Capítulo seis | If I ever feel better/You're somebody else
Se quedó de pie esperando a que aquello fuese mentira. No porque no lo quisiera sino porque no sabía qué hacer; cuando Eleanor terminó de abrir la puerta ella simplemente se giró rehusándose a mirar a la persona que atravesaba el umbral, creyó verse dramática y se odió por eso, pero al parecer los demás solo prestaban atención al chico que acababa de llegar y que, por lo que lograba escuchar, era llenado de besos en la mejilla por parte de la niña.
Vio como Claire aún partía el pavo pero con una sonrisa más grande por la sorpresa, esperando a que los demás dejaran a Oliver por su "regreso triunfal" para después ella ir y darle un gran abrazo. La rubia detuvo su mirada en Silver y esa sonrisa cayó notando la aflicción que emanaba sin saberlo. Claire dejó lo que hacía, le dijo algo a Roel e intentó acercarse a Sil.
-Ahora regreso-fue lo único que ella dijo antes de que su amiga llegara hasta a ella y se alejó de ahí, dejándola con las palabras en la boca.
Sintió que alguien la seguía pero no le importó, probablemente ésta persona solo obtendría la puerta en la cara. Entró rápidamente al baño e intentó cerrar casi de inmediato pero la persona detrás la detuvo con su pie; Silver se giró con muchas ganas de gritar que la dejaran en paz pero el rostro somnoliento del pequeño Travis en los brazos de Wesley la tranquilizó un poco.
-¿Podemos acompañarte un poco? -dijo él, invitándose solo a entrar y cerrando la puerta, quedando los tres en el diminuto espacio.
-Ya están adentro.
-Lamento no decirte antes.
-Pudiste haberlo hecho para irme a otro lugar a tiempo.
-Y por eso no lo hice-le quitó las palabras de la boca con obviedad y suspiró-. Dime, ¿cuál es el principal problema?
-No quiero verlo, eso es todo.
-¿Te pone triste?
-¡No! Me enoja, y muchísimo. Quiero golpearle la nariz antes de que él mismo la haga desaparecer.
-Pensé que esto sería bueno para él y te vi muy preocupada antes... pensé...
-Sí, me tranquiliza que esté bien. Pero tú entiendes, que él no nos merece y no lo quieres aceptar. ¿Por qué aún estamos aquí para él después de todo?
Wes respiró hondo, acomodando a Travis mejor en sus brazos quien al parecer había abandonado su sueño y comenzaba a moverse más. Asintió dándole la razón pero al mismo tiempo lidió con el hecho de aceptarlo; no habían tenido una buena versión de él en los últimos meses pero, hablando por la mayoría, preferían recordar la mejor que les brindó alguna vez.
-Somos amigos-fue lo único que pudo decir-, no te puedo dar una razón mejor, solo es así.
-No estoy de acuerdo.
-Te doy mi permiso si quieres reclamar.
-Ya ni me quiero molestar.
-Estás escondida en el baño, ¿segura?
-Peleo contra mi instinto animal-bromeó, relajándose más.
-Vamos afuera-la rodeó de los hombros atrayéndola a él y dejándole un beso en la coronilla queriendo finalizar la conversación. Silver rio ante eso después de sentir como el pequeño intentaba tomar su cabello.
-No soy tu hija-se apartó.
-Casi-hizo una mueca repleta de burla y se giró para poder salir.
Tal vez en un universo alterno lo hizo, tal vez en un universo tomó el pavo de Claire y se lo arrojó a la cabeza mientras le gritaba que se largara de ahí y dejara de hacerse la víctima.
Era una combinación de repulsión, enojo y tristeza por culpa de lo que aún seguía sintiendo por él, algo que no podía controlar y que eventualmente aprendió a reprimir. ¿Por qué tenía que ser así? ¿Por qué tenía que reprimir lo que sentía y no simplemente soltarlo sin temor a que le llamaran loca? ¿Acaso sentir era algo solo digno de locos? Todos solían decirle que era dura como una roca y fría como un día de enero en Vancouver, pero no recuerda cómo fue que llegó a ser de esa manera.
Regresó con los demás junto a Wesley, pero él desapareció casi al instante y Silver se quedó de pie junto a Félix quien al parecer no se había movido de lugar pero miraba muy atento la escena que tenía frente a él: Oliver rodeado de los invitados, quienes sonrientes esperaban obtener algo de él como si en verdad lo valiera. Se veía bien, se veía mejor; eso quiso creer ella.
Oliver Schlumberger estaba ahí, después verlo por última vez en su cumpleaños hace más de seis meses, meses en los que no supieron nada de él de su propia boca sino hasta esa llamada en la cual les dijeron como cayó rendido en algún hotel de Estados Unidos por culpa de una sobredosis.
Aún recuerda esa llamada porque despertar y escuchar a Claire llorar al teléfono con Roel no era normal, ni mucho menos ver como Fred intentaba tranquilizarla, como si en verdad supiera qué pasaba en realidad.
Pero ahora, estaba ahí. Como si ese roce con la muerte le hubiese hecho apreciar la vida, vida que siempre pareció amar.
Era menos delgado, sus pómulos ya no se marcaban como antes y podía decir que hasta sus ojeras por herencia ya no estaban debajo de sus ojos, tampoco usaba alguna chaqueta de cuero ni alguna camiseta extraña; un simple suéter azul, jeans y un gorro cubriendo su cabello era lo que bastaba para que regresara el tiempo y luciera más joven.
Cargaba a Eleanor queriéndose llenar de ella como si en verdad le faltara el cariño incondicional que solo un niño podía darle.
-Es como si fuese una celebridad-escuchó a su lado. Volteó ligeramente hacia arriba y notó como Félix veía lo mismo que ella.
-¿No lo conoces?
Éste negó.
-¿Debería?
-No.
-Pero, creo que si lo he visto en algún lado-dudó después-. ¿Es tu amigo? -el dejó de ver a Oliver y ahora lo hacía con ella.
Su pregunta fue inocente y no quiso que preguntara más, realmente lo deseó y al parecer Félix lo entendió porque simplemente sonrió ante el silencio que ella le brindó.
-¿Quieres ir a otro lugar? -hizo otro vago intento de sacarla de su trance-. A charlar o...
-No es mi amigo. -se apresuró a decir-. Si, vamos a otro lugar.
-¿Y entonces qué es para ti?
-¿Tienes que ser algo?
-Para que lo mires así, seguro que sí.
-Eres muy observador, ¿no creer?-se giró hacia él, evitando así mirar a alguien más.
-Eso me han dicho pero no lo hago con mala intención, solo soy bueno captando detalles. Supongo que es lo que un escritor debe de tener y estoy trabajando en eso.
-No sabía que eras escritor-frunció el ceño-. ¿Qué escribes?
-No lo soy-rio-, en mis intentos de hacer algo diferente, intentaba escribir guiones-hizo una mueca-: Nunca terminé uno en realidad, mis ideas eran muchas y ordenarlas para darle un sentido simplemente no era algo que podía manejar. Creo que a veces soñamos con hacer cosas grandes y nos entretenemos tanto con las expectativas que perdemos el tiempo. Ahora mismo me gustaría haber terminado el primer guion que intenté escribir, tal vez no sería muy bueno pero al menos podría decir que logré algo haciendo lo que me gusta.
-¿Me dejarías leerlos algún día? Me da curiosidad.
-Buscaré el más decente para ti.
-¿Puedes darme referencias? ¿O consideras que tienes un estilo único?
-Admiro a Godard-se limitó a decir y se encogió de hombros.
-Ah, revolucionario-sonrió complacida por ello.
-Creo que en este mundo actual ya no queda lugar para la creatividad genuina, la intertextualidad nos obliga a caer en tropos que debemos llamar influencias.
-Pero es creatividad al fin y al cabo, ¿no?
-Supongo-le dio un sorbo al vaso de ponche que había olvidado que tenía en sus manos, hizo una mueca instantánea por el azúcar excesivo que éste tenía, casi escupiéndolo.
-No tienes que beberlo-Silver rio, quitándole el vaso de las mano y yendo hasta la mesa donde lo dejó. Volteó y vio como Félix la siguió-. Te daré agua o alguna bebida, no sé, otra cosa que no sea ponche-le cedió una servilleta de papel que él utilizó para limpiar su camisa.
-Estoy bien-intentó reír-. ¿Alguna vez te han dicho que te pareces a Anna Karina? Cuando era joven, claro.
-No, creo que eres el primero que piensa eso-rio nerviosa-. ¿En verdad crees eso?
-¿Por qué te diría algo que no fuese cierto?
Ella se echó a reír, de sí misma.
-Creo que nos acostumbramos a no creer.
-¿Aún quieres ir a otro lugar? -Félix sonrió, esperando a que ella aceptara. Puede a kilómetros podía notarse lo poco cómodo que se sentía rodeado de todas esas personas que no conocía.
Silver lo dudó un poco pero los ojos oscuros de Félix pedían una respuesta favorecedora para él. Salir al corredor o charlar caminando por la acera era mejor.
-¿Después de cenar? -dijo-. No quiero que Claire se sienta mal si no pruebo su pavo-explicó.
-Perfecto.
-Si te tocó besar a Wesley en un reto... ¿cómo fue que te besó a ti? -Sue arrugó su nariz algo confundida y señaló a Fred quien estaba muy ocupado comiendo del tazón del relleno del pavo. Se quedó callado y miró a Oliver pidiéndole que no dijera nada.
Todos los demás comenzaron a reír tras tomar ese silencio como algo vergonzoso que no querrían decir para no ventilar algo de lo que se arrepentirían.
La velada estaba llegando a su fin, el último invitado se había marchado ya hace menos de quince minutos y la madrugada los estaba acariciando con recuerdos que valía la pena contar.
-¿Y quién besa mejor? ¿Ah? -preguntó Roel de pie, sosteniendo un vaso con licor que Claire acababa de darle. Su novia se posicionó junto a él queriendo meterse a la plática; le rodeó la cintura y le dio un sorbo a la bebida.
Oliver, en el suelo, se recargó en sus brazos y miró fijamente a sus amigos. Tomó una fritura de la mesa de café y se encogió de hombros rehusándose a responder.
-Oh, vamoos-Wesley rio-. Alguno debió gustarte más.
-Ni siquiera fueron besos reales, no puedo opinar nada sobre eso.
-Bien, ¿quién tiene mejores labios? -contraatacó Camille, quien estaba sobre las piernas de Wes en el sillón pequeño. Intentó corroborar mirando a su esposo para después voltear donde Fred-. Los tuyos son más delgados-le dijo al rubio.
-¿Y qué? -se sintió ofendido, hablando con la boca llena-. Eso no dice nada, todo tiene que ver con su destreza. Tengo a chicas que certifican la destreza de los míos.
-Puedo besarlos de nuevo si tanto les interesa saber-Oliver enarcó una ceja. Todos callaron dudando sobre si hacer la prueba sería correcto.
Fred negó rotundamente con su cabeza-: Yo beso mejor.
-Pero Wes tiene los labios más grandes, eso debe significar algo-Roel siguió-, ¿o no? -cuestionó a su novia.
-¿Y qué? Camille tiene caderas anchas a simple vista y no pudo tener a los gemelos de manera natural; eso no significa nada-dijo Claire, miró a Camille-: Sin ofender.
-Uf-resopló ella-: Eso es lo peor. Wes tuvo que ayudar a darme un baño por dos semanas, ¿no es así? -preguntó al castaño y él simplemente asintió como si ahora le causara gracia-, y mamá se quedó con nosotros por tres meses.
-Tres largos meses-susurró Wes.
-Oye, votamos para decidir quién de nuestras madres nos ayudaría.
-Una votación en la cual no fui requerido.
-Eres un exagerado, le caes bien a mi madre-se acomodó mejor en sus piernas para poder verle-, es una persona difícil, no te sientas especial por sentir su odio.
-Y la cito-aclaró su garganta-: Si mi matrimonio hubiese funcionado diría que valdrías la pena.
-¿Y qué? Te comparó con mi papá, y él no es un mal hombre.
-Me lo dijo porque no supe sujetar a Nigel para su baño, ¿es un pecado?
-No puedes tomarte lo que ella dice en serio, ya sabes que está loca.
-Cuando te lo dicen casi todos los días durante tres meses, es algo que se queda estancado en tu cabeza. Ni siquiera podía darme un baño mientras ella estaba en el departamento por miedo a que quisiera entrar y me viera desnudo, probablemente se reiría de mí y me mandaría al gimnasio de inmediato mientras me cuenta como en sus años de juventud todos los hombres eran como Alain Delon-miró a los demás quienes observaban atentos la pequeña discusión que parecía crecer-. Ah... Pam dijo que yo fui su mejor beso-regresó la charla.
Fred se atragantó con el relleno.
-Eso ni tú te lo crees.
-¿Van a comenzar con el lío de Pam? -Sue rodó los ojos-, si es así, para ir a revisar a los niños-señaló hacia las habitaciones.
-Pam siempre dijo que yo era el mejor besando en toda la preparatoria-Fred dejó el tazón en la mesa y se limpió los labios con la manga de su suéter.
-¿No creen que le dijo a eso a todos los chicos que besó? -Oliver se burló.
-¿Por qué arruinas sus fantasías? -le dijo Sue al notar como ambos se quedaron de callados pensándolo mejor.
La puerta principal se abrió y todos buscaron al causante; Silver entraba con cuidado esperando a que estuviese todo oscuro y en silencio pero al parecer falló su predicción.
-¿Qué pasa? -cerró la puerta después de entrar y se recargó en ésta un tanto acalorada por subir casi corriendo las escaleras.
-¡Si! -Claire sonrió en grande y se acercó hasta ella-. Qué bueno que llegaste, creo que ya estamos todos aquí-le tomó de la muñeca llevándola hasta el sofá donde Fred y Sue estaban, obligándola a sentarse ahí-. Sí, estamos todos-los contó después de posicionarse al lado de Roel de nuevo.
-¿Qué pasa? -Sue frunció el ceño.
-Tenemos una noticia-dijo la rubia levantando la voz. Sonando nerviosa y confundiendo a todos con la sonrisa que parecía no pertenecer a la expresión de sus ojos.
-¿Ah, si? -Roel le preguntó.
-¡Si! -le golpeó con su codo y él chico reaccionó.
-Es verdad-comenzó a reír y abrazó a Claire de inmediato.
-No me digas que estás embarazada porque voy a llorar por ustedes-Silver arrugó su nariz.
-¿Qué? No-la rubia rió-, yo no haría eso a propósito.
-Bueno-Roel comenzó a reír también-: Hace unas noches le pedí a Claire que se casara conmigo y...-buscó la mano izquierda de la chica.
-¡Dije que sí! -la levantó mostrando el anillo que momentos antes se había colocado tras de tener que esconderlo en su bolsillo toda la cena, después de que Wesley lo notó.
Fred, Sue y Oliver se pusieron de pie de inmediato, con genuina alegría en sus rostros yendo hacia ellos para felicitarlos con fuertes abrazos y palabras repletas de suerte. Silver simplemente se dedicó a aplaudir, sin ser sorprendida por completo pues ya sabía algo sobre eso; miró hacia Camille y Wesley, ella simplemente sonreía bastante satisfecha con la noticia mientras aplaudía con la misma devoción que los demás, Wesley solo se mantuvo en silencio ocultando su verdadera reacción detrás de su esposa.
-¡Felicidades! -espetó Camille ahorrándose más palabras y se quitó de encima de Wes-. Iré a ver a los bebés-avisó, yéndose.
Wesley recargó su brazo en el sofá y mordió su pulgar derecho como si se pusiera a pensar.
-Somos amigos-Silver articuló en su dirección, y él de inmediato entendió.
-Para eso estamos-respondió firmemente al mismo tiempo que asomaba una sonrisa por sus labios y se ponía de pie dispuesto a felicitarlos como los demás.
Ignoró los mensajes, ignoró las llamadas. Lanzó su teléfono debajo de la cama colocándolo en silencio y tapó su rostro con su almohada, buscando un asilo de él dentro de su mente pero nada era suficiente.
Ella había decidido ir a dormir temprano, y por lo que había logrado escuchar afuera, los demás lo hicieron momentos después de que Silver se encerró en su habitación. Todo estuvo silencioso por escasos 10 minutos en los que intentó conciliar el sueño pero todos sus pensamientos iban y venían con todo lo que tuviese que ver con su interacción con Félix esa noche. Y eso no le hacía sentir mal en lo absoluto, se veía como una pizca de emoción y anhelo que le presionaba el pecho y que al mismo tiempo le hacía sonreír. Pero todo eso terminó cuando el nombre de Oliver apareció en su teléfono, como un constante recordatorio de que todo es demasiado bueno para ser cierto.
Estaba decidida a mantener distancia, así como él la mantuvo en toda la noche; creyó que la mala del cuento había sido ella pero al sentir el claro rechazo de Oliver se sintió con más derecho que nunca.
Un golpe.
Otro golpe.
Silver cerró sus ojos con más fuerza y se mantuvo inmóvil deseando haber cerrado su cortina.
Un golpe más.
Otro más.
Abrió sus ojos y se giró quedando boca arriba, maldiciendo en voz baja mezclándose con la oscuridad de su habitación. Miró a su ventana y lo encontró ahí, Oliver esperando una oportunidad de entrar como las demás veces.
Silver se puso de pie, cruzó sus brazos y lentamente se acercó a la ventana haciendo la espera más larga.
-¿Qué quieres? -preguntó, lo suficientemente cerca del cristal como para que él leyera sus labios.
A contraste de cómo se veía con los demás horas atrás, Oliver lucía sumamente gris e inhóspito, y no lo culpaba, pero sentir lástima por él era algo que ya no quería hacer.
-¿Me dejarás entrar? -pronunció lentamente.
-¿No deberías estar en casa?
-No creo que a mis padres les importe.
-¿Qué quieres? Necesito dormir-insistió.
-Hablar.
Silver cerró sus ojos con fuerza y suspiró, al mismo tiempo que quitaba el seguro de la ventana y se alejaba de ésta para que él pudiese abrir; mentalizando que lo hacía para que no sufriera más frío y no porque en verdad quisiera escucharlo.
-¿Quién era ese chico? -fue lo primero que dijo al tener un pie dentro.
-No te interesa.
-Si no me interesara no te preguntaría.
-¿A eso vienes? ¿A reclamarme? -quiso reír-. Oliver, mírate, recién saliste de un centro de rehabilitación y vienes, después de meses sin vernos, a reclamarme, ¿en serio?
El castaño simplemente talló su rostro, buscando algo de tranquilidad y respiró hondo. Silver notó como su mandíbula flaqueó de repente y aquella serenidad que parecía tener al principio poco a poco se iba.
-Wesley me dijo que preguntabas por mí cuando él me visitaba y creí que...
-Que no quiera verte no significa que no me preocupe por ti-le quitó las palabras de la boca-. Oliver, te pasó algo muy feo, algo terrible que tú mismo te causaste hasta que no pudimos ayudarte más. Lo hago por los dos, ¿sí? -asintió, acercándose a él notando como parecía quebrarse ahí mismo, le tomó de los brazos y casi lo obligarse a sentarse en su silla de escritorio-. Por mí y por ti, creo que no nos hacemos bien el uno al otro-se inclinó frente a él, sin soltarlo-: Quiero que vayas a casa, ahora, no a tu departamento, a la casa de tus padres. Quiero que vayas con tus hermanas y les des el mejor abrazo del mundo y les prometas, por favor, que serás una mejor persona para ellas y para ti.
-Lamento que hayas visto la peor versión de mí, así-comenzó a buscar alrededor alguna opción para evitar mirarla a ella-. Yo-respiró hondo-, estaba como loco buscando algo de amor-rio casi al borde-, ni siquiera sé qué es eso, al parecer, pero tenía hambre de él-relamió sus labios -. Lo busqué tanto en cosas que no lo eran y me conformé con la nada... Sil, perdóname por fallarte así.
-No creo ser yo lo que importa aquí. Solamente ya no me mientas sobre ti.
-¿Y aún me quieres?
-Tienes que irte a casa.
-¿Me puedes responder?
Silver se puso de pie, él la siguió con la mirada, más decidido que nunca a escuchar lo que fuese a decir sin importar que no sea bueno. Ella resopló, tratando de no contaminarse de la triste mirada que él le lanzaba como si de un perrito se tratara; no se acostumbraba verlo así y menos cuando horas antes había bromeado como si nada hubiese pasado.
-Sí, claro. Todos aun lo hacemos.
-Yo te quiero, mucho.
-Me alegra.
No era lo que esperaba pero quedó en silencio porque sentía que lo arruinaría si seguía. Silver lucía tranquila y eso era peor, porque la indiferencia mataba más que cualquier insulto o reclamo. Quiso retener toda la información que podía de ese momento; de ella de pie frente a él bañada en oscuridad pero que podría ver perfectamente gracias a la lámpara de noche que ella nunca apagaba.
Era más bonita que lo que recordaba, más vibrante que en las fotografías y más elegante al hablar que en las últimas llamadas que le hizo. Sin duda no era la misma chica de 17 años que alguna vez pudo tener junto a él, ahora había un nuevo componente en su actitud que causaba que su atracción hacia ella fuese más fuerte y creara una tensión emocional más grande que la que creía tener. Esto le causaba un vacío en el estómago y una presión en el pecho, algo extraordinario y al mismo tiempo tan triste, tanto que podía gritar que la amaba con tanto júbilo como con pena para sí mismo, y no significaría nada porque no estaría a la altura de lo que ella en verdad merecía.
Su castigo ya lo tenía.
-¿Puedo quedarme? -pidió, repleto de vergüenza por pedir algo así pero no confiaba en sí mismo. Wesley se había encargado de llevarlo a casa y él regresó sin siquiera entrar a ella aunque le aseguró a su amigo que lo había hecho.
-¿Aquí?
Oliver se puso de pie, talló sus ojos con la palma de su mano izquierda quitando cualquier resto de lágrima que pudieron salir. Señaló el suelo pero después la puerta.
-El sofá, como quieras, simplemente no quiero salir solo. El sofá trae buenos recuerdos-quiso bromear.
-El sofá será-lo hizo ella también.
If I ever feel better - Phoenix
You're somebody else - Flora Cash
PERDONEN SI HAY ERRORES QUE NO REVISÉ BIEN PORQUE QUERÍA SUBIR HOY ANTES DE QUE TERMINARA EL DÍA DEL LIBRO.
¡Regresé! ¡En forma de fichas!
Hola, insultos aquí x
¿Qué tal todo? No tengo perdón de Dios, lo sé, pero asi es la vida :c no tengo pretextos en realidad. Han sido casi 4 meses sin actualizar, prácticamente desaparecí de Wattpad, y al principio tenía que ver con la universidad pero siempre me encontré espacios en mis tiempos (con mi servicio social) para actualizar, no sé porqué de repente no pude seguir. Tiene que ver con mi inspiración y con el disfrutar la escritura. Por un tiempo dejé de sentir amor por mis pasatiempos y me creé un conflicto yo sola por culpa de otros aspectos de mi vida. En fin, no quiero inundarlos con mis problemas jejeje
Aquí está Oliver de nuevo, que mucho pidieron por él y que incluso pensaron que lo había matado. Nunca haría eso :c Bueno sí, pero en estas novelas no. O eso digo yo.
No sé qué más decir, nunca sé que decir. Si tienen duda de algo, pregunten aquí x :)
¡Gracias por seguir aquí! No los merezco :(
pd: En mi perfil verán un link a una playlist de Spotify que hice porque una chica (según yo eras una chica, perdón) me dijo que le gustaría una playlist con la música favorita de Wesley. Y le hice caso (si lees esto, te obedecí jeje). Son canciones que se me ocurren o recuerdo que podrían ser de su agrado o que van de acuerdo a lo que creé de él. Es un pequeño revoltijo de canciones oldies y otras no tanto, añadiré más.
En fin, gracias y buenas noches!
pd2: UNMCP está a poco de llegar al millón y estoy loca por eso aaaaaa
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