CAPITULO 14
El ambiente estaba tenso. <Estaba claro.>
Me había subido a su coche para entablar aquella conversación que hacia bastante tiempo, que habíamos estado posponiendo.
Nos encontrábamos en silencio; él conduciendo, y yo de copiloto de igual manera pero con la pequeña diferencia de que no dejaba de mover mis manos con inquietud.
— Te debo una disculpa.
Sabo fue el primero en romper el silencio, pero la verdad era que no me esperaba para nada, ese inicio de conversación.
— ¿De que estás hablando? Yo soy el que te debe una disculpa y un agradecimiento por todo. — Le mire sin comprender lo que estaba ocurriendo.
— No me debes nada, Luffy. — Me miró por unos segundos, antes de volver la vista a la carretera.
Aquella mirada era una de genuina tristeza y de arrepentimiento. Algo, que no me estaba cuadrando para nada.
— Sigo sin comprenderte, Sabo. — Lo miré desconcertado.
Suspiró levemente y apretó el volante.
— Todo lo que te voy a contar es confidencial, pero debes de saberlo. — Soltó despacio y con un pequeño murmullo.
Asentí impaciente por lo que sea que me fuera a contar.
— ¿Recuerdas la noche en la que nos conocimos? — Su voz sonó casi como un susurro.
— Obviamente, me salvaste la vida. — Lo miré sin comprender hacia donde iba aquella conversación.
— Pues... No fue realmente casualidad que estuviera por allí, en aquel momento. — Puntualizó mientras se rascaba la nuca.
Aquello me dejó en shock y simplemente dejé que continuará con todo aquello.
— Estaba allí, porque te estaba siguiendo. Estaba llevando acabo una investigación policial. — Soltó el aire que tenía contenido mientras buscaba algo en sus pantalones. — Eras cruzial para la investigación que estaba investigando... — Lo que estaba buscando era una billetera. La saco y me enseñó su placa. — Lo único que se torció todo cuando aquel borracho casi te atropella. Entonces tuve que dejar la misión de lado y salvarte la vida. — Me miró de reojo para ver si hacía algo, pero estaba completamente quieto. — Y bueno, lo que te dije de mi oficio menti un poco, porque realmente estoy licenciado en la carrera de criminología pero con un posgrado en psicología. — Se limitó a decir algo incómodo. — Y lo que pasó después... Desapareci porque todo aquello iba a influir en mi caso y no debía de ser así y lo siento por ello, pero no me quedaba de otra. — Se disculpó. — Aunque también es verdad que nunca dejé de pensar en ello. — Murmuró algo decaído.
Solté el aire que estaba conteniendo lentamente.
— ¿Entonces...? ¿Que caso era el que llevabas? — Lo miré intentando de mantener la calma.
— Estaba investigando a Trafalgar Law. — Se limitó a decir.
En aquel momento mis ojos se abrieron como platos.
— Teníamos sospechas de que ese bastardo había matado a sus padres y a otras personas, pero obviamente no teníamos nada en claro y por esa razón empezamos a investigar a todas las personas de su alrededor para ver si ellos sabían algo o quizás podríamos pillarlo infraganti. — Su mirada se ensombreció de repente. — Y entonces, empezamos a ver que estaba completamente obsesionado contigo... — Hizo una pequeña pausa para mirarme. — Estaba tan obsesionado, que por no poder tenerte empezó a hacer ciertos comportamientos extraños, en donde antes había sido muy meticuloso, ahora estaba cometiendo fallos en los que nos indicaban que era él. — Suspiró y miró de nuevo hacia la carretera. — Suponemos que su obsesión estaba nublando su mente hasta tal punto que no se estaba dando cuenta de esos fallos. — Supuso mientras agarraba con fuerza el volante. — El problema es que cuando estábamos a punto de pillarlo, de repente dejo de actuar y volvió a las sombras. Por lo cual tuvimos que volver desde un inicio y pues ese inicio debía de ser cerca de su círculo, pero en vez de a ti... A tu hermano. — Me miró de reojo mientras contaba todo al detalle.
Solté todo el aire que llevaba atascado desde hacía un rato largo.
— Comprendo en cierto modo algunas cosas pero... El problema es que si sabías que me encontraba en peligro ¡¿Porque mierdas no hiciste nada?! — Exclamé algo alterado.
— Nunca creíamos que esa obsesión fuera a volver agresiva hacia ti. Eras el único al que por lo que vimos no trataba mal en cierto modo. — Me explico al segundo de manera rápida.
— Igualmente... No sabes cómo un loco puede reaccionar en ciertos momentos. — Me cruce de brazos molesto, ya que todo lo que me había pasado con Law, se podría haber evitado.
— A ver, por esa misma razón también me trasladé enfrente de la casa de él, por si en algún momento hacía algo inapropiado. — Aparcó el coche delante de la policía. — De verdad que lo siento, pero nunca creíamos que ese loco fuera hacerte daño. Es más, no lo permitiría. — Se desabrochó el cinturón de seguridad y me miró. — Por eso, cuando pasó todo aquella noche intenté entrar lo antes posible pero mis superiores me obligaron a esperar. — Su voz sonó a una triste y abatida.
— Pero te recuerdo, que estábamos hablando de una vida, es decir de la mía. — Lo miré con cierta rabia. — Pero claro, eso da igual. Como siempre. — Solté con cierto rencor. — Lo siento Sabo, pero si has venido a qué te ayude en más sobre tú investigación. No pienso ayudarte, sólo haré lo mejor para mí y es meter a ese demente en rejas. Pero no lo haré nunca por ti. — Mi voz sonó áspera y fría mientras me quitaba el cinturón de seguridad y salía de aquel vehículo.
Escuché cómo él también salió del coche y a los segundos lo tenía delante de mí.
— Escúchame Luffy. — Su voz sonó alterada. — Aparte, se perfectamente lo que estás viviendo, también investigue el caso de tu hermano y podríamos también llevar a juicio a tu padre. — Puntualizó. — Sé por lo que habéis estado pasando. No sólo por lo que tú me contaste, sino por lo que Ace me contó. — Pasó sus manos por su pelo, alborotandolo de manera rápida.
Por un momento me quedé paralizado mirándolo fijamente.
<Una vía de escape, por fin.>
— ¿Porque nos ayudarías con eso? — Lo miré duditativo.
— Porque quiero compensarte de alguna manera. — Sus manos subieron hasta mis hombros en donde los apretó levemente de manera cariñosa. — Necesito que entiendas que en ningún momento he querido engañarte ni mucho menos quise alejarme de ti. — Su mano derecha siguió moviéndose hacia arriba hasta llegar hacia mi mentón y levantarlo para que lo mirara. — Sé que estuvo fatal todo lo que pasó, pero no pude evitarlo. Ese cabron mató a mi familia y desde que tengo razón lo llevo buscando sin descanso. Por eso mismo está obsesión... — Me confesó mientras me miraba a los ojos de manera desolada.
— ¿Tu familia? — Fue lo único que salió de mis labios por el asombro de escuchar aquello.
— Si, pero al tener 5 años cuando ocurrió, no recuerdo nada. Tuve un trastorno por estrés postraumático, pero con los años han ido asomando pequeños fragmentos de aquel día hasta llegar a este punto en donde nos hallamos. Por eso estudié todo lo que te dije. Necesitaba encontrarlo... — Su respiración sonó un poco entrecortada.
— Está bien, tranquilo. Lo entiendo. — Le agarré levemente de la mano que tenía sobre mi hombro mientras apartaba con suavidad la mano que tenía sobre mi mentón. — Te ayudaré, pero solo por lo que me has contado y porque me ayudarás con lo de mi padre... — Me limite a decir de manera torpe.
Me sonrió y al momento me abrazó con fuerza.
— Gracias. — Me sonrió levemente y se separó. — Metamos a esos cabrones entre rejas. — Me sonrió y alzó su mano para darnos un apretón de manos.
— Metamolos entre rejas. — Le sonreí levemente y le di aquel apretón de manos que simbolizó un nuevo comienzo para ambos.
------------------
— ¿Cómo crees que llegaste hasta aquí? — Aquella voz áspera resonaba en aquel vacío lugar. — ¿Estas reparada para lo que te sigue? — Soltó de nuevo con una pequeña carcajada en cuanto observó aquellas siluetas que estaban en completo silencio. — ¿Sabes? Te queda mejor ese color rojo. — Una carcajada sonó en aquel lugar de manera descontrolada. No se escuchaba nada más. — Creo que les salió mal la jugada ¿No crees? — Encendió una pequeña luz que colgaba del techo, pero aquella luz no alumbraba casi nada, por lo que la habitación estaba casi completamente devorada por la tinieblas.
Se acercó y tomó por la cabeza aquella mujer que ya casi no le quedaba fuerza para nada y mucho menos para gritar, porque su lengua había sido amputada al igual que parte de sus uñas...
— Se equivocaron de verdugo en cierto modo. — Soltó una carcajada atroz mientras terminaba de degollar a aquella chica de forma lenta y agónica. — Me encanta el color que le queda al suelo después de estas cosas. — Soltó una risotada mientras tiraba al suelo el cuchillo oxidado con el que la degolló.
------------------------
¡Holaaaa!
La cosa cada vez va más interesante.
Espero que os haya gustado.
¡Nos vemos pronto!❤️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro