capítulo 11-Dalia
Dalia
Comienzan las clases y cada vez tengo menos ganas de venir al instituto. Desde que vine para aquí, toda mi vida se complicó por diversos motivos y tampoco me ayuda estar enamorada de un chico que ni siquiera me mira, cuando me cruzo con él. Lo estoy pasando muy mal por todo el cúmulo de cosas.
La gente no deja de insultarme, por la ropa usada que llevo, ya que hace mucho que no voy de compras. Me llaman " la huérfana", no sé cuánto tiempo más voy a aguantar esta tortura. Nunca le dije esto a Dani, porque no le quiero preocupar. Bastante tiene con traer dinero a casa y trabajar en un trabajo digno y ahora desde que tiene ese trabajo, le veo menos. Le echo de menos, pero tuve que animarle, porque prefiero que esté en ese trabajo que sé que le gusta, al de camarero que tenía antes.
Me dispongo a entrar en el aula, antes de que empiece a dispersarse la gente y que empiecen con el mismo repertorio. Hoy me toca matemáticas, ¡cuanto las odio! Lo único que me llena de esperanza es que el día de mañana, si sigo estudiando por esta rama, podré realizar mi sueño de ser diseñadora. Desde que tenía ocho años y vi a los diseñadores en la tele, en un programa de trajes de novia, decidí que yo quería hacer lo mismo. Me apasiona volar mi imaginación entre las telas, para poder crear otra creación. Ya tengo unos cuantos bocetos que he ido realizando, en mis ratos libres. Solo tengo que darle la última forma y poder plasmar mis proyectos en las telas y luego con un poco de esfuerzo y trabajo, podré hacer de esto mi trabajo soñado. Podré crear un desfile para que todo el mundo disfrute de mis diseños, como yo creándolos y la gente lleve mis diseños encantados. Es solo un sueño y tal vez lo haga despierta, pero, "la esperanza es lo último que se pierde". Cada vez noto como mi sueño se está acercando, sobre todo desde que Dani consiguió semejante sueldo. Para las próximas navidades podré pedir una máquina de coser, para empezar a coser mis invenciones.
Llegan todos mis compañeros en avalancha y Grace cuando me mira, empieza a insultarme y a tirarme del pelo, se muestra muy gallita, porque cuenta con el apoyo de varias chicas. Después de varios minutos, intentando defenderme verbalmente, decido que ya no aguanto más. Estoy harta de que se repita esta situación días tras día y de todos sus insultos y que nadie logre hacer nada. Sin más preámbulos me tiro encima de ella, para poder defenderme del acoso continuo que he sentido desde que vine aquí. Empiezo a puñetazo limpio, mientras se forma un corrillo alrededor nuestro. Ella no se queda atrás y empieza también a golpearme mientras cada golpe es más fuerte que el anterior. Se está volviendo más fuerte gracias a que la victorean. Estamos hechas un desastre después de tantos golpes. Ella, se nota que me odia, porque me está golpeando incansablemente, pero yo no me quedo atrás debido a la rabia acumulada, después de tanto tiempo sufriendo en silencio.
Llega la profesora y nos ve peleando como gatas en celo. Intenta separarnos, pero sin éxito y decide pedir ayuda a sus otros compañeros de claustro.
Cuando llegan dos profesores más, consiguen separarnos poco a poco, porque tienen miedo a recibir algún golpe. Yo no paro de sangrar por el labio y del pómulo, ya que fue donde llevé la peor parte.
Nos mandan a las dos al despacho del director de esta guisa. La sangre fluye por mis venas porque nunca me había sentido tan viva desde que estoy aquí, como en este momento. Me muestro inquebrantable a sus incansables preguntas, no quiero hacerlo, o me derrumbaré delante de mi enemiga. No quiero darle más motivos y no dar más alas a sus incansables burlas. Él nos explica las normas del colegio, mientras nos mira perplejo. Estaremos dos días expulsadas, porque no puede permitir ese comportamiento en su centro, aunque a mí eso no me importa, al contrario, es un alivio porque no quiero permanecer más tiempo en este horrible instituto. Luego me manda a la enfermería, porque no paro de sangrar. Yo sé por lo que es y lo que me está sucediendo, pero no quiero decirlo, para que no tengan un motivo más para meterse conmigo.
Al llegar la enfermería y mirar que la hemorragia no para, la enfermera decide llamar a una ambulancia. Lo siguiente que recuerdo es que están intentando reanimarme cuando me caigo al suelo, pero yo cada vez estoy más lejos de este sitio, en un lugar donde me siento más cómoda y donde por fin consigo la paz que tanto necesito.
Después de lo que me parecen horas, abro los ojos, miro a mi alrededor y veo que me encuentro en una habitación del hospital. Miro hacia la ventana y veo que es prácticamente de noche. ¡Dios mío! pero cuanto he dormido. Espera que se entere Dani de que estoy aquí, se va a poner furioso conmigo, por haberme peleado así, aún, sabiendo que tenía que tener cuidado con hacerme sangre o tener alguna herida, pero no lo he podido evitar, era eso, o seguir que me siguiesen humillando hasta entrar en una profunda depresión y no lo iba a permitir.
Siento abrirse la puerta y un hombre entra a la habitación.
-¡Ah! Por fin estás despierta. ¿Cómo te encuentras? -me dice el señor que rondará los cuarenta años.
-Me encuentro mejor, gracias. ¿Ha venido alguien a visitarme? -pregunto asustada.
-De eso quería hablarte. No hemos encontrado ningún teléfono ni ninguna pertenencia. Le hemos preguntado al chico de la ambulancia, pero dijo que te metieron tan rápido, por qué temían que estuvieses tan grave por la forma de perder tanta sangre, que se olvidaron de mandar tu mochila. ¿A quién podemos avisar para que venga y contarle sobre tu estado? -dice comprensivo.
Me pongo a pensar y no sé qué hacer. Si llaman a Lola y a Patri, no recibiré bronca por su parte, ya que se mostrarán bastante preocupadas, pero ellas hablaran con Dani y será peor. Así que, sin pensármelo más, le doy el número de mi hermano para que lo avisen.
Aquí en esta habitación, me encuentro muy sola, no tiene ni televisión ni teléfono ni nada. Además, no sé cómo evoluciona mi enfermedad y si le influiría la estupidez de esta tarde. Solo me estoy haciendo la fuerte, para no cargar a mi hermano con más problemas, pero en el fondo, estoy aterrada, por el destino que está escrito para mí.
Solo me queda esperar y rezar a pesar de que no soy muy creyente. Lo haré como última opción porque no quiero este final para mí.
Cuando venga Dani, le pienso contar toda la situación que he estado pasando en el instituto, de una vez por todas. No puedo seguir así. Los dos decidiremos que hacer para poder acabar mis estudios y volveremos a estar todo lo unidos, como lo estábamos al principio, no está bien seguir ocultándoselo porque solo nos tenemos el uno al otro.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro