Capítulo 20 🌙
Arianne
Mi respiración abandona mi cuerpo como la fuerza de un tsunami y el torrente de lágrimas arden en mis ojos. La sal en ellos pica mis mejillas mientras Asher es el soporte para mantenerme de pie. Soy incapaz de manejar esto, soy incapaz de hablar. Estoy tan aterrada que podría hiperventilar.
Ese monstruo no es mi madre. Alguien más está dentro de su cuerpo. ¿Pero quién?
Mirando una vez más sus ojos, me doy cuenta que existe la posibilidad de que nunca más vuelva a verla. Me aferro a este sentimiento de dolor y malestar en mi interior que amenaza con destrozarme. Mi pecho palpita por la fuerza de mis sollozos y un ruido de impotencia rasga mi garganta.
Estoy desecha.
—¿Quién eres? —exijo, encorvando los hombros —. ¿Qué le has hecho a mi madre?
Observo como sus ojos se oscurecen. La expresión que hay en ellos de repente me pone muy nerviosa. Las venas verdosas sobresalen en sus sienes y me asusta que sus vasos sanguíneos estallen. Está poseída.
¿Es ella?
—Mírate, tan desafiante —Una carcajada retumba en la habitación, pero no puedo escuchar la voz de mamá —. Sabía que serías mucho más fuerte —Inhala con deleite —. Y tu poder es... apetitoso, querida. Estaba ansiosa de conocerte.
Los brazos de Asher me sostienen como grilletes cuando me muevo. La conmoción y el miedo me retuercen el pecho. Siento unas garras en mi corazón, descuartizándome miembro por miembro. ¿Dónde está mi mamá? No es la mujer que me preparó un pastel hace semanas ni la que ama a Elvis Presley.
Es un demonio.
Un demonio se apoderó de su cuerpo.
—¡¿Quién eres?! —repito, mi voz es un grito iracundo —. ¡¿Qué le hiciste a mi madre?!
Con la oscuridad en sus ojos, acecha lentamente hacia mí mientras se mantiene suspendida en el aire. Su cuello traquetea cuando inclina la cabeza a un lado y su lengua está partida por la mitad como el de una serpiente.
Me aterra.
Ella me aterra.
—¿No te habló de mí? Qué lástima —Hace un mohín decepcionante —. Pensé que lo haría el día que me llevé a tu hermanito.
La atmósfera empeora y mi odio se alimenta desde lo más profundo de mi ser. Ella se llevó a mi hermano. Un grito rabioso brota de mi boca y las ventanas emiten un pitido cuando los vidrios explotan. Las llamas serpentean en mis palmas como olas furiosas. No reprimiré nada, la quemaré viva.
Asher y sus hermanos me miran impactados. Están sorprendidos y asustados por mi reacción.
—Ahí está el poder que ella tanto quería reprimir —Se burla el demonio —. ¿No es precioso, Arianne? ¿Sientes la energía que te mantiene viva? Solo disfruta lo invencible que eres. Una druida y licántropo con sangre de demonio. Mi mayor orgullo.
Las chispas suben por mis brazos y mi cabello. No ardo, pero ella sí. La haré arder.
—¡Mataste a mi hermano! —gruño con los dientes rechinantes —. ¡Y poseíste a mi madre! ¡¿Quién eres?!
Empuja aire a través de sus dientes como un siseo y vuelve a reír. Asher me aprieta el hombro recordándome que sigue aquí con sus hermanos.
—Saquemos nuestros culos de aquí —dice Andrew con la voz temblorosa.
—Creo que me haré pis encima —añade Axel.
Ashton los regaña, pero no escucho. Miro al demonio que se apoderó de mi madre y me ha robado la felicidad. Este monstruo es la causante de mi ruina. Ella es el principio de todas mis desgracias.
—Tu madre siempre quiso protegerte de mí, pero fracasó —Se rasca el brazo con sus largas uñas que generan sangre en la piel. La vista me incomoda y provoca dolor —. Ella se empeñó en ocultar tu potencial y dormir tus habilidades. ¡Mírate! Los humanos se arrodillarán ante ti y los dioses te temen. Perteneces a mi lado, querida.
La rabia me hace dar un paso cerca con dos esferas de fuego en mis manos. Una parte de mí quiere esconderse en el armario y llorar como niña pequeña mientras me lamento de la vida que me tocó. Mi cerebro grita que corra, pero ya no tengo nada que perder.
Ella me arrebató todo.
Y haré lo mismo.
—No me llames querida, monstruo repugnante—escupo —. Te mataré y te haré sangrar. Pagarás por haberme quitado a mi familia. Pagarás cada lágrima que he derramado. Lo juro por mi vida.
Su expresión se vuelve dura y cruel. Una mueca de decepción acentúa sus labios muertos.
—¿Te atreves a desafiarme?
—¿Te atreves a detenerme? —contraataco.
Le lanzo una esfera de fuego en la cara, pero se apaga antes de que llegue más lejos. Al ver que sus ojos inyectados en sangre se dirigen a Asher, me arrepiento de inmediato. Mi compañero libera un grito perturbador mientras se derrumba al suelo de rodillas. Cómo si no fuera suficiente, me siento de la misma forma y me desenfoco.
Siento su dolor, cada golpe y los crujidos de sus huesos cuando se rompen. Mi mundo se ha convertido solo en dolor. Apago las llamas y mi boca se abre como el de un pez fuera del agua. Me falta el aire.
—Para... —jadeo con los ojos inundados de lágrimas —. ¡Dije que pares! ¡¿Qué demonios quieres de mí?!
Los hermanos de Asher se preparan para el cambio, pero levanto la mano deteniéndolos. No quiero que nadie más salga herido.
—A estas alturas deberías saber lo que quiero, mi niña —sonríe el demonio —. Quiero tanto de ti y no voy a parar hasta quitarte todo. Incluso esa hermosa alma que tu madre luchaba por conservar. Ella creía que eres pura e inocente. Se revolcaría si viera la misma oscuridad que percibo en ti.
¿Creía?
Asher vuelve a gritar y me arrastro a él para ayudarlo. Sostiene sus costillas mientras el resto de sus huesos se quiebran. Gotas de sudor por el dolor humedecen su frente y jadea con los ojos cerrados. ¿Cómo puede soportar tanto?
—¡¡Basta!! —espeto y observo al demonio —. ¡¡Ya basta, por favor!!
Con un movimiento de mi muñeca, un trozo de vidrio vuela y la apuñala en el estómago. Mi pulso aumenta y mis venas se inflaman con el sentimiento de venganza. Puede que sea el cuerpo de mi madre, pero no es ella.
Mamá jamás me lastimaría.
El demonio por un instante pierde el soporte que la mantiene al aire. La sangre se escurre de su nariz y un extraño líquido nauseabundo sale de sus labios. Su boca tartamudea mientras grita con ira porque se debilita.
Mi madre está luchando contra ella.
—Lucha, pelea y niega lo que eres. Nunca podrás vencerme, niña —Su voz es brusca y severa —. Nada ni nadie impedirá que tome lo que me pertenece. Tú me perteneces.
Entonces con la misma rapidez su presencia desaparece y el cuerpo de mi madre cae al suelo en un estruendo. Me congelo, mi pecho encogiéndose hasta que siento que va a terminar con mi poca cordura. Corro hacia ella justo cuando sus ojos se cierran lentamente y presiono la herida en su estómago.
No expulsa sangre roja.
Es negra.
Con el corazón en la boca, entro en pánico al ver su estado. Mamá sostiene mi mano mientras balbucea incoherencias y llora en silencio.
—Voy a curarte, mamá. Aguanta, aguanta —Lloro —. Por favor, aguanta.
Escupe un gran flujo de sangre cuando Asher y sus hermanos se unen a mi lado.
—Arianne... —dice Asher con voz gruesa —. Ella...
—¡No! —Lo interrumpo —. Ella no va a morirse porque voy a curarla. Soy una druida, puedo sanarla. Voy sanarla.
Toco su cuerpo, cualquier huella con rastros de sangre, pero mamá poco a poco se vuelve más fría. Escupe sangre negra y una lágrima rueda por su mejilla. Un ruido de impotencia surge de mi garganta. Voy a perderla y no podré hacer nada. ¿Por qué carajos mis poderes no funcionan?
—Luché, te juro que luché, cariño —tose de nuevo con una sonrisa triste —. Luché tanto, pero no fue suficiente.
Mi pecho tiembla con la fuerza de mis sollozos mientras la abrazo. No importa lo que sucedió hace semanas. No importa si peleamos y sentí que la odiaba. No importa nada excepto que se recupere. Ella debe recuperarse, no puede abandonarme.
No puede...
—Shh... todo estará bien —La consuelo con un hipo —. Estoy aquí, mamá. Lo siento tanto, nunca debí irme.
El gorgojeo que expulsa me indica que perderá la lucha y grito a todo pulmón. El sufrimiento me consume y dudo que sobreviva. No sobreviviré. Sus ojos cansados pasan de Asher a mí. Luego sonríe dulcemente.
—Nada de esto es tu culpa, cielo. Sé feliz, sé feliz...
Las lágrimas me ciegan cuando su cabeza cae a un lugar dónde no puede verme y sus ojos abiertos no parpadean. Me fijo en sus latidos, pero no tiene. No puedo sentir ni un signo de vida. Nada. Está fría. Tan fría.
—Bonita, por favor...
—¡No! —mi energía empuja a Asher y abrazo a mamá —. ¡Debemos hacer algo! ¡Tiene que haber una forma de salvarla! ¡Muévanla, maldita sea! ¡Necesita ir a un hospital!
—Ella...
Me niego a escuchar.
Bajo la cabeza al pecho de mi madre con la esperanza de escuchar sus latidos. Paso los dedos por su cabello, trato de reanimarla, pero es inútil. Todo es inútil. No tengo idea de cuánto tiempo permanezco así. Solo sé que estoy destruida y apenas puedo mantenerme con vida. Mi cabeza palpita tan fuerte como mi desgarrado corazón.
Alguien abraza mi espalda y besa la coronilla de mi cabeza.
—Lo siento, corazón —susurra Andrew.
Mi corazón deja de martillar, mis gritos se vuelven silenciosos y lloro tanto hasta que me quedo muda.
La he perdido.
Perdí a mamá.
🌙
Durante los próximos tres días permanezco encerrada en mi habitación, mirando hacia la nada. Asher estuvo a mi lado, dándome consuelo y sosteniéndome en las noches cuando mis pesadillas decidieron regresar. La tristeza hace añicos mi alma y me pregunto cómo seguiré adelante partir de ahora.
No avisamos a la policía sobre lo sucedido. ¿Qué sentido tendría? Detrás de la muerte de mamá hay una explicación sobrenatural que nadie creería. Fue poseída por un demonio que está empeñada en lastimarme y murió protegiéndome.
Durante tres días lloré, grité y me deprimí. Pasé la misma etapa de dolor de hace cinco años cuando perdí a Theo. Sé que nada de eso revivirá a mi familia, pero estoy tan rota. Hoy decidí levantarme para seguir luchando y hacer pagar a los culpables.
«No te des por vencida. Levántate»
No me rendiré ahora y tampoco le daré satisfacción a ese monstruo. Empezaré de nuevo y enfrentaré al mundo. Tengo que hacer una elección: hundirme en mi miseria o continuar.
Y yo elijo continuar.
Theo.
Mi madre.
¿Quién será el próximo en la lista?
Mis ojos se dirigen a Asher y me estremezco de miedo. Me aterra la idea de perderlo a él también. Beso su mejilla y salgo de la cama con cuidado de no despertarlo. Me las arreglo para tragar la espesa bola de dolor que se ha formado en mi garganta cuando percibo que estoy en mi antigua habitación. Mis pensamientos me atormentan y la ira es incontenible. Un odio venenoso me absorbe.
"A estas alturas deberías saber lo que quiero, mi niña. Quiero tanto de ti y no voy a parar hasta quitarte todo. Incluso esa hermosa alma que tu madre luchaba por conservar"
Siento odio.
El tipo de odio que consume cualquier otra emoción.
Tanto odio.
El odio se convierte en un feo sentimiento que se niega a apagar. Es una llama muy viva que incendia un nuevo propósito:
Venganza.
Nunca una palabra me ha parecido tan dulce como ahora.
🌙
Camino descalza por la silenciosa casa, mis dedos tocan las paredes y los muebles. La imagino a mamá acompañándome en los pasillos e incitándome a bailar. Recuerdo su sonrisa, esos ojos verdes que se apagaron cuando murió Theo. La recuerdo como una mujer que luchó hasta el final. Porque fue una guerrera y hoy entiendo sus razones más que nunca.
Solo quiso protegerme de ella.
Mantuvo dormida mis poderes por ella.
Tiemblo al recordarla, mi cuerpo debilitado bajo el peso de una dolorosa comprensión: ella mató a Theo por sus poderes.
Y quiere hacer lo mismo conmigo.
Las lágrimas pican en mis párpados y caen por mis mejillas calientes. La culpa se convierte en mi propio infierno personal. ¿Qué hubiera pasado si nunca decidiera ir a New Hope? Mamá seguiría con vida y el demonio no tomaría posesión de su cuerpo. ¿Cuánto de mi desesperación por respuestas contribuyó a su muerte? Permití que el demonio entrara a nuestra casa. ¿Sería diferente si hubiese sido paciente y no la presionaba? Su final fue mi culpa y tengo que vivir con ello.
Ahogo un sollozo en mi palma y me sobresalto cuando siento una mano sobre mi hombro. Ashton Karlsson me mira con compasión y mi corazón se estruja. El dolor en su rostro refleja el mío. No pensé que alguna vez tendría su empatía.
—Sé que no hemos hablado mucho desde que nos conocimos, pero tienes mi apoyo —murmura —. Estoy aquí si necesitas algo.
Sus palabras me toman por sorpresa, pero no como su abrazo. Ashton me jala hacia él y me envuelve con sus brazos. Mi cuerpo se convierte en gelatina por su muestra de afecto y cierro los ojos.
—Gracias —digo —. Significa mucho para mí.
Él se aparta y me observa con una cálida sonrisa.
—Tu padre estará aquí pronto —informa y me tenso —. Quiere estar presente en el entierro de tu madre.
Temblando de rabia, aprieto los puños a mis costados. Tarde. Llegó jodidamente tarde.
—No quiero verlo aquí.
Ashton suelta un suspiro.
—Tu madre guardaba muchos secretos y ahora ya no está. Josh es el único que puede darte respuestas. Él la conocía mejor que nadie.
Tiene un punto.
Mamá siguió amando a mi padre a pesar de los años y jamás lo olvidó. Ella querría que él estuviera presente y me conociera. Sé que sí. No me dio muchos detalles de cómo fue la relación de ambos, pero tenía fe en Josh Laroux.
Y ha llegado la hora de conocerlo.
—Está bien —musito —. Lo esperaré.
Trato de pasar por su lado, pero toma mi brazo, deteniéndome. Nos miramos fijamente. Ashton luce tímido cuando deja un sobre en la palma de mi mano.
—Lo encontré en la habitación de tu madre. Es para ti, Arianne.
—¿Lo leíste?
Parpadea lentamente.
—No —afirma y suena ofendido —. No me corresponde a mí leerlo.
—Gracias.
—No estás sola —Me ofrece asentimiento antes de retirarse.
Seco las lágrimas con la manga de mi suéter y abro el sobre con manos temblorosas. Hay una nota muy vieja dentro y también una carta. Es como si mi madre supiera que su muerte llegaría. Sollozos silenciosos, pero potentes me sacuden cuando leo la primera línea:
En 1787 una mujer fue quemada en la hoguera. Los habitantes aseguraron que era una bruja y responsable de la desaparición de niños inocentes. Abigail Sanders, la maldición de New Hope.
A medida que leo, más me estremezco a causa del pánico, consciente de que son revelaciones muy importantes. ¿Bruja? ¿Asesinato de niños? Otra lágrima gotea sobre la hoja cuando paso a la carta mientras mi cuerpo se mece en oleadas de temblores. Reconozco la letra de mi madre. Es su letra.
Mi hermosa y adorada Arianne...
Si estás leyendo esto es porque ya no estoy a tu lado y te he fallado. Me costó mucho encontrar las palabras correctas para decirte cuanto lo siento por mentirte durante años. Solo quería protegerte y esa era la forma. Lamento haberme equivocado.
Sé que estás haciéndote miles de preguntas y espero poder responderte algunas en esta carta. Desde hace años no he tenido control de mi cuerpo, mucho menos de mi mente. No era yo cuando fuimos a New Hope. He luchado, pero no fue suficiente. Mi magia es insignificante en comparación a la de mi madre.
Soy hija de Abigaíl Sanders.
Cubro mi boca con una mano, sintiéndome impactada. ¿La bruja que mencionan en la noticia? Me obligo a mí misma a recobrar la compostura y continúo leyendo la carta:
Cuando fuimos ese día al bosque fue porque ella tomó posesión de mi cuerpo. Quería robarse el alma de mis hijos, pero el plan ha fracasado. Lograron llevarse a Theo, pero a ti no, cariño. Me usaron para obtener lo que querían.
Ella y su fiel servidor, Aulus Persson.
He vivido con esta culpa y vergüenza durante años. Si Theodore está muerto es mi responsabilidad. La magia de Abigaíl se ha vuelto oscura debido a su ambición. Se volvió en contra de la naturaleza y ahora quiere encontrar un lugar en el mundo.
Hay tantas cosas que deberías saber y me hubiera gustado tener más tiempo juntas. Siempre quise protegerlos, por eso nunca te dije quién eres realmente. Pensé que, si permanecías ignorante a todo sería lo mejor. Siento no ser lo que necesitabas, siento mucho no haber creído en tu potencial.
Tu padre tenía razón cuando me dijo que nunca debí reprimirte, pero sí enseñarte. Ya es tarde para arrepentimientos. Sé que me harás sentir muy orgullosa una vez que desates la verdadera magia que hay en ti.
Eres una Laroux Lane, la mezcla de una druida y un licántropo. La híbrida más poderosa en este mundo. Dentro de ti hay alguien que va cuidarte y ahora que estoy muerta podrás liberarla. Escucha a la luna, no le temas.
En cuanto a la magia que posees, es más grande de lo que crees. Eres fuerte y valiente. No estás sola, cariño. Sé que nunca te hablé sobre tu padre, pero él es un gran hombre. Me gustaría que le dieras una oportunidad. Te amo y espero que algún día me perdones.
Siempre estaré contigo a donde sea que vayas.
Con amor.
Mamá.
Las lágrimas no quieren detenerse y aprieto la carta contra mi pecho. Es mucha información que procesar. Mamá está diciéndome que fue poseída por una bruja cuando fuimos al pueblo y mataron a mi hermano para robar su alma. Cuando mencionó que me cuidara de "ella" se refería a Abigail. La bruja que murió quemada en la hoguera de New Hope.
Me pongo de rodillas y presiono la cara entre mis manos. Estoy deshecha. Soy descendiente de una bruja que poseyó el cuerpo de mi madre. El demonio que vi hace tres días es mi abuela.
Ella tiene mi sangre.
Soy nieta de Abigail Sanders.
La bruja que mató a mi hermano y ahora quiere mi alma también.
Tengo sangre de demonio en mis venas.
Corro al baño y vacío mi estómago. Mis palmas están húmedas mientras me apoyo contra los azulejos y proceso las palabras de mamá. Aulus fue cómplice de Abigail. Mató a Theo ese día y lo entregó a su señora para que se alimente de su alma.
Mi hermano fue devorado por una bruja.
Una parte de mí se apaga mientras me coloco bajo la ducha y lloro mis frustraciones. Hace tres días vi como cubrieron el cuerpo de mi madre con unas sábanas y fue llevada a la morgue. Hoy es su funeral.
Me despediré de ella para siempre.
La cara de Asher en mi campo de visión me trae de vuelta cuando me abraza y permanecemos juntos bajo la ducha con nuestras ropas. Cierro los ojos y me apoyo pesadamente contra él. Todo se asienta de nuevo como unos crueles azotes en mi espalda, una cruda llaga que no sanará.
No importa cuánto tiempo pase.
No podré olvidar.
—Abigail es mi abuela —sollozo en su pecho —. Esa maldita bruja es mi abuela.
Asher me acaricia el cabello mojado.
—Shh... lo siento mucho, amor. Lo siento tanto.
Lloro y lloro mientras él me promete que nunca me dejará sola. Lloro tanto que me desmayo en sus brazos.
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