Rodolfo la mira con deseo y el acaricia su cintura, quiere desvestirla pero ella agarra su mano.

–Lo hare yo, vos quedate quieto.

Hace lo que le pide y deja que todo el trabajo lo haga ella, primero Amanda lo desnuda y cuando llega su turno, lo hace lentamente para torturarlo.

Los dos estan desnudos y ella se aleja de Rodolfo para agarrar la maleta de él. La abre y arquea una ceja al ver que lo que veía.

–¿Qué son todas estas cosas?

Muestra las esposas, una venda.

–Las quería usar para vos.–Sonríe.

Abre la boca.

–Lástima que el sometido va a ser otro.–Animada.

Se acerca a el pero se pone detrás.

–Dame tus manos.

Hace lo que le pide y le pone las esposas.

–La venda la usaré para otro momento.

Vuelve a la maleta y abre los ojos como platos al ver un lubricante.

–¿Qué pensabas hacer con esto?

El le da una sonrisa y Amanda se da cuenta.

–Me temo que no mi amor. Al menos no ahora.

Se acerca y Rodolfo se queda cautivado, mirando su cuerpo, la respiración le faltaba al recorrer cada centímetro de su hermosa piel, deseaba tocarla pero estaba inmóvil.

–Sos tan hermosa.

Ella sonríe y besa sus labios.

Agarra su pene y lo masajea, moviendo su mano arriba abajo. El larga un gemido y ella se ríe.

–Me parece que alguien esta disfrutando.

–Por favor nena.–Suplica.

El no podía moverse y no sentirla le parecía una tortura, quería sumergirse y ser uno.

–Paciencia mi amor.

Le da otro beso y el lo hace más intenso, devorando sus bocas.

El la siente dentro de su vagina y los dos largan un gemido al unisono. Ella comanda las embestidas, haciendolo en un ritmo lento pero placentero. Después de unos minutos, acelera los movimientos y llegan al climax, se besan con amor y Amanda se ríe.

–Ya te vengaste.–Sonríe.

Asiente y se levanta de la silla.

–Ahora si quiero ir a la playa.–Animada.

–¿No me vas a sacar esto?

–¿Quién dijo que vos vas conmigo?–Sonríe.

Agarra la venda y cubre sus ojos con el.

–¿Me vas a dejar así desnudo?

–¿Qué tiene? Me gusta verte desnudo, te prometo que no tardó.

El no podía ver nada. Amanda aprovecha para ponerse su bikini y se pone el vestido.

–Te prometo que en una hora estoy aquí.

–¿Una hora? Mi amor ya entendí, no me hagas esto por favor. Demasiada tortura fue no tocarte.

–Te lo recompensare. Hasta te tengo que agradecer, me gustó este juego.

Mientras, Beatriz salia de su casa cuando alguien la asusto.

–Por dios.–Lo mira.–¿Que mierda haces acá Gastón?

–¿Donde mierda se fue Amanda con ese hijo de puta?

–¿A vos que te importa?–Enojada.–Desaparece de mi vista.

–Esto no va a quedar así y más te vale que le avises a Amanda que ya me va a ver.

–No le voy a decir nada a ella, dejala tranquila.

–¿Que la deje tranquila? Ella fue la que se rio de mi.

–Ella no te ama, tu la golpeaste maldito hijo de puta.

–Vamos Beatriz, ella se lo merecía y ahora se fue con el pero todo les va a durar muy poco, eso te lo juro