Asiente y se da vuelta para mirarlo.

–Claro que me quedo.

–Si fuera por mi, quisiera estar encerrado una semana otra vez.–La besa.

–Ya tendremos tiempo para eso.

Vuelven a besarse y la alza.

–Lastima que no vamos a dormir durante toda la noche.–La mira con deseo.

–¿Ah si?

Asiente y se muerde el labio.

La lleva a su habitación y la acuesta en la cama.

Se acuesta y besa sus labios.

–Te amo.–Sincero.

Acaricia su mejilla y ella lo mira con amor.

–Yo también te amo.

La besa despacio para saborear sus labios y desabrocha los botones de su camisa.

Después, Amanda estaba acostada sobre Rodolfo y acariciaba su pecho, él extiende su brazo y la abraza.

–Me encanta estar así.

–A mi también.–Suspira y acuesta su cabeza sobre su pecho.

Rodolfo se mueve y ella levanta la cabeza para mirarlo. El tenia una sonrisa seductora.

–No te hagas la lista.–Se ríe.–Antes te dije que no vamos a dormir y me voy a ocupar de eso.

Se mueve para quedar arriba y Amanda larga una carcajada.

Al otro día. Amanda entra a la empresa trabaja en lo que tenia atrasado. Sale para ir a almorzar y entra al bar que le quedaba cerca.

Cuando estaba almorzando, vio a su amiga entrar y se acerco a su mesa.

–¿Y como pasaste las vacaciones?–Sonríe.

Amanda se ríe y niega.

–Muy bien, Rodolfo es un amor. Nunca pense que me moriria por un hombre de la manera de como me siento por el.

–El siempre te nombra, Amanda esto, Amanda lo otro.

Suelta una carcajada.

–Esta enamorado mi amigo, lo tenes hechizado.

Amanda sonríe y asiente.

–Y a mi me tiene como una tonta pero me encanta estar así.

–Ahora si que elegiste bien eh, quién supiera que te enamorarias de mi amigo.

–Me lo hubieras presentado antes.–Animada.

–En eso tenes razón pero no se me ocurrió. Sino hace rato lo hubiera hecho.

Almuerzan entre risas y las dos entran a la empresa, su amiga le hizo compañía mientras Amanda hacia su trabajo.

–¿Quedaron en algo hoy?

–No lo se, capaz que salimos y nos vemos en mi casa o en la suya.

–¿Por que no vas a su trabajo? Le darias una hermosa sorpresa.

–No lo quiero molestar.

–Ay Amanda, dejate de joder. Con eso que decis me dan ganas de darte un sopapo. Vos no le molestas, le encantas que es otra cosa.

–Bueno… me parece que hoy tendre que hacer una visita a mi ginecologo.–Divertida.

Después, Rodolfo no tenia pacientes, cuando salio para decirle a su secretaria que podia irse, ve entrar a Amanda.

–Amor.

Se acerca a ella y se dan un beso.

–Me encanta que vinieras.

La hace pasar a su oficina.

–Lo se, quería verte.

–Yo también mi amor.–La besa.

Ella sonríe y se sienta en la camilla.

–Y también porque quería que alguien me revise.

Se abre de piernas, dándole acceso para que mire su braga negra.

Rodolfo traga saliva y la mira con deseo.

–¿Acaso ve algo que está mal, doctor?

–No lo se señorita Torres, tengo que revisarla.

Se acerca a ella y se pone entre sus piernas.

–Y tienes demasiada ropa que me molesta, me temo que tendre que desnudarte.

–Haga lo que más le parezca cómodo, doctor.

Sus manos van a los botones de la camisa de Amanda y empieza a desabrochar uno por uno hasta que ve su brasier color negro, haciendo juego con sus bragas.

–Es tan hermosa señorita Torres, me quede tan corto