Chloe

La policía había venido a por mí.

Al final Dios se había apiadado de mí y habían arrestado a mi ex novio psicópata. Sin embargo, en el traslado al hospital, perdí mucha sangre. Notaba mi cuerpo adormecido, pero estaba tranquila y contenta de haber podido apreciar cómo se llevaban al hijo de puta a rastras.

Escuché pitidos ensordeciéndome, conversaciones ininteligibles. Sentí manos tocándome por encima de mí, y aún así no despertaba del letargo en el que me había sumido, parecía una especie de trance.

¿Había muerto? ¿Estaba en el limbo? Olía a anestesia, lejía y antiséptico.

Vale, seguía viva. El limbo no podía apestar tanto.

─ Estamos teniendo complicaciones. La oxigenoterapia no está funcionando del todo bien. La paciente está perdiendo la conciencia.─ El tenor de una voz desconocida me devolvió momentáneamente al presente.

Luchaba contra el impulso de cerrar los ojos, algo no estaba bien. 

─ Vamos a llevarla a cirugía, el examen clínico nos obliga.─ Fruncí la nariz. ¿Qué examen? ¿A qué se refería el médico? ¿Existía obligación de qué?

Finalmente, me rendí al cansancio que llevaba apoderándose de mí tanto tiempo.

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Adam

Mimi y yo estábamos esperando en la sala de espera nuevas noticias, más los doctores no salían a comunicarnos absolutamente nada. Los padres de Chloe recién habían aterrizado en Bulgaria, igual que Harley y Nicolle, que habían pillado un vuelo de última hora para venir a ver a su mejor amiga.

Estábamos absolutamente temblando de los nervios, sin saber si su estado de salud había mejorado desde que entró a quirófano o no. Todos habíamos llorado antes siquiera de pisar el hospital.

Y lo peor es que tampoco podíamos hacer mucho más que esperar. Tras cuatro horas, cincuenta minutos y treintaséis segundos, un médico enfundado en una bata blanca se aproximó a la zona que ocupábamos, su cara no dejaba entrever emoción alguna.

Con un porte seco y soberbio gesticuló algo a los señores Flitcher. Ellos asintieron con la cabeza después de unos segundos e intercambiaron miradas.

Luego nos explicaron lo que les había dicho el sanitario, que su hija había pasado por una operación de urgencia, que estaba en recuperación y que dentro de poco, podrían visitarla. La reacción de suspirar, llenos de alivio y sonriendo aligeró el ambiente pesado que se había creado desde que la listilla había desaparecido.

Estas últimas 48 horas habían significado ansiedad y preocupación a raudales, incluso tuve una pequeña recaída por la asquerosa situación y consumí cocaína después de la videollamada con ese demente, pero lo importante es que ya había firmado mi entrada a un centro de rehabilitación en Londres.

Tenía que despedirme de ella antes de empezar mi periodo de no-adicción y no verla hasta la graduación de la clase, en junio. Mis amigos ya conocían mis planes, entonces apoyaban mi decisión a muerte de darme un tiempo para alejarme de las drogas de una vez por todas.

Lo último que me quedaba era dejarle el puesto de capitán de baloncesto a Charles, hecho que le parecía fenomenal al entrenador y al equipo. Aún así, no podía evitar la sensación de estar abandonando a la gente que amo, y me odiaba por haber llegado a este punto en mi vida, en el que debía elegir entre mi salud y ellos.

¿Se olvidará mi enemiga de mí mientras esté fuera?

¿Conocerá a otra persona y se enamorará de ella?

O al contrario, ¿me esperará para cumplir las promesas que le hice de pequeños?

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Chloe

Al abrir los ojos, me sorprendió la cantidad de luz que traspasaba las cortinas blancas. ¿Había pasado otro día desde que me había dormido?

Una puerta se cerró en ese mismo instante, dejándome boquiabierta al ver quién estaba en mi habitación.

─ ¡Papá! 

Lloré de la alegría en cuanto sus brazos me arroparon con fuerza. Estaba finalmente a salvo.

─ Mi niña.─ dijo en un susurro, sus manos suaves acariciaron mi cabello seco, y sucio.

─ Deja que yo también abrace a mi hija, ¿no?─ Se cruzó de brazos mamá, con el ceño fruncido y las ojeras violetas visibles en su rostro.

Ambos nos reímos a carcajadas cuando cambió a su pose de enfadada y se acercó a nosotros, poniendo las dos manos en sus caderas.

─ ¿Y Layla y Emily?─ Giré mi cuello, buscándolas detrás de ellos, más no aparecían por ninguna parte.

─ No han podido venir, cariño. Lo siento.─ La congoja en la expresión de mi padre me rompió el corazón todavía más. 

─ No pasa nada, lo que importa es que me habéis encontrado.─ Me esforcé en dibujar una sonrisa con mis labios, mi último deseo en el mundo era preocuparles.

─ Claro que sí, hormiguita verde.─ Me pinchó la nariz mi madre, haciendo que soltara un leve quejido.

─ Señores, debéis retiraros. Ya se han acabado los quince minutos.─ nos informó la enfermera, de modo educado.

Me besaron las mejillas, tristes, a lo que yo les murmuré:

─ Estaré bien.

─ Prométenoslo, Chloe. Por favor.─ rogó con los ojos anegados de lágrimas el héroe de mi infancia, John Flitcher.

─ Te lo prometo.─ Asentí débilmente.

Desde mi posición, tumbada en la cama a las nueve de la noche, vi cómo se alejaban de mí mientras me revisaba las pulsaciones la muchacha vestida de blanco.

─ Chloe, yo soy Sasha. Seré tu enfermera.─ se presentó con simpatía, lo que me distrajo del dolor que se iba expandiendo por mi cuello.

─ Encantada, Sasha.─ contesté, apreciando su intento de ser amable y de crear una estancia más cómoda para las dos.

─ Hay un chico afuera que quiere hablar contigo.─ Señaló hacia la puerta con la mano.─ ¿Le dejo que entre?

Se me aceleraron los latidos al instante.

Me temía que a quién se estaba refiriendo le conocía demasiado, de ahí que me tomara cinco minutos para pensarlo. Cuando tuve clara la decisión, pronuncié las palabritas mágicas:

─ Puede pasar.

Aunque eso no eliminó la horda de dudas que avasallaron mi cabeza: ¿Para qué se había presentado aquí? ¿Qué intenciones tenía hacia mí? ¿De qué íbamos a conversar? Si ya lo habíamos dicho todo.

Nadie, absolutamente nadie me preparó para un momento incómodo con Adam Ryder.

Y mucho menos para un beso de despedida.

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N/A: Buenas, perdón por no actualizar antes. Los exámenes de la uni me están matando. :(

Espero que os haya gustado este capítulo, a ver si puedo subir los siguientes pronto.⭐

Este viernes podré escribir, y si me da tiempo, leeréis el capítulo 30 por fin. 🤩

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Besos con sabor a vainilla,

- KawaiiWorld8

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