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Capítulo 3

*¡Tal cuál!* Pensó el castaño formando una pequeña sonrisa en sus labios, pensar en BaekHyun lo relajaba.

— ¡No sonrías aquí humano! — Escuchó la orden proveniente de MinSeok, quién parecía observarlo atraves de una pared de cristal.

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JongDae le sostuvo la mirada por sólo unos segundos, ya que todo su cuerpo le exigía apartar con rapidez la mirada de ése tipo.

Y en contra de su propia voluntad comenzó a observar el suelo mientras sé comenzaba a asfixiar. No entendía el porque, y inevitablemente empezaba a desesperarse.

No importaba lo que hiciera no podía llevar aire a sus pulmones, instintivamente guió su mirada nuevamente hacia MinSeok y este parecía estar disfrutando cada segundo de su miedo y desesperación.

JongDae fruncio el ceño y dejó de intentar respirar. Aunque gracias a eso le comenzaba a doler el pecho de manera horrorosa.

Él demonio frente a él se sintió ofendido por la osadía del castaño al resignarse a morir sin suplicar por su vida. Razón por la que abrió su mano y el aire volvió automáticamente a los pulmones del contrario.

JongDae comenzó a respirar con algo de dificultad. Y casi inmediatamente comenzó a sentir nauseas, sin poder evitarlo se fue rápidamente a una esquina y comenzó a vomitar.

El aire que lograba llevar a sus pulmones era nauseabundo... Lo hacía sentirse verdaderamente enfermo y realmente débil.

¡¿Que carajos quería ese tipo con él?!

— ¿Quieres morir ahora o prefieres que te consuma lentamente hasta que tú mismo decidas entregarme tú alma? — Pregunto MinSeok observando JongDae con unos atentos ojos color miel.

El demonio nuevamente se veía como un simple chico de su edad con ojos color miel.

Ese rostro parecía de alguien inocente en cualquier aspecto y se atrevería decir que hasta puro, pero la realidad detrás de tal apariencia era completamente diferente.

— ¡Yo no hice nada para merecer esto! — Soltó JongDae tratando de mantenerse firme, aunque realmente tuviera miedo del contrario.

Se sentía asustado. Se encontraba en un lugar completamente insano y su mayor preocupación seguía siendo MinSeok.

— ¿Cómo osas mentirme en la cara? ¡Mereces ir al mismísimo infierno! — Gruñó el demonio.

Haciendo temblar todo el cuerpo del castaño junto a las paredes de cristal de la especie de caja en la que se acababa de dar cuenta que estaba encerrado.

— Yo no merezco tal atrocidad. — Negó JongDae con seguridad sintiendo revoltijos en el estómago gracias a la peste constante del lugar.

— La gente sabe que nada es peor que el infierno. — Soltó MinSeok de la nada. — Las torturas, los alaridos de la gente, su sangre saliendo de sus heridas. Y de la manera que viviste y moriste en tu vida como humano, se repite una y otra vez en el infierno. — Prosiguió dejando sin palabras al castaño. — La gente dice que nunca irán al infierno y cuando llegan se preguntan; "¿por qué? ¿Por qué yo? ¿Qué hice para merecer esto?" — Siguió hablando bajo la atenta mirada de JongDae. — Y yo les suelo responder; "engañaste a tu esposa…", "robaste una niña… luego la violaste y la golpeaste… ¿quieres que siga?" o "le robaste a un anciano y luego le disparaste….". — Soltó mientras sonreía de manera macabra. — Todos se muestran arrepentidos y piden otra oportunidad. — Comentó sin borrar su sonrisa.

— ¿Y que haces cuando éso sucede? — Se atrevió a preguntar el humano aunque su instinto le dijera que se quedará en silencio y lo dejará hablar.

— Me río de todos esos malditos infelices. — Contestó MinSeok pasando por alto la osadía de JongDae al hablarle como un igual. — Solo hay poca gente que de verdad se merece ir al cielo y estar a la derecha de Dios. — Agregó sentándose en una especie de trono que había a su lado detrás de ese cristal.

— Debo ser una de esas personas. Nunca hice nada con intenciones malignas, mis padres eran cristianos y siempre le rezamos a Dios. — Aseguró JongDae con seguridad.

Logrando que él demonio comience a reír a fuertes carcajadas completamente molestas para él castaño. Aunque no lo dijera.

— Los cristianos dicen que le son fieles a sus esposas, que trabajan duro y que rezan todas las noches. Yo me río de ellos. A esos hombres o mujeres les pongo una pequeña tentación delante de ellos y caen como tontos. Algunos se resisten mas que otros pero todos terminan cediendo. — Soltó MinSeok adoptando la misma forma que tenía cuando apareció en la puerta del castaño.

Esa forma que no lo hacía ver como un hombre común y corriente, pero si menos intimidante.

Éso logró relajar un poco al humano. Ya que temía que adoptará el mismo aspecto horrible que llegó a conocer anteriormente cuando lo acusó sin saber de; "mago".

Luego de miles de contradictorias mentales, JongDae pudo animarse a hacer la pregunta que tenía encerrada en su garganta desde el principio de la charla.

— ¿Que se supone que hice para merecer tales atrocidades? — Preguntó JongDae haciendo elevar una ceja de MinSeok.

— ¿Supone? No oses cuestionarme. — Ordenó él demonio mirándolo con seriedad.

— Lo siento. ¿Me podrías decir que hice para merecer tal futuro? — Volvió a preguntar él castaño sintiéndose hambriento de la nada, para luego sentir fuertes mareos y nauseas.

A MinSeok no le habían gustado sus palabras. Debía dirigirse a él sólo con las palabras correctas y el tono de voz necesario, aunque en realidad nisiquiera podía dirigirle palabra alguna.

— Te responderé humano. — Soltó él demonio con malicia. — Tú amigo quería ser cantante en una de sus obras favoritas, ¿y tú que hiciste? Tomaste una audición y ocupaste su lugar. — Recordó levantando uno de sus dedos.

— Él dijo que estaba bien. Que no había problemas mientras fuera yo. — Se defendió rápidamente él castaño.

— Silencio. — Ordenó MinSeok. — Tú amigo dijo que quería saber lo que se sentía ir a un camping, ¿y que hiciste tú? Te fuiste de campamento por tú propia cuenta. — Le recordó levantando un segundo dedo.

— El día anterior al camping él se enfermó y no podía ir. Me quise quedar con él pero BaekHyun me dijo que fuera y luego le contará que tal era la experiencia. — Se volvió a defender JongDae recordando las palabras de su amigo.

— Cállate. — Ordenó el demonio nuevamente. — Sus padres no le permitían tener un perro por más que se los rogara, ¿y que hiciste tú? Te conseguiste uno al otro día de que él te lo contará. — Volvió a enumerar.

— Adopté uno al día siguiente con la intención de que él pudiera ir a visitarlo y criarlo como si fuera suyo. — Aseguró JongDae con rapidez.

— Joder, que te calles dije. —  Soltó él demonio perdiendo la paciencia que en realidad nunca tuvo. — A él le gustaba una chica y te pidió que le hablaras por él, ¿y que hiciste tú? Te enamoraste y la enamoraste. — Recordó levantando otro de sus dedos.

— Lo hablé con BaekHyun. Él dijo que no había problemas, que de todas formas él ya había invitado a salir a alguien más. — Concluyó él castaño sintiendo como lágrimas sin su permiso comenzaban a desfilar por sus mejillas.

— No me hagas perder la idea de paciencia que tengo y haz silencio. — Volvió a ordenar él demonio. — Él quería ser detective del FBI o tan sólo de la policía común, ¿y que hiciste tú? Tuviste la genial ide a de sentir la adrenalina de invadir una propiedad privada y lo arrastraste contigo. Los agarraron, y gracias a ése cargo rechazaron su solicitud de ingreso. — Le recordó ése día en el que por primera vez en su vida quiso romper las leyes.

— No lo obligue a venir. Él no quiso dejarme sólo bajó ningún concepto. — Se excusó rápidamente.

Aunque no era realmente una excusa. Esa no era más que la pura verdad o lo que él siempre consideró la verdad.

— No seas necio y has silencio antes de que me decida por cortarte la lengua. — Gruñó él demonio. — Su amada madre había fallecido, ¿y que hiciste tú al otro día? Te enojaste con la tuya y le dijiste a él que deseabas que muriera. Ignorando por completo sus sentimientos. — Soltó elevando otro de sus dedos.

— Sólo era un niño, yo..yo no... — El castaño comenzó a llorar desconsolado.

¿Realmente había sido así de egoísta con quién consideraba su mejor amigo. Su persona más preciada?

¿Porque BaekHyun nunca le dijo nada?

¿Porque su estúpida cabeza nunca pensó más allá de las bondadosas palabras y sonrisa de su amigo?

¿Porque?

¿Porque?

¡¿Porqué?!

Se cuestionaba JongDae sin poder dejar de llorar y arañar sus propios brazos debido a la impotencia y la rabia que sentía consigo mismo...

Estaba viviendo felizmente desde niño a costa de la felicidad de su amigo.

Siempre creyó que era quién más protegía a BaekHyun pero sólo era quién más lo lastimaba. Sin realmente quererlo, pero dañandolo de todas formas.

No podía verlo a la cara... Quería desaparecer... Debía morir para compensarlo... Aunque quizás ni así pudiera arreglar los daños hechos en todos esos años.

Debía disculparse pero no podía, ¿con qué cara? ¿Como podría siquiera disculparse adecuadamente?

De tal manera que su amigo sintiera que de verdad se arrepentia de hacerlo pasar por tantas situaciones así.

Porque ahora que se lo pensaba había muchas otras cosas que había hecho por encima de BaekHyun.

— ¿Sigo? — Preguntó MinSeok ansioso por alimentarse más del dolor y los lamentos del castaño.

— No. No...por favor. — Pidió JongDae sintiéndose rendido. — Sólo matame por favor. — Rogó sin dejar de derramar lágrimas.

— Buena decisión. — Lo festejó MinSeok. — Pero antes firma aquí. — Ordenó haciendo aparecer una hoja antigua y una pluma frente al humano.

— No voy a darte nada, sólo matame. Se lo que sucede si firmó allí y te entregó mi alma. — Concluyó él castaño viendo todo cristalino gracias a sus lágrimas pero imaginando de que iba ese extraño papel.

— Sigues teniendo la osadía de rebajarme a tú nivel maldito humano egoísta. — Escupió MinSeok poniéndose de pie y en un chasquido de dedos JongDae apareció de rodillas frente a él del otro lado del cristal.

— No es éso. Sólo quiero resignarme a morir... No quiero que mi alma continúe vagando en el otro mundo. — Concluyó JongDae sin atreverse a mirarlo.

— ¡Bañate! — Ordenó él demonio frunciendo la nariz con disgusto. — Sólo así hablaré contigo. — Agregó volviendo a sentarse en su lugar.

— ¿Disculpa? — Fue lo único que salió de los labios del castaño sin siquiera mirar al contrario.

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