Chloe

— ¿Hamburguesa para desayunar?— Mi disgusto aumentaba por momentos. Y mi ansiedad de no tener ni la más mínima idea de hacia a dónde íbamos, también.

— Si desea comer señorita, es lo que hay.— Bufé de rabia ante su respuesta tan escueta.

Dios, cómo odiaba los secuestros.

Le eché el sobre enterito de kétchup a la carne, en un intento de enmascarar el sabor plástico que tenía. Cuando la probé sin el pan, me pareció tolerable. Ojo.

— Mi jefe ya está aquí. Pronto le conocerá.— avisó el pobre hombre, que debía sentirse cansado por tanta hora conduciendo. Si no calculaba mal, llevábamos siete horas más los descansos. La verdad es que no sabía quién le superaba al otro en peor aspecto, si yo con mis pelos rubios despeinados o él con esas bolsas y ojeras en la cara.

Me percaté de su forma rara de hablar en inglés, su acento me recordaba al español. Arrugué la nariz.

— ¿Pronto cuándo es?— Le mostré una sonrisa ladina.

— Dentro de media hora. Mientras, yo la acomodaré en nuestro apartamento.— recitó, como si para él todo se resumiera en pasos, explicaciones y trabajo.

Murmuré un "Ok" y proseguí comiéndome la hamburguesa con extra de queso y patatas fritas en el asiento de atrás. Él ya se la había engullido en menos de cinco segundos. Reflexioné en cómo podría quitarle mi móvil, que me lo tenía requisado desde ayer. Aunque al ver esos músculos de gimnasio, preferí quedarme quieta. 

¿Y si realmente era capaz de hacerme daño? La verdad es que no me apetecía nada descubrirlo, pero si de repente me hacía amiga de este tipo peligroso me ganaría su confianza. Así recuperaría mi iPhone en cuanto bajara la guardia.

Probé a preguntarle sobre su vida personal:

— ¿De dónde eres?

— De Murcia, España. ¿Usted, señorita?— Qué educado, por la Virgen de los libros.

— Yo de Nottingham, Inglaterra. 

Aparté la comida basura del demonio de mi vista, ya no quería más.

— Ah. Tenía entendido que había nacido en Francia.— Se me heló la sangre que corría por mis venas.

— Sí, eso es cierto, pero yo prefiero decir que soy de Nottingham porque pasé mi infancia allí.— El hecho de que supiera tantos datos sobre mí me sorprendió y dejó un mal sabor de boca.

— De acuerdo.— dijo en un tono calmado.

Ninguno de los dos se dispuso a continuar con la conversación, y lo entendía. Él comenzó a conducir de nuevo y yo me percaté del hecho de que ni siquiera había dormido en toda la noche.

— Escúchame un minuto, Chloe.— carraspeó, llamando mi atención de vuelta a su figura elegante.

— ¿Sí?— Me mordí las uñas, que ya estaban medio roídas por los nervios.

— Sus padres me han mandado por usted. Quieren que tengan una charla con un profesor de ballet de Sofía, en Bulgaria.— Sus manos venosas apretaron el volante para tomar bien la próxima curva.— Es una oportunidad académica muy prometedora.

— Te lo estás inventando.— Dejé salir una risa floja.— Mis padres nunca harían nada si no fuera...

— Por tu educación.— terminó la frase.

Me sentía fuera de lugar, ¿por qué no me habían avisado antes? ¿Por qué contratar a un hombre ajeno y que pareciera todo un secuestro?

— Te estarás haciendo muchas preguntas. Te puedo contestar una de ellas: No podían permitir que alguien cercano supiera a dónde ibas. Estabas bajo peligro.— Sus ojos avellana calaron dentro de mí cuando se giró para mantenerme la mirada.

— ¿Bajo peligro? ¿Yo?— Tenía que ser una broma, por Dios.

— Te estaban rastreando el móvil, señorita.— Mi mandíbula colgó, casi tocando el suelo del vehículo.

— ¿Quién?— Se me tensaron los hombros con solo pensarlo.

— Adam Ryder y su familia.— aclaró, muy serio.

La primera lágrima resbaló por mi mejilla antes de que reprimiera las siguientes. Después de abrirme a él de esa manera, de pasar la noche juntos, de susurrarme "Te quiero"... Nunca le perdonaría lo que me había hecho. Nunca.

La traición quemó un agujero negro en mi pecho.

Idiota. Estúpido niño rico.

❤️‍🔥❤️‍🔥❤️‍🔥

Mimi

Según el dispositivo de rastreo, Chloe estaba moviéndose a una velocidad sorprendente por todo el país de Bulgaria. ¿Cómo había llegado hasta tan lejos? 

Eren mientras tanto, me había llevado al Museo de Arqueología de Estambul con el propósito de despejarme, porque me sentía culpable de la desaparición de mi mejor amiga.

Yo fui la que ideó el viaje para ver a Ryder. Nada de esto hubiera sucedido si yo no la hubiera traído hasta aquí.

— ¿Ya has contactado con sus padres?— Cortó el silencio el chico que me acompañaba.

Tosí, estábamos en una sala medio vacía observando varias piezas antiguas de escultura. 

— No me han cogido el teléfono, estarán trabajando.— Preferí ocultarle la verdad.

Tras el desayuno, y perder el vuelo a Londres, me armé de valentía y llamé a sus padres. Obviamente les informé de la gravedad de la situación, a lo que su madre rompió a llorar.

Su hija llevaba más de 12 horas perdida, normal que reaccionara así. Después, los Flitcher me musitaron en voz baja que iban a denunciarlo todo a la policía y que sospechaban de dos personas capaces de tramar este desastre.

— Cambiemos de tema mejor, ¿sí? — Intenté que mi voz dulce le convenciera, no podía seguir fingiendo que no había hablado con ellos.

— Como quieras.— Sus comisuras formaron una leve sonrisa, adorable.

No le contesté, debía comportarme con cautela si eso implicaba más seguridad para mi familia y para todos. Simplemente me tenía que guardar las espaldas por un bien mayor: Encontrar a la hormiguita.

— ¿Vamos después a un restaurante italiano? Me apetece comer pizza o macarrones.— sugerí, a las 12 del mediodía la verdad es que empezaba a notar el hambre.

— Claro, conozco uno muy bueno cerca de donde estamos.— Fenomenal, pensé.

No había nada que un buen plato de pasta pudiera arreglar.

❤️‍🔥❤️‍🔥❤️‍🔥

Adam

Las cámaras de seguridad del hotel no habían captado la escena de Chloe yéndose hacia la calle. Justamente por el sitio que cruzó existía un punto muerto.

Qué casualidad. 

Parecía que alguien había esperado el momento idóneo para actuar. Joder.

Me restregué ambas manos por la cara, ansioso y preocupado. ¿Quién podía ser tan cabrón como para secuestrar a una chica de 17 años?

Se me ocurrió la maravillosa idea de buscar pistas en la suite que llevaba ocupando, la número 113. Mis pasos resonaron en el silencio sofocante del ancho pasillo, y pegué la tarjeta al lector, provocando que la puerta se abriera.

Estaba todo tal y como lo habíamos dejado, no parecía haber ningún cambio hasta que reparé en la mesita de noche a la izquierda de la cama de matrimonio.

Una rosa negra.

Esto ya no se trataba de un simple secuestro, sino de algo mucho más oscuro, siniestro y retorcido. Algún detalle se nos estaba escapando a Mimi y a mí.

Con las manos sudadas, rebusqué entre los cajones del mueble. El primero se hallaba el vacío, el segundo igual, pero en el tercero descubrí un papel amarillo, arrugado. Después de leerlo, se me hincharon las venas al reconocer la letra de quién lo había escrito.

" Pronto te veré. ¿Me echaste de menos? Yo sí.

Te hice mía aquella noche, me vas a hacer recordártelo cada día, ¿no?

Eres de mi propiedad, Chloe."

Qué asco me producían los ex-novios posesivos.

Tragué saliva esforzándome para aliviar el nudo en mi garganta, me dolía el corazón de triste pena por la listilla. El problema acababa de complicarse aún más.

No podría rescatarla de un monstruo que la quería para él solo.

Le comería la cabeza para convencerla de que yo simbolizaba el mal, de que yo la deseaba secuestrar.

Me preguntaba si ya lo hubiera manipulado lo suficiente como para caer en su trampa.

❤️‍🔥❤️‍🔥❤️‍🔥

N/A: HOLA CHIQUIBABYS <3.

He tardado en actualizar porque ha sido bastante difícil narrar desde tres perspectivas distintas y porque bueno, me estoy adaptando a vivir en otra ciudad. :)

Espero que votéis y comentéis este capítulo dado el tiempo que me ha tomado...

La trama está pegando un giro de 180 grados AJAJAJAJA, me encanta.

Nos vemos pronto, seguidme en Twitter: Marinacrybaby1 

Chaoooo <333