Arianne

Los minutos pasan y sigo agonizando. El dolor perfora mi cuerpo parte por parte y apenas he comenzado a sufrir. El cambio durará doce agonizantes horas. ¿Cómo sigo viva? Asher está a mi lado ahora en su forma lobuna sin soltarme. Su mirada dorada refleja mi sufrimiento. Él quiere sanar mi malestar como sea.

—No puedo más —jadeo, cálidas lágrimas ruedan por mis mejillas —. Es demasiado, Asher.

Su hocico me acaricia el rostro. Es un gesto afligido que vibra a través de mí.

—«Quédate conmigo. No pongas resistencia»

—«Duele»

—«Lo sé, bonita. No pienses en ello, concéntrate en mí. Estoy aquí»

Suelto un aliento tembloroso y permito que su toque me transporte a otra dimensión. Me inhala el cuello antes de ubicar su pata sobre la mía. La imagen me hace sonreír débilmente. Es... hermoso. El lado salvaje que mantengo dentro de mí quiere ser liberado y adora el contacto de su compañero. El pelaje castaño cubrió cada centímetro de mi cuerpo y ya no hay rastros de mi ropa. Está hecha pedazos. Tampoco tenemos espectadores. Solo somos Asher y yo.

—«Sí» —responde a mis pensamientos —. «No iré a ningún lado»

Toca mi nariz con la suya y me tranquilizo por un momento.

Puedo hacer esto.

Si él está a mi lado puedo lograrlo.

—«Eres más fuerte de lo que crees, Arianne. Con o sin mí lograrás salir adelante»

—«Amo tu fe en mí»

—«Siempre tendré fe en ti»

🌙

La transformación ya casi está completa después de varias horas. Falta que la luna llena se esconda. Necesito que el día se haga presente de una vez y termine con esta tortura. Asher me susurra palabras de aliento, recordándome lo valiente que he sido y cuanto me ama. Su cercanía me ayuda a disminuir los dolores. Siento frío y calor al mismo tiempo. Estoy ardiendo de fiebre. Los dedos fueron reemplazados por garras y mis dientes por colmillos.

Falta poco.

—«Shh. Está bien».

Asher vuelve a inhalarme y yo hago lo mismo, deleitándome en su aroma masculino. Respirar nunca ha dolido tanto como ahora. Mis costillas crujen y vuelvo a gritar. Siento pinchazos en cada parte de mi cuerpo, como si miles de cuchillos me apuñalaran. Esto es peor que beber hiedra púrpura.

Es insoportable.

🌙

Oigo a mi sangre corriendo rítmicamente en mis venas mientras una explosión de olores invade mis fosas nasales. Huelo a los muertos que están en este lugar. Huelo a Asher, el bosque de New Hope. Todo. Mi visión se vuelve borrosa, pero pronto estoy viendo con un increíble aumento. Me pregunto qué hora es y cuándo terminará esta pesadilla.

—«Las tres de la madrugada» —responde Asher a mis pensamientos.

Mi garganta se siente como si fuera papel de lija y trago saliva. Estoy muerta de sed. No puedo quedarme quieta. No puedo. Quiero moverme, pero Asher me retiene en mi lugar.

—«Muchos licántropos en su primera transformación no tienen el control de sí mismos. Hubo casos donde han matado a personas accidentalmente, pero no te preocupes. Eso no sucederá contigo. Estoy a tu lado»

—«Gracias por estar aquí»

—«Te amo, Arianne»

Levanto la mirada y ahí está él viéndome con tanto anhelo que me provoca un vuelco en el corazón. Puedo sentir paz y la calidez por su cercanía. Ahora entiendo a qué se refería. Él puede aliviar mi dolor con un simple respiro.

—«Te amo, Asher».

Me quedo tendida en el suelo, dejando que los dolores se apoderen de mi cuerpo. Sé que pronto terminará. Nada es eterno a excepción de mi amor por Asher Karlsson.

🌙

Horas más tarde, despierto con el peor dolor de cabeza en toda mi vida. Siento náuseas mientras mi espalda se contrae junto con mis piernas. Mi estómago se encoge violentamente y trato de recuperar el aliento. ¿Dónde estoy? Poco a poco mis ojos cansados se adaptan a la desconocida habitación. Hay cuadros de bandas populares, color masculino y el aroma a cítricos que tanto adoro.

Es la habitación de Asher en la Fortaleza Karlsson.

Bajo la mirada a mi cuerpo para ver que traigo puesta unas de sus camisetas. Estoy sudorosa, pero también muy aliviada. Me siento completa y más resistente. Es como si al fin hubiera encontrado un lugar en el mundo.

—Buenos días, bonita —Asher ingresa a la habitación con una brillante sonrisa —. Estaba ansioso de que despertaras. ¿Qué tal todo?

Muerdo mi labio, rodeando mi pecho con los brazos. ¿Qué sucedió? Aulus me secuestró, cambié de forma y después...

—¿Cómo terminé aquí?

Se sienta a mi lado en la cama, tocando mi mejilla.

—Quedaste inconsciente cuando la luna se ocultó —responde con suavidad —. Estabas muy agotada.

Examino mis manos para verlas normales, suaves, pequeñas. Nada del pelaje marrón claro.

—¿Podré cambiar cuando quiera?

La sonrisa de Asher podría iluminar la habitación entera.

—Por supuesto.

—¿Cómo?

—Tu cuerpo se encarga de cambiar a la forma que tú quieras. No te preocupes por eso.

—De acuerdo. ¿Ya no dolerá la próxima vez que cambie?

—El dolor es solo parte de la primera transformación.

Agacho la cabeza.

—Me siento muy... diferente.

—Cambiaste de forma —me recuerda —. Eres tan hermosa.

Sonrío tímidamente.

—Fue una experiencia traumática.

—Ya pasó —deposita un beso en mi frente —. Lo lograste y estoy muy orgulloso de ti. No me cansaré de decírtelo. Eres admirable, Arianne.

Un dolor entra en mi pecho mientras me quedo congelada durante diez segundos. Me mente se cierra por los recuerdos y mi corazón late con fuerza contra mi caja torácica. El zumbido en mis oídos compite con los fuertes golpes en mi cabeza.

Lo veo de nuevo.

Theo...

Su cuerpo en mis brazos, mi desesperación, mis gritos, la risa de Aulus...

—Vi a Theo —musito —. Aulus me obligó a verlo.

El rostro de Asher se vuelve pálido y me tira a su cuerpo para un reconfortante abrazo.

—Shh... no te atormentes.

Mi pecho es un agujero y mi corazón ha sido arrancado por milésima vez. El aire se atasca en mi garganta ante el pensamiento de Theo yaciendo muerto y encerrado en ese horrible y frío lugar por cinco años. Un alma sin descanso. Fue tratado como un objeto.

—Necesito verlo. Quiero verlo, Asher.

Me acaricia el cabello.

—Josh se hizo cargo de su cuerpo. Está en la morgue —agita la cabeza —. Ha sufrido muchos daños, Arianne. No creo que lo adecuado sea verlo en esas condiciones. Tienes que dejarlo ir.

Las lágrimas pican en mis ojos y siento de nuevo ese sentimiento que me ha perturbado durante cinco malditos años.

La culpa.

—Necesito despedirme de él, Asher. Quiero despedirme de mi hermano.

Acuna mis mejillas con sus manos, mirándome fijamente.

—Lo harás, pero ahora no. Debes descansar —Se aclara la garganta —. Vas a romperte nuevamente si no recuperas tu energía. Tienes que ser fuerte para enfrentar a Aulus.

La ira se mezcla con el miedo cuando oigo ese nombre repugnante.

—¿Dónde está él?

—Atrapado en el calabozo. Es justo que decidas qué hacer con él.

La determinación distrae mis pensamientos y aparta a Theo. Tengo un nuevo objetivo, un blanco para desquitar todo mi dolor. Aulus.

—Lo quiero muerto —susurro.

Asher no protesta.

—Es tuyo, es tu venganza —dice —. ¿Quieres acabar con él? Estás en todo tu derecho de hacerlo. Nadie va a detenerte, Arianne. El destino de Aulus está en tus manos.

🌙

Asher

Somos tema de conversación en todo el pueblo como es de esperarse: la muerte de Julianne, la aparición de miles de cadáveres en una vieja fábrica abandonada y Aulus siendo el responsable de los crímenes que ha sacudido New Hope. Las personas creen que está prófugo cuando en realidad lo encerramos en el sótano.

Arianne va a matarlo.

Lo vi en sus ojos.

Ella no le perdonará la vida y es comprensible. Aulus la ha dañado muchísimo. Destruyó a su familia, mató a su hermano y acosó a su madre por años. Ahora se le ha presentado la oportunidad de cobrar la deuda. Puede que no sea una buena idea, pero está muy enojada y quiero que la ira en su interior explote. Le pesará con el tiempo si no lo hace. Nadie reclamó a Aulus, ni siquiera su manada. Simón ha dejado claro que ya no quieren volver a relacionarse con él. No hay noticias de Alem. Mis hermanos fueron a buscarlo en su tienda y no encontraron ningún rastro. El cobarde traidor huyó porque está aterrorizado. Sabe que tampoco lo perdonaremos si es atrapado.

Las pesadillas de Arianne continuaron y hubo noches dónde despertó llorando. Nunca la dejé sola. Estuve ahí para recordarle que me tiene siempre. Los medios de comunicación acecharon la Fortaleza, pero mi padre amenazó con demandarlos por acoso y desde entonces ninguno está a la vista.

Paz...

¿Cuánto tiempo durará? Arianne no está lista para ver el cuerpo de Theo y no encontramos ningún rastro de Abigail. Bueno, mi concepto de paz queda descartada porque la bruja seguirá haciendo daño mientras continúe libre.

Arianne no estará tranquila.

Después de tres días tomando reposo, finalmente encuentra el valor para enfrentar a Aulus. Juntos bajamos al sótano que es custodiado por Josh y Kellan. El licántropo fue amarrado a una silla sin ropa. La vista de él desnudo me provoca repulsión. Nadie ha tenido la amabilidad de cubrir su basura.

Qué se joda.

—Sabía que estabas demente —Aulus se echa a reír cuando mira a Arianne —. Las mujeres Sanders son la definición de locura.

La expresión de Ari es fría y vacía. Una bola de fuego brilla en su mano. Mantengo mis ojos en ella mientras camina hacia Aulus. Josh y Kellan la miran como halcones, atentos al siguiente movimiento. Hay algo diferente en Arianne, una oscuridad que no percibí el primer día que nos conocimos.

—No lograrás entrar en mi cabeza de nuevo —susurra Arianne —. No lograrás manipularme.

Aulus lame la gota de sangre que cae a sus labios. No ha podido curarse porque Josh lo apuñaló varias veces con cuchillos de plata. Ha sido torturado desde que lo encerramos. No tendrá un descanso.

—¿Manipularte? Si te refieres a la resurrección de Theo no mentía —prosigue el licántropo —. Aún puedes revivirlo si así lo quieres.

En un borrón, Josh se mueve demasiado rápido y le propina un fuerte puñetazo. Los dientes de Aulus vuelan a través del sótano y su cabeza se derrumba en el respaldo de la silla. Carajo. Fue un golpe duro. El licántropo no se recupera de inmediato, sigue aturdido mientras parpadea con dificultad.

—Maldita basura —gruñe Josh —. ¿Crees que estás en condiciones de burlarte? Mataste a mi hijo y torturaste a la mujer que amaba. Ahora mi hija te dará lo que mereces. ¿Aún es gracioso, escoria? Le arruinaste la vida a personas inocentes. ¿Valió la pena?

Aulus sacude la cabeza para orientarse.

—Seguía órdenes.

—Excusa patética —El padre de Arianne lo apuñala de nuevo y Aulus grita —. Cuando el último aliento abandone tu cuerpo espero que nunca tengas un jodido descanso. Espero que te pudras en el infierno y recuerdes todo el daño que has causado.

Veo el momento que Arianne mueve su muñeca y el brazo de Aulus se dobla. Sigue sus piernas y sus costillas. Mierda. Luce aterradora con los ojos negros y mirada vacía.

—¿Dónde está ella? —pregunta en voz baja —. ¿Dónde está tu señora?

Aulus se echa a reír con dificultad.

—¿Crees que si lo supiera te lo diría, niña estúpida?

Otro movimiento de su muñeca y un cuchillo de plata se incrusta en el ojo de Aulus. La sangre corre de sus cuencas y acompaña a los gritos agonizantes. Arianne camina a través de la habitación, su vestido verde ondulando con cada movimiento. Kellan arquea una ceja, pero no interfiere. Yo tampoco lo haré.

Le prometí que esta es su venganza.

—No, tienes razón. No me lo dirás —Su voz es más relajada esta vez, incluso suave —. Pero no me preocuparé de buscarla. Sé que ella volverá a mí tarde o temprano. No descansará hasta poseerme, ¿verdad?

Aulus lloriquea desde su posición mientras el cuchillo en su ojo corta con más profundidad.

—Nunca te dejará vivir. 

—Bien —responde Ari —. Porque yo a ti tampoco.

Un chasquido de dedos y el sótano se llena de sangre cuando la cabeza de Aulus estalla en una explosión de carne podrida. Los demás nos apartamos a tiempo de la masacre, pero Arianne no. Se mantiene de pie con el vestido lleno de sangre.

—Dicen que soy parecida a Abigail, pero les demostraré que se equivocaron —musita con una sonrisa —. Soy mucho peor.

🌙

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