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✧ rendirse

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🐻✨🐧

El clima no era demasiado favorable, desde que había comenzado el mes, los vientos eran cada vez más fríos, capaces de atravesar las murallas del castillo que se parecían ensombrecerse conforme el tiempo avanzaba. Había llegado el otoño a los terrenos de Hogwarts y observar los colores cálidos en las copas de los árboles del bosque prohibido en el horizonte desde la torre de astronomía, era sin lugar a dudas una de las cosas que KyungSoo disfrutaba más.

Sentir las mejillas entumidas por el viento helado en las mañanas de los sábados que se dirigía a la biblioteca a estudiar o a tomar algún libro para lectura ligera y regresar a la sala común de Ravenclaw y disfrutar de la lectura tumbado en su cama hasta que alguno de sus amigos se levantara era algo que hacía constantemente.

Sin embargo, ese día en específico también supo que las cosas no andarían muy bien, como lo hacían desde hacía más de dos meses, cuando recién comenzó el ciclo escolar y él con sus diecisiete años cumplidos, había regresado a culminar su último año de estudios en la gran escuela de magia.

Su familia había estado feliz, le habían comprado un pastel de fresas y crema batida de una pastelería muggle que a él le gustaba mucho visitar, para celebrar la llegada de la ansiada carta de la directora del colegio donde se le reconocía como premio anual, junto con un chico de Hufflepuff que pese a que era un poco torpe, era muy estudioso y siempre se esforzaba en sacar las mejores notas.

KyungSoo algunas veces estudiaba con él en la biblioteca y el muchacho, que también era muy amable y alegre, compartía alguno de sus inéditos chistes a los que pese a que el Ravenclaw no entendía mucho, lograba reírse cuando al fin comprendía, tanto que lograron ser buenos amigos.

El muchacho le había escrito y su lechuza había arribado a su casa para hacerle saber que él también había quedado como premio anual, cosa que hizo muy feliz a KyungSoo, porque Kim JunMyeon también se merecía el reconocimiento, además de poner el alto los colores de su casa.

Todo había ido bien, incluso cuando había ido a hacer sus compras al callejón Diagon, ya que necesitaba una nueva túnica, además de algunos libros y materiales para sus clases, plumas y algo de tinta.

KyungSoo se había reunido con JunMyeon en el andén y habían acordado ir juntos, ya que MinSeok se había graduado el año anterior y era su única compañía. Así fue como terminaron juntos en la cabina, y el corazón de KyungSoo retumbó cuando sus ojos tras las gafas de pasta gruesa vislumbraron en el pasillo a Kim JongIn, el gryffindor que algunas veces lo molestaba y lo perseguía en anteriores años, con la finalidad de que ㅡsupuestamenteㅡ saliera con él. Sin embargo, algo parecía haber cambiado.

ㅡ ¿De verdad estás bien?

La voz de su amigo lo hizo salir de sus pensamientos, regresándolo al pasillo de la biblioteca, en el castillo de Hogwarts, haciéndolo ajustarse la bufanda en el cuello para protegerse del frío ya que lo que menos necesitaba era enfermarse cuando se venía la primera temporada de exámenes antes de las vacaciones de navidad.

JunMyeon decía que eso era un poco exagerado, ya que apenas estaban llegando a finales de octubre y lo primero en lo que debía pensar era en la salida a Hogsmeade por la celebración de Halloween. En aquella temporada, la escuela se ponía festiva, pese a que en realidad eran los muggles los que habían adoptado el 31 de octubre y los siguientes dos días para celebrar actividades paranormales y también a sus difuntos, los magos y brujas siempre se encargaban de celebrarlo a su antojo.

Por ello, el guardabosques había cultivado un huerto de calabazas en las que habían usado un encantamiento para hacerlas enormes y colocarlas por el gran comedor y el hall del castillo, así como los exquisitos platos alusivos que comerían en el banquete de ese día.

Añadiéndole a eso, la primera salida a Hogsmeade coincidía con esas fechas, por lo que todo el mundo estaba ansioso de ir a comprar docenas de dulces y bromas para pasarla bien en el fin de semana, además de algunos cuantos que aprovechaban el tiempo con sus amigos o con sus citas.

KyungSoo no tenía nada de eso, por supuesto, porque aunque tenía a JunMyeon, el Hufflepuff salía con un chico de Gryffindor llamado SeHun desde el curso pasado y siempre se la pasaban acaramelados en el té de Madame Tudipié, así que no, KyungSoo no creía que fuera capaz de pasar siendo el tercero en discordia por segunda vez ㅡlo intentaron llevar en su primera citaㅡ, así que simplemente les encargaría dulces y se quedaría en la torre estudiando o algo así.

ㅡ KyungSoo...

ㅡ No sé a qué te refieres... ㅡ KyungSoo respondió, aunque en realidad sí que sabía a qué se refería.

Se había detenido en el pasillo donde JunMyeon lo alcanzó, por los terrenos se notaba a Kim JongIn, corriendo junto a sus amigos Oh SeHun y Park ChanYeol, bastante animados, dirigiéndose probablemente hacia el campo de Quidditch para practicar. Habían nombrado a JongIn capitán del equipo cuando comenzó el curso y había escuchado que era una persona muy dedicada, aunque eso KyungSoo lo sabía bastante bien.

ㅡ Sabes a lo que me refiero, sobre JongIn, quiero decir... quizás podrías...

ㅡ Él no está interesado, ya no... ㅡ La voz de KyungSoo salió un poco apagada y JunMyeon suspiró.

ㅡ ¿Y tú sí?

La pregunta se repitió en su cabeza una y mil veces más, de manera lenta, haciéndolo pensar, recordar cosas que había dicho que borraría de sus recuerdos para que no le afectaran, porque a final de cuentas él había obtenido lo que había querido: que Kim JongIn se rindiera y no lo molestara más.

Había empezado en segundo o tercer año, cuando en la clase de encantamientos, JongIn se había sentado a su lado y le había sonreído de manera confiada e incluso le había guiñado, le había dicho por medio de un mensaje en un trozo de pergamino que le parecía muy guapo y le había preguntado también si quería salir con él.

KyungSoo de manera muy impersonal le había observado y después le había respondido, colocando una palabra con su pulcra caligrafía y le había regresado el pergamino, solo para que el Gryffindor obtuviera un «No» y su ceño de frunciera con cierta decepción, incluso haciendo un estúpido gesto con sus labios fruncidos.

El Ravenclaw había pensado que se veía gracioso, pero sus compañeros siempre decían que los pucheros de JongIn eran lindos, él nunca los vio como algo lindos, mucho menos cuando después de aquello el chico no se rindió y siguió preguntando por salidas, de manera esporádica, allá una o dos veces al mes, recibiendo siempre en la clase el mismo pergamino usado con la típica negativa en respuesta. KyungSoo lo escuchaba rechistar y era lo único que ocurría.

Pero los cursos avanzaron y Kim JongIn creció, ya no era el muchachito flaco y escurridizo, se le había ensanchado la espalda y engrosado los brazos, además de que según los rumores ― no KyungSoo mismo, por supuesto― se había puesto bastante guapo. Sin embargo, pese a que había varias estudiantes dispuestas a salir con él, que le enviaban chocolates llenos de amortentia cada San Valentín, por alguna extraña razón que a KyungSoo no le parecía, el muchacho seguía preguntándole siempre lo mismo.

Le preguntaba, le gritaba en los pasillos cuando lo visualizaba, al punto de que KyungSoo rodara los ojos y se escabullera entre los estudiantes, haciéndose el sordo porque la respuesta seguía siendo no.

ㅡ Hyuuuuung ㅡ JongIn alargaba la palabra, porque las pocas veces que había hablado con él en los pasillos le había dejado en claro que le debía un mínimo de respeto por ser dos grandes y valiosos días más grande que él. ㅡ ¿Quieres salir conmigo? Podríamos ir a Hogsmeade...

Y KyungSoo siempre respiraba profundamente y lo veía a los ojos brillantes, sintiéndose extraño cuando respondía ㅡ No, JongIn... ve con tus amigos.

ㅡ Pero mis amigos irán con sus parejas... ¿Podrías venir conmigo? Puedo comprarte todos los dulces de café que quieras.

ㅡ ¿Entonces quieres salir conmigo para no estar solo? ㅡ KyungSoo había fruncido el ceño ㅡ no estoy interesado, gracias.

Y se daba la vuelta, dejando al muchacho que rechistaba, pero nunca se daba por vencido. Era algo típico en JongIn, invitarlo a tomar ponche en el baile de navidad, invitarlo a estudiar con él, invitarlo al lago o si quería ir a los terrenos a dar una vuelta, sobre todo invitarlo a que lo viera en los partidos de Quidditch y en los entrenamientos de su equipo. JongIn alardeaba siempre como un pavorreal y le decía que algún día él sería el capitán de su equipo y que le dedicaría sus victorias, cuando aceptara salir con él.

KyungSoo siempre se reía, no se burlaba, simplemente le parecía un poco gracioso que JongIn dijera todo aquello, no porque creyera que no pudiera ser que él se convirtiera en capitán, lo había visto en algunos partidos contra su casa, pese a que a él no le gustaba el Quidditch pero asistía para apoyar a su casa, por supuesto, como debía hacer un prefecto.

SeHun y ChanYeol siempre estaban torturándolo, para colmo, insistiéndole en que harían bonita pareja y que debía siquiera considerarlo, a lo que él siempre rodaba los ojos y ni siquiera se animaba a explicarles que las cosas no funcionaban así en el amor y que a él JongIn no le gustaba.

Las cosas empeoraron en el último curso, cuando JongIn le había dicho a KyungSoo que saliera con él, que por favor lo considerara, que había esperado mucho tiempo por él y que quería que le diera una oportunidad o que lo dejara ir verdaderamente.

Cuando el Gryffindor le habló de aquella manera, con los ojos llameantes de desesperación, KyungSoo había tragado saliva y no sabía qué hacer, tenía la respuesta atorada en su garganta, pero parecía que su lengua había estado adormecida cuando el muchacho finalmente cortó con su mirada y la bajó hacia su mesa de estudio, asintiendo y repitiendo constantemente que lo entendía.

Y el Ravenclaw se levantó para verlo, sin decir ni una palabra porque no sabía cómo, cómo decirle al chico que había estado esperando por tanto tiempo un sí, que le apenaba en ese punto decirle que lo esperara un poco más.

El curso había terminado y las vacaciones habían enfriado sus corazones, y ahora estaba ahí, como casi siempre que lo observaba en la distancia, con las manos temblorosas y el corazón acelerado. JongIn era un chico extraordinario, era apuesto, varonil y también era bastante bueno, tenía un gran corazón y era la conquista de muchas estudiantes.

Así que... ¿Qué se suponía que hiciera ahora cuando él ni siquiera lo volteaba a ver?

El muchacho comenzó a caminar lentamente, dejando a JunMyeon atrás, que negó en silencio mientras lo observaba. Porque aunque KyungSoo fuese el chico más inteligente en todo Hogwarts en ese momento, si de sentimientos se trataba, no sabía realmente cómo lidiar con ellos, si de sentimientos se trataba, KyungSoo era el premio anual de los cobardes, definitivamente.

[▪▪▪]

Era treinta y uno de octubre y se notaba, todos se sentían especialmente alegres o al menos las personas que KyungSoo había visto a lo largo del día. Todo el mundo saldría a Hogsmeade y después llegarían al castillo para darse un festín con toda la comida y los dulces que pondrían a su disposición en el gran comedor.

KyungSoo había escuchado de JunMyeon como mil veces, que en las Tres escobas tendrían una promoción sobre la cerveza de mantequilla y KyungSoo había estado tentado para ponerse la bufanda y salir, tenía el permiso firmado y no necesitaba más. Pero nuevamente no quería hacer mal tercio, JunMyeon iba con su novio y él no era el chico más sociable que digamos, aunque un par de chicas le habían invitado a salir antes y también un chico de Hufflepuff cuyo nombre KyungSoo ya ni siquiera recordaba.

Sin embargo, pese a estar toda la mañana renuente, el chico de Ravenclaw terminó tomando la bufanda y dirigiéndose hacia el camino a pie que le llevaría al pequeño pueblo mágico. Estaba un poco retirado, pero KyungSoo confiaba en que sería un viaje tranquilo porque la mayoría de los estudiantes ya debían llevar un buen trayecto.

Sin embargo, cuando KyungSoo vislumbró una silueta que le pareció conocida, se detuvo casi por completo, bajó la velocidad de sus pasos y comenzó a respirar profundamente, intentando relajarse porque era probable que quien venía de regreso fuese un chico Gryffindor cualquiera, no el chico que él pensaba que era.

Pese a ello, KyungSoo tragó saliva cuando la piel morena se mostró ante sus ojos, cuando los cabellos alborotados de Kim JongIn se rebelaron contra la ventisca ligera y el muchacho se detuvo repentinamente cuando pareció reconocerlo a su vez. El ambiente se cargó de una energía que el de Ravenclaw conocía bastante bien, cada que ellos se cruzaban, sentía la piel arder y todo a su alrededor deformarse, como si de algún hechizo se tratara, aunque a esas alturas sabía que no había hechizo más potente que algo de esa magnitud. Sinceramente no lo había, y era su culpa.

Era su culpa que cada vez que se lo topara, el Gryffindor se detuviera como por inercia y después emprendiera su camino de nuevo, volteando la mirada y o bajándola para evitar verlo, con la expresión seria y el ceño fruncido y los labios rectos, tan impropio de él.

No había más sonrisas para Do KyungSoo desde el fin del curso pasado, no había más guiños coquetos ni bromas que insinuaran algo más entre ellos dos. No había nada que el Ravenclaw pudiera obtener de él y se lo había ganado a pulso.

Habían pasado cuatro meses desde que Kim JongIn le había pedido salir por última vez y dos meses desde que se le vio de la mano con una chica de su misma casa; los rumores decían muchas cosas, como que JongIn estaba saliendo con ella, aunque JunMyeon dijera que no era cierto, que su novio le decía que no era así.

KyungSoo había pasado de todos los rumores porque no quería torturarse y porque él había dejado libre a JongIn para que invitara a alguien más, aunque saber que invitar a alguien que no fuera él lo hacía hervir la sangre.

JongIn ni siquiera lo veía en clases como antes, cuando sentía su mirada pesada en su espalda en clase de Historia de la magia o cuando hacía bromas en Pociones a sabiendas de que no le agradaba ya para nada al profesor Slughorn, y le había reprendido cada una de las veces. JongIn lucía serio siempre que estaba cerca de él, lo evitaba y por supuesto no le sonreía.

Pero eso no había impedido que KyungSoo disfrutara de sus labios curvándose cuando en las mañanas JongIn desayunaba un poco de pastel de calabaza con leche, o cuando hacía algunas bromas pesadas con sus amigos a algunos chicos de cursos más bajos. Tampoco podía dejar de pasar por el campo de Quidditch los martes y jueves, cuando el equipo escarlata tenía entrenamientos, para tomar aire fresco, KyungSoo caminaba arrastrando a JunMyeon, que siempre lo empujaba para ver a su novio volar.

El bajito siempre aprovechaba y veía a JongIn con toda su energía, dirigiendo la escoba con maestría en movimientos estéticos y sumamente calculados, era un buen buscador, JongIn era un buen capitán, KyungSoo lo sentía en su corazón.

Pero no era suyo, él no tenía derecho a reclamarle si salía con chicas o chicos, si sus atenciones eran dirigidas a otras personas o si no quería ni siquiera verle la cara.

Sin embargo, cuando JongIn se acercó hasta su altura para pasarlo sin decir nada... KyungSoo no pudo evitar notar la herida pequeña que tenía en el labio inferior, haciendo que le sangrara un poco y le escurriera un hilillo carmesí por el mentón, haciéndolo sentir extraño. JongIn tenía un moretón también y KyungSoo necesitaba cerciorarse de que todo estuviera bien. Era solo eso.

ㅡ ¿Estás bien? ㅡ Su garganta finalmente dejó salir aquellas palabras con voz queda y el muchacho se detuvo, petrificándose casi frente a él.

Kim asintió un par de veces, dispuesto a seguir su camino... y KyungSoo no sabía qué hacer, porque no quería dejar las cosas así y el muchacho no le daría respuestas, por lo que decidió devolverse en sus pasos y seguirlo, al menos para cerciorarse de que fuera a dar a la enfermería.

KyungSoo sabía que JongIn escuchaba sus pasos, pero el muchacho no se detuvo por ello, siguió andando hasta que estuvieron de nueva cuenta en los terrenos del castillo y desvió su camino hacia los campos de Quidditch, el Ravenclaw frunció el ceño, chasqueando la lengua porque JongIn era en efecto un cabeza de troll y no podía creer que no le importara nada el golpe que traía en la boca.

Así que lo siguió, solo para encontrar que el muchacho se dejó caer en la primera grada, sentándose y observando el pasto que comenzaba a cambiar de color por el cambio de clima. KyungSoo se mordió el labio inferior y suspiró con resignación, porque lo que iba a hacer no era algo que estuviese dentro de sus planes, pero estaba bien, de cualquier manera JongIn no le hablaría de regreso, nunca le hablaba de regreso, desde aquella tarde.

El premio anual se sentó al lado del capitán del equipo de Gryffindor, mientras las manos le temblaban porque se sentía nervioso, su corazón latía apresurado aunque sólo quería saber qué era lo que había ocurrido.

ㅡ Hey... JongIn, ¿qué te pasó? ㅡ KyungSoo tragó saliva después de decir aquellas palabras en voz baja, a sabiendas de que él nunca lo había llamado por su nombre antes, observándolo a través del cristal de sus gafas.

El moreno no respondió, se dedicó a observar el césped amarillento mientras que KyungSoo comenzaba a sentirse como tonto. Podría levantarse e irse en ese momento, pero decidió en último instante tirar por la borda la poca dignidad que le quedaba, así que se preparó para ello.

ㅡ Deberíamos ir a que te curen esa herida... alguna pócima de Pomfrey te ayudará.

JongIn esbozó una sonrisa sarcástica en sus labios y KyungSoo se estremeció ante ello, mordiéndose el labio inferior porque no sabía qué más decir, quería que se lo tragara la tierra, aparecerse en otro lugar, en cualquier lugar que no le hiciera sentir de la manera en que JongIn lo hacía, le dolía como si estuviesen maldiciéndolo con un crucio.

ㅡ ¿Por qué... estás aquí? ㅡ El moreno preguntó con voz seca.

El bajito se sorprendió de escucharlo hablar, por supuesto que su tono era frío, un poco cortante como siempre que tenía que dirigirle la palabra en clase para algo que verdaderamente necesitara, no por gusto.

ㅡ Ehh... bueno, quería ver si estabas bien. Pareces lastimado. ㅡ KyungSoo tragó saliva, sintiendo los nervios a flor de piel, cosa que no era algo bueno en absoluto.

El capitán de Gryffindor asintió sin siquiera voltear a verlo y KyungSoo sentía ganas de tomarlo del mentón para que siquiera le dirigiera una mirada, para salvar la casi inexistente dignidad que le quedaba.

ㅡ Y porque sabía que no... ibas a invitarme a salir.

JongIn volvió a asentir, haciendo nuevamente una mueca de sonrisa que pasó a ser de dolor cuando su labio se estiró.

ㅡ ¿Qué te pasó?

ㅡ Nada en especial, tuve una confrontación con un Hufflepuff que hablaba cosas de las que no debería. Estaré bien.

KyungSoo asintió esa vez y respiró profundamente, un poco aliviado aunque aún curioso de saber qué clase de cosas había dicho el chico tejón como para que JongIn lo hubiese agredido. Kim no solía ser la clase de persona que golpeara personas pese a que tuviese pinta de bravucón.

ㅡ Entonces... ¿estarás bien? ㅡ El Ravenclaw preguntó, sin saber cómo abordar el otro asunto muy bien.

ㅡ Por supuesto... me repondré, no es como si fuera a besar a alguien inmediatamente, pasará ㅡ JongIn le dedicó una sonrisa y también una mirada, haciendo que KyungSoo bajara la mirada y se sonrojara ante la idea ㅡque no le gustabaㅡ de JongIn besando a alguien. ㅡ Creo que me mataría, esa persona, la única en quien pienso en besar... porque no le gusto para nada.

Al escucharlo, el corazón de KyungSoo se aceleró, sintiendo sus manos temblorosas por los nervios que comenzaban a apresarlo. ㅡ Bueno, seguramente encontrarás a alguien.

JongIn asintió. ㅡ A veces no se quiere encontrar a alguien más.

KyungSoo tragó saliva, sintiendo la mirada de los ojos chispeantes del Gryffindor sobre su rostro, sintiéndose morir porque necesitaba ordenar sus ideas y responder de manera apropiada, porque no quería arruinar su conversación, no después de que JongIn no le hubiese hablado durante tanto tiempo.

ㅡ A veces... las cosas cambian.

ㅡ ¿Tú crees? ㅡ JongIn preguntó, suspirando ㅡ no lo sé, me batearon tantas veces antes que se pierde la confianza.

ㅡ Pero eres JongIn... ¿Cómo puedes perder la confianza? ㅡ KyungSoo se detuvo repentinamente, porque quizá había hablado demás en lugar de ponerlo todo en sus pensamientos, se sintió avergonzado y acalorado en ese instante.

ㅡ Porque no le gusto, ya me lo demostró en todos los sentidos.

ㅡQuizá... ㅡ KyungSoo negó, bajando la mirada y sintiéndose valiente por primera vez en mucho tiempo ㅡ quizá...

JongIn observó las mejillas escarlatas del premio anual y el manojo de nervios que se había vuelto, sonrió mientras lo observó, atesorando cada uno de sus gestos que tanto amaba apreciar y extrañaba verlo de manera abierta.

Se había prometido que iba a intentar olvidar el hecho de que le gustaba, pero no había podido hacerlo en absoluto, compartir clases con él, observarlo desde lejos, seguía sintiendo su corazón acelerarse de la misma manera, constante, fuerte, siempre por KyungSoo, hiciera el esfuerzo que hiciera.

La mano de JongIn se estiró sobre la madera de la banca y alcanzó la suya, tocando la suavidad de sus frías manos con las puntas de sus dedos, sintiendo cómo se estremecía contra él, JongIn tomó la mano de KyungSoo y el bajito lo observó, sorprendido por el gesto del muchacho y a la vez con el brillo de esperanza en sus ojos.

ㅡ Hey Do hyung...

ㅡ ¿S-sí? ㅡ el bajito murmuró, mientras lo observaba directo a los ojos y se moría por todos los sentimientos que lo ahogaban.

JongIn observó sus mejillas escarchadas de ese precioso carmesí, la manera en que sus labios pomposos se abrían para preguntarle y cómo sus ojos brillaban en ese color oscuro. JongIn pensó en ese momento, que cada golpe fue certero, porque no había nadie en el colegio que pudiera llamar a KyungSoo de mojigato reprimido y escuchar que intentarían conquistarlo para algo tan ruin, y que pudiera quedarse sin su castigo.

Porque aunque Do no diera muestras de haberlo querido, protegerlo y proteger su reputación intachable, era algo de lo que JongIn se sentía responsable, aunque no lo fuera verdaderamente. Pero en ese momento en que sus ojos se cruzaron, el moreno supo que la larga travesía, que el largo camino había valido la pena por completo.

ㅡ ¿Quieres salir conmigo? ㅡ JongIn preguntó después de tomarse su tiempo, con toda la seriedad que la pregunta necesitaba.

Y KyungSoo tragó saliva, sintiendo su corazón a punto de abandonar su pecho, porque JongIn lo hechizaba sin sortilegio alguno, porque por sí mismo hacía que la magia de lo que sentía por él creciera aunque fuera en una mísera mirada, en una sonrisa con un labio partido, pero lleno de confianza, una que KyungSoo necesitaba para sonreír también.

ㅡ Sí quiero... ㅡ KyungSoo replicó y JongIn sonrió por completo, sintiendo que no podía más.

KyungSoo se sorprendió cuando el otro se inclinó hacia él y se acercó, acortando casi toda la distancia entre ambos, sintiendo su aliento chocar contra sus labios, KyungSoo pudo oler el aroma a cerveza de mantequilla desprendiéndose de él.

Sin embargo, con todas las emociones sobre su cuerpo el bajito se dejó hacer cuando el Gryffindor finalmente lo besó y él se rindió al primer toque, suspirando contra sus labios heridos, haciendo que el otro se estremeciera y se quejara al instante, porque dolía, dolía como el infierno besar a KyungSoo en ese momento, pero prefería que doliera a quedarse quieto y no tenerlo junto a él, a no hacerlo en absoluto.

Prefería que doliera pero disfrutar de sus labios pomposos sobre los suyos, con el agarre de su mano firme, mientras que KyungSoo le respondía con otro beso y lo escuchaba quejarse, intentando alejarse una vez que recordó que estaba lastimado, pero JongIn no se lo permitió, reanudando el contacto suave de sus labios.

Besar a KyungSoo sabía mejor que toda la cerveza de mantequilla del mundo, el efecto era más fuerte que el Whisky de fuego y mucho más dulce que todos los caramelos de Honeydukes, JongIn se sintió mejor que si hubiese tomado una poción revitalizadora, porque los besos de KyungSoo le sanaban el corazón que tanto había creído perdido durante esos meses.

KyungSoo se separó de él para respirar y JongIn le besó la mejilla, porque había esperado por tanto tiempo que no quería tener que separarse de él.

ㅡ Vamos, vamos al castillo a curarte...

ㅡ Quiero que me cures a besos y me digas que no estoy soñando ㅡ JongIn soltó, siendo arrastrado de la mano por el bajito, para salir del campo de Quidditch y tomar dirección hacia el castillo.

El muchacho se detuvo y se giró, observando a JongIn detrás de sus gafas y sonriéndole como todo un tonto enamorado. KyungSoo se puso de puntitas entonces y atrapó los labios heridos de su chico y lo besó una vez más, mientras que el otro lo atrapaba por la cintura y lo atraía hacia él, quejándose un poco cuando la bufanda del muchacho le impedía besar su mentón y acariciar su piel.

ㅡ No estás soñando... JongIn ㅡ KyungSoo murmuró contra sus labios y JongIn sonrió a su vez, abriendo sus ojos castaños para él, para besarlo nuevamente por un momento.

ㅡ Te he visto venir a ver los entrenamientos... ㅡ JongIn sonrió con confianza y KyungSoo rodó los ojos, soltándose de él.

ㅡ Sólo he acompañado a JunMyeon, no sé de qué hablas...

ㅡ Te he visto en los juegos y también en el comedor ㅡ JongIn le pasó la mano por la cintura, tomándolo por la túnica para jalarlo hacia él y abrazarlo por la espalda.

ㅡ ¿Ah sí? No recuerdo...

ㅡ Está bien, puedo hacerte recordar... KyungSoo.

JongIn murmuró contra su oído y el bajito se estremeció al escuchar su nombre en su voz, haciendo que sus piernas flaquearan por todo el revoltijo de emociones. Sin lugar a dudas aquello había sido inesperado, pero KyungSoo agradecía que hubiese pasado, porque no quería ver a JongIn sonriéndole a alguien más, como le sonreía a él.

Y ahora, todas sus sonrisas, todas sus miradas y todos sus besos, eran suyos. Se había tardado, pero lo tenía.

ㅡ Eres un premio anual bastante lento eh...

ㅡ Yah, Kim JongIn...

ㅡ ¿Dulce o beso? ㅡ JongIn murmuró cerca de su oído y después lo soltó, dejando que KyungSoo se girara para observarlo con el ceño ligeramente fruncido, resoplando.

JongIn le mostró un dulce de café que a él siempre le habían gustado en su mano derecha y sonrió, tomando el dulce y su mano con la suya, y jalándolo de la túnica para acercarlo a él y recibir su bien merecido beso, porque podía tener los dos y porque necesitaba tener todos, todos los besos de JongIn por lo que le restaba de tiempo.

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Notas:

Hice un fic estilo James & Lily para celebrar su aniversario luctuoso <3 así que espero que les haya gustado. 

JiLy es una de mis parejas favoritas de Harry Potter, aunque realmente no salgan y no se sepa mucho de ellos, me gusta imaginarlos. Así que personalizarlos en mi KaiSoo es algo que amé hacer y que creo que les queda muy bien. 

Mi KyungSoo y mi JongIn son Ravenclaw y Gryffindor, para mi así son uwu.

Bueno, me sentí muy contenta de poder escribir HP!AU de nuevo, hay muchas ideas de HP!AU que quisiera escribir, pero me da penita porque mandé a borradores Verde y Escarlata y no he podido continuarlo. 

Gracias por apoyar la historia de antemano. 

Feliz Halloween~ 🎃

besos posholatosos

🌠Ary

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