Capítulo 18
Capítulo 18
Emily:
Estaba en las nubes. ¿Le gustaba a Landon? ¿En qué momento mi día había pasado de ser horrible a increíble? En el instante en el que la zorra de Mackenzie había empezado a lanzarme pullas supe que no aguantaría ese asalto; más cuando se metió con lo que más me había atormentado en mi infancia. La muy perra sabía cuál era mi punto débil y lo había utilizado de manera inteligente para herirme.
Había huido como una cobarde, lo sé. Me había escondido en el primer lugar que más seguro me había parecido: el baño de mujeres. Por eso, no esperé encontrarme allí a Landon. Me habían dolido tanto sus palabras. A pesar de que pensaba que ya había superado aquel rechazo a mí misma, no era del todo cierto. Que mis ojos fueran diferentes aún me causaba problemas. Era una tontería y era algo con lo que tendría que convivir toda la vida, pero no podía evitar sentirme así cuando toda mi vida se me había martirizado.
Que Landon viniera a buscarme, que me intentara calmar, fue lo más bonito que me había pasado. ¿Le importaba a un hombre tan apuesto como él? ¿En qué novela romántica me había metido? Fue tan tierno conmigo, más cuando me besó de aquella manera espontánea. Y ¡madre mía!, qué beso. Solo de recordarlo sentía un hormigueo por todo el cuerpo. Aún notaba los labios hinchados por la intensidad. Había sido tan perfecto el momento. Más cuando me confesó sus sentimientos. Me parecía algo idílico.
Me sentía inmersa en una burbuja. A aquel último beso le habían precedido otros. Landon fue tan dulce conmigo, tan bueno. Antes de volver a la mesa, me había abrazado con fuerza y me había prometido que todo iría bien. Así que cuando volvimos para reencontrarnos con nuestros amigos, yo aún seguía en las nubes, en aquella burbuja que nuestra sesión de besos había creado. Me había armado de valor para cantarle las cuarenta a aquella morenita de piernas largas. No veáis cuál fue mi sorpresa al no verla allí. ¿Dónde se habría metido aquel bicho?
—¿Dónde está Mackenzie? —pregunté nada más sentarme en el mismo sitio de antes. Me sorprendió que Landon en vez de tomar el lugar de antes, optara por sentarse a mi lado. Aquello hizo que mi corazón brincara de alegría y que un ligero rubor por lo que había pasado en los baños se extendiera por mi rostro.
—La he echado. —Elli se encogió de hombros con indiferencia—. Cualquiera que se meta con mis amigos es mi enemigo.
Todos en la mesa rieron salvo Landon y yo. No entendíamos nada. Seguramente aquello habría pasado cuando él y yo estábamos en los servicios dándonos el lote del siglo.
—La ha echado y la ha insultado al puro estilo Elliana —soltó Luke entre carcajada y carcajada.
—¡Qué pena que os lo hayáis perdido! No sabía que nuestra Elli tuviera ese don para los insultos.
Aquella rubia se puso por un momento roja.
—¿Acaso preferís que no la defienda y que esa mujer de pacotilla se salga con la suya?
—No, ha estado bien. Lo que me he reído cuando ha dicho: <<¿Tú quién te crees para venir aquí a faltarnos al respeto? Tienes dos opciones: ser buena gente o irte a esa mesa en la que están Ingrid y Lillian y convertirte en la aprendiz del perreo>> —la imitó Anna, poniendo una voz muy parecida a la de mi cuñada.
La miré. ¿Quién era ella y dónde estaba la Elliana que conocía? Joder con el embarazo. Sí que le había sacado el carácter.
Ella se encogió de hombros.
—Si te metes con mis amigos, es probable que salgas escaldado. Nadie toca a mis seres queridos.
El resto del almuerzo fue bien, bueno, más o menos. El ambiente era muy ameno y mis amigos bromeaban y reían. Mas yo me sentía inquieta por todo lo que había pasado, más cuando sentí los dedos juguetones de Landon en mi rodilla, acariciándome con delicadeza. Lo miré. Me sentía tan afortunada de que un hombre como él se fijara en mí. Sin embargo, no podía evitar sentir aquella punzada de miedo. Mi última relación había sido un desastre y cuando lo dejamos me había sentido utilizada. No quería volver a sentirme así. Si bien una parte de mí me gritaba que Landon sería incapaz de hacerme daño, la otra temía que todo fuese demasiado rápido y que solo buscara de mí un revolcón.
El resto del día lo pasé inmersa en una nube que apenas me permitió ser consciente del paso del tiempo. Hice mi trabajo, sí, pero no de la misma manera. Sentía que no lo estaba haciendo bien así que, a pesar de ser viernes, decidí llevármelo a casa. Guardé todo en su lugar y me aseguré que no me dejaba nada antes de salir de allí.
Al llegar a la entrada me sorprendió ver que Landon estaba allí, sentado en uno de los sillones y con la mirada fija en su teléfono móvil. Estaba tan concentrado que no pude evitar darle una colleja cariñosa en la cabeza y revolverle aquel cabello tan bonito que tenía. Él, al sentirlo, levantó la mirada y me lanzó lo que yo denominaba una mirada fulminante.
—¡Eh! Eso duele —se quejó, aunque en su voz había un matiz de broma.
Sonreí con maldad.
—Estabas tan concentrado que no he podido evitarlo —dije poniendo voz melosa.
—Ahora no me vengas con ese tonito de niña buena cuando los dos sabemos que no lo eres tanto. —Y para corroborarlo me guiñó un ojo con picardía. Aquel gesto me hizo ponerme roja, más que nada porque me recordó a nuestra sesión de besos. Landon puso una mano en mi mejilla y me la acarició con ternura—. No sabes lo mucho que me gusta verte así, Heidi.
Puse los ojos en blanco. Allí estaba ese mote de nuevo. Bufé.
—No me llames <<Heidi>>. No me gusta.
Rió a carcajada limpia.
—Por eso mismo te lo digo. —Me sacó la lengua como si fuera un niño pequeño. Hombres.
Se levantó del sofá al mismo tiempo que guardaba su móvil en el bolsillo de su abrigo. Estaba tan guapo vestido de traje. Yo era de las que pensaban que aquella prenda les daba un aire sensual y sexy a los hombres. No sé qué tenía, pero con eso puesto provocaba que mis hormonas estuvieran más revolucionadas que de costumbre. Le sentaba como un guante y lo hacía verse muy atractivo.
—Si sacas una fotografía, la imagen te durará para siempre.
Parpadeé. ¿En qué momento me había quedado mirándole con descaro? Aunque, pensándolo mejor, era muy normal. ¿Quién no querría admirar a semejante hombre?
Le guiñé un ojo.
—No, gracias, prefiero apreciar las vistas —solté con descaro.
Ambos reímos por un momento, totalmente relajados. Lo agradecí. Por un momento pensaba que el ambiente entre nosotros se iba a volver tenso después de las confesiones. Gracias a Dios que no pasó así.
—¿Nos vamos a casa? Te estaba esperando.
Landon me tendió un brazo y, tras sopesarlo, enrollé el mío en torno al suyo.
—Nos vamos.
. . .
Aquella tarde, tras llegar al apartamento, Landon me tomó de la cintura y me dio un beso de aúpa. Dejé caer el bolso al suelo y me dejé llevar. Me gustaba cómo sus labios se movían en torno a los míos. Fue un beso tierno, dulce, y cuando nos separamos, yo sonreía como una boba. Su dedo índice se posó en mi labio inferior y musitó:
—Preciosa.
Ay, sí es que me derretía. Era tan mono y tan dulce.
—Guapo. —Le tiré un beso con descaro.
Me cogió en volandas y nos llevó al sofá. Me colocó encima de él y devoró mi boca con ansia. Fue un beso salvaje, hambriento. Sentí sus manos en mi cadera. Su lengua jugaba con la mía y mis manos recorrían su espalda con devoción. Sus manos poco a poco empezaron a explorar por dentro de mi camiseta y mi piel reaccionó ante su contacto. Quería más, mucho más, pero paré. Haciendo acopio de todas mis fuerzas, rompí aquel beso tan mágico. Ambos teníamos la respiración entrecortada.
Sonreí y él hizo lo mismo. Me acurruqué en su pecho y dejé que el me mimara y que recorriera con sus dedos mi espalda, hasta enredarlos en mi pelo. Mientras, yo escuchaba el latido desbocado de su corazón y aquello hizo que el mío saltara de alegría.
Nos quedamos así, en silencio, durante un buen rato. Estaba tan a gusto y me sentía tan segura estando entre sus brazos. Sus caricias eran tan relajantes que por poco me quedaba frita.
Unos minutos después, volvimos a besarnos con ahínco, de aquella manera que me hacía perder la cordura y la noción del tiempo. Sentí sus manos en mi espalda, en mi pelo y, por último, en mi cintura. Me dejé llevar. Besé esos labios tan adictivos y, en un momento dado, se me escapó un jadeo cuando empezó a mordisquearme el labio inferior. Su boca recorrió mi barbilla, bajó a mi cuello y me dio un beso justo donde mi pulso iba acelerado. Luego, subió de nuevo a mis labios. Dejé que sus manos exploraran mi piel; mas cuando noté que llegaba a la base de mis pechos, no pude evitar sentir un nudo en la garganta.
Nunca antes había estado con un hombre de esa manera tan íntima. Lo más lejos que había llegado era a hacer una mamada o a que me tocaran los pechos. No me sentía lista para dar un paso así. Sentía que íbamos muy rápido y yo era de las que necesitaban tiempo para soltarse y dar un paso tan grande.
Por eso, lo aparté de mí cuando supe en dónde acabaría la cosa de dejarme llevar. Landon era un hombre increíblemente apuesto, pero aún no confiaba en él lo suficiente. Mejor dejar que las cosas se dieran a su tiempo.
—Siento si he ido rápido. No he querido...
Lo callé con un beso.
—No, tranquilo. Soy yo, ¿vale? Nunca antes he llegado tan lejos con un hombre. Ya sabes, nunca antes me he... —Me puse roja—... Nunca antes me he acostado con nadie.
La mirada que lanzó fue tan tierna. Fue una mezcla de asombro y encanto.
—No tenía ni idea. Iré más despacio, entonces.
Me senté a su lado, bajándome de su regazo.
—Tengo miedo —confesé apartando la mirada. Seguro que mis mejillas estaban sonrosadas, las notaba muy calientes. Sin embargo, Landon me obligó a mirarlo a los ojos colocando una mano en mi barbilla. Condenado.
—¿Miedo? ¿De qué? —Arrugó el ceño con confusión. Cuando los engranajes de su cabeza hicieron clic, abrió los ojos de par en par—. Yo no... Yo nunca te obligaría a...
—Lo sé. Solo que en mi vida he salido con un único chico y ese hombre me utilizó —dije con la voz floja. Al instante, Landon empezó a acariciarme el brazo en un intento por animarme a contárselo. Lo comprendí. Él quería que confiara en él. Tomé aire y me armé de valor—. Como bien sabes, mi historial social es muy nefasto. En el colegio nunca fui popular. No sé cómo pasó, pero de un día para el otro un compañero de clase del que estaba colada hasta los huesos se me declaró. Él era un chico popular y yo me sentí halagada de que sintiera cosas por mí.
<<Me gustaba de verdad. Me provocaba un mar de sensaciones en el estómago. Por eso le di una oportunidad y empezamos a salir. Al principio, todo iba bien. Teníamos citas juntos y me trataba como si fuera una reina. Yo no me habría enterado de nada de no ser porque lo pillé discutiendo con Mackenzie, a la que ya conoces. Descubrí que todo había sido una mentira, que él solo estaba conmigo porque quería acostarse conmigo. Me sentí tan tonta y tan estúpida. ¿Cómo me había dejado engañar así?
Una lágrima traicionara descendió por mi mejilla. Landon la enjugó con mimo, atento a mi relato.
<<Aquel engaño me sirvió para andar con pies de plomo con los hombres. Por eso no te conté nada acerca de mis sentimientos. Landon, me gustas mucho, pero temo volver a salir herida. No sé si mi corazón logrará recomponerse de nuevo.
Una sonrisa genuina le iluminó el rostro.
—Tú también me gustas mucho y lo que menos quiero es cagarla. Me importas de verdad, Emily. ¿Qué tengo que hacer para demostrarte que no soy un imbécil?
Lo miré. Tenía el corazón en un puño. El pulso me iba a mil por hora, mi pecho subía y bajaba con rapidez.
—Solo necesito tiempo y un poco de espacio. No quiero que las cosas vayan demasiado rápido. Lo siento.
Aparté la mirada un tanto avergonzada. Él me metió un mechón de cabello tras la oreja.
—No tienes que disculparte. Lo entiendo y, ¿sabes?, lucharé por ti. No sabes lo especial que eres y lo mucho que me atraes. Te esperaré, no lo dudes.
Landon me dio un rápido beso en los labios y, acto seguido, se levantó y se marchó, dejándome confusa y alborotada por todo lo que había pasado.
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Nota de autora:
¡Feliz viernes, mis enredados y enredadas!
Tengo una mala noticia. El lunes empiezan mis vacaciones y me voy de viaje a Mallorca. Estaré un mes fuera. ¿Qué quiere decir esto? No prometo que vaya a actualizar todas las semanas de este mes que estaré fuera. Intentaré publicar un capítulo semanal, cada lunes. Me da pena dejar Wattpad durante un mes, pero tengo muchas ganas de viajar fuera de mi ciudad. También os aviso que no responderé a los comentarios hasta la vuelta. Apenas tendré conexión a Internet.
Por otro lado, quiero deciros que voy a presentar esta novela a los Premios Wattys 2019. Deseadme suerte este año.
Volvamos al capítulo. Esto ya se está poniendo bueno, ¿no creéis? Su amor se cuece a fuego lento. Repasemos:
1. Emily está en las nubes.
2. Elli sacando su fiera interior de nuevo.
3. Otra sesión de besos.
4. Emily no quiere ir tan rápido con Landon.
5. ¡Esto está que arde!
Espero que el capítulo os haya gustado. ¡Nos vemos el lunes! Un beso enorme.
Mis redes:
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