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Capítulo 4, El trato

Adam

Habíamos ganado contra los Sheffield Sharks 32-28, se podían mejorar los resultados, aunque  no estaban mal para ser de primeros de temporada.

Me alejé de todo el barullo formado tras nuestra victoria, que alegró a todo el personal de Nottingham, y empecé a reflexionar sobre mi performance.

Había acertado dos triples de cinco lanzamientos a canasta, hecho que me fastidiaba mucho, en parte porque sabía que estaba distraído, y en parte por la razón de mi evasión del juego, que había sido...Ella.

Otra vez.

Gruñí contra el espejo del vestuario masculino, cabreado conmigo mismo, y con Chloe Adeleen Flitcher por representar todo aquello que tenía que detestar y, por el contrario, me fascinaba y atraía cada vez más.

Estaba jodido. 

Ella ya tenía novio y yo mientras la quería solo para mí, iba a tener razón Charles después de todo.

Me deshice de mi ropa rápidamente, lanzándola al fondo de la mochila para luego lavarla en casa. Reuní mi bote de gel y champú, asegurándome de que no contenían parabenos ni siliconas (cosas de atópicos, lo sé) y puse mi pie dentro de la ducha. 

La lluvia me golpeó de arriba a abajo, como un trueno que atraviesa el cielo en una tormenta o un rayo que parte la madera de un árbol en dos. Me relajé de una forma extraordinaria en cuestión de pocos minutos, y esuché algunos trozos de las canciones del momento:


Te-te-tengo reservao' el hotel
Pero con estas gana' no vamo' a llegar.
Somo' do' desesperado', por eso nos tuvimo' que parquear.
Atrá' nos espera el asiento.
Tú ere' una aventura
cuando te desnuda'...


Pisadas se acercaron hacia la zona de las taquillas, la puerta se cerró de golpe. Yo seguía a lo mío con Rauw Alejandro y Chencho de fondo.

Sin embargo, me pareció raro que alguien del equipo no tuviera cuidado con no dar portazos sabiendo lo pesado que era el material de la puerta, pero tampoco le di muchas vueltas, seguí enjabonándome el cabello con cuidado.

─ Ben, te he comprado tu refresco favorito, lo he dejado en tu taquilla. ─ Se detuvo antes de cambiar su tonalidad de voz normal por uno con un matiz de ternura. ─No te preocupes por lo de hoy, sé que estás mal por el divorcio de tus padres...tú céntrate en adaptarte mejor a la situación, ¿vale?

Me dieron ganas de arrancarme las orejas.

Tenía que ser una puta broma, yo me quebraba las pocas neuronas que me quedaban por andar pensando en cómo se sentiría besarla, tocarla, hacerla feliz y ella estaba gritando delante de mí el nombre de Ben, apoyándole.

No era justo.

Decidí morderme la lengua, esperar a que se cansara de no obtener respuesta y se fuera. El problema es que...No lo hizo.


◊◊◊


Chloe

Solo oía el sonido del agua de la ducha correr, creando un ambiente afable y relajante.

─ No sé si te has fijado, pero vengo preparada para quedarme contigo esta noche. ─ Retorcí la pulsera roja trenzada de mi muñeca, mi corazón acelerándose conforme los segundos se escapaban.

Nada, absoluto silencio. Me atreví a probar de nuevo, mi vocecilla bajó hasta sonar como un murmullo:

─ Y me he puesto ese conjunto de encaje que te vuelve loco.

La ducha se apagó al instante. Uff, qué alivio, estaba prestando atención a lo que le decía.

Con mi espalda vuelta hacia él y mis ojos verdes mirando el interesante diseño de la pared a ─ cuadros blancos y negros como los de un tablero de ajedrez ─ seguí musitando lo que quería que ocurriera:

─ Estaba pensando en que podríamos, emm, ya sabes. ─ Tragué saliva, mi boca de repente seca. ─ Quiero tener sexo.

No reconocí ese balbuceo bajito como mío, estaba tan nerviosa...

Percibí gracias a mis sentidos el ruido de botellas de plástico estrellándose contra el suelo, interesante. Se le habían caído los botes.

─ Podemos ir a un hotel, ─ me aclaré la garganta─, descansar toda la tarde, comer, ver una peli de Star Trek y luego...─ Sentí mi piel hormiguear─, pasar a la tercera fase.

Expulsé el aire que llevaba reteniendo durante esos cinco minutos, más tranquila tras haberlo expuesto en voz alta.

Había salido bien. No me había gritado ni nada, genial.

No me lo creía; pero, de manera súbita, una mano fuerte me agarró del bíceps, haciendo que trastabillara hasta que mi pequeño cuerpo chocó contra un pecho gigante, moreno y, duro.

Este no es Ben, ¿verdad?

Parpadeé unas cuantas veces, conmocionada, sorprendida y... excitada por lo que estaba viviendo ahora mismo. Un extraño me estaba rodeando la cintura con sus brazos, de forma sosegada, y se sentía...correcto.

─ ¿Estás segura de querer pasar a tercera fase conmigo? ─ El sadismo se dejó entrever en esa última palabra.

Mierda, conocía de primera mano esa voz, insinuante, gutural y grave.

─ Porque eso implica tener que acercarte a mí, listilla, y te veo a punto de dar un ataque solo con el roce de mis brazos.

Cualquier posible contestación murió dentro de mí, mi mirada se negaba a subir de ese cuello para admirar su bonito y afilado rostro. Virgen de los Libros, dame fuerza para resistir esto, pensé.

Mi mejor amigo de la infancia inhaló mi piel, susurrando por encima del punto en el que se conectaban mi garganta y mi clavícula:

─ ¿O es cierto? ¿Me permitirías hacer lo que quisiera ─ elevó mi barbilla con su dedo índice de forma brusca─ contigo? ─ Atrapó mi trasero en sus manos, enganchando mis dos piernas en sus caderas anchas y sosteniéndome en el aire, el mismo aire que había robado de mis pulmones en menos de cinco minutos.

Permanecí callada, incapaz de pronunciar nada. Su cuerpo encajaba a la perfección con mi el mío, y una ola de calor me inundó de forma deliciosa como consecuencia directa. ¿Qué coño me estaba pasando?

─ ¿Te ha comido la lengua el gato? ¿O es que te gusta demasiado que el chico más peligroso del instituto te esté tocando, huh?

Para afianzar su argumento, dibujó círculos en mi hombro descubierto, causando que me estremeciera, como si no fuera suficiente ya con tenerme subida encima de él.

─ No soy bueno, deberías correr mientras puedas.─ declaró, con un deje de melancolía.

─ ¿Y si no quiero?

Alcé la mirada, mi lado más rebelde resurgiendo.

─ Entonces, prepárate Chloe Flitcher, porque te voy a comer entera.

No me dio oportunidad de articular ninguna respuesta, porque sus labios se fusionaron con los míos, reclamando que le dieran apertura a su lengua para explorar mi boca.

Sujetándome por la nuca, me estampó contra la pared mojada del baño, estaba tan resbaladiza que un segundo más y me hubiera abierto la cabeza. Menos mal que el niño rico lo impidió, aupándome en su agarre de hierro y protegiéndome del peligro como un verdadero caballero.

Aunque la amenaza real era él.

─ No voy a dejar que te caigas, nunca.─ Su mirada gris se posó sobre mis labios, notablemente hinchados.

Yo me apoyé en él todavía más, tratando de no perder el equilibrio de nuevo, y mordí su clavícula; un rugido escapó de su garganta.

─ Me estás matando, listilla.

Yo me dediqué a sonreír, miles de ideas aturullaron mi cerebro con montones de información. Su olor adictivo, su cercanía, su sabor a chicles de menta mezclados con Marlboro, el modo en el que sus músculos se flexionaban, haciendo fuerza para mantenerme en esta posición...Era simple y llanamente perfecto.

Él era tan guapo que dolía.

Me llenaba el estómago de una mezcla de sensaciones. Fluía la estática entre nosotros, y me estaba quemando por dentro el hecho de que...le odiaba, y aún así, le deseaba.

Arañé su espalda, clavando mis uñas a la vez que mi lengua bajaba por su pecho, sus abdominales y volvía a subir, terminando en su boca. Adam me miraba medio embelesado y medio en un estado febril.

─ Quiero que seas mi esclava.─ Me agrupó el cabello castaño en una coleta.

Dejé salir un suspiro que se entremezcló con su aliento, él me besó la punta de la nariz.

─ Básicamente...─alargó la frase al mismo tiempo que se entretenía peinando mi cabello.─ Quiero que hagas todo lo que yo te diga durante un día. Cuando quiera y como yo quiera.─ remarcó, apretándome la cola de caballo que me acababa de hacer.─ Solo si gano el puesto de capitán de baloncesto.

─ Agrégale algo más jugoso.─ pedí.─ ¿Qué tal si yo acepto eso a cambio de que si tú pierdes, debes cuidar de mi hermana pequeña tres meses y enseñarle a tocar el piano?

─ Pfff, eso es mucho. ─ Cobarde.

─ Te estoy ofreciendo la oportunidad de tu vida, la tomas o la dejas.─ Me mordí el labio inferior, sus ojos grises oscurecidos posándose en él.

Paseé mi dedo por su cuello, recorriéndolo hasta llegar a su abdomen.

─ La tomo. Tenemos un trato, Choe Flitcher. ─ afirmó, apretando su intimidad con la mía. Jesús.

─ Tenemos un trato, Adam Ryder.─ Asentí con la cabeza, en acuerdo.

Había empezado el inicio de nuestra asombrosa caída.


◊◊◊


Chloe

─ ¿Vemos Los Bridgerton o Élite?

Mi cabeza no paraba de dar vueltas, volviendo al baño del pabellón de baloncesto en el que le dejé besarme. A Adam Ryder. Al chico con peor reputación de todo Nottingham.

─ ¿Bebé?

Sus dedos quemaban cada mísero centímetro de mi piel, abrasándome.

─ ¿Me estás escuchando, Chloe?─ Hundió su entrecejo.

─ Emmm, sí, Los Bridgerton.

─ Pero si todavía no han sacado la tercera temporada.─ Me ojeó de manera analítica.

─ Anthony está demasiado bueno como para no verlo otra vez.

Él solo se rio entre dientes. Dios, era una novia de mierda, él preocupándose porque me gustara lo que fuera que íbamos a hacer y yo pensando en otro tío.

Con sus manos rápidas alcanzó el mando de la televisión y puso el primer capítulo de la serie, para después acurrucarse encima de la cama y atraerme a su pecho.

En otra ocasión el movimiento hubiera despertado un torbellino de luciérnagas en mi interior, pero hoy temblé de angustia. No podía hacerle esto.

Y aún así, se lo estaba haciendo.

Ben dejó un beso en mi frente con cariño, murmurando un suave "te quiero" en mi oído.

La había cagado, pero bien.



◊◊◊



Adam

Solté el aire de mi boca en una exhalación lenta, dolorosa.

Necesitaba la droga tanto como sentir sus dulces labios sobre los míos, y me asustaba que no hubieran cambiado para nada mis pensamientos tras una temporada fuera de Nottingham...

─ Termínate el cigarro, que tenemos que ir a la fiesta de los padres de Jaden.─ me reclamó el más amargado de toda la Tierra.

─ Bah, no importan.─ Seguí fumando mi porro de maría.

─ ¿Quieres entrar en su lista negra por llegar tarde?

Charles levantó su ceja de carboncillo hacia mí.

─ Si no vamos, no podemos llegar tarde.─ Una sonrisa traviesa dividió mi rostro en dos.

─ Ya, y perderás tu reputación de "rey intocable" y cualquier posibilidad de ser el capitán del equipo...

Eso bajo mi cadáver.

Pisoteé el tubo enrollado con mi zapato de Gucci y le pregunté:

─ ¿A qué hora era el evento?

Jagger sonrió perversamente, sabiendo a ciencia cierta que ya había ganado el juego, <<más no la guerra>>, pensé.

Sabía que la listilla iba a acudir con su amado novio, el fantasma de Ben, el ser más hipócrita de la Tierra, y seguramente me los cruzaría en algún momento.

Esta noche sería larga...



◊◊◊



Chloe

Una chica castaña, con los labios pintados de rojo pasión, el pelo arreglado en sutiles ondas y los ojos delineados a lápiz negro me devolvió la mirada. 

─ Date prisa cariño, no queramos que la familia de Jaden se cabree con nosotros.

Rodé los ojos hacia el techo.

─ Ya casi estoy.

Terminé con los últimos retoques, me enfundé en una chaqueta de cuero negra y me adentré a la habitación que compartíamos en el hotel. Mi persona favorita llevaba una camisa del mismo tono con unos pantalones azul marino, clásicos, tan guapo como siempre.

─ ¿Cómo voy? ─ Di una vuelta para ofrecerle una mejor vista de mi vestido.

─ Preciosa.

Mi novio no tardó ni un segundo en levantarse de la cama donde se suponía que me estaba esperando para alzarme en sus brazos y darme un beso de película, literalmente.

Cuando nos apartamos para coger aire, solté una carcajada.

─ ¿Qué es tan gracioso?

─ Tu cara.

─ Te he llenado la boca de pintalabios, espera.─ Le pasé mi pulgar por la comisura de sus labios, limpiando el rastro de maquillaje rojo.─ Ya.─ dibujé una media sonrisa.

Sus rizos rubios me hicieron cosquillas cuando rozó su nariz con la mía, afirmándome lo que ya me temía.

Confiaba en mí, en nosotros, y yo...deseaba que un imbécil de metro ochenta y cinco cumpliera su palabra, y regresara conmigo a ese parque, a contemplar las estrellas en un cielo despejado.

Le odio, le odio tanto que no lo soporto más. ¿Por qué tuvo que venir de nuevo a echar todos mis logros por tierra?

Conseguí a alguien que me quiere, entonces, ¿por qué no puedo parar de pensar en él?

Le detesto, absolutamente y profundamente, detesto a Adam Ryder.

─ Vamos.

Su cálida mano envolvió la mía y me devolvió su expresión tranquila. Nos dispusimos a marchar del hotel.

No dejaría que un pequeño desliz arruinara nuestra fantástica relación. Ni en mil años, no.


◊◊◊


Miles de limusinas y coches de gama alta esperaban aparcados en la calle para entrar por la magnífica mansión de los Howes, yo solo miraba todo el espectáculo desplegarse frente a mí en la parte de atrás del coche de Harley.

 Oh my God!─ profirió la joven de ojos negros al apreciar con sus propios ojos una fiesta de verdad, no las que hacíamos nosotras cuatro en su sótano.

─ Esto es una pasada.─ confirmó Nicolle.

Mimi permanecía con la boca cerrada, sin pronunciar palabra.

Raro, y no raro en plan gracioso, sino raro de un modo...escalofriante.

En momentos así sus silencios solían ser un alivio entre tanto barullo de conversaciones, pero hoy notaba algo distinto en su rostro lechucino.

─ Ya casi hemos llegado, chicas. ─ Nos guiñó el ojo el amor de mi vida.

Al salir del coche, una mano se enredó en mi muñeca, provocando que me detuviera.

─ Ten cuidado Chloe, no voy a poder estar vigilándote toda lo noche.

¿No puedes o no quieres? Me mordí la lengua.

─ Vale, yo voy a estar con Mimi y Nicolle.─ asentí, un tanto alicaída por su falta de cariño.

─ Entonces, luego nos vemos. Cuídate mucho bebé.─ Besó mi frente con cariño.

Yo no dije nada más y le vislumbré irse, como cada vez que me dejaba... Sola.



◊◊◊



Adam

¿Mi hábitat natural? Las fiestas. ¿Mi estilo de vida? Amar primero y pensar después. ¿Mi forma de afrontar los problemas? Drogarme.

Quizás acabaría muriéndome por ello, más a estas alturas poco importaba ya lo que me pasara si de ello no podían sacar algún provecho mis padres.

En verdad es satírico, ya que por ellos empecé a consumir esta mierda en primer lugar.

Simplemente me hacía olvidar y yo...me volví adicto.

No me gusta para nada serlo, ojalá pudiera sobrevivir un día sin un cigarrillo o dos, pero al menos seguía en pie, y no cinco metros bajo tierra.

─ Pásame la botella, guapa.

Ese era Matthew en uno de sus intentos de ligar con una de las amigas de Mary: pija, rubia y superficial. Desde luego cumple con todos los estereotipos de las películas malas para adolescentes.

Ella más bien ocultó una mueca y le acercó el recipiente de Vodka, educada.

─ Chaval, que quiera pasármelo bien no significa que tengas que estar toda la noche detrás de mí..─ explicó.

Mi mejor amigo solo pudo cerrar la boca, auténticamente avergonzado.

Aunque llevaba unos cuantos días insistiendo en que saliera con él, no imaginaba que Linda se lo fuera a echar en cara hoy, y mucho menos en una fiesta.

Enmascaré mi risa con un par de tosidos.

─ Bueno...yo creo que ya es hora de pasar a la verdadera diversión.

Me despedí del chico de cabello dorado y crucé la marea de gente borracha hasta el culo. Cuando di con la cocina me tomé un chupito de whisky, el alcohol quemando mi faringe

Opté por reservar mi dosis de maría para más tarde, por lo que me dirigí hacia el salón.

Lo bueno siempre para el final.


◊◊◊


Chloe

La casa de Jaden se hallaba a reventar de adolescentes, unos medio drogados en el jardín, otros bañándose en la piscina, y luego los más "normales" metiéndose mano en los rincones más oscuros.

Era la primera vez que íbamos a un evento así ─de los populares─ y tenía que admitir que estaba emocionada. Muy emocionada.

Me había arreglado con mi vestido más bonito, uno rojo con escote en forma de triángulo que caía hasta un poco por encima de mis rodillas y llevaba una abertura lateral en una de mis piernas. Resaltaba mis curvas, sobre todo mis caderas, y lo había combinado con unos tacones negros de aspecto elegante.

Mis amigas no se habían quedado atrás, cada una iba más hermosa que la anterior.

Atravesamos toda esa increíble aglomeración boquiabiertas y caminamos hacia el salón, donde "Like a G6" de Far East Movement sonaba de fondo.

A mi alrededor solo había personas balanceándose al ritmo de la música, despreocupadas, y me entró el deseo repentino de hacer lo mismo que ellas.

De escaparme por un mísero instante de mis responsabilidades, de ser la hermana mayor, de sacar buenas notas, de ser...

Me acerqué a la improvisada pista de baile, y justo cuando mis hombros se destensaron, advertí una presencia observándome, acechándome.

Le sentí antes de registrar el sonido de su voz:

Bienvenida a mi mundo de tiburones, Flitcher. Disfruta todo lo que puedas, solo no dejes que te coman.─ susurró en mi oído, su aliento acariciando mi cuello como la brisa del viento.


◊◊◊



N/A: HOLIWIIII VAQUERXS, ¿cómo estáis? ❤️

Os deseo mucha suerte y ánimo para empezar la semana que viene y os quiero mucho eh, cuidaos. <3

Adoro esta parte del libro, AAAA.💖 💋

En esta versión de DO, como iremos viendo, cada personaje posee a lo largo del libro sus luchas internas, por lo que deberán afrontarlas de la mejor manera posible. La de Adam ya está bastante clara, la de Chloe, sin embargo...

La descubriréis. :)

Adelantos de mis historias en mi Twitter e Instagram: Marinacrybaby1/wattpader_novena.

Hasta el sábado que viene, GRACIAS POR EL APOYO A MI ESCRITURA, OS AMOOOOOOOOO 💖 💖 💖

Besos con sabor a vainilla. :D

-KawaiiWorld8

19/03/2023---> 08/11/2024

21/03/2023, Día Mundial del Síndrome de Down y de la Poesía. :) <3

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