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Capítulo 9- La prueba

Al día siguiente, al llegar a mi despacho, encuentro ya a dulce allí con cara de resaca. Pobre, menuda noche que debió de pasar. Al acercarme más, veo que muestra unos papeles en la mano y cuando ya me siento y veo de que tratan, me quedo a cuadros. Se me había pasado, volver a repasar los papeles que me había pasado basados en nuestra relación y un pánico me invade al acordarme que sus padres llegaban hoy. Un sentimiento de terror me cruza, pero en cuanto le veo la cara a Dulce, que parece estar tranquila me trasmite esa confianza que me faltaba y me quedo más calmado.


Así que me siento y nos ponemos manos a la obra.

-Fecha de nacimiento y día de nuestro aniversario-dice Dulce con voz cansada.

Miro los papeles y después de pensarlo unos minutos sin encontrarlo.

-Catorce de febrero día de nuestro aniversario y doce de octubre tu cumpleaños. Llevamos cuatro años juntos y uno prometidos. Te gusta el helado de chocolate y mirar películas románticas. Tu favorita es El Diario de Noah. Tu color favorito es el morado y te levantas a correr todas las mañanas unos veinte minutos-termino diciendo, aún sin saber cómo lo he hecho, ya que apenas he estudiado los papeles y solo los había ojeado por encima.

Ella parece satisfecha por lo que le acabo de decir y después de estar pensando me suelta.

-¿Cuándo es tu cumpleaños?, aún no me lo has dicho y tampoco lo he visto en la ficha del personal ¿Cuáles son tus gustos?-termina diciendo.

-Mi cumpleaños es el siete de agosto, me gustan las películas de acción. Una de mis favoritas es Transporter. Mi color, no tengo ninguno en especial, pero siempre tiro más por el negro. Me gusta el helado de vainilla y no me gusta nada salir a correr, prefiero quedarme corriendo en la cinta en casa, porque me transmite más seguridad, ya que fuera hay muchos peligros.

Dulceida, se muestra anonadada debido a las pocas cosas que tenemos en común. De repente, veo como saca algo de su bolso y me lo muestra al abrir la cajita. Observo que contiene un anillo precioso de compromiso, que yo ni en mil años me lo podría haber permitido, pero es su farsa y yo como empleado le tendré que seguir el rollo. Se lo pone en el dedo, en su mano derecha y mientras, seguimos hablando de trabajo.

Una hora más tarde, nos vemos sorprendidos porque una de sus trabajadoras que también es recepcionista Susan, le anuncia a Dulce, que tiene una visita y antes de saber quién es, un hombre algo fondón con canas y una mujer rubia despampanante, entran en el despacho sin ni siquiera ser anunciados.

-¡Papa! -exclama nerviosa.-No sabía que llegarías tan pronto. No te he pedido alojamiento aún-dice Dulce, temblando como una vara.

-Ves papá, lo sabía. Es una incompetente, tanto para la empresa como para la familia-dice la rubia altanera.

-Bárbara, yo también te he echado de menos, sobre todo tus insolencias-contesta Dulce, lanzándole dardos envenenados.

-Haber chicas haya paz-dice su padre observándolas- Bárbara, hemos venido un día antes de lo previsto. Es normal que aún no escogiese el hotel, pero no importa. Como ella tiene esa casa tan grande, seguro que nos podremos alojar con ella, a no ser que a su prometido le importe-dice el hombre, esperando la respuesta por parte de su hija mayor.

-Papa a Dani no le importará que os quedéis unos días en casa, así también os podréis conocer mejor, verdad cariño-dice mirándome dulcemente.

Yo me quedo callado unos minutos, pensando en todo lo que acaba de decir y en el lío que me acaba de meter y poniéndole mirada asesina a Dulce, respondo lo más sereno que puedo, debido a los nervios que ya empiezan a hacer estragos en mí.

-Claro señor, no hay problema. Os podéis quedaros cuánto necesitéis. Hay sitio para todos y eso va por usted también señorita.

-Dulce, por fin haces algo bien. Me gusta este chico-dice Bárbara poniéndome ojitos.

-Bueno, pues le voy a decir al chófer que lleve las maletas para tu casa, ahora vuelvo y por cierto Daniel, puedes tutearme. Llámame Tom-dice el padre, tendiéndole la mano para seguidamente salir por la puerta.

Los tres nos quedamos incómodos en la sala, sin saber que decir y es Dulce, la que acaba rompiendo el hielo.

-¿A qué has venido Bárbara? ¿Aún no te ha quedado claro que sé llevar la empresa yo solita? ¿O es que me quieres hundir? -increpa Dulce enfadada.

-Hermanita no sé cómo puedes pensar eso de mí. Quién te oiga, ha de pensar que soy una mala Pécora, cuando no es así. Solo quise acompañar a papá porque mamá no quiso venir, para que no estuviese sólo-dice picarona viendo hacia mí.

-No iba a estar solo, iba a estar conmigo. Yo también soy su hija ¿recuerdas? Y por mucho que te pese, la empresa seguirá siendo mía y me aseguraré de dejarla bien alto-dice Dulce.

-Por lo que he oído, no es que las cosas te vayan demasiado bien. Has perdido muchos inversores y estás teniendo más perdidas que ingresos. Es solo cuestión de tiempo que papá se dé cuenta de su error y por fin me ceda la empresa-dice sonriendo, con la cabeza bien alta.

-Si me disculpas, tengo que hacer unas llamadas-digo apresuradamente, mientras cierro la puerta de la oficina.

Esa tal Bárbara, me está poniendo de los nervios con sus comentarios hacia su hermana y sus miraditas. Voy a ir a hablar con el resto de la plantilla, aprovechando que estas dos están ocupadas, intentar aportar ideas y conseguir más dinero para que esa mujer no se salga con la suya.


Hago una reunión improvisada en la sala de juntas y gracias a algunas aportaciones que me van dando, conseguimos sacar algunas ideas en claro. Haremos varios sorteos a través de internet, después de sacar los debidos permisos y haremos entrega a los ganadores de varios premios, entre ellos un fin de semana en un Spa. Solo tendrán que comprar las papeletas a través de la revista y obtener un número. De esa forma también se correrá la voz y la revista tendrá más repercusión entre sus usuarios y podemos conseguir otros nuevos. Empezaremos hoy mismo, después de hacer unas llamadas para organizarlo todo. Mis compañeros me ayudarán a subirlo a la página de la revista ya que cada uno ya tiene su cometido y mañana mismo podremos llevarlo a cabo. Solo queda comentárselo a Dulce. Solo me quedará rezar, para que no se enfade por mi iniciativa.

Decido ir a su despacho y suspiro de alivio al verla allí. Por fin está sola y sin su familia. A medida que me voy acercando, mi ánimo decae cuando observo que está llorando. Una angustia me invade, al verla en ese estado. Seguro que fue su hermana la que la acabó por lastimar. Me aproximo más a ella y cuando estoy a tan solo unos centímetros, le acaricio su rostro y me agacho para contemplarla mejor. Está sentada con la cara apoyada sobre su mesa y al verme me sonríe, mientras la sigo contemplando.

-Ya puedo dar por perdida la empresa y a todos mis sueños por levantarla. Mi hermana no lo permitirá nunca-dice derrotada.

-Eso no lo voy a consentir. No sin antes haber acabado con todos mis cartuchos. Por lo pronto, ya tengo un plan para atraer a más gente y más compradores. Yo he puesto un poco de dinero de mi bolsillo, para empezar a hacer algunas gestiones-le explico parte de mi plan. Parece que la he convencido. Está más animada, ilusionada y menos mal que no se ha enfadado, porque no sabría cómo enfrentarme a ella.

Al acabar el día, viene a buscarme a mi despacho y me coge de la mano mientras nos dirigimos hasta su coche.

-¿Para qué me coges de la mano aquí, si ya no está tu familia cerca? -pregunto incómodo.

-Porque tendremos que estar alerta y tener los ojos bien abiertos. Conociendo a mi hermana, seguro que ha contratado a gente para intentar hundirme y tendrá espías por la empresa. Además, te tendrás que venir a mi casa y no te preocupes por nada. Me he encargado de todo. Te he comprado ropa, cepillo de dientes y todo lo que te pueda hacer falta, lo tendrás allí. No quiero que desconfíen de lo nuestro, mientras estén aquí-vamos caminando, mientras vigila que no nos siga nadie.

-Si la empresa va a pique podrías dedicarte a ser espía porque lo haces muy bien-suelto para ganar tiempo.

-No lo digas no en broma. Espero poder salvar mi puesto de trabajo, el tuyo y el de todos los que trabajen aquí con esa maravillosa idea-dice caminando.

Yo me quedo de piedra. Espero que eso no ocurra. Me he acordado de que no he avisado a Dalia y me quedo un poco más atrás, para tener un poco más de intimidad y poder llamar a mis vecinas. Espero que no haya problema y se puedan quedar con Dalia, un par de días, después de todo será por trabajo.

----------------------------------------;--;;------------------------------------------------------------------Hasta aquí otro capítulo. Espero que os esté gustando la historia ♥️


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