Capítulo 10
Adam
"Con el paso del tiempo, es posible que necesites dosis mayores de la sustancia adictiva para sentir los efectos."
Abrí la bolsita con los dedos temblando, la boca se me hacía agua, pura necesidad me corrompía las venas y la puta cabeza.
"En poco tiempo, es posible que la necesites solo para sentirte bien."
Esparcí los polvitos blancos, que contrastaban con la piedra negra del lavabo.
"A medida que aumenta tu consumo de la sustancia adictiva, te darás cuenta de que es cada vez más difícil vivir sin ella."
Cada vez que me llevaba una raya a la nariz, me sentía peor conmigo mismo, defraudado.
Porque ya no era nada sin ella.
Y me estaba arruinando la vida lentamente.
Quizás mis amigos no lo sabían, pero lo que hacía en el baño me iba a matar un día. No me enorgullecía de tomar drogas, más ya no podía dejarlas.
Me había convertido en un maldito adicto.
En cambio, parecía que la gente me quería más, no sé. Una sensación extraña, ¿verdad?
Mis padres me apreciaban más cuando me hallaba bajo los efectos de la cocaína que cuando estaba sobrio.
Me sentía mucho más poderoso después de haber tomado mi ración, así que no lo dudé.
Salí del rincón en el que se encontraban los aseos, me dirigí a nuestra mesa, ocupada por Matthew, Charles y Eric, y anuncié:
— Rubiales, vámonos ya.
— Pero si todavía no es la hora. — Dejó la cerveza que sostenía con una mano en la mesa. —Has quedado con Chloe a las 5, no a las 4...— vaciló, utilizando la lógica.
— Eric, Eric, Eric, mmm, ¿no te apetece darle una sorpresa a tu querida Mimi?— Una sonrisa malvada se desplegó en mis labios.
Estaba perdiendo la paciencia, progresivamente. Nadie se imaginaba lo que pasaba por mi mente en esos segundos. La puñetera euforia me invadía, y aprovecharía dicha emoción para llevar a cabo mi majestuoso plan.
La competición entre la listilla y yo todavía no había terminado, y uno de nosotros tenía que ganar.
Es decir, yo.
Aunque me viera obligado a usar tácticas sucias para humillarla, lo haría.
Era la única manera de hacer que se quedara conmigo, al menos por un día.
Echaba tanto de menos a esa mocosa...
— Pues depende de la sorpresa, si es buena sí.— Frunció el ceño Eric, no entendiendo lo que quería decir.
— Vamos a visitar a tu pelirroja.— solté, su rostro iluminándose como consecuencia.
─ Son las 4 menos diez.─ intervino Dagger, echando un pequeño vistazo a su SmartWatch.
─ Perfecto, sale a las 4 en punto de ballet.─ sonreí aún más.
─ ¿Có-cómo demonios sabes eso?─ el chico nuevo tartamudeó, cerrando y abriendo la boca como un pez.
─ Morirás mejor sin saberlo.─ dijo Matt, masticando su hamburguesa Broadway con pasión y disfrute.
Charles y yo intercambiamos miradas, comprendiendo lo que iba a suceder a continuación.
Eric no puso más pegas, se enfundó su chaqueta y me siguió hacia la salida. Nos despedimos de Matthew y el moreno con unas palmaditas en los hombros. Y, finalmente, partimos hacia la Escuela de Ballet Première.
Listilla, te echo de menos, ¿tú a mí no?
◊◊◊
Chloe
Estaba aburrida no, lo siguiente.
Mi hermana pequeña se había dormido hace menos de media hora, y yo no tenía ganas de seguir estudiando, ya que llevaba desde las tres con física.
No lo pensé mucho, me estiré para alcanzar el móvil, que había dejado en la estantería de los libros nada más llegar a casa, y me puse a cotillearle a todo el mundo las stories de Instagram.
Predecible, lo sé.
Me apareció en primer lugar la historia de Nicolle, en ella se veía cómo comía tacos con su madre.
Salía igual de guapa que siempre, con esa piel oscura y rizos sedosos que enamoraban a cualquiera que se fijara un momento en su anatomía.
No como tú.
Me mordí las uñas, deslizando hacia la izquierda y viendo el vídeo que había subido Harley a su cuenta de arte. En él enseñaba un lienzo bastante grande que estaba pintando desde esta mañana.
Mostraba el boceto en lápiz de una rosa con agua en un frasco de cristal rompiéndose, muy realista. Se podían apreciar las gotitas cayendo por los pétalos y las grietas del recipiente.
La siguiente fotografía consiguió que se me acelerara el pulso: el grupo de los leones comiendo en un restaurante del centro, sonriendo a la cámara.
Mi vista se trasladó inconscientemente a él, a su nariz afilada, a sus facciones etéreas y a su cabello oscuro.
No obstante, fueron sus ojos lo que captaron mi atención.
Tenía las pupilas hiperdilatadas, apenas se distinguía el tono gris con tanto negro.
Pulsé la pantalla y me mostró un boomerang de él, sacando el dedo corazón.
Una mini sonrisa me llenó el rostro, no había cambiado nada. Incluso después de todos estos años, el Adam de antes seguía ahí, o al menos, una parte de él.
Su chaqueta de cuero resplandecía, y su mandíbula estaba muy marcada, como si de repente se hubiera cabreado por algún evento importante.
Raro, ya que en la anterior story estaba curiosamente contento.
◊◊◊
Adam
─ Llévame a su casa.─ pedí, mi voz gutural.
─ ¿A la casa de quién?
El fanático de Attack on Titans estaba dudando seriamente de mi cordura. No había parado de escupir tonterías en el trayecto en coche hasta la Escuela de Ballet y ahora le estaba rogando que me acercara al piso de alguien con Mimi en la parte de atrás, debido a que la delantera ya estaba llena por nosotros dos.
Eric conducía y yo miraba por la ventanilla, planteándome mi existencia, mi futuro y mi pasado.
─ ¿A dónde quieres que te lleve?─ ladeó su cuello para inspeccionarme, como hacía Chloe en cada ocasión que se cruzaban nuestros caminos.
─ Déjame en Bridlesmith Gate.
Tras cinco minutos, me bajé del coche, le guiñé el ojo al rubio de gustos japoneses y le aconsejé a la chica que nos acompañaba que tuviera cuidado, que los tímidos eran los peores.
Espero que Eric se lo tomara a broma, iba muy ciego para medir mis palabras a estas horas.
El efecto ya no me duraba tanto como al principio, aún así, unos cuarenta y cinco minutos tardaba en irse la alegría y la sensación de estar flotando en las nubes.
En lugar de andar, caminaba sobre el cielo hasta el portal de la castaña, perfeccionista y cabezota. Para ir a visitar a la señorita, como vivía en el quinto piso, debía elegir entre subir por las escaleras o la vía rápida: El ascensor.
Me arreglé un poco la camisa del uniforme, planchándola con ambas manos para elimianr todas las arrugas, y, en cuestión de segundos, llegué a su planta.
Alargué el brazo para tocar su portero automático, titubeando: ¿Y si estaba ocupada en ese momento? ¿Y si su familia todavía no se había ido a trabajar? ¿Y si...?
A la mierda, apreté el botón repetidamente, el sonido rellenando el silencio que gobernaba el edificio completo.
Un llanto traspasó la barrera de la puerta, agudo y molesto, antes de que se escucharan ruidos dentro.
Creo que oí pasos y más tarde los lloros se disiparon en el aire, como si nunca hubieran existido hace menos de una décima de segundo.
Repasé de memoria una de mis canciones favoritas en el piano: "Nuvole Bianche" y, justo cuando me iba a dar la vuelta e irme, la figura de la listilla, en pantalones cortos y sudadera, nubló mi visión, que se ve que llevaba un rato así, porque lo último que recuerdo fue un seco "hola" de mi parte y negro.
Todo se transformó en el tono negro, y mis piernas, cedieron.
◊◊◊
N/A: La historia se complica, ¿eh? ¿Qué creéis que va a hacer Chloe con Adam en este miserable estado?
Cuanto más votéis, antes lo sabréis jeje.
Comentad si os apetece leer unas escenas especiales de Mimi y Eric o de cualquier otro personaje. :)
Os queloooo,
Besos con sabor a vainilla. <3
-KawaiiWorld8
12/06/2022
(Corrección: 10/07/2024).
Comentad qué os parece este fanart de la listilla y Ryder besándole la mejilla, a mí me encanta jajsjssksksk, son tan adorables los dos. ❤️🔥❤️🔥❤️🔥
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