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Amistad

¡Ya llegó! ¡Ya está aquí! Es la nueva entrega de este fanfic XD


Creo que esta será mi presentación en esta historia :v Btw, perdónenme por tardar medio siglo en publicar continuación ;w;)/ Espero ver sus bellos comentarios en todo el capítulo, porque juro que me matan de amor <3


Disclaimer: Boku no Hero Academia pertenece a Kōhei Horikoshi.

Arte de portada: シルヴァー ( https://www.pixiv.net/member.php?id=10979541 )


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DULCE NIÑA

ACTO IV

AMISTAD


—¡Shouto-kun!


La peliverde había despertado de golpe en la cama de la enfermería escolar. Había recordado al chico que ese mismo día se había topado mientras era transportada en camilla, ¿cómo demonios es que lo había olvidado? Él había sido su mejor amigo en el hospital en su infancia. Estuvieron juntos más de una semana en la misma habitación del área infantil, luego él la visitaba ocasionalmente cuando tenía revisiones, hasta que vio el regaño de su padre porque la última vez que se vieron él se había escapado de casa.

De algún modo le hizo entristecer demasiado ese último recuerdo, fue cuando se enteró que Endeavor era el padre de aquel pequeño. El causante de muchos de los problemas y traumas que Todoroki tenía a tan corta edad. En ese entonces hubiera querido poseer el One for All y hacerle frente a aquel hombre.

Aún sin esas habilidades, por muchos años imaginó cientos de formas en las cuáles pudiera detener al segundo mejor héroe de la nación, aún si ella era una sin quirk. Por lo menos, las últimas tres hojas de cada una de sus libretas de héroes estudiaban a este, hasta que finalmente decidió tener una con esos planes para salvar al que en algún momento fue su...


. . .


—¡Príncipe!


Izuku-chan estaba junto a la cama de su compañero, intentando despertarlo por la madrugada. El día de mañana él sería dado de alta, por lo que quería pasar más tiempo hablando con él. Lo extrañaría mucho, ya que nuevamente se quedaría sola en ese cuarto infantil.


—Despierta, Shouto-oujisama...


Debido a la promesa que este le había hecho de protegerla (sobre todo de su enfermedad), la niña le había dado el título de su príncipe, aquel que lucharía por estar a su lado y la cuidaría de los mayores peligros. Claro que él tampoco se había quedado corto, le llamaba también princesa; le trataba de la forma más amable y gentil posible que conocía, tomándose su tiempo para contemplar la belleza de su cabello alborotado junto a las dulces pecas de su piel.


—¿Qué necesita Izuku-himesama? —preguntó adormilado.

—Veamos las estrellas, ¡hay muchas!


Ella estaba emocionada por completo, así que eso bastaba para motivar al de melena bicolor para levantarse y acomodar alguna de las camas desocupadas junto a la ventana; así estarían cómodos contemplando las lumbreras del cielo nocturno.

Y es que, en aquella noche, la luna parecía más grande y las estrellas mucho más brillantes. Todo aquello iluminaba a la perfección la habitación, percibiendo con dulzura los mechones verdosos del pelo femenino, y un brillo platinado en la mitad de la melena masculina.

Ambos se acostaron en aquella camilla como si de una pareja de adultos se tratara: Izuku estaba recostada sobre el pecho de su amigo, mientras que él le rodeaba con su brazo. Seguramente habían visto dicha posición en alguna revista o serie televisiva. Aunque no era algo malo, no parecía algo natural en unos pequeños.

Todo era tranquilo, con un aire ligeramente cálido, signo de que ya estaba comenzando la primavera en el país del sol naciente. Justo en el medio del cielo, apareció varios brillos para que después de eso varios de ellos parecieran caer.

Emocionados estaban de decirle al otro, giraron sus rostros para avisar al otro si no estaba viendo, pero eso bastó para que por error sus labios se rozaran inocentemente. Un primer beso accidental, se volvió el motivo de que finalmente ninguno prestara atención al hermoso fenómeno cósmico que se presentaba ante sus ojos.


—Shouto-kun... —la peliverde rompió en llanto.

—¡L-lo si...!

—¡Te voy a extrañar!


No estaba molesta con él, la pena del momento ni aparecía en su mente, ese gesto le hizo recordar que para el día siguiente su príncipe se iría para no volver a estar ahí. Era egoísta querer que él continuara en ese sitio, pues después de todo tenía un hogar y una familia donde volver; tampoco tenía una enfermedad grave como ella que no le permitiera llevar una vida medianamente normal.

Lo correcto era dejar que se fuera, desear que no regresara a un sitio así, donde eras controlado a diario, tenías que estar con batas incómodas, a veces con frío por la ropa de cama y comiendo cosas que no eran precisamente las más sabrosas del mundo para cualquier niño de su edad. Un deseo egoísta de verle a diario no debía anteponerse a todo lo demás.

Con ese fuerte abrazo, deseaba comunicar ese millón de pensamientos y sentimientos que intentaba reprimir con todas sus fuerzas.


—Te quiero, ouji-sama...


. . .


Finalmente, el primer día en la UA había llegado. La conversación de la noche anterior con All Might le había dado mucho que pensar, por lo que se sentía un poco adormilada mientras avanzaba por los enormes pasillos de su nueva escuela. Comprendía que debía de hacer entrenamientos mucho más rigurosos si pretendía dominar pronto el One for All, o sería su cuerpo el que más sufriría.

A pesar de los días de entrenamiento antes de presentar el examen, sabía que estaba muy lejos del nivel de su ídolo. Eso sin dejar de lado que como chica tenía limitantes diferentes a las de un varón, eso sin dejar de lado su enfermedad.


—Mamá se veía algo intranquila —se dijo a sí misma—. ¿Me pregunto quienes serán mis compañeros? Yo no quisiera que Kacchan...


La enorme puerta del 1-A se abrió para notar que su amigo de infancia estaba siendo regañado por otro de lentes que había cuestionado a Present Mic durante las aclaraciones de la batalla contra los robots. Hecho un vistazo a todo el salón, muchos de ellos no los había visto durante a prueba, pero eso quedó muy lejos cuando en el fondo estaba sentado Shouto-kun.

Su corazón se detuvo, dejó de prestar atención y seguramente tenía la quijada hasta el piso. Quería avanzar hacia él, saludarlo y disculparse por haberle olvidado. Se sentía tonta, apenada y pequeña tras todo lo que recordó de los días a su lado en el hospital.


—¡Deku!


La voz del rubio yanqui le había hecho reaccionar. Estaba irritado porque no respondía al de lentes que le extendía la mano y tampoco dejaba pasar a la jovencita castaña que salvó en el examen.


—¡L-lo siento! —Se disculpó con todos.

—Iida Tenya, un gusto —se presentó el chico con cientos de ademanes —. Creo que te debo una disculpa porque tú descubriste el verdadero motivo del examen...

—¿Así que ya sabes eso?

—¡Yo también lo sé! ¡Muchas gracias por salvarme! —la de cabello corto celebró.


Mentiría si no decía que estaba nerviosa por toda la palabrería que ambos chicos le estaban dirigiendo. Quería avanzar, pero también el desafiante Bakugou le estaba generando mucha preocupación, no quería que se armara algún revuelo debido a las amenazas de este mismo, como las mismas que había tenido que soportar en cuanto llevó la notificación de aceptación a Yuuei a su antigua secundaria.

El muchacho la llevó contra su voluntad a la parte trasera de la escuela. Sin ningún miedo la arrojó contra la pared, insistiendo en que había hecho algún tipo de trampa para entrar a una de las mejores academias de héroes de todo Japón. Fue ese momento el primero en que se plantó contra su compañero, asegurando que todo era resultado de su deseo de ser héroe.


—Si buscan amigos, no deberían de buscarlos en el departamento de héroes.


Junto a ellos se colocaba un hombre en un llamativo sleeping amarillo. Hablando sin detenerse, se presentó como el profesor Aizawa Shota asignado para ese curso; dando unas cuantas instrucciones les entregó sus uniformes deportivos y los llevó al campo para, lo que él llamaba: "Un examen de comprensión de quirks".

Bajo sus reglas el que quedara en último sería expulsado automáticamente. Todos tenían la opción de hacer uso de sus quirks para realizar las pruebas físicas normales que en cada escuela se realizaban; justo ese era el problema para la de pecas, no llevaba más que un par de semanas con esa inmensa cantidad de poder, no podía competir contra aquellos que llevaban toda su vida haciendo uso de sus habilidades especiales. No podía lastimarse cada parte del cuerpo frente a sus compañeros, pero tampoco podía competir de forma normal o su sueño terminaría antes de haber comenzado.

Debía pensar rápido. Si estaba en lo correcto, con que tuviese una prueba con un valor lo suficientemente alto, podría librarse del castigo que su profesor estaba imponiendo a la clase.

Recién comenzando, notó la enorme brecha que existía en el manejo de kousei y sus compañeros; era algo que se temía desde el principio. Intentaba en la medida de lo posible seguir el consejo de All Might, visualizando que no todo el poder saliera en conjunto, debía de ser sólo un poco, lo que su cuerpo soportara, pero sin practicar eso era casi imposible de hacer. Su idea era adaptarse a cada una de las pruebas, aunque dicho plan no fue exitoso.


—Siguiente prueba —anunció el hombre arrojando la pelota a uno de los alumnos.


El lanzamiento era su última oportunidad, pues las pruebas que restaban (flexibilidad y ejercicios de repetición) es probable que no le diesen la suficiente ventaja para no quedar en el último puesto. Estando en sus manos la pelota, decidió tomar vuelo y aplicar todo el One for All en su brazo, ¡romperlo era nada comparado a dejar UA!


—46 metros.

—¿Q-qué? Pero si justo ahora intenté usarlo...

—Borre tu quirk —el cabello del profesor estaba ahora levantado, mirando fijamente a la joven peliverde—. ¿Cómo alguien así entró a la Academia?

—¿L-lo borró? E-espere... Esas gafas y esas cintas. ¡Usted es Eraserhead, el héroe que cancela quirks de aquellos a los que mira!


Los cuchicheos de los demás eran claros, no todos conocían el trabajo como héroe de su profesor pues era del tipo underground y de trabajos no muy llamativos en la sociedad moderna.


—He visto que no puedes controlar todo tu poder, siendo eso ineficaz en un verdadero héroe —Aizawa, atrajo a la muchachita asustada—. ¿Crees que alguien vendrá a salvarte si te lastimas?

—N-no, yo...

—Como puedes ver, nadie vendrá. No sigas ejemplos burdos, tendrás valor como ese insoportable héroe que rescato sólo a cientos de personas, pero debes enfrentar que tú poder no te ayudará a convertirte en héroe —cerró los ojos, relajándose nuevamente—. Te devolví tu quirk. Inténtalo una vez más y continuemos.


Tomó otra de las pelotas, reflexionando sobre lo que su profesor le había dicho. Mientras tanto, era Todoroki quien intentaba no verle fijamente, lleno de preocupación y nerviosismos porque ella quedase última.


—Va a ser expulsada, seguro.


El chico de las explosiones, ese que había entendido que era un compañero de secundaria de su enamorada, estaba ya sentenciándola. No podía tener razón, ella tenía un gran valor y sobre todo una fuerza que podía llevarla muy lejos. ¡Lo había visto con sus propios ojos! Además, era persistente, como nadie más. No se deprimiría y saldría de aquí, su forma de ser le llevaba a perseverar en sus ideales.

Observarla tan decidida, seria y sin ningún motivo ese grito de Smash (como cuando eran pequeños) le emocionó. La bola fue arrojada lo suficientemente lejos para hacerle competencia al mismo rubio que afirmaba que ella saldría.


¡Bien hecho! —pensó el de melena bicolor.

—Sensei, ¡aún puedo moverme!

—¡Asombroso!


Y así como lo logró, un segundo bastó para que Bakugo explotara y fuese tras la chica que ahora mismo tenía los ojos llorosos. Sin pensarlo dos veces, Todoroki intentó detenerlo con sus habilidades de hielo, pero estas fueron canceladas a la brevedad por Eraserhead que igualmente detenía al rubio con sus vendajes


—¡No me hagas usar tanto mi quirk que tengo los ojos secos, maldición!


¿Qué mierda le pasaba a ese tipo? No tenía el derecho de ponerle un dedo encima a ninguna persona y por sobre todo a una chica tan noble como Izuku. Debía protegerla de un maniaco como él.


. . .


La escuela había concluido. Al final nadie fue expulsado, ya que según el profesor todo fue una mentira para que ninguno se contuviera.

Midoriya-chan tuvo que pasar el resto del día en la enfermería, pues tras la ayuda de Recovery Girl no pudo hacer demasiado gracias a sus bajas energías. Descansó en ese sitio y finalmente le mandaron a la cafetería a recuperarse por medio de una alimentación extra que le estaban solicitando.


—Tengo que aprender a controlarlo pronto... —habló para sí misma viendo su dedo vendado.

—Debo decir que Aizawa-sensei me sorprendió —su compañero de lentes, con quirk de motor, apareció junto a él—, ahora veo como un profesor puede alentar a través de la decepción.

—¿Eh?

—¡Esperen! —Tras de sí, la de singularidad anti gravitacional, corría a alcanzarlos—. ¿Van a la estación?

—Tú eres Infinity girl, ¿no? —El apodo que Iida le había dado parecía muy peculiar.

—Me llamo Uraraka Ochaco. ¿Y tú eres Iida Tenya y...? ¡Midoriya Deku!

—¿Deku? —La primera amiga que hacía y ya le llamaba por ese apodo tan feo.

—¿Pero no fue así como ese chico Bakugo te llamó?

—M-mi nombre es Izuku —estaba demasiado nerviosa—. Kacchan me dice Deku como forma despectiva...

—Ohhh... Qué lástimas, Deku suena lindo para ti da un sentimiento de nunca rendirse, ¿no lo crees?


Sus grandes ojos se iluminaron, podría tener un significado mejor y más asertivo con su nueva persona.


—P-podría quedarme con Deku, ¿ustedes qué dicen?

—¡Es bueno renovar las cosas! —Respondió el único varón del grupo.

—¡Suena muy lindo! —Exclamó Ochaco feliz, abrazando a la de pecas — ¿Ese chico que nos está viendo no es de nuestra clase?

—Creo que es Todoroki Shouto.

—¡Eh!


La bonita se quedó estática, no avanzó pues era el de singularidad combinada el que se acercaba de a poco a ella. Uraraka se cubrió la boca, emocionada por saber que sucedía; mientras Iida limpiaba sus lentes para observar la interacción de dos personas que pensaba no se conocían.


—¿S-Shouto-kun?

—Izuku-chan —el mencionado tomó la mano de su compañera para besar sus nudillos—. Esperé mucho para volver a verte.


La peliverde estaba echa un tomate, no esperaba que esto sucediera en su primer día de clases.


—¡Deja de estorbar en la maldita entrada, Deku!


Kacchan hacía entrada al escenario, rompiendo por completo el embelesador ambiente que hacía un momento rodeaba a los cuatro jóvenes. En una simple respuesta, Todoroki abrazó a su amiga de infancia y le llevó a un lado del camino de entrada, no sin antes mirar amenazante al rubio que se enojaba más por las acciones de los demás.

La dulce Izuku estaba desconectada del exterior, sólo podía oír su propio corazón y observar a su príncipe protegiéndola de un mal que la aquejaba desde que ellos se conocieron. Se alejó de dudas y abrazo al muchacho que por mucho tiempo extrañó.


—Te llevaré a casa.


Hizo un ademán hacía los que estaban hablando con Deku, buscando que le perdonaran por la intromisión y ahora por llevársela sin decir nada más.


Continuará...


OoOooOoOoOoOoOoOoOoOoOo


De verdad, me tiene feliz este capítulo, fue un placer todos los cambios a la trama original <3 Amo a todos los que aún leen este fic ;w;)/


Siguiente capítulo: Primera prueba.

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