Recién entraba a su casa y la cabeza le partía, se dio un baño y luego se fue a la empresa.

Su celular empezó a sonar pero no atendió hasta que entró a su oficina.

–¿Se puede saber dónde te fuiste ayer?

Era Beatriz y la escucho alterada.

–No me acuerdo de nada y lo peor es que no desperté en mi casa.

–¿Despertaste en la casa de Gastón? ¿Pasaste la noche con el? –Sorprendida.

–Gracias a dios, no.–Respira aliviada.–Ni se quien es el hombre que vi durmiendo en el sillón.

–Para, ¿dormiste con un desconocido?

–Parece que el me dejo en su habitación y lo encontré durmiendo en el sillón, apenas sali de ahi.

–Ah pero te pasa de todo, con la tremenda borrachera que te agarraste, ese hombre te auxilio y ni gracias le diste,

–Lo se, ahora que lo pienso tienes razón.–Hace una mueca.–Por suerte se donde vive, cuando pueda le voy a pedir disculpas.

–Muy bien, ¿Cuando vas a hablar con Gastón? –Le cambia de tema.

–No lo se, puede ser que hoy pero apenas le diga que le doy una oportunidad…

–No te vas a despegar nunca de el.–Se ríe y la interrumpe.–No exageres, solo es una oportunidad, si no sentis amor, lo hablas con él y se termina la relación.

Mientras, Rodolfo abre los ojos y se sienta en el sillón. Se viste y va a la habitación, se sorprendió al ver la cama vacia. Fue al baño para fijarse si estaba pero nada, la mujer se había ido.

Estaba desconcertado y opto por hacerse el desayuno. Minutos después, estaba desayunando y recordando a la mujer que vio en el bar junto a Beatriz, la que había ayudado apenas se desmayó. Era la primera vez que le pasaba, aunque no estaba enamorado de su esposa, nunca se fijó en otra mujer hasta que conoció a la desconocida, una duda rondaba por su cabeza, ¿sería Amanda?

Todo pensamiento que aparecía por su cabeza desapareció cuando escucho el sonido de la puerta cerrarse, se puso de pie y vio a Melissa entrando a la cocina.

–Pensaba que te ibas a quedar dos días más.

–No, no aguantaba quedarme un día más sola en ese lugar.–Seria.–Querias hablar y ya vine. Vi tus valijas en la entrada, ¿que quiere decir?

–Melissa, sabes muy bien que este matrimonio no da para más, intente hacer de todo para que estemos bien pero me di cuenta de muchas cosas en el viaje de Brasil, me abrió la cabeza.

–¿De que te diste cuenta se puede saber?

El suspira y se lleva las manos a la cabeza, era ahora o nunca.

–Ya no siento amor por vos.–La mira.–Hice todo lo posible pero ya no puedo, este matrimonio ya esta quebrado desde hace mucho.

–¿De que estas hablando?

–Quiero el divorcio Melissa, ya no puedo.

–¿Es otra mujer? ¿Me estas cagando con una puta?

–No hay ninguna mujer, nunca te fui infiel.–Calmandola.–Ya no te amo, el poco amor que sentia por vos ya no está.–Suspira.–Tantas peleas sin sentido, hicieron que se quebrara la pareja.

–No vamos a pelear amor, te juro que todo va a mejorar.

–No, Melissa. No podemos pegar algo que esta roto. Creo que lo mejor va a ser que me vaya, vos vas a poder vivir aquí, voy a pagar el alquiler.

–No te vas a ir, te vas a quedar acá. No te voy a firmar el divorcio.–Furiosa.–Solo vas a ser para mi y si hay otra mujer, te juro que ella y vos se van a arrepentir.

–No digas cosas que no son, no hay ninguna mujer. Cuando pueda hablar con mi abogado, va a hablar con vos para los papeles del divorcio.

Harto, sale de la cocina y sale del departamento con las valijas.