Midoriya Izuku
Fue un placer saber que muchos estuvieron interesados en este fanfic aún cuando tiene poca publicidad, pero igual es un agrado leer sus bellos comentarios <3
Disclaimer: Boku no Hero Academia pertenece a Kōhei Horikoshi.
Arte de portada: シルヴァー ( https://www.pixiv.net/member.php?id=10979541 )
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DULCE NIÑA
ACTO II
MIDORIYA IZUKU
El pequeño de cabello bicolor se sentía tan frustrado e irritado consigo mismo por el simple hecho de ser el hijo de aquel que para mucho podía ser un héroe, pero para él se trataba del mal encarnado.
Tomó las sábanas que había estado estrujando y se cubrió por completo, ocultándose bajo aquellas telas para continuar llorando en silencio. No deseaba ser visto por nadie, que le tuviesen lástima o que buscasen consolarlo. Él no quería nada de eso, sólo buscaba tranquilizarse a sí mismo y meditar que es lo que haría después de salir del hospital, ya que seguro le esperaban entrenamientos mucho más severos que tendría que soportarlo sólo a partir de ahora.
Ya no tenía a su madre que pudiese protegerlo y sus hermanos no solían meterse en ese tipo de cosas pues su mismo padre no les había permitido seguir un camino heroico; ellos tenían algunas libertades, pero se buscaba que entraran a rubros que les permitiría participar, de alguna forma, en la agencia de héroes de Endevor.
Para muchas personas, pensarían que tendría una vida feliz, sin sufrir de carencias y ser capaz de vivir de forma especial. Aunque para decepción de esos mismos, su vida estaba muy lejos de ser perfecta o por lo menos sin preocupaciones.
Aun perdido en sus pensamientos, fue capaz de escuchar ruido en el pasillo, en dirección a su habitación. Talló su único ojo descubierto y se acurrucó en la cama fingiendo dormir.
– Con permiso – anunció una enfermera –. Parece ser que Todoroki-kun está durmiendo, procuremos no hacer mucho ruido Izuku-chan.
– Está bien – respondió una pequeña de melena verdosa.
La cama avanzó al lado de la del chico que fingía. Se escuchaba como eran acomodados los aparatos anexos a la camilla de la niña que esperaba y cooperaba pacientemente a que la trabajadora concluyera con sus tareas.
– Regresaré más tarde a colocarte el nuevo suero –concluyó la mujer de ropas blancas para correr la cortina que separaba a los infantes –. Descansa, Izuku-chan.
– Gracias.
Shouto esperó hasta que se retiró la mujer para abrir los ojos. Giró su rostro hacia su derecha, ahí podía observar una silueta pequeña, de alguien que probablemente tenía el mismo tamaño que él, sentada con lo que parecía un libro en sus manos. No hacía ningún ruido, más aquel de las pesadas hojas que iba pasando lentamente.
¿Cómo sería físicamente la niña que le hacía compañía en aquel blanco lugar? Tenía bastante curiosidad por conocerla. Era probable que llevase ya un tiempo en el nosocomio pues las enfermeras hablaban sobre lo bien que se portaba con su tratamiento, ¿acaso estaba muy mal de salud?
Se estiró tanto como pudo para jalar un poco la cortina que los separaba para intentar verla. No alcanzaba a percibir su rostro, sólo su corto cabello con un toque de verde que apenas cubría su nuca, la bata azulada del hospital, sus delgados brazos que concluían en blancas manos que sostenían un libro que parecía tratarse de una historia de super héroes. Justo la página cambió y una figura de su padre se elevó de las hojas del libro haciéndolo sobresaltar.
—¿Quién es? —cuestionó asustada la pequeña que se giró—. ¿Qui-quién eres tú?
—Ah... —Shouto no sabía que decir.
Ella movió toda la cortina blanca, creando un desbalance para el chico que tuvo que regresar a su cama con mucho esfuerzo.
—¿Eres mi nuevo compañero de habitación?
El de la herida en el ojo afirmó con su cabeza.
—¡Mucho gusto! Mi nombre es Izuku Midoriya —saludó con una enorme sonrisa—, ¿y tú eres?
—Shouto Todoroki.
—¡Al fin tengo un nuevo amigo!
El pequeño observó con mayor detenimiento hacía su costado, notó lo emocionada que estaba la niña, con un brillo que resaltaba sus ojos. Para su gusto era una jovencita bonita, que se mostraba inocente, con una preciosa línea de pecas que cubrían sus mejillas y parte de su nariz; estas contrastaban perfectamente con su rostro redondeado.
—¿Quieres leer conmigo? —ofreció la niña.
—¿De qué es? —cuestionó curioso Todoroki.
—Es sobre la gran hazaña de All Might —su rostro se sonrojó—, cuando rescató a cientos de civiles y apareció en la lista de héroes. Bue-bueno, también cuenta otras historias de los mejores héroes...
—¡Quiero ver!
El de la herida en el rostro bajó de su cama y rápidamente subió a la de Izuku, quien ya le había hecho un lugar junto a ella.
Regresó a la primera página. Ella leía las pocas palabras que cada hoja contenía mientras su amigo jalaba las pestañas de papel para hacer mover las figuras que sobresalían.
En cortos momentos, el de pelo bicolor observaba a la de junto cuando interpretaba las onomatopeyas del libro, era adorable. Pero lo era aún más cuando gritaba el nombre de alguna de las técnicas que realizaba su héroe favorito.
—¡Intentémoslo juntos Shouto-kun! —sus mejillas carmín lo decían todo— Vamos. Uno, dos, tres...
—¡Smaaaaaaash! —gritaron al unísono.
La pequeña tuvo que parar de inmediato, pues una fuerte tos se hizo presente. Hubo un gran cambio en el tono de su piel, de estar roja, pasó a un rosa palo para ir acercándose al blanco. Esa tos paraba aunque ahora se oían jadeos que acompañaban una tono azul en la niña. No era normal.
—¡Izuku-chan!
El varón saltó de la cama y apretó el botón que le habían indicado, pero este no hizo ningún ruido, continuó apretándolo una vez tras otra, pero no obtenía respuesta. Sus oídos se llenaron con el pitido de los aparatos que tenía conectados su amiga, no entendía que era lo que marcaban, con ellos una pequeña alarma sonó y algunas personas entraron velozmente a la gran habitación.
Una de las enfermeras cargo a Todoroki en brazos, permitiendo que él se ocultara en su pecho por el miedo que estaba sintiendo. Él sólo escuchaba como hablaban algunas cosas en su típico lenguaje técnico, cómo algunos instrumentos metálicos se golpeaban entre sí y la leve desaparición de los jadeos.
La mujer lo sacó de ese sitio y se sentó en el pasillo para hablar con él.
—Izuku-chan se pondrá bien, no llores —limpiaba el rostro entristecido—. No fue tu culpa. Ella tiene un cuerpo débil, a veces decae, pero es una niña muy fuerte.
—¡Lo siento! ¡Lo siento!
—Calma, Shouto-kun —acarició el suave pelo del menor—. Ella está bien, mira —señaló a la puerta del cuarto del que salieron—, el doctor ya terminó de atenderla.
El hombre de bata se acercó a él sonriente. Se agachó a su altura y comenzó a hablarle.
—Shouto-kun, ¿verdad?
—Si... —aseguró con voz débil.
—Lamento que vieras esto, pero ya todo está bien —le tomó de la mejilla, masajeándola—. Izuku-chan ya está bien, puedes pasar a verla.
—Gracias...
—Es mi trabajo —guiñó—. Ahora que eres su amigo, debes cuidar de ella. Es muy activa, pero ella tiene que ser consiente de cuando su cuerpo debe descansar, ¿puedes ayudarme con eso mientras estés aquí?
—¡Cla-claro!
—Buen chico —le ofreció una paleta de colores—ya puedes entrar.
Entrando vio como la pecosa estaba recostada, con una máscara de oxígeno. Ella le observó y al instante sonrió, su semblante expresaba lo mucho que se esforzaba. La tomó de la mano, frotando su mano contra la de ella.
—Prometo que te voy a cuidar, siempre...
. . .
—Siempre... —susurró al verla ser levantada por una joven de pelo castaño en la entrada de la UA—. Te encontré.
Continuará...
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No se preocupen, a partir de ahora me la voy a pasar mezclando capítulos actuales con cosas del pasado, por lo que no se asusten xD Dudo que se confundan, pero weno :P Espero que sigan disfrutando de esta y más de mis historias <3 ¡Saludos!
Siguiente capítulo: Recuérdame.
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