¿No es dulce?

*Pov Taehyung*

Este no era mi hogar. Ninguno, nunca, lo volvería a ser. Además, no quería uno, la palabra incluía recuerdos demasiado dolorosos para pensar en ello.

Estaba consciente de que mi tía, Shin-Hye, y mi tío, Seo Joon, me observaban de cerca mientras me mostraban la casa. Querían que me gustara, había una cierta esperanza en sus ojos. Pero no era capaz de recordar cómo era que se sentía estar esperanzado por algo.

–Te dimos una habitación del piso de arriba. La pinté de un bonito azul algodón de azúcar -me informó con cautela la tía Shin-Hye- Recordé que te gustaba el azul.

Es verdad que me había gustado el azul hace unas navidades. Sin embargo, no me gustaba mucho ahora...

Seguí a mis tíos por las escaleras. Las fotos familiares revistiendo la pared me hicieron voltear la cabeza y mirar fijamente hacia adelante. Tuve estas una vez. Fotos que mi madre exhibía orgullosamente en las paredes de nuestra casa. Pero esas fotos eran mentiras. Las sonrisas nunca fueron reales.

–Aquí es -anunció Shin-Hye mientras se detenía a mitad del pasillo y abría la puerta de una gran habitación. Aparte de las paredes azules, todo lo demás era blanco. Si no fuese por el miedo de escuchar mi voz, le hubiese agradecido. En cambio, a eso, solté mis maletas y me giré para darle un fuerte abrazo. Y espere que con eso fuera suficiente, como para agradecerle.

–Bueno, ciertamente espero que te guste mi habitación -una voz profunda vino desde la puerta.

–Chanyeol, no -dijo con voz severa el tío Seo Joon.

–¿Qué? Solo soy amable -respondió- Un poco...

Lo recordaba muy vagamente, las veces que vine aquí de pequeño nunca jugamos, ya que se la pasaba con sus amigos jugando básquet. Se había recostado al marco de la puerta, y traía una sonrisa de superioridad plasmada en todo su rostro. ¿Me habían dado su habitación? Realmente no debían de haberlo hecho, eso seguro no traería nada bueno.

–Chanyeol, solo está siendo un niño malcriado -explicó rápidamente Shin-Hye.

–¿Recuerdas a tu primo Taehyung? –pregunto Seo Joon mientras que posaba la mano en su hombro.

Chanyeol parecía molesto, o eso era lo que yo deducía por su fría mirada hacia mí. Pero luego su expresión cambio totalmente a una de desinterés.

–Si lo recuerdo.​

–Bueno, tendrás que enseñarle el lunes como son las cosas del colegio. Se encuentran en el mismo grado, así que no habrá mucho problema con ello, además de que tu padre y yo nos aseguramos de que tuviesen algunas asignaturas compartidas -era más que obvio que toda esta información era dirigida hacia mí, y no tanto para mi primo- dejaremos que te acomodes a tu gusto. Desempaca tus cosas y si lo crees necesario descansa un poco, apuesto a que debes estar cansado. Si necesitas compañía no dudes en buscarme, estaré en la cocina. Además, eres libre de ir cualquier lugar de la casa, siéntete en tu hogar.

Ahí íbamos de nuevo con la palabra: hogar

Mis tíos me dejaron solo, y se retiraron por el pasillo. Me quedé en la bonita habitación azul y me di cuenta, para mi sorpresa, que ya me sentía seguro. Supuse que la comodidad o seguridad habían desaparecido hace tiempo atrás.

–Así que, ¿realmente no hablas? -la voz de Chanyeol llenó la habitación, y me giré para ver a primo de nuevo en la puerta.

En verdad no quería disgustarle o que se enojara por mi presencia. Pero no me hallaba seguro de cómo convencerlo, que no lo molestaría o cambiaría su vida.

–Mierda, esto no será fácil, tú... -hizo una pausa para luego soltar una pequeña risa- esta mierda va a hacer peor de lo que creí, es que si por lo menos fueras feo me ayudarías, pero ni eso.

¿Disculpa?

Frunció el ceño. –Únicamente no llames la atención. Mi madre por fin tuvo al hijo omega que siempre deseo, pero eso no me facilita nada a mí. Tengo una vida, sabes

Asentí. Era más que obvio que él tenía una vida. Era alto, cabello color café, músculos bien marcados, por supuesto que los omegas lo aclamaban. Yo no tenía, ni tengo la intención de meterme en su camino. Pero podía ver que mi llegada a su casa, y que me cedieran su habitación, daría a pensar todo lo contrario. Y para empeorarlo todo, mis tíos decidieron ponernos en las mismas clases.

Pero le iba a demostrar que no me metería en su camino. Agarré un cuaderno de mi mochila y empecé a escribir.

–¿Qué haces? -pregunto confundido.

Rápidamente escribí una nota:

"Prometo que no me meteré en tu camino. No espero que me ayudes en la escuela, solo hagamos que tus padres crean eso. Yo puedo apañármelas. Realmente siento haber tomado tu habitación."

Le entregue el cuaderno y deje que le leyera. Cuando termino, dio un suspiro y me lo entrego.

–Puedes quedarte con la habitación, realmente prefiero el ático. Mi madre tenía razón, me estaba comportando como un niño malcriado. Supones que no me necesitarás en la escuela, pero lo harás en algún momento. No puedes evitarlo -Y con eso, se marchó.

Me quedé en la puerta mientras que él se dirigía a la cocina. Empecé a cerrarla cuando escuché su voz viajando por las escaleras.

–¿Qué hay para cenar? -preguntó.

–Bulgogi, pienso que a Tae podría gustarle, ya que es tu favorito -respondió la tía Shin-Hye. Luego, bajó un poco la voz- Me gustaría que te tomarás el tiempo para llegar a conocerlo mejor.

–Acabo de hablarle. Él, eh... me escribió -respondió Chanyeol.

–¿Y? ¿No es dulce? -Shin-Hye sonaba tan sincera.

–Claro, mamá. Es realmente dulce.

Pero Chanyeol no sonaba muy convencido

Hola bellotas, aquí les dejo el primer capítulo. Espero les guste esta historia.

Quiero que sean consientes de que esta historia está en mi otro perfil con un Ship diferente. Cambie muchos aspectos en referencia a la otra.

Espero estar actualizando seguido hasta el día diez, luego de eso las actualizaciones serán lentas pues comenzaré con mi periodo de exámenes parciales.

➯ Errores o dudas en los comentarios

Tengan una bonita semana. Les quiero 💕

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𓆩Candy𓆪

31-05-2022