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Capítulo 12 🐺

Arianne

El mal presentimiento me asalta mientras proceso lo que ha dicho Marianne. ¿Qué va a enmendar? La escuché dolida y hasta resentida. Sospecho que se refería a hacer algo muy malo. Admitió abiertamente que predijo el futuro de Reynard y Ashton. ¿Aun así vino a este viaje? El chico que ama estará con alguien más y ella lo vio. Qué complicado es todo. ¿Acaso esta fiesta no puede ser una normal y sin dramas?

Mi vida siempre tiene que dar giros inesperados. Maldigo a quien escribió mi destino.

—Estás muy tensa —Asher le da un apretón a mi cintura mientras permanezco en su regazo —. Deja de pensar en ella. No es tu problema si tiene el corazón roto. Tuvo oportunidad con Ashton y eligió lastimarlo.

—Siento pena por ella. Debiste verla, Asher.

—Es una manipuladora y mentirosa. Lo siento, no me conmueve.

Bebo un sorbo del burbujeante champagne y observo al resto de los invitados disfrutar la fiesta. Ashton sostiene a Reynard contra su cuerpo mientras bailan en la pista. Kellan también está sentado, aburrido por la falta de emoción. Su conquista desapareció muy rápido.

Qué pena.

Marianne está en la triste esquina, observando a la nueva pareja. Qué masoquista. Yo me hubiera largado hace mucho por el bien de mi corazón y dignidad. ¿Le gusta sufrir? Creo que sí.

—¿Por qué no le quitaste el amuleto? —pregunta Kellan, sentado desde el sofá —. Pensé que querías descubrir lo que oculta.

Ni yo misma me entiendo. No se sentía correcto tocarla cuando lucía tan herida. Parecía un cachorro abandonado.

—Algo me impidió hacerlo. Sospecho que ella está asustada de alguien mucho más peligroso y alejó a Ashton por su seguridad.

Asher sonríe.

—¿De verdad crees que Marianne tiene buenas intenciones? A mí no puede engañarme.

Mis ojos no se apartan de la triste chica.

—Lamento no ser una insensible.

—Hará algo tarde o temprano —concluye Asher —. No vino a este viaje solo por ti.

Kellan carraspea.

—Atentará contra la médium. ¿Quieres apostar?

Enfoco la atención en él, los escalofríos envolviéndome. No había pensado en esa opción. Marianne está dolida en estos momentos.

—¿Tú crees?

Kellan asiente.

—Predijo que estará con Ashton y quiere matarla por esa razón —contesta mi amigo —. Sabía que Reynard es su compañera de vida.

Todos parecen darse cuenta menos yo. Puedo sentir al miedo arrastrándose por mi columna vertebral. ¿En serio es capaz de matar a Reynard por celos? Eso sería muy enfermizo y perturbador.

—No lo creo.

—¿Segura? —inquiere Kellan —. Observa muy bien lo que hace. No se quedará ahí.

Reynard y Ashton pasan por nuestros lados sin soltarse las manos. Hacen una hermosa pareja. Marianne sigue en la esquina con la cabeza agachada. Oh, Dioses... Me parte el corazón.

—¿Quieres apostar? —cuestiona Asher —. Tu nueva amiga irá tras ellos.

Aprieto los labios.

—No es mi amiga.

—Entonces no te sientas mal por ella porque te llevarás una gran decepción.

Los siguientes minutos, definitivamente Marianne desaparece en el mismo sitio que Reynard y Ashton. Mi lobito me da una sonrisa de suficiencia.

Soy una tonta ingenua.

🐺

Ashton

Mantengo mis manos en la cintura de Reynard mientras bailamos. Pronto, vamos hacia la parte posterior de la pista de baile, los bailarines que nos rodean nos empujan aún más cerca. Ella sonríe cuando toco su trasero accidentalmente. Ajá, accidente.

—¿Qué más quieres saber de mí?

—¿Por qué tus padres no están aquí?

Su sonrisa cambia a una de tristeza.

—Están ocupados la mayor parte del tiempo —contesta —. Papá es un hombre de negocios que viaja constantemente y nunca está en la casa. Se divorció de mi madre cuando tenía diez años y ella vive en Francia. El matrimonio no funcionó.

No esperaba esa respuesta. Mis padres tampoco son el mejor matrimonio del mundo, pero se aman. No podrían vivir sin el otro.

—Eso apesta, Roja.

Hay dolor en sus ojos, pero de alguna manera logra ocultarlo con una deslumbrante sonrisa.

—Soy el estereotipo de niña rica que no tiene el amor de sus padres.

—No creo que seas alguien común. Tienes habilidades estupendas y organizaste una fiesta de caridad para niños sin hogar. Eso dice muchas cosas buenas de ti. Eres interesante.

—Tú también eres interesante como la A en tu nombre —bromea —. ¿Qué tiene tu familia con esa letra? Sé que tus padres se llaman Aiden y Aria.

Me encojo de hombros.

—Mis hermanos se llaman Asher, Axel y Andrew.

—Oh, Dios mío. ¿La familia A?

—Somos los nuevos Kardashian.

Su carcajada me hace sonreír. Me encanta la forma en que su rostro se ilumina, haciendo que las pecas en sus mejillas resplandezcan más. Es hermosa.

—Eres tan lindo sin intentarlo.

Pongo los ojos en blanco.

—Soy cualquier cosa, menos lindo.

Toca mi nariz con su dedo.

—Decir eso te hace más lindo.

La giro un segundo hasta que su espalda está contra mi pecho. Su reacción es contener el aliento y suspirar. Maldita sea, la intensidad es demasiado. Ahora entiendo porque Asher no puede mantener sus manos quietas cuando está cerca de Arianne. Cualquier contacto que provenga de mi compañera es adictivo.

—No tengo la capacidad de predecir el futuro, pero estoy seguro de que no quiero alejarme de ti, Reynard —Inhalo su cabello —. Haremos que esto funcione de cualquier forma.

—¿Puedes besarme otra vez?

Sonrío y la giro de nuevo hasta que estamos cara a cara. Acuno sus mejillas con ambas manos y la beso. Su respiración se acelera al igual que la mía. Me siento reconfortado de saber que no estoy solo en esta locura que se apodera de mi sistema.

—No creí las historias que contó mi padre durante años hasta ahora —digo, apartándome de sus labios —. Asher también me dijo cómo fue su experiencia, ni hablar de Andrew que suele ser muy explícito con los detalles.

Reynard se echa a reír.

—¿Experiencias?

—Sobre cómo se sintieron cuando conocieron a sus chicas —Me encojo de hombros —. Una parte de mí deseó que fuese alguien más, pero te prometo que no estoy decepcionado de ti. Eres perfecta.

Pone las manos en mi pecho.

—Ella fue importante en tu vida.

Aparto la mirada.

—Ya no vale la pena hablar sobre el tema. ¿Quieres salir de aquí? Necesito un poco de aire fresco. No creo que a tus invitados les importe.

—Por supuesto, vamos —accede.

Arianne sonríe complacida cuando pasamos por su lado y sacudo la cabeza. Ella está mucho más emocionada que yo.

—Háblame más de ti —Le pido a Reynard —. ¿Cuántos años tienes? ¿Estudias? ¿Cuál es tu meta en la vida?

Nos detenemos en el lujoso jardín dónde veo diferentes flores. Reynard se sienta en la fuente con estatuas de ángeles y hago lo mismo. Las luces iluminan su cabello rojo. Su belleza exótica hace que sea difícil respirar.

—Tengo veinte años, estudio psicología y mi meta en la vida es seguir ayudando a las personas más indefensas —responde con sinceridad —. Gracias a mi don ayudé a muchas almas para que tuvieran la paz que necesitan. Algunos no están listos para irse de este mundo, intentan aferrarse de cualquier manera.

La miro como idiota.

—Eres una buena persona.

Las esquinas de sus labios forman una sonrisa.

—Lo soy —Encoge su delgado hombro —. Te sorprenderías si supieras cuantos acuden a mí cada mes en busca de mis servicios.

—No lo dudo.

—Mis clientes son personas de clase alta y yo valoro mi trabajo —objeta —. No encontrarás a un médium en cualquier parte. Nunca fallo, Ashton. Te prometo que ayudaré a tu familia.

—Queremos derrotar a la bruja que arruinó la vida de Arianne y su familia.

—Lo sé.

Me paso la mano por el pelo y dejo salir un suspiro.

—Hay algo que no mencioné antes porque no lo recordaba. Me siento como un verdadero imbécil.

Reynard arquea una delgada ceja roja.

—Puedes decirme lo que sea.

—El apellido de Marianne es Sanders. ¿Crees que está relacionada a Abigail?

Al principio, sus ojos marrones brillan con miedo, pero después de un tiempo comienza a disminuir. Hay incertidumbre en esa mirada cautivadora.

—Soy un idiota, ¿no? —Me pongo de pie —. Debí notarlo antes, pero hablé con ella el año pasado. Pensé que su apellido era uno más.

Reynard jadea.

—Su parecido con Arianne es increíble y ahora lo entiendo.

No me gusta cómo suena eso.

—¿Crees que son familia?

Una carcajada estalla desde el interior de la casa justo cuando pienso que las cosas no pueden empeorar. El temor cae sobre mí mientras veo a Marianne acercándose al jardín. Su cabello castaño está suelto, sus mejillas manchadas por el rímel demuestran que estuvo llorando.

—Te tardaste mucho en adivinar, médium —Se burla —. Creí que lo veías todo.

Algo me impulsa a proteger a Reynard de inmediato. Posiciono su cuerpo detrás de mi espalda, dispuesto a recibir cualquier ataque que lance Marianne. Ella puede intentarlo, mi lobo no dejará que salga viva de aquí. Mierda... ¿Acabo de pensar eso? Mis impulsos de cuidar a Reynard son salvajes y violentos.

La protegeré a costa de cualquiera, no me importa lastimar a Marianne en el proceso. Me congelo cuando veo el rostro de mi ex. Hay una profunda oscuridad que no vi antes.

—¿Qué te pasa, Marianne? —inquiero, tenso —. Aléjate de ella.

Una llama de fuego reluce en la palma de su mano, estremeciendo por completo mi cuerpo. Había visto a Arianne hacer lo mismo muchas veces. Esto confirma mis sospechas.

Son familia.

Reynard está perpleja a mi lado. Sus cejas rojas se fruncen por el miedo y mi corazón cae en picada dentro de mi estómago. ¿Esto es un sueño de mal gusto? Esperé ver la verdadera versión de Marianne, pero no calculé que sería tan siniestro.

—Demonio —susurra Reynard cuando Marianne se arranca el amuleto y lo tira al suelo —. Eres nieta de Abigail Sanders y tu padre es el niño que fue alejado de ella cuando nació a causa de una violación. Eres prima de Arianne.

Marianne aplaude con una sonrisa malvada. ¿Dónde diablos están los demás?

—Sigue, médium —incita Marianne. Su sonrisa se apaga, sus ojos verdes se amplían y su mirada llena de veneno me atraviesa —. Te dije que ibas a superarme muy pronto.

La rabia arde dentro de mí.

—No eres una víctima como creía.

Se encoge de hombros.

—No sabes nada de mí, Ashton. Nunca sabrás quien soy realmente.

Reynard aprieta mi mano con fuerza.

—¿Qué quieres? —Le pregunta a Marianne.

—Muchísimas cosas, pero ahora solo una —Levanta las manos en alto y protejo a Reynard con mi cuerpo cuando ambos caemos al suelo. Una bola de fuego pasa rozando hacia nosotros, casi quemándonos. Mi compañera grita tan fuerte que alarma a los demás. ¡Carajo!

Arianne, Asher y Kellan vienen para ofrecer ayuda. Al fin, casi morimos aquí.

—¿Qué diablos sucede? —exige saber mi hermano —. ¿Y esta loca qué hace?

Arianne ni siquiera duda cuando ataca al monstruo que apreciaba. Sus movimientos son rápidos y precisos mientras envuelve las manos alrededor del cuello de Marianne. Mi pecho está agitado, el terror me recorre cada médula.

Quiso matar a Reynard.

La conmoción me sacude y entro en shock cuando al fin lo entiendo. Marianne vino a este viaje porque quiere asesinar a mi compañera.

—¡Te voy a matar! —exclama Arianne.

Marianne se aparta y cae al suelo con Ari en un gruñido de rabia. Asher no interfiere, observa cómo su chica domina la batalla. Las llamas arden en las palmas de Marianne, pero Ari logra bloquearlo y la empuja con sus piernas hacia la pared. Pelea muy bien a pesar de tener vestido y tacones.

Al segundo que mi ex pretende devolver el golpe, Kellan se mete entre las dos. Veo las llamas azules en las puntas de sus dedos, amenazando quemar a cualquiera que ataque otra vez.

—Paren las dos —gruñe —. Hay humanos cerca, carajo.

Arianne se pone de pie, sus ojos verdes ahora son amarillos. Veo las garras en sus manos y deja visible sus colmillos. Ella cambiará de forma si no la detienen pronto, aunque mi hermano parece muy tranquilo.

—¡Confié en ti! —Le grita Ari a Marianne —. ¡Sentí lástima por ti y me sales con esto!

—Te lo dije —espeta Asher, satisfecho.

Marianne limpia la sangre de sus labios y sonríe. Un escalofrío me recorre al ver su expresión siniestra. La Marianne que conocí nunca existió, era una apariencia que sirvió para engañarme.

—Ella tenía razón —Se burla Marianne —. Eres demasiado sentimental, Arianne.

¿Ella?

—¡Y tú eres una mentirosa! —contraataca mi cuñada —. ¡Me das asco!

Arianne pretende atacar de nuevo, pero Asher esta vez la sostiene por la cintura. Mi cuñada chilla y grita puras amenazas hacia Marianne. Tuvo la misma actitud hace meses cuando peleó con Julianne. Viejos tiempos.

—No hace falta que diga nada —musita Reynard, aferrada a mis brazos —. Sé quién es esta chica. Acabo de verlo.

Los ojos de Marianne se posan en ella y puedo ver el odio brillar en las profundidades. ¿Vino aquí para matarla? ¿No le importa que sin Reynard también estaré muerto?

—No me digas que ella... —jadea Arianne —. Oh, dioses...

Reynard asiente.

—Ella es tu prima, Arianne. Es nieta de Abigail Sanders.

Todos observamos a Marianne quien en un latido empuja a Kellan y después regresa a la fiesta. Mi corazón retumba dentro de mi pecho por el horror.

—¡No dejen que escape! —espeta Arianne —. ¡Atrapen a la desgraciada de mierda!

Asher y Kellan corren detrás de Marianne sin esperar otro segundo. No hay un pensamiento claro después de eso. Mi cuerpo vibra de furia. Ella quiere muerta a Reynard. Me prefiere muerto si no puede tenerme.

—No puedo creerlo —Arianne restriega las manos por su rostro —. ¿Cómo pude ser tan idiota?

—Tranquila —Mi garganta está seca —. Yo también me hago la misma pregunta.

El cuerpo de Reynard tiembla en mis brazos y la sostengo con miedo a soltarla. Mi instinto protector se niega a apartarme. Esta noche vi a un demonio en lugar de la chica que una vez aprecié.

—Marianne no es la única amenaza —murmuro Reynard —. Aún no conocemos al principal enemigo.

Arianne suelta un grito indignado.

—¿Otro loco anda suelto? Gracias, Dagda.

🐺

Axel

El enorme cartel que señala New Hope resplandece mientras permanezco en la camioneta con mi padre y Andrew. Hay un club nocturno cerca dónde los vampiros concurren. ¿Cómo lo sabemos? No es muy difícil de adivinar. Estas criaturas aparecen en las noches, su vulnerabilidad hacia el sol no es nada favorable. Cabe destacar que tienen debilidades como cualquiera: sexo y mucha sangre.

No planeamos irnos de aquí hasta obtener alguna información que nos guíe a la devoradora de almas. Abigail Sanders tiene que aparecer como sea. También quiero ayudar a enmendar mis errores. Me siento culpable por caer en las garras de Audrey. Afortunadamente, abrí los ojos muy rápido.

—¿Entonces tu plan es mantener a esa intrusa en nuestra casa? —inquiere papá sin quitar los ojos del club —. Es muy arriesgado, Axel.

Andrew mastica Doritos mientras yo bebo un trago de cerveza. Mi familia me ve como el idiota que solo piensa con el pene. Me harté de esa absurda reputación. Puedo hacer mucho más que follar.

—Si ella trabajó para Aulus tarde o temprano nos guiará hacia Abigail —respondo —. Mostrará sus verdaderas intenciones.

Andrew mastica más rápido.

—Y seguirás follándola.

Ruedo los ojos.

—Cierra la boca, no vengas aquí a actuar como santo —refunfuño —. Si Emmie no hubiera aparecido estarías haciendo lo mismo. Además, no hemos follado en dos semanas.

Papá nos golpea a ambos en las cabezas. Auch.

—Dejen de comportarse como si fueran niños —gruñe —. Tu madre está vigilando a Audrey, pero es demasiado lista. No muestra nada fuera de lo normal.

—Quizás se dio cuenta —digo.

—Tal vez —Andrew lame los restos de Doritos de sus dedos —. ¿Saben cómo va todo con los demás en Atlanta?

—Recibí buenas noticias —expone papá. Su boca forma una media sonrisa mientras mira el camino frente a nosotros —. Reynard es compañera de Ashton. Otro Karlsson fue atrapado.

Estoy un poco más que sorprendido. Mis ojos se agrandan, mi boca está abierta. Andrew deja caer el paquete de Doritos en los asientos de atrás.

—¡¿El amargado fue atrapado?! —Andrew no contiene la carcajada —. Me arrepiento de no haber ido a ese viaje. Hubiera pagado para ver ese momento. ¡Ashton Karlsson fue cazado!

Yo me uno a la risa. Mis hombros no paran de sacudirse porque jamás imaginé que ese día llegaría. Supongo que dejará de ser un mojigato malhumorado.

—Ahora faltas tú, Axel —agrega papá.

Mi sonrisa se esfuma al instante.

—Mierda, no. Eso nunca pasará —aseguro —. Seré el soltero de la familia.

Estoy muy feliz por mis hermanos, pero no quiero estar en la misma posición que ellos. Soy pésimo en las relaciones y una mujer me complicaría la vida. No me malinterpreten: las mujeres son las criaturas más hermosas del mundo, pero siento que jamás podría darles lo que muchas buscan.

Esta es la parte que detesto de ser un licántropo. El hecho de encontrar a mi compañera me tiene nervioso. Yo siempre he sido un promiscuo y me gusta el estilo de vida que llevo dónde me involucro con quién deseo. Soy libre y nunca he dado explicaciones de nada.

—Atención, muchachos. Huelo a un intruso —murmura papá y aprieta los puños en el volante —. Observen.

Vemos a un colmillo podrido, tambaleándose mientras abandona el club. Tiene los brazos alrededor de una ingenua humana que servirá como alimento si no lo detenemos. Ilusa. Para ellos es muy difícil resistirse a estas criaturas. Los vampiros son depredadores que han cazado por siglos. Me caen peor que un grano en el culo.

—¿Está borracho? —pregunto y dejo mi lata de cerveza en el tablero.

Andrew se burla.

—Eso parece.

Papá saca de la guantera una estaca y después bajamos del auto. Nos acercamos sigilosamente a la presa quien lleva a la chica detrás de un callejón oscuro. ¿En serio? Demasiado predecible. ¿Quién en su sano juicio si fuera vampiro bebería en territorio licántropo? Un imbécil sin cerebro. Imagino que tiene unas inmensas ganas de morir. No encuentro otra mejor lógica.

Empujo mis sentidos para escuchar cada sonido cuando el vampiro termina con la distancia en un parpadeo. La humana que lo acompaña suelta un grito aterrador y corre rápidamente. Espero que no recuerde nada mañana. Está borracha y nadie le creerá.

—Mierda... —Abro la boca para advertir a mi hermano, pero es tarde.

El vampiro se abalanza sobre Andrew. Mi hermano choca contra el suelo, aunque utiliza su impulso para quitarse de encima al vampiro mientras éste se pone de pie. El colmillo podrido trata de atacar otra vez, pero mi padre lo detiene con la estaca en su cuello.

¿Pensó que nos vencería? ¡Somos tres contra uno! Estas criaturas son estúpidas y no usan su cerebro como se debe. Qué decepción. Y luego dicen que son superior a nosotros. Pff...

—¿Te atreves a atacarnos en nuestro propio territorio? —sisea papá y ubica la estaca en su pecho —. ¿Quién demonios eres?

El vampiro rubio nos da una sonrisa cruel y mirada de suficiencia. Sus rasgos son delicados y casi femeninos. La palidez en su piel es notable. Nunca nos mezclamos con ellos. Preferimos mantener la distancia porque al igual que nosotros son demasiados arrogantes. Se creen invencibles.

—Fui enviado aquí —responde con una sonrisa que enseña los colmillos —. No planeo irme hasta que me lo pidan.

Papá estampa su cuerpo contra la pared del callejón y le da un puñetazo en la cara. El vampiro echa la cabeza hacia atrás con una carcajada.

—¿Sabes que este pueblo es propiedad de los Karlsson? —pregunto —. ¿Por qué venir a molestar aquí cuando jamás hicimos lo mismo? Acordamos respetarnos, idiota.

El vampiro hace un indiferente encogimiento de hombros.

—Aquellos que no pertenecemos a ningún clan buscamos estabilidad. Un nuevo líder prometió darnos eso a cambio de lealtad.

Andrew aprieta la mandíbula.

—¿En New Hope?

El vampiro vuelve a reír. La sonrisa satisfecha regresa a sus labios mientras los irises de sus ojos azules se dilatan.

—Empezaremos aquí, pero después vamos a expandirnos —dice —. Dominaremos las ciudades más grandes gracias a nuestro nuevo líder.

—¿De quién hablas? —exijo.

Papá impulsa la estaca en su pecho, pero sin matarlo, apenas hiriéndolo. El vampiro sisea de dolor, lucha contra el agarre. Andrew y yo lo rodeamos para que no intente nada.

—Responde si quieres que te perdone la vida —gruñe papá.

El vampiro se queda inmóvil un segundo.

—Claudius Sanders, nuestro señor.

🐺

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