ya quiero conocer a mi ahijado. Soy afortunado de ser el padrino.

―¿Dónde vamos a meterla? ―inquiere la rubia ―. ¿Ella es peligrosa?

Arianne examina a Audrey con una ceja arqueada.

―Jamás será un gramo de peligrosa de lo que soy yo cuando me molestan ―espeta y mira a mi padre ―. ¿No hay algún sótano para mantenerla como prisionera? Ella no se irá de aquí hasta que me diga lo que quiero oír.

Mamá observa el show desde la ventana, pero no protesta. No se encuentra bien anímicamente y sabe que cualquier queja podría desencadenar una discusión. Lo que sucede en su matrimonio la cambiará. No era la forma, pero debe entender que papá no es el único culpable de que la relación esté desecha.

Ambos lo son.

―Sí, tenemos un calabozo dónde podemos esconderla ―dice papá ―. Cuenta con baño y una cama. ¿Planean torturarla?

Melody limpia la comisura de sus labios y Axel maldice. Reynard está silenciosa al igual que Ashton.

―Podría servirme como un festín ―Se burla la vampiresa.

Mi hermano se encoge.

―No me digas que la probaste.

Melody aprieta los labios.

―No te atreves a decir algo más, Axel.

Mi hermano retrocede con las manos en alto. ¿Su compañera y la chica con quién se involucró sexualmente estarán en la misma casa? Esto será divertido.

―Será mejor que la trasladen antes de que despierte ―mascullo ―. No tengo ganas de oír sus lloriqueos.

Andrew y Axel se acercan para recoger a una Audrey inconsciente.

―¿Dónde está mi padre? ―pregunta Ari.

―En la cabaña con Mila ―respondo ―. ¿Audrey dijo algún dato interesante?

Ari asiente y observamos cómo llevan a Audrey en el calabozo. Espero que se ponga cómoda, estará encerrada varios días hasta que decida confesar toda la información que tenga. Me compadezco de la chica, Arianne no será amable.

―Revivirán a Theo en el bosque dónde lo encontré el año pasado ―explica Arianne ―. Esa zona fue marcada por Abigail y la magia es muy poderosa.

La abrazo a mí cuando los temblores sacuden su cuerpo.

—Vamos a detenerlos mañana —beso su frente —. Juntos.

Reynard continúa examinándonos como si fuéramos dos extraterrestres y no responde. Esta mujer sabe mucho, pero no está dispuesta a compartirlo debido a las consecuencias que eso podría traer.

—Eso espero —Ari apoya la cabeza en mi pecho —. No soportaría ver a mi hermano convertido en un depredador sin corazón.

Mi corazón se aprieta con ese conocimiento. Ojalá pudiera protegerla de todos aquellos que deseen dañarla.

―Yo no soportaría verte más destrozada ―digo.

Ella sonríe y besa nuestras manos entrelazadas.

―Busquemos a mi padre.

Nos alejamos de los demás para encontrar a Josh en la cabaña. Mila y sus hermanas analizan el punto en un mapa dónde está manchado de sangre. Arianne me suelta para precipitarse a ver.

―¿Un hechizo de rastreo? ―inquiere Ari.

Josh limpia la gota de sangre que cae de su dedo.

―Sí ―contesta Natalie ―. Podemos ver que el cuerpo de Theo se encuentra muy cerca de nosotros.

Arianne comparte una mirada con su padre.

―Audrey dijo que planean revivirlo en la zona favorita de Abigail.

Josh tensa la mandíbula.

―Predecible.

―Deberíamos buscarlo de una vez y acabar con él ―sugiere Arianne ―. Es mejor hacerlo antes de que salga la luna llena.

Mila y sus hermanas tienen expresiones extrañas. Están tensas y capto una pizca de miedo en ellas. ¿Qué sucede? Nada bueno, al parecer.

―Demasiado tarde ―susurra Keira ―. No esperábamos esto.

Me congelo cuando el viento azota la ventana, mi cuerpo inerte por las siguientes palabras de las trillizas.

―El problema es que... ―Keira muestra el mapa de rastreo ―. Podemos ver claramente que Theo fue resucitado. Su cuerpo está moviéndose en estos momentos.

Ari no oculta su pánico.

―Pero la luna...

―Claudius sabía que ustedes impedirían la resurrección así que usó otro truco para revivirlo ―Mila nos mira con pena ―. Él recurrió a la nigromancia.

¿Nigromancia? Hijo de puta... Es una rama de la magia extremadamente oscura. Solo un mago muy poderoso podría ejercerla, aunque no me sorprendería si Claudius revive a Theo gracias a esta práctica.

Es letal.

Josh patea la silla más cercana y se pasa la mano por el pelo. Ari se cubre la boca, impactada por esta información inesperada. Yo... no sé qué diablos decir. Nadie está listo para ver a Theo convertido en alguien como Claudius.

―¿Está aquí? ―pregunta Arianne ―. ¿Theo revivió?

La tensión en la pequeña cabaña es sofocante.

―Sí ―contesta Mila ―. Lo siento, Arianne.

El temor de Ari se siente como una puñalada en mi pecho. Los latidos de su corazón aumentan como la presión. La sangre se escurre de su nariz y trata de limpiarlo. No funciona.

―Asher...

―¿Bonita?

Josh pretende sostenerla, pero me adelanto. Arianne se desmaya en mis brazos.

🐺

Ari

El sueño me envuelve, aumenta las semillas del miedo y la inseguridad. Crecen en mi mente y me llena de terror. Quiero abrir los ojos, pero no puedo. Estoy perdida desde que Mila afirmó que Theo ha resucitado.

¿Ahora como haré para afrontarlo?

El frío escala mis huesos, congela mi sangre y me pone la piel de gallina. ¿Qué es este lugar? Veo niebla, sin una señal de vida en este oscuro cementerio.

El mismo cementerio dónde enterramos a Theo y mamá.

Hay alguien acechándome en la oscuridad. No sé quién es, pero siento su presencia. Está mirándome, estudia mis próximos movimientos. Me muevo en la densa niebla, cada vez más nerviosa cuando choco con unos familiares ojos verdes.

Ojos verdes crudos, inundados por el odio y rencor.

Theo.

Camino hacia él, me siento insegura en este extraño territorio. Debo llegar a él, debo salvarlo. Cuando más me acerco, el miedo se hace presente en mis huesos.

—¿Theo?

Una fuerza violenta empuja mi cuerpo y choco contra una de las lápidas. Mi cabeza palpita, la sangre cae por mi sien a medida que estudio la figura detenerse frente a mí. El olor a putrefacción me provoca arcadas. Es él.

Mi hermano regresó a la vida.

―¿Theo? Soy yo.

No contesta a mi súplica.

―Theo...

Otro puñetazo impacta en mi cara y cierro los ojos. Comienzan los hormigueos familiares y pronto no siento nada. No oigo nada. No veo nada.

Solo oscuridad.

🐺

Cuando al fin despierto, me cuesta respirar. El sudor inunda mi frente y hay rastros de moretones en mis brazos. ¿Qué mierda? Esa pesadilla se sintió real. Lo vi. Era Theo, mi pequeño hermano.

Él regresó de la muerte y ahora quiere matarme.

—Silencio, bonita. Está bien —susurra Asher —. Él no te hará daño, estoy aquí.

Parpadeo y luego miro el reloj, dándome cuenta de la hora tardía. Me incorporo, pero mi cabeza adolorida es como una tonelada de plomo. Asher me alza por los hombros y me apoya contra un montón de almohadas esponjosas.

—Lo vi.

―Pude sentir tu terror. Fue muy real ―dice Asher. Me da un vaso de agua. El líquido frío es como el cielo en mi seca boca algodonosa. Lo engullo todo y me recuesto sobre las almohadas —. Estarás bien.

Limpio el borde de mis ojos y le entrego el vaso a Asher que lo ubica sobre la cómoda.

―¿Cuánto tiempo perdí el conocimiento?

Asher suspira y me abraza de nuevo.

—Horas, no tengo idea.

Me froto la cabeza. Hay una pequeña contusión ahí.

―Me lastimó en mis sueños ―musito ―. ¿Cómo será cuando nos enfrentemos? Es un demonio.

Asher no contesta y le enseño mi brazo derecho. Está morado, hinchado. Raro que no sane pronto.

―Ni siquiera terminó de crecer y es malditamente fuerte. Si no hubiera muerto, sería el druida más poderoso de esta tierra. ¿Por qué piensas que Abigail lo escogió a él y no a mí?

―No soluciona nada que te atormentes por el pasado ―suspira ―. Estás aquí y él ya no. Ten en cuenta que ese niño no es tu hermano, Arianne.

Miro como las heridas en mi brazo empiezan a desaparecer.

―Soy débil cuando se trata de él ―admito ―. Me aterra pensar que puedo fracasar.

―Escúchame con atención ―dice Asher ―. Sé que nada será fácil, pero confío en que vas a superarlo como todos los obstáculos que la vida te ha impuesto. Caíste miles de veces y lograste levantarte. Esta es una prueba más, Arianne.

La emoción y el amor alejan cualquier sentimiento negativo. El efecto Karlsson lo ha hecho de nuevo.

―Creo en ti, creo en el destino que nos ha juntado por una razón muy fuerte ―Eleva sus manos para acunar mi rostro —. Prometí que estaría a tu lado cuando caigas de nuevo y nada cambiará eso. Estamos juntos, Arianne.

—Estamos juntos —repito.

—Sí —suelta un aliento entrecortado —. Juntos.

Deposito un beso en su nariz antes de levantarme con mucho esfuerzo. Mi cara duele, sintiendo el golpe que Theo proporcionó en sueños. ¿Qué tan real fue?

—Traeré tu desayuno —informa Asher —. No tienes que enfrentar al resto.

Lo miro sobre mi hombro con una sonrisa agradecida.

—Gracias.

El paseo por la habitación hasta el baño es un martirio, pero logro llegar. Cuando mi ducha termina diez minutos después, soy una chica nueva. Me pongo la ropa de entrenamiento y dejo mi cabello húmedo suelto.

Asher luce asombroso cuando regresa con mi desayuno. Su camisa verde oscuro resalta el avellana de sus ojos y sonrío ante la vista. Me doy cuenta de que muy pocas veces lo he visto usar colores vivos. Siempre está vestido ropa oscura, y aunque lucen sexy en él, el tono brillante lo hace ver más como un chico de veintitrés años.

—¿Debí traer una cubeta? —Se burla.

Muerdo mi labio y voy hasta él. Está sentado en la cama así que me ubico en su regazo, drogándome con su aroma.

—Hace minutos lloraba como una bebé y ahora babeo por ti —musito —. Me enamoras todos los días.

Me acurruco en su pecho para comer las tostadas con mermelada. No tengo ganas de enfrentar lo que viene. Aún no estoy lista, quiero perderme en el calor que proporciona Asher.

—¿Dijeron algo sobre Theo? —pregunto después de minutos.

Asher juega con un mechón de mi cabello suelto.

—No quieres saber.

—Vamos —presiono—. ¿Hay nuevas noticias?

Cierra los ojos un segundo antes de volver a abrirlos.

—Mi padre informó que encontraron a un cuerpo en el bosque —comenta agitado —. La víctima fue asesinada por tu hermano, Arianne. Él la destrozó como si fuera una bestia despiadada.

Mi estómago se revuelve y el desayuno sube a mi garganta. Voy a vomitar.

—¿Cómo saben que fue él?

Me da una larga mirada en el rostro.

—Hay cámaras instaladas en el bosque —explica Asher —. Tu hermano las hizo pedazos, pero quedaron evidencias. Theo es un... monstruo.

Me pongo tiesa, mi pulso es fuerte en mis oídos y pongo la mermelada en el plato. Sabía que este día llegaría, pero no estaba preparada. Jamás lo estaré.

—¿Qué haremos? —pregunto —. No es una bestia que se puede domar.

Su voz se hace más gruesa.

—Cazarlo como el monstruo que es.

Me aparto de él, saltando de su alcance.

—Eso no suena justo.

—¿Qué sería justo según tu vocabulario? —reprocha —. Lo correcto es acabar con él antes de que mate a más personas inocentes.

Mi cabeza martillea de dolor y me muerdo el labio para calmar la ansiedad. No me acostumbraré que hablen así de Theo.

—Es difícil.

—Lo sé, pero es la realidad —manifiesta mi lobito —. Ya no es tu hermano, Arianne. Y será mejor que lo aceptes rápido.

🐺

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