Es el último capítulo de la maratón. El sábado subiré el próximo. Saludos.
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Ella larga un gemido y Rodolfo cierra los ojos, sigue masajeando y se agacha para tener más acceso a su vagina. Lame su clítoris y escucha otro gemido. Mete dos dedos en su profundidad, moviendo arriba y abajo. Encontró su punto g y la estimula. Amanda no pudo contener más y gime más fuerte, empezando a temblar. Saca sus dedos y empieza a sacarse la ropa. Solo queda en boxer y ve como ella se sacaba la camisa, la mira con deseo y ve su brasier negro. El se acerca para besarla y lo hace con desesperación, baja a su cuello y luego a sus senos. Le parecía tan perfecta y ahora estaban por compartir un momento increíble.

Le saca su brasier y lo tira al suelo, su boca va a sus senos, lamiendo y mamando sus pezones y con sus manos apretaba, haciendo que ella largara jadeos, volviendolo loco. No quiso hacer más juegos previos y se saco el boxer, dejando a la vista su entrepierna hinchada. Recuesta la mitad de su cuerpo sobre ella y agarra su pene para entrar en su femeidad. Ve cómo su boca se abre apenas lo siente entrar, la besa con desesperación, mordiendo ligeramente su labio. Comienza a moverse, primero era lento y duro, ella envuelve sus manos sobre su nuca y las manos de el van a su trasero, luego recorriendo por toda su piel. Las embestidas se volvieron más lentas y los dos no dejaban de jadear, la pasión se estaba volviendo incontrolable, no querian que termine y el iba a aprovechar cada momento. Amanda clava sus uñas en su espalda y une sus labios con los de el, abriendo su boca para jugar con su lengua.

–No pares.–Ruega.

El hace lo que pide y Amanda cierra los ojos al sentir como sus paredes se contraen.

–Voy a...–Gime.

–Hazlo mi amor.–Jadea.

El sigue con su trabajo y estimula su clitoris, quería que gritara, amaba hacerla sentir así. Grita al llegar al climax y segundos después, Rodolfo se corre y larga un gemido animal. Le encantaba esta mujer y quería hacer que se sienta así, extasiada. Vuelve a besarla pero con ternura.

–Sos tan hermosa.–Embobado.

Acaricia sus mejillas, estaba colorada. Recuperan el aire y ella se sienta.

–¿Vas a decir algo?–Sonríe.

Amanda lo mira y baja la mirada.

–¿Que pasa?

–Nada.–Seria.

Su mano va a su mentón y levanta la cabeza para que se miren.

–Algo te pasa.

–No, nada.–Suspira.–Solo que nunca me sentí así.

Sonríe y la abraza.

–No tengo nada que hacer. ¿Quieres tomar algo?

–Tengo que volver al trabajo.–Lo mira.

–¿En serio no te pasa nada?–Preocupado.

Niega y se baja de la camilla, se viste y el también lo hace.

–Quiero que nos veamos, esto no es de una vez y listo.

Ella lo mira con dudas.

–Término de trabajar a las cinco.–Seria.

–Esta bien.–Sonríe y la besa.–Quiero volver a verte.

Ella asiente.

–Bueno, me tengo que ir.

Se va y Rodolfo se queda confundido, algo le estaba pasando pero, ¿que?

Amanda salio a la calle, se sentia totalmente complacida pero había algo que la hacia dudar, le encantaba ese hombre pero… ¿asi era con todas? odiaba dudar asi pero se enamoro tanto de ese hombre que no podía de dejar de pensar en ello.

Conduce hasta la empresa y ve que su amiga la estaba esperando en la oficina.

–¿Y que paso?

–No quiero hablar de eso.

–¿Por que?

–Tuve relaciones con el.–Muerde su labio.–Fue perfecto.

–Pero…

–Beatriz decime la verdad, ¿el es así con todas?