Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 15

Capítulo 15

Landon:

Silencio. Se hizo el silencio en la estancia.

Sus palabras resonaban en mi cabeza una y otra vez. <<Estoy embarazada>>. Sentía que mi garganta se había cerrado y que no podía emitir ningún sonido. Estaba en shock. Sentía un batiburrillo de emociones bullendo en mi interior y no sabía cómo sacarlas a flote.

—¡Dios mío, Elli! —chilló Genevieve yendo a su lado y dándole un gran abrazo—. ¡Felicidades! ¡Es una gran noticia!

Por favor, que alguien la callase de una vez. Parecía un chihuahua ladrando.

—¡Enhorabuena! —Emily saltó de alegría y se unió al abrazo—. ¡Voy a ser tía!

Nora pronto se les unió, al igual que Winter. Solo quedaba yo y Elli lo notaba. Sus ojos estaban puestos en mí, esperando una reacción por mi parte. ¿Cómo reaccionar ante algo así? Estaba contento y feliz por ella, pero no sabía cómo demostrárselo.

Al final, me uní al abrazo y le di un beso en la coronilla. Coloqué una mano en su vientre y pregunté con una sonrisa:

—¿Quiere eso decir que hay alguien ahí dentro escuchando todo?

Elliana estaba radiante de felicidad. Tenia los ojos bañados en lágrimas de dicha.

—Sí.

—¿De cuánto estás? ¿Lo sabe ya mi hermano?

Se puso seria de pronto. Nos alejamos para que respirara y nos sentamos en el sofá, esperando su respuesta. Ella se encogió de hombros.

—No he tenido la oportunidad de decírselo. Me he enterado ayer y por casualidad. He tenido que ir al médico a hacerme unos análisis y ahí es donde me han dado la noticia. Mi médico me ha felicitado, aunque estaba segura que mi careto era muy notorio. No todos los días le dicen a una que está en estado.

—¿Sabes de cuánto tiempo estás?

Asintió meneando levemente la cabeza.

—De dos meses y medio.

Me llevé las manos a la cabeza, totalmente noqueado por la noticia.

—Pero, ¿cómo ha podido ocurrir? —pregunté yo. Al ver que todas las mujeres me miraban raro, agregué—: A ver, estoy muy contento y espero haberme ganado el puesto de tío. —La miré significativamente—. Pero todos sabemos cómo se hacen los bebés y tenía entendido que tú tomabas anticonceptivos.

Se puso roja como un tomate ante mi mirada intensa.

—¿Recuerdas que he estado un mes en otro país? —Calló y espero a que asintiera con la cabeza. Cómo olvidarlo, joder, si fue el peor mes de mi vida. Que mi mejor amiga estuviera desaparecida fue todo un calvario. No saber dónde estaba y no tener noticias de ello fue lo más estresante y frustrante que había sentido en la vida, y no se lo deseaba a nadie—. Verás, olvidé el pequeño detalle de los anticonceptivos también.

—Me cago en todo.

—¡Elli! Una mujer debe llevar la cuenta de algo tan importante como los anticonceptivos —la recriminó Genevieve.

Ella se llevó las manos a la barriga con tranquilidad.

—Os recuerdo que estuve un mes sin memoria. Tenéis suerte de que me acuerde de vosotros —bromeó.

Me sorprendía mucho el hecho de que fuera capaz de bromear con algo así. Seamos sinceros, yo no podría. El simple hecho de recordar lo que el cabronazo de Tyler le hizo me provocaba una ira que nunca antes había sentido. Tenía ganas de golpearlo con todas mis fuerzas.

Emily se levantó de un salto y volvió a abrazarla.

—¡Ay, qué contenta me pone saber que voy a ser tía!

La miré sin poder evitarlo. Aquella pelinegra parecía todo un angelito, pero había ido aprendiendo a saber que bajo esa apariencia se escondía un pequeño demonio. Tenía carácter la tía y lo sacaba en los momentos que eran justamente necesarios. Me gustaba, era un hecho.

—¿Has pensado ya en un nombre para el bebé? —pregunté.

Las chicas pusieron los ojos en blanco.

—Por favor —empezó a decir Emily—, acaba de enterarse. ¿Cómo esperas que haya pensado un nombre?

—Si es niño, quiero que se llame Landon. Es un nombre muy bonito.

—Puff, es muy soso. Además, sería raro que llevara el nombre del mejor amigo de ella —me refutó la mujer de los ojos raros y dulces.

—Claro, porque Emily no es para nada común y corriente, aburrido —la chinché.

Ella me lanzó una mirada fulminante. Si las miradas matasen, yo ya estaría muerto. Nunca antes me había gustado meterme con nadie que no me cayera bien, pero hacerlo con ella me gustaba. Ver cómo perdía los nervios me ponía mucho.

Unas risitas femeninas nos hicieron volver a la realidad seguida de la voz de mi mejor amiga.

—Chicos, si queréis enrollaros, hacedlo cuando nos vayamos, por favor.

Miré a Emily por un segundo. Claro que me gustaría enrollarme con ella. No solo eso, deseaba perderme en ella, aspirar su aroma y recorrerle la piel con los dedos.

—Sí, claro. Más le gustaría a él —objetó ella poniendo los ojos en blanco.

Espera, ¿hablaba en serio? Porque yo sí que tenía unas ganas de la hostia de darle un beso, de callarla con mis labios y demostrarle así lo mucho que la deseaba. ¿A quién no le gustaría una mujer así, tan guapa e inteligente?

—Admite que te mueres porque te dé un beso —la piqué.

Emily frunció el ceño.

—En tus sueños.

Elli bufó.

—Parad de una vez, la mar. No entiendo cómo podéis convivir juntos.

Nadie dijo nada más. Mejor. Bastante tocado me había dejado ya. Ahora más que nada quería besarla. A medida que la tarde avanzaba, miraba los carnosos labios de Emily y un deseo de probarlos me inundaba.

Mierda. Debía de alejarme de ella cuanto antes. No podía seguir así.

. . .

Estaba en mi cuarto leyendo un libro cuando alguien llamó a la puerta. Tras decirle que pasara, seguí mirando el libro de fantasía, fingiendo que seguía absorto en la lectura cuando lo que quería era evitar su mirada.

—¿Molesto? —Su voz tan angelical y dulce como la miel me llenó los oídos e hizo que mi corazón latiera con fuerza.

Negué con la cabeza sin decir ni una sola palabra ni levantar la mirada de las páginas. Llevaba en la misma línea desde hacía un rato. Sentí que el colchón se hundía bajo su peso. Poco a poco sus manos me arrebataron el libro de las manos. Era tan cálida y suave su piel que me puso la carne de gallina y me provocó un sin fin de escalofríos. Colocó los dedos bajo mi barbilla y me la alzó para que nuestros ojos estuviesen en contacto. Eran tan hermosos y perfectos.

—Eres tan guapo —murmuró poniéndome las manos en el pecho—, y yo te deseo tanto.

Iba únicamente ataviada en una ropa interior de color rojo, atrevida y sexy. Sentí cómo mi miembro palpitaba dentro de mis pantalones. Sus pechos se veían tan grandes y tan deliciosos. Quería probarlos. Y esa braguita era tan pequeña y dejaba tan poco a la imaginación. Así vestida Emily parecía toda una diosa de la lujuria y de la perversión.

—Veo lo mucho que me deseas. —Y sin más, restregó toda su mano por encima de mi paquete. Mi sexo reaccionó con gusto a su contacto y una sonrisa traviesa se dibujó en los labios de aquel demonio—. ¿Quieres que te haga gritar de placer?

Madre mía. ¿Qué estaba pasando? Era ilógico. Ella jamás se comportaría así.

Por un momento intenté apartarle la mano de mi entrepierna, pero lo único que conseguí fue que se subiera a horcajadas y empezara a mover su sexo contra el mío con descaro, llevándome al paraíso de los placeres. Yo solo podía jadear y gemir, fuera de control. Besé esos labios que tanto tiempo anhelaba hacer y toqué esos pechos por encima del sujetador de encaje.

—No sabes lo mucho que me pones. Eres increíblemente sexy —dije con la voz ronca.

—¿Solo te pongo cachondo?

Siseé.

—Me encantas y me atraes —confesé. Llevé una mano a su boca—. Llevo mucho tiempo queriendo besar estos labios. Tienes algo que me hace pensar en ti constantemente.

Su centro empezó a rozarse con más ímpetu. Gimió con fuerza.

—Creo... creo que voy a llegar.

Sin vergüenza, Emily clavó las uñas en mi espalda cuando alcanzó el clímax y gimió con fuerza, murmurando mi nombre con esa voz tan ronca y sexy que se le había puesto. Yo estaba a punto y, como siguiera moviendo las caderas en torno a mi polla, me correría en los pantalones del pijama.

Cuando ella cayó laxa sobre mí, yo aún seguía con una erección de caballo. Le recorrí la espalda con los dedos, hipnotizado por su contacto. Mis manos llegaron al broche del sujetador, pero antes siquiera de poder desabrocharlo, ella se irguió y clavó en mí su mirada.

—Prométeme que me lo dirás.

—¿Qué? —No comprendía nada.

Me dio un beso en los labios, dulce y tierno. Poco a poco su imagen se fue tornando borrosa.

—Prométeme que algún día me confesarás tus sentimientos. Sé valiente. La vida te sorprenderá.

Aquel demonio con forma de Emily desapareció de mi vista y pronto todo se tornó negro.

. . .

Me desperté con un sobresalto. Tenía una gran erección y mi miembro palpitaba con fuerza debido al sueño. Toda la habitación estaba a oscuras y, cuando miré la hora, comprobé que solo eran las dos de la madrugada. Genial, simplemente genial.

Me levanté y, sin hacer mucho ruido, me metí en el baño. Me mojé un poco la cara con el agua, en un intento por calmar mi desbocado pulso. Estaba muy empalmado y dolía que te cagas. Me metí bajo el chorro de agua y empecé a tocarme en busca de alivio. A mi mente veían las imágenes del sueño, una Emily muy sexy y cargada de lujuria. Recordar sus gemidos y sus palabras provocaron que aumentara el ritmo hasta por fin dejarme llevar.

¿Era un completo cabrón por masturbarme pensando en mi compañera de piso? ¿Era de ser gilipollas tener sueños eróticos con ella? Sabía que todo ello estaba enraizado en el deseo que sentía por ella. Estaba claro que de no sentir nada por ella, que de ser indiferente para mí, no me pasaría. No lo podía controlar, joder. Bastante intentaba hacerlo de manera consciente. Mas cuando bajaba las defensas, mi subconsciente me jugaba malas pasadas.

Salí de la ducha un poco más aliviado. Aquel sueño había sido muy intenso. Vale, estaba claro que no debía pensar en él si no quería tener otra erección. Me apoyé contra el lavabo y tomé varias inhalaciones. Necesitaba relajarme y no pensar en ella. Era tan difícil, más cuando dormía en la puerta contigua a la mía.

Fui a la cocina para ponerme un vaso de leche con azúcar. Decían que la leche ayudaba a dormir y, además, papá de pequeño siempre me traía un vaso de leche con azúcar cuando tenía pesadillas. Estaba preparándomelo a oscuras cuando, de pronto, se hizo la luz y una Emily ataviada solo en un pijama de invierno (un poco aniñado, por cierto) entró. Dio un gran bote al verme seguido de un grito gutural que me asustó. Estuve a punto de derramar la leche.

—¡Me cago en todo! —maldijo con el corazón en la boca—. Tío, eres como un puto ninja.

Reí por aquel comentario y continué removiendo la leche. Vi cómo ella trasteaba en el armario de los vasos y llevaba uno de ellos al fregadero para servirse un vaso de agua.

—¿No puedes dormir?

—He tenido una pesadilla —dijo de manera seca. Vale, la entendía. Había estado evitándola toda la semana. Me lo merecía.

—Ah.

Se sentó a unos metros de mí, como si mi presencia la quemara. La observé. El pijama era muy curioso. Era de esos gordos y calentitos. La camiseta tenía un dibujo de un ciervo y alrededor del animal había mucho pelo rosa. El pantalón era gris con un sinfín de caras del mismo animal. No estaba acostumbrado a eso. Cuando me acosté con la última mujer recuerdo que no llevaba un pijama mono; más bien utilizaba una lencería sexy. Aunque pensándolo mejor, así estaba bien. De lo contrario, lo sucedido en mi sueño se repetiría y no estaba seguro de poder controlarme. Yo era como una bomba de relojería y ella, mi detonante.

El silencio entre nosotros era tan incómodo y tan tenso, asfixiante. Por fortuna, Emily lo rompió, aunque no sé si prefería que no lo hubiera hecho.

—¿Por qué has estado evitándome esta semana? —preguntó con un suspiro.

No supe qué decirle. A mi mente vino la imagen de la Emily sexy pidiendo que le dijera mis sentimientos. Pero, ¿estaba dispuesto a desnudarme emocionalmente con ella? ¿Merecería la pena correr el riesgo?

—¿Por qué has sido tan borde y seco? ¿Acaso estás enfadado conmigo? —insistió ella.

La miré como si fuera tonta mientras tomaba un sorbo.

—Yo he sido fría contigo porque te has comportado como un gilipollas. No me gusta que de la noche a la mañana se me ignore. Si he hecho algo mal, me gustaría saberlo. Porque llevo toda esta semana dándole vueltas al asunto.

Suspiré.

—Me siento como una estúpida, ¿sabes? Pensaba que podríamos ser amigos, que podríamos llevarnos bien y ser buenos compañeros de piso. Me siento tonta, no debería haberte soltado este monólogo. Me voy a la cama. Buenas noches.

Se levantó con la intención de marcharse y aquello me hizo reaccionar. La cogí del brazo y la retuve.

—Espera.

Ella miró mi mano y, después, apartó la mirada avergonzada.

—¿Qué quieres ahora? —masculló perdiendo la paciencia.

—Lo siento —susurré y alcé un poco más la voz—. Siento haberme comportado como un gilipollas. Es solo que... —Me quedé callado buscando las palabras correctas—. Es solo... —La mirada tan bonita de ella se mostraba apremiante, ávida por saberlo. Mas, al final, decidí callar—. ¿Sabes? Es mejor que lo dejemos ahí. ¿Por qué no empezamos de nuevo? —Le extendí una mano a modo de saludo—. Hola, mi nombre es Landon Brooks.

Ella rió, aunque pude ver en sus ojos que que no le dijera lo que me pasaba por la cabeza la había decepcionado.

—Encantada. —Me la estrechó—. Soy Emily Foster.

Al final nos quedamos un rato más despiertos, bromeando y conversando. Emily me contó bastantes cosas sobre ella, como que odiaba el café o que no podía con las injusticias. Me mostró cuán inteligente era y, tras varias horas de charla, nos fuimos a la cama sobre las cuatro y media de la madrugada.

Si bien no lo tenía planeado, puede que estuviera bien tenerla como amiga. Me quedé dormido pensando en ella, en la mujer de la dulce mirada. En mis sueños tenía el valor suficiente como para decirle lo que sentía. Me prometí que algún día sería tan valiente como para lanzarme a la piscina. Algún día Emily Foster sería mía.

...................................................................................................................................

Nota de autora:

¡Feliz lunes, mis enredados y enredadas!

¿Qué os ha parecido el capítulo? Emily y Landon han hecho una pequeña tregua. Repasemos:

1. Landon está en shock.

2. Felicidad.

3. Landon y sus ganas de besar a Emily.

4. El sueño de Landon.

5. La tregua.

Espero que os haya gustado el capítulo. ¡Nos vemos el miércoles! Os quiero.

Mis redes:

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro