Capítulo 23 🌙
Asher
Hay hombres con túnicas blancas en el hotel creando disturbios. Me resulta extraño la forma que visten y el hecho de que portan armas con balas de plata. No está muy a la vista, pero ellos nos atacarán en la primera oportunidad. Que luzcan como debiluchos no los hace menos amenazantes.
Yo no les tendré piedad.
—Qué gran sorpresa —murmuro —. ¿Ahora con qué nos encontraremos?
—¿No podía tocarte una compañera normal? —pregunta Ashton.
—No querría a Arianne de otra manera.
Bajamos del ascensor y nos dirigimos hacia el grupo de alborotadores que son vigilados por algunos hombres de seguridad. Lo que veo es alarmante. Tienen túnicas blancas muy sucias que llegan al suelo y desprenden un olor desagradable que se hace más fuerte a medida que nos acercamos.
—Parece que nunca conocieron una ducha —comenta Ashton.
—Y tampoco tuvieron un armario decente. Me dan más lástima que miedo.
—No te dejes llevar por las apariencias.
—Disculpe —Le sonrío al hombre de seguridad —. Yo me hago cargo de ellos. Mis fans suelen ser intensos.
El sujeto mira con desconfianza al grupo y toca la funda de un arma que se encuentra enfundada en su cintura.
—La policía llegará pronto porque están en propiedad privada y asustan a los clientes. No sabía que estaban aquí por usted, señor Karlsson.
Mi sonrisa forzada es todo dientes.
—Me disculpo por la intrusión. Se irán pronto.
Asiente desconfiado antes de retroceder y regresar a su puesto. El líder del grupo me enfrenta con la barbilla en alto. Es calvo y de ojos rasgados. Me pone nervioso las condiciones en que se encuentra él y sus seguidores. Lucen como si necesitaran ayuda.
—Sabemos quiénes son —Su voz es rasposa y dolorosa —. El gobierno los mantiene en anonimato porque no quieren alterar a la población. Bestias con formas de hombres.
Observo a los subordinados con una expresión de suficiencia. No me alteran porque ya me esperaba que dijeran algo así. Nos investigaron muy bien.
—¿Con quiénes tengo el gusto de hablar? —pregunto, mi tono cargado de sarcasmo.
Los ojos rasgados del hombre se estrechan en mi dirección.
—Somos los elegidos y te exigimos que entregues a la druida.
La tensión en el aire se expande y la rabia me hace avanzar a él. Ashton pone una mano en mi hombro para calmarme. ¿Cómo pueden venir aquí y exigir que entregue a Arianne? Pobres crédulos. Ni muerto permitiría que algo así suceda. Soy su protector.
—Explícame por qué razón te entregaría a mi novia —Mis fosas nasales se ensanchan —. Que sea una excelente razón o demoleré tu cara a golpes por hablar de ella.
Sin emoción, el sujeto me mira durante unos segundos más mientras la ira respira en mi nuca.
—Hemos sido privilegiados para ver el más allá y tener un momento con aquellos que perdimos. Somos los elegidos del Supremo.
La respiración se contiene en mis pulmones y mi cuerpo se queda quieto. Lo hace sonar simple, como si fuera un día dónde vas a comer brownies en una repostería. Mi mandíbula está floja con el peso de su afirmación. Reafirmo mi teoría de que necesitan ayuda en muchos aspectos, sobre todo, la terapéutica.
—El más allá —repite Ashton —. ¿Y cómo contribuiría la druida en la causa?
Una mujer escuálida y débil camina con dificultad hacia mí. Sus ojos inyectados de sangre indica que tiene serios problemas con la droga. Apesta a marihuana y las condiciones en que se encuentra es alarmante. Temo que esos huesos se quebrarán en cualquier momento.
—Ella es nuestro pase al otro mundo —Los sollozos me conmoverían si no supiera sus intenciones —. El supremo la quiere a cambio de darnos la paz. ¿No harías cualquier cosa para abrazar por última vez a alguien que amaste desesperadamente y lo perdiste muy rápido? Porque yo sí.
No siento empatía hacia alguien que no tiene respeto hacia la vida de un inocente. Porque Arianne es inocente y nunca pidió nada de esto. ¿Cómo esta mujer es capaz de enfrentarme y tratar e insinuar que la vida de mi compañera no vale nada?
—Me llamaron bestias cuando son peores que yo —digo con ironía —. No sé quién sea el supremo, pero les lavó el cerebro. Busquen ayuda porque no existe un más allá.
La rabia brilla en los ojos del calvo, la naturaleza de su violencia sale a la superficie.
—No insultes nuestras creencias, mocoso. Tú no sabes por las cosas que hemos pasado para estar aquí. No viste el regalo que nos dio el supremo. Un regalo por el que mataríamos, incluso a tu novia la druida.
He tenido suficiente. Mi paciencia se agota.
Mi pecho se expande con rabia, mi codo conecta en su esófago y su nariz. Él se tambalea con las manos en la garganta y sin aire. Pateo sus costillas cuando se derrumba al suelo con un grito silencioso. No saldrá ileso de aquí.
—Ya fue suficiente —Ashton me toma por los hombros —. Cálmate o terminarás en una celda.
El sonido de sirenas suena y una patrulla estaciona. La policía se tardó en llegar, pero no me interesa. Ya le he dado su merecido a este idiota. La mujer frágil ayuda al bastardo que golpeé y me mira con lágrimas en sus ojos.
No lo lamento.
Ellos insultaron la vida de Arianne.
—¡Jefe! ¡Jefe! —El mismo niño de la cámara se acerca con el pecho agitado y asustado —. Registramos todo y no hay nada. Lo mejor será que regresemos.
Atrapado en el alivio, bajo los muros de defensa. Arianne y mis hermanos están bien.
—¿Registraron todo? —gruñe el calvo con sangre en su nariz —. El supremo advirtió que no vayamos sin ella.
—Sin huellas jefe.
A la mujer le toma mucho esfuerzo encontrar su chillona voz.
—¡Regresen a la camioneta! ¡¡Corran!! ¡¡Corran todos!!
El grupo se dispersa alterado y luchan contra la policía que los captura uno por uno. Ashton y yo no tenemos nada que ocultar así que observamos el escándalo. Fueron ellos quienes merodearon por días el hotel como acosadores.
Nosotros somos las víctimas.
No me interesa qué sucede con ellos. Ahora solo quiero llegar a Arianne. Necesito llegar a mi chica.
🌙
Arianne
Despierto cuando siento manos tocándome y mi corazón se dispara varios latidos. Mi cabeza palpita con la fuerza de mil trenes. Aprieto los dientes para evitar el vómito que amenaza con subir a mi adolorida garganta. Incluso si quiero luchar es inútil.
¿Axel? ¿Andrew? ¿Dónde estoy?
Abro mis ojos lentamente y distingo dos presencias desconocidas mirándome. Trato de mover las manos y los pies, pero no reaccionan. Mi brazo está herido y cintas me sujetan a una mesa clínica. ¿Qué demonios?
—¿Qué están haciéndome? —Mi garganta está seca como una lija —. ¿Quiénes son ustedes?
Escucho una risa cruel en el fondo de la habitación. Yo reconozco esa risa.
—Es un placer verte nuevamente, Arianne. Me costó mucho atraparte —Suena fastidiado —. Los Karlsson siempre metiéndose en mis planes.
Su voz... Estoy tan débil que mi visión borrosa lucha para mantenerse abiertos. El sudor humedece mi nuca, deslizándose a mis pechos.
—Le sugiero que me deje ir —escupo, enojada —. Si es inteligente lo hará o quemaré cada parte de su repugnante cuerpo.
La risa se convierte en una carcajada.
—Escúchame, druida o loba, no sé qué término prefieras —Se burla —. Tienes drogas dentro de ti y mantiene tu ritmo cardíaco casi muerto. No puedes usar tus poderes y tu lobo no va a encontrarte. Estás bajo mi merced y recomiendo que te comportes o ya no seré amable.
—¿Qué quiere de mí?
Pretendo moverme, pero una corriente eléctrica me empuja hacia atrás y grito. Mis pulmones desuellan por el dolor que me apuñala el pecho, mis ojos llorosos miran la figura que se burla de mí. Ese bastardo...
—Si haces otro movimiento, será aún más doloroso.
El terror llena mis entrañas como pirañas y jadeo cuando sale de las sombras. Acomoda su elegante corbata mientras su mirada me atraviesa. Luce tan malicioso y depravado. Es el monstruo que mató a mi hermano.
Es él.
—Tú...
—Muchos me conocen como el supremo, pero tú puedes llamarme Aulus Persson.
🌙
Asher
La desesperación forma un hueco en mi pecho. Exprime mi capacidad de respirar y el terror invade hasta mis huesos. Mi mundo se derrumba cuando veo a mis hermanos regresar al hotel sin ella y heridos.
Secuestraron a Arianne.
El sabor del miedo se aloja en mi boca y no poder sentirla me lleva a la absoluta locura.
Tengo que encontrarla.
Necesito encontrarla.
¿Cómo pude ser tan idiota y descuidarme? Me esperaba más Persson, vampiros, incluso brujas poseídas, ¿pero humanos?
Intenté rastrearla a través de la conexión, pero fue imposible. Está demasiado lejos de mi alcance. Tampoco siento sus emociones o algún indicio de que se encuentra bien.
Nada.
Simplemente nada.
Mis terminaciones nerviosas están al punto límite y cierro los párpados con fuerza. Llamo su nombre por medio del lazo y solo escucho el silencio. La culpa me magulla el corazón como un vidrio rebanándome. ¿Está sufriendo? ¿La lastimaron? Soy un imbécil.
Ella era mi responsabilidad.
Solo mía.
—¿Sabes por qué los licántropos marcan a sus compañeras el primer día que se ven? —pregunta Josh —. Para evitar situaciones como estas. Ya es difícil encontrarlas y perderlas sin tener idea dónde están es una tortura.
La pena es un feo sentimiento, pero no me sentiré mal por no marcar a Arianne. Sucederá cuando ella esté lista.
—La encontraré.
Josh se ríe.
—¿Cómo? Chicago es una ciudad con millones de habitantes —gruñe —. Aunque hay posibilidades de que la trasladaran en otro país. Fueron rápidos y apenas notaste que secuestraron a tu compañera. ¿Era muy difícil llevarla tú mismo al aeropuerto?
Recibo su ataque porque fui el estúpido más grande del planeta. Era consciente de cuantos monstruos esperan un paso equivocado de mi parte y les di el gusto. Tienen a mi chica y me desespera no saber qué sucede con ella
—¿Pueden parar con las peleas absurdas? No solucionamos nada —manifiesta Ashton —. Pierden el tiempo discutiendo como neandertales cuando deberían buscar a Arianne de una vez. Trabajar en equipo nos hará rápidos.
—Rueguen para que sea encontrada en perfectas condiciones. No tienen idea de cuán peligroso es esto —Josh exhala con los hombros caídos por la frustración —. Este caso me suena muy familiar. En los años 90' aparecieron pilas de cuerpos sin en una vieja fábrica de textiles. Cincuenta personas se suicidaron porque estaban convencidas de que irían al más allá.
—Antes habían sido vistos con un predicador que los convencía de que era real —espeta Ashton —. Dicen que él los incentivó a suicidarse para ir al más allá y después sirvieron como sacrificio al mismísimo diablo.
El padre de Arianne asiente.
—Es muy fácil tomar ventajas de corazones frágiles —murmura Josh, completamente agotado —. ¿Saben quién necesita sacrificios para alimentarse?
Mis entrañas se bloquean por el miedo y la conmoción.
—Abigail —susurro.
La cara de Josh se vuelve roja y aprieta los labios. Andrew y Axel están serios por primera vez en mucho tiempo.
—Buscaré por mi cuenta —espeta Josh —. Llámenme si aparecen.
Entonces él se ha ido, cerrando la puerta de un portazo. Genial. Mi suegro me odia.
—Investigué a esos bichos raros —dice Ashton —. Busqué en Google y no fue muy difícil contactarlos.
Me siento en el sofá con la cara entre mis manos. La angustia me araña el pecho con la ansiedad. Necesito sentirla.
—¿Están muy lejos? —pregunto.
—A veinte minutos de aquí. Se reúnen en una iglesia llamada Inmaculada.
—Perfecto —Me pongo de pie y miro a cada uno —. Debemos irnos ahora mismo.
—Tu suegro va a castrarte si no la encontramos —comenta Andrew.
Espero que lo haga. Ya es suficiente lidiar con la tortura de haber cometido un error tan grave como descuidar a mi compañera que es perseguida hasta por demonios. No me lo perdonaré.
—No le cuenten nada a nuestros padres —ordeno —. Tienen suficientes preocupaciones en el pueblo y querrán venir.
Axel se frota la cabeza.
—Uh... creo que ya lo hice.
Entrecierro los ojos en su dirección.
—¿Crees?
—Él llamó y no podía mentirle —explica —. Sonaba realmente angustiado.
Chasqueo la lengua y lo señalo con un dedo.
—Asegúrate de que no hagan estupideces como venir aquí. Lo resolveremos juntos.
Axel suspira.
—Cómo quieras, hombre.
—Bien, todos a la camioneta —ordeno —. Y esta vez no sientan lástima por nadie porque ellos no tendrán la misma compasión. ¿He sido claro? Recuperar a Arianne es lo único que importa.
Mis hermanos asienten y caminamos hacia la puerta. La adrenalina aumenta en mi sangre, difundiéndose a través de mis músculos tensos, invadiendo cada poro. Mi lobo está ansioso de sangre, ansioso de recuperar a Arianne. Tengo que encontrarla.
Y no me importará matar a cualquier basura con tal de recuperarla.
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