Quizás fuera por la soledad que sufría o quizás por los problemas que tenía pero fuera cual fuera la cuestión, estaba en casa con aquél desconocido y en en la cama. <Estaba solo en casa...como siempre>. Sólo pude darme cuenta minutos después y cuando estábamos besándonos encima de la cama y él estaba encima de mí, que por lo que estaba haciendo aquellos fue por la manera de mirarme...de sonreírme...de ser tan bueno conmigo... Hacía tiempo que nadie había sido así conmigo...ni me había tocado... Caí en su trampa...caí en la dulce mentira de una sola noche de placer...para volver a estar sólo de nuevo.

Me besaba al principio de una manera lenta pero poco a como comenzó a ser más apasionado aquel beso. Comenzó a levantar lentamente mi camiseta, quitandomela mientras me acariciaba mi cuerpo haciéndome estremecer. <Aquella no era la primera vez...>.

Mi cuerpo reaccionaba en cada caricia, beso o mordida que me proporcionaba por todo mi cuerpo, marcandome como si fuera algo suyo, pero nunca lo fui...¿verdad desconocido de cabellos ondulados y rubios? Solo fui una noche, una diversión, una distracción para pasar el rato y una manera de satisfacer tus ganas de sexo. Al hacer aquello quizás solo fue sexo para él pero para mí fue algo más que sexo...fue una manera de darme cuenta de las cosas, de lo que verdad me importaba, de lo que tenía y de lo que no. Me hizo abrir los ojos para poder seguir adelante, esa razón también fue por la que le dejé que me quitara la ropa y me tirase en la cama, para hacer algo que nunca hice con un desconocido... <Un desconocido que me ayudó>.

¿Creer en el destino? Puede ser que sí o que no. La cuestión es que gracias a que casi me atropellaba aquel coche conocí a éste chico que me curó mis heridas...pero ahora soy yo el único que puede empezar a cambiarlos y a remendar mis errores.

Gemí cuando comenzó a jugar con mis pezones y a pellizcar los. Una corriente eléctrica recorría mi cuerpo cada vez que pasaba sus manos acariciando mi cuerpo desnudo. <Se sentía tan bien...como la primera vez>. Me estremecí al sentir como comenzó a bajar besando mi cuello hasta llegar a mi abdomen en donde mis mejillas se tornaron rosadas al notar como seguí bajando. <Sin dejar ni un solo sitio sin besar>. Agarró con delicadeza mi hombría y la masajeó con una de sus manos haciendo que me arqueara mientras soltaba un gemido al sentir como subía y baja su mano de una manera lenta pero placentera. Sus movimientos cada vez eran más rápidos haciéndome gemir cada vez más. Posó tres dedos en mi boca entendiendo lo que quería decir. Pasé mi lengua por ellos de una manera provocativa viendo como el chico se mordía su labio inferior. Sacó sus dedos de mi boca viéndose un hilo de saliva, bajando sus dedos hasta mi entrada en donde metió el primero, moviéndolo al no escuchar un quejido de mi parte sino un gemido. Metió de nuevo un segundo e hizo movimientos en forma de tijeras al igual que hizo con el tercer y último dedo, nada más meterlo lo movió con los anteriores.

Dejó de masturbar mi miembro y quitó sus dedos de mi entrada, observando como comenzó a quitarse la poca ropa que le quedaba. Su perfecto cuerpo adornado con aquellas gotas de sudor que recorrían su cuerpo, sus abdominales y todo su cuerpo se podía ver como se marcaban sus músculos, sus cabellos se le pegaban a su cuello y a su rostro por el sudor y el calor que desprendía su cuerpo por la excitación del momento. Era una vista demasiado excitante.

Se acercó a mí de una manera sensual y se puso de nuevo sobre mí, abriendo mis piernas. Se acercó a mi entrada con su miembro y comenzó a meterlo lentamente, como si temiera que me fuera a romper. Eché la cabeza hacia atrás al sentir aquello soltando un jadeo mientras el seguía metiéndose hasta que terminó de meterse, comenzando a moverse.

No tardaron en inundar la habitación los gemidos de ambos, al igual que las bisagras de la cama se escuchaban cada vez que el chico me proporcionaba una embestida.

Mi cuerpo me temblaba por el placer que me proporcionaba, haciéndome gemir como nunca. Se sentía también que yo mismo perdía la razón de mis acciones dejándome llevar por aquel rubio de ondulados cabellos.

Estaba a punto de llegar a mi límite cuando una pequeña imagen surcaba mi mente...; Un chico <Yo bien, lo conocía> de cabellos negros y ondulados, ojos negros como la noche...pequeñas pecas adornaban su rostro haciéndole parecer más infantil, me hizo volver en mí...imaginando como él estaba encima de mí haciendo lo que éste rubio hacía...pero poco duro aquella imagen pues...escuché gemir fuerte aquel chico mientras sentía una humedad cálida en mi interior, al igual que yo terminé corriendome entre ambos.

Un último gemido articuló mis cuerdas vocales al sentir como salía de mí. Se dejó caer en la cama a mi lado, jadeando mientras que yo me quedé igual que él; jadeando encima de la cama.

Mi mente divagó al recordar aquel pensamiento que surcó mi mente cuando estaba haciendo aquello con el chico que se hallaba a mi lado, comenzando a roncar...y es que ese chico de cabellos negros tiene mucho que ver con mi estado de ánimo, al igual que otro con igual color de pelo...pero éste tenía una infinidad de tatuajes por todo su cuerpo...

Suspire y cerré mis ojos. <Ya es tarde>. Me quedé dormido después de unos minutos.

Pero...cuando volví a despertarme no había nadie a mi lado... Por mi mente pasó la idea de que hubiera sido todo un sueño pero no fue así ya que estaba desnudo y mi ropa estaba esparcida por la habitación.

Después de aquella noche aquel chico de ondulados cabellos rubios, no volví a verlo. <O eso creía yo>.

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Bueno espero que os haya gustado el primer cap de ésta historia~.

Nos vemos en la próxima❤