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Capítulo 5

—Desde ahora, hasta mañana a las cinco de la tarde no te haré nada así que puedes estar tranquilo. Sólo en ese lapso de tiempo y estás advertido. — Informó MinSeok haciendo aparecer un festín en la mesa del castaño. — Puedes comer. — Soltó comenzando él mismo a comer con tranquilidad.

MinSeok usaba los utensilios con suma elegancia y hasta se podría decir que disfrutaba de degustar cada bocado que metía en su boca. Se veía como un hombre rico y de buenas costumbres lleno de elegancia.

JongDae se quedó dudando un buen rato en sí debía aceptar la propuesta o no y luego simplemente se ubicó en la otra punta de la mesa.

¿A quién quería engañar? Rogaría hasta por las sobras que dejará ese engañoso demonio.

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Él humano estaba completamente hambriento y por alguna extraña razón que ahora comenzaba a cobrar sentido, todas sus cosas comestibles estaban en mal estado.

Razón por la que comió sin contenerse y se detuvo recién cuando su estómago lo había amenazado con comenzar a doler si agregaba un bocado más.

Se levantó de la mesa eh hizo de cuenta que él demonio en su mesa no existía, luego se dirigió al baño y cepillo sus dientes. Con curiosidad chequeo la hora y se llevó la sorpresa de que eran las diez de la noche.

No muy temprano pero tampoco tarde...

Se quedó un rato frente al espejo pensando en sí ir a dormir o irse a casa con su familia. No quería pasar la noche con MinSeok allí, además de que quería hacer algo con urgencia.

Se fue a pasos decididos a su placard y saco una muda de ropa, volvió al baño y nuevamente se dio una ducha. Se vistió, tomó su celular en mano junto a las llaves y salió de su hogar casi corriendo, aunque no tuviera energías para eso.

Quince minutos después...

Él castaño había llegado a su destino y sin hacer ruido tomó las llave que se encontraba debajo del tapete y se adentró a la casa. Observando que estaban todas las cosas en el mismo lugar de siempre.

Sonrió ampliamente y se dirigió a su antigua habitación. Una vez allí se metió dentro y comenzó a observar los pequeños nuevos detalles que se podían apreciar con la escasa luz, después guió su mirada hasta el bulto en su cama.

Sonrió ampliamente sin poder evitar comenzar a llorar sin emitir sonido alguno.

Comenzó a quitarse la ropa y frenó una vez se hallaba en ropa interior. Luego camino hacia el ropero del lugar y saco un short para colocarse antes de meterse en la cama bajo la cálida sábana.

¿JongDae? Se escuchó un murmullo de voz.

Entiendo que nuestros ancianos padres duerman a las diez de la noche ¿pero tú?   Concluyó él castaño comenzando derramar lágrimas sin que su contrario lo notará.

Mañana trabajo temprano. Respondió él contrario fregando sus ojos sin poder terminar de despertarse.

Tú mañana no vas a ningún trabajo. Planeó llevarte a primera hora a checar que no te hallan contagiado nada cuando te cortaron. Soltó JongDae con seriedad.

¿Has venido a pelear? Preguntó BaekHyun perdiendo el sueño de repente.

No yo eh venido a... ¡Lo siento! Exclamó él castaño comenzando a llorar con más intensidad.

Todas las cosas que MinSeok le había recordado que él le había hecho a su amigo volvían a su mente atormentandolo de manera horrorosa.

No sabía como pedir perdón apropiadamente, y su egoísmo no le permitía recordarle esas cosas a su contrario.

¿Porqué te disculpas tan de repente? No es para tanto y lo sabes. Soltó un asombrado BaekHyun.

Si que lo es. Yo te hice muchas cosas malas y lo siento tanto, tanto que ni te imaginas, perdón, perdón... Concluyó el menor rompiendo a llorar pero esta vez sin poder controlar el sonido.

BaekHyun estaba prácticamente petrificado en su lugar. JongDae no lloraba así desde que sucedió todo aquello y sinceramente jamás se imagino presenciar a su amado amigo así otra vez.

Jongie... Te perdonó, te perdonó pero por favor deja de llorar. Pidió él mayor secando las lágrimas de su amigo para después abrazarlo a su cuerpo.

Te hice tanto mal desde que somos niños..es...   Al castaño se le quebró la voz pero se re-compuso. Es imposible que me perdones. No me lo merezco... Te lo voy a recompensar, te juró que te voy a recompensar las cosas serán como tú quieras. Concluyó volviendo a derramar lágrimas en el hombro del mayor.

JongDae no se de que tanto te disculpas. Tú has estado allí siempre para mí. Incluso cuando yo...cuando yo.. BaekHyun se quedó sin habla.

No digas "yo". Tú no hiciste nada, recuerda fui yo. Nadie más que yo. Soltó JongDae comenzando a besar el camino que habían hecho las lágrimas de BaekHyun.

Fui yo. Lo sabes. Insistió él mayor.

Estás muy equivocado. No fue nadie más que yo. Yo BaekHyun. Volvió a insistir él castaño tratando de calmar el temblor del cuerpo de su amigo.

Fui yo, fui yo, fui yo, fui yo, fui yo, fui yo, fui. JongDae no dejó continuar al mayor y lo cayó con sus propios labios mientras con sus manos acariciaba su cuerpo y lo abrazaba en un intento por calmarlo.

BaekHyun no podía controlar sus lágrimas, recordar aquello siempre lo volvía un completo caos.

Había lastimado tanto a JongDae, ¿cómo siquiera se atrevió esté a disculparse con él como si fuese él villano?

Sentir los labios de su amigo sobre los suyos no le resultaba desagradable aunque fuera también un hombre. Nada que viniera de su amado amigo podría resultarle desagradable.

Sentía sus lágrimas seguir bajando por su mejilla e incluso las de JongDae mezclarse con las suyas. Respiro profundamente y abrió sus labios, permitiendo recién allí que su amigo prosiguiera con lo que todavía simplemente era una cercanía de labios.

Los temblores en ambos cuerpos no se detenían. Los dos tenían tantos sentimientos de culpa para con él otro, qué no sería tan fácil, aunque aquél beso estaba ayudando bastante, sentían que podían trasmitir sus más sinceras disculpas atraves de el.

Luego de un rato sus labios se separaron y JongDae comenzó a besar repetidas veces las mejillas del mayor al igual que él mayor besaba las suyas.

Las lágrimas por fin habían cesado, aunque aquel sentimiento seguía allí.

Baekie yo. Él castaño fue interrumpido.

Tú nada Jongie. Así estamos bien, ahora a dormir que mañana alguien me tiene que llevar al médico. Concluyó BaekHyun acomodandose para dormir.

Esta bien. Descansa, te amo. Soltó JongDae besando su frente.

También te amó. Contestó sincero él mayor. Y espero que mañana se te quité lo gay.   Bromeó cerrando sus ojos para dormir recibiendo un golpeo leve de su amigo.

— Seré todo lo gay que se me antoje si es contigo. — Aseguró él castaño abrazando el cuerpo de BaekHyun para dormir.

— Sabes que no tengo nada encontra pero tampoco soy partidario. — Recordó BaekHyun permitiendo que su castaño amigo se pegue a su cuerpo.

— Déjame ser. — Bromeó JongDae comenzando a reír junto al mayor.

Y segundos después se dejaron los dos arrastrar a los brazos de Morfeo.

Varias horas después...

La mañana había llegado irremediablemente, eso podía notar BaekHyun gracias al sol que se colaba por su ventana.

Frego sus ojos y observó al cuerpo a su lado.

JongDae dormía como un oso en época invernal. Sonrió animado y salió de su habitación para ingresar al baño, después corrió a darle las buenas nuevas a sus queridos padres.

La familia estaba muy feliz, razón por la que prepararon un desayuno especial como le gustaba llamarle a la amable señora de la casa.

¡Por fin despiertas! Exclamó BaekHyun corriendo a buscar al castaño que hacía acto de presencia.

BaekHyun deja de molestar a tú hermano tan temprano en la mañana. Regaño su padre divertido.

¡Vamos, vamos! Que mamá preparó el desayuno especial y se va a enfriar. Apresuró BaekHyun ignorando a su padre sin dejar de tirar de JongDae.

¡¿El desayuno especial?! Exclamó él castaño corriendo a la mesa. ¡Realmente lo extrañe! Por más intentos que haga no me sale así. Soltó animado.

Ves. ¿Quién te manda a irte de la casa? Bromeó su madre aunque casi se sintió el reproche en su voz.

Habrá estado loco cuando se le ocurrió. Comentó BaekHyun divertido mientras tomaba nuevamente asiento en la mesa.

Buen día madre, buen día padre, buen día Baekie. Saludo JongDae depositando un beso en la mejilla de cada mayor para después ubicarse en su lugar.

Buen día cariño. Saludo la señora de avanzada edad sonriente mientras le servía el desayuno.

Buen día hijo rebelde. ¿Qué tal te trata la vida independiente? Preguntó el señor de casi setenta años sonriendo divertido.

Fatal. Lloriqueo él castaño de manera infantil. Tienes que hacer todo sólo y cuando llegas a casa no hay nadie esperando por ti. Agregó sin detener sus lloriqueos infantiles haciendo reír de su desgracia a BaekHyun y sentir pena a sus padres.

Por éso yo nunca me voy a ir de la casa. Quiero siempre conmigo a mis viejitos lindos. Confesó BaekHyun levantandose para abrazar a sus padres como un niño pequeño.

Y nosotros te queremos aquí. Los queremos aquí, ven a casa de nuevo cariño. Concluyó la mujer de la casa mirando al castaño, quién le sonrió ampliamente.

Papá me dijo que cuando tomaba una decisión debía aguantar las responsabilidades que éso conllevará y así lo haré. Contestó un sonriente JongDae haciendo que su madre miré con reproche a su esposo y esté se encogiera de hombros.

No pensé que me haría tanto casó. BaekHyun todavía no entiende lo que significa "no dejes la taza sucia en el lavabo, lavala". Se defendió él mayor haciendo reír de manera ruidosa a la pequeña familia.

~ Horas después ~

JongDae había conseguido una excusa para faltar al trabajo y llevó a BaekHyun al hospital a hacer el examen de sangre, consiguiendo así también una excusa para su amigo.

El resultado había salido completamente bien. El arma blanca con la que cortaron a BaekHyun no tenía ninguna especie de enfermedad, aunque la herida era para siete puntos.

No entendía como su tonto mayor no lo había dejado ver y fingió que no dolía ni un poco, cuando claramente eso debía doler. Él vio a los doctores tratar aquéllo y no se veía carente de dolor.

Entre vueltas y vueltas que BaekHyun lo hizo dar llegó el medio día, razón por la que volvieron a su hogar a comer algo junto a sus padres.

Después de comer pidió helado, ya que BaekHyun así lo exigió con infantilismo, y ninguno en la casa se podía resistir a sus bonitos pucheros de niño bueno.

Las horas pasaron y cuando llegó las cuatro de la tarde JongDae ya planeaba irse. Obviamente los mayores trataron de retenerlo con una u otra cosa, y lo lograron sólo por treinta minutos más.

¿Enserio te tienes que ir cariño? Preguntó su madre sin querer permitir que se fuera. Él menor no venía muy seguido.

Si madre. Contestó él castaño evitando desplomarse, no se quería ir. Se estaba divirtiendo. Tengo asuntos que resolver. Además de que todavía no hice la mercadería. Mintió.

Pero era éso o que MinSeok aparezca en la casa de sus padres.

Si te quedas mamá hará chocolate y yo compraré un pastel. Trató de chantajear su padre. Luego BaekHyun te acompaña a por las compras. Agregó sonriendo animado.

¿Porque pastel sólo para JongDae? Yo quiero. Lloriqueo BaekHyun de manera infantil sin siquiera una lágrima en sus ojos.

Tranquilo Baekie tú también podrás comer. Reconfortó su madre, aunque sabía que su hijo no estaba realmente herido.

¿Todo porque es él menor? Lo quieren más que ami. Siguió BaekHyun con su berrinche.

Los amamos por igual. ¿Acaso quieres que JongDae se valla? Soltó su padre expectante.

¡Jamás! Vamos Dae, comamos pastel mientras vemos películas y bebemos chocolate. Pidió BaekHyun saltando con ánimos.

Aunque su brazo le daba fuertes tirones ante el movimiento, tenía que fingir que no sucedió nada con él. No quería preocupar a sus padres con aquello.

Me encantaría pero no puedo quedarme. Dejémoslo para otro día, ¿si? Concluyó él castaño yendo a besar las mejillas de sus padres y luego la de su mejor amigo, quién inflo sus cachetes tal cuál lo haría un niño pequeño.

Te acompaño. Informó BaekHyun y JongDae negó con rapidez.

No puedes. — Recordó mirando discretamente el brazo de su amigo. — ¡Los amó y nos vemos pronto! — Exclamó mientras salía a correr fuera de la casa.

Se le estaba pasando la hora, muy pronto serían las cinco.

Él castaño corrió a su casa apresuradamente casi era hora. Bueno, faltaban unos quince minutos pero no quería que lo atropellaran en el camino.

Llegó a su hogar completamente agitado y respiraba con dificultad.

Guió su mano hasta la puerta y está se abrió sola dándole pasé libre. No se sorprendió como en cualquier otro caso sucedería, ya sabía a que se debía.

Que puntúal. ¿Quieres un café? — Preguntó MinSeok bebiendo el líquido que contenía la taza en su mano derecha. Y JongDae negó. — Tranquilo aún faltan trece minutos. — Apuntó haciendo aparecer un reloj frente al castaño.

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