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Capítulo 19 🌙

Arianne

Me remuevo en la cama y miro al chico que duerme a mi lado. El cuerpo de Asher me cubre como una manta y su calor me sumerge a la tranquilidad. Me encanta esta paz después de lo que hemos compartido anoche. Me besó tanto que mis labios están agrietados y mi estómago revuelto por las mariposas. Estoy muy contenta, pero tengo miedo de que mi felicidad no dure mucho. Siempre es opacada por los malos momentos. Odio no poder disfrutar de esta etapa porque me preocupa lo que podría suceder si me descuido. Nunca estaré a salvo a menos que termine con los obstáculos.

La inquietud no me permite dormir así que me levanto con cuidado de no despertar a Asher y verifico mi celular por millonésima vez. Mamá no respondió ninguna llamada. El sudor frío, inducido por el miedo, se escurre por mi espalda. Ya no puedo seguir con esta incertidumbre, hoy tenemos que llegar junto a ella como sea.

Me acerco a las ventanas y aparto las cortinas aliviada de que el clima sea favorable. Ashton conducirá sin excusas. Un par de brazos se cierran alrededor de mi cintura y una cabeza descansa en mi hombro.

—¿Qué haces despierta tan temprano? —pregunta Asher.

—No puedo dormir —musito —. Quiero robarle la camioneta a Ashton y conducir hasta Chicago sin descanso.

—¿La llamaste nuevamente?

—Lo hice, pero nunca responde. Algo anda mal.

Nos miramos el uno al otro sin decir nada. Me abrazo a mí misma sintiendo esta horrible corazonada.

—Nos pondremos en marcha —espeta —. ¿Tienes hambre? Comeremos algo en el camino.

—Sí, pero sin perder más tiempo, por favor.

Sus ojos avellana lucen más claros esta mañana. Los rayos del sol acarician su cabello oscuro, resaltando las hebras castañas escondidas entre el negro. Mis hombros se relajan ante la increíble vista. ¿A quién le importa el amanecer? La belleza de este hombre de pie delante de mí, con el torso desnudo y perfectos tatuajes es suficiente para mí.

—De acuerdo, nos iremos ahora.

Camino hacia él, resistiendo la urgencia de rodear mis brazos alrededor de su cálido cuerpo. En cambio, mis dedos encuentran los suyos y los entrelazo.

—Gracias por tanto —Le sonrío.

Sus dedos rozan mi mejilla.

—Estoy aquí, fui hecho para estar a tu lado.

🌙

—Apestan a licántropos en celo —comenta Axel cuando nos encontramos con los demás a la mañana siguiente.

Resulta que hay un restaurante mexicano cerca del hotel y Andrew imploró que nos detengamos a comer ahí. ¿Quién soy yo para rechazar la buena comida? Lo malo es que soportaré sus comentarios fuera de lugar.

—Vuelve a hablar y te patearé el culo —amenaza Asher.

Axel da un paso hacia atrás y finge que sus labios están sellados. Me río por la tonta escena, agradecida porque respetan a su hermano mayor.

—Quiero comer nachos —exige Andrew a medida que nos acercamos al restaurante —. Con mucha salsa.

La mañana está fresca y las calles concurridas. El cielo se ha despejado, dando paso al sol. No puedo esperar para abrazar a mamá y disculparme por irme repentinamente. Ambas nos equivocamos y estoy dispuesta a poner de mi parte para solucionarlo. Si trabajamos juntas, encontraremos el cuerpo de Theo.

—Creí que eran carnívoros —comento.

Ashton suena irritado cuando dice:

—¿Piensas que solo comemos carnes?

Por su tono de voz, es evidente que lo he insultado.

—No lo sé, supongo que sí. Son lobos.

Sus ojos azules son dos zafiros helados mientras me mira. Apagados, sin vida, aburrido de tener una conversación conmigo.

—Eso es lo más patético que has dicho. También somos humanos, la única diferencia...

—Es que pueden cambiar —Le interrumpo —. Ya lo sé, cariño. Relájate.

Luce como si quisiera atar un ladrillo a mi tobillo y luego lanzarme a un océano. Me pregunto cuál es su problema conmigo. ¿Por qué siempre está mirándome? Asher no lo ha notado, pero yo sí. Me asusta.

—No somos solo animales —masculla al borde de la violencia —. También somos humanos y recuerda que eres una de nosotros, bruja.

Mis ojos se agrandan cuando Asher se planta frente a él. Axel y Andrew se mantienen en silencio, mirando la escena con interés. Alguien está de mal humor.

—Cuida la forma que te refieres a ella —Le advierte Asher —. Arianne no necesita lidiar con tu trasero amargado.

—Lo que sea —gruñe, alejándose. Su tono es gutural —. ¿Vendrán sí o no?

Observo congelada como su figura se pierde dentro del restaurante. Bueno, ahora sí pienso que me odia. ¿Qué mal le hice además de olvidar que también son humanos?

—No le des importancia —dice Asher —. Ashton es... complicado. No está acostumbrado a la presencia de otras personas que no sean su familia.

Ya me di cuenta.

—No es tu culpa, estoy bien.

Asiente y seguimos a Ashton dentro del restaurante. El lugar es pintoresco, agradable y animado. El interior está decorado con verde, blanco y rojo. El olor a maíz y salsa de tomate inunda mis fosas nasales. Delicioso. Nos sentamos los cinco en una mesa hasta que llega una camarera.

—¿Qué van a pedir? —pregunta con una libreta en sus manos.

Andrew habla por nosotros:

—Nachos con salsa —sonríe y me mira —. ¿Quieres algo en especial?

Le devuelvo la sonrisa. Andrew es tan atento.

—Lo mismo —musito —. Con mucho queso, por favor.

La camarera anota nuestros pedidos en la libreta.

—Yo quiero tacos —dice Asher.

—Tráiganos una botella de Sprite —agrega Axel.

—A la orden.

La mujer se retira y miro el menú por mera curiosidad. Hay mucha variedad de comida que en el futuro definitivamente voy a probar. La gastronomía mexicana siempre me ha gustado gracias a los tacos. Mamá solía comprarnos una gran porción mientras íbamos a un autocine hace casi diez años. La extraño.

—Hablé con papá —informa Ashton —. Pidió ayuda a las autoridades de otras ciudades. Aulus está siendo buscado en todo el país.

El brazo de Asher rodea mi hombro.

—Simón dijo que secuestraban mujeres para aparearse con ellas. Son hombres atractivos —remarca Asher —. ¿Por qué forzarlas? Podrían conquistar a muchas sin llegar a esos extremos y tener bebés licántropos.

Ashton exhala un suspiro.

—Sé que los Persson están más que jodidos y no me refiero precisamente a que secuestran mujeres o el hecho de que Aulus mató cientos de personas —Se frota la cara con una mano —. Simón le explicó a papá que fueron maldecidos por la diosa luna. Ellos jamás encontrarán a sus compañeras. A menos que logren redimirse.

Bajo mis ojos a la alfombra sin hablar. Asher repitió varias veces la importancia que es tener una compañera, pero no imaginé que a esta magnitud.

—Sin compañeras no hay muchas posibilidades de supervivencia —dice Andrew.

—Exacto. Ellos son libres de aparearse con humanas, pero es muy probable que los bebés que engendren no nazcan con los genes de un licántropo. El linaje de los Persson está al borde de la extinción y eso tiene desesperado a Aulus —prosigue Ashton —. Sé que tuvo hijos con humanas y sobrevivieron aquellos que nacieron con sangre de licántropo.

Axel apoya los codos sobre la mesa.

—¿Qué pasa con aquellos bebés que no cumplieron las expectativas de Aulus? —pregunta él.

La expresión en el rostro de Ashton me pone pálida.

—¿Qué crees tú? —inquiere Ashton.

Muertos...

El pensamiento repugnante me asalta y quiero vomitar. Aulus no tiene empatía por la vida humana. ¿Cuánto más tomará de las personas inocentes? Dioses... sueño todos los días en acabar con él.

Dos camareras llegan con nuestros platos y tazones de salsa. Mis nachos tienen mucho queso como pedí, aunque también se me antoja los tacos de Asher. Soy una muerta de hambre. Axel llena los vasos con Sprite y devoramos la comida en silencio. La anécdota de Ashton nos ha dejado sin palabras. La mesa de dos hermosas morenas a mi izquierda es ruidosa. Sueltan risitas mientras miran en nuestra dirección. ¿Qué les hace gracia? Entrecierro los ojos y concentro mi audición en ellas sin dejar de masticar.

—¿Has visto al de negro y cabello oscuro? Tiene un gran cuerpo que lamería con gusto.

¿El de negro? Están hablando de Asher.

—Está para comérselo con salsa —Se ríe la morena pechugona —. Pero veo que tiene novia, sostiene la mano de esa lagartija. Disimula un momento y mírala.

¿Ellas me han llamado lagartija? Cuando miro a los hermanos están riéndose y mi rostro arde por la cólera. ¿Quién les dijo que es agradable hablar mal de una chica?

—Les demostraré lo que puede hacer esta lagartija —digo a punto de levantarme, pero Asher toma mi mano —. Quemaré sus cabellos.

—Relájate —continúa riéndose —. Son un par de bobas y a mí me encantan las lagartijas.

¿Se supone que es un halago? Al mirar el júbilo en sus ojos y su hermosa sonrisa, mi enojo se disipa. Me siento en su regazo para molestar a las tontas.

—A mí me encantan los lobitos —bromeo, dándole un beso corto. Amo la sensación de su áspera barba en mis mejillas.

Nos apartamos cuando Andrew aplaude y Axel se burla de nosotros. Ashton sigue en la misma posición aburrida sin mirarnos.

—¿Qué se siente tener sexo con tu compañera? —pregunta Andrew —. ¿Saltan chispas en el aire como dijo mamá?

¿Qué...?

—No tuvimos sexo —aclaro rápidamente —. No aún.

Ante mi respuesta, Asher sonríe.

—Ya lo ha dicho. Aún.

Ruedo los ojos y tomo un nacho mezclándolo con queso.

—¿Por qué se toman tanto tiempo? —Axel parece curioso —. Mis padres se aparearon en el momento que se vieron. Fue algo así como sexo desenfrenado, llámalo instinto animal si quieres.

Me atraganto y Asher palmea mi espalda. ¿Por qué estamos hablando de esto?

—¿Puedes usar otro término que no sea aparear? —bufo —. Suena muy crudo, no sé...

—¿Prefieres el término fornicar? —Andrew está divirtiéndose—. ¿O tal vez follar?

Arrugo mi nariz y miro a Asher en busca de ayuda, pero veo que está luchando para no reírse. Idiota.

—Olvídenlo —gruño frustrada y me limito a disfrutar de mis nachos.

Un poco de queso gotea en la comisura de mis labios y uso mi lengua para lamerlo. De reojo, noto de nuevo los ojos azules de Ashton sobre mí. Sus hermanos están muy distraídos en la conversación sobre "follar", y parecen ignorantes al asunto. Cuando percibe que estoy observándolo, aparta la mirada rápidamente. ¿Qué rayos?

—¿Quieres postre? —Me pregunta Asher y parpadeo saliendo de mi aturdimiento.

—¿Disculpa?

—¿Quieres postre? —repite.

—Uh... no, estoy bien. Solo terminemos esto y vámonos.

🌙

Llegamos a casa después del mediodía. Paso la mirada por encima de los árboles que nos rodean. El brillante follaje verde cruje con la brisa y esparce sus hojas en el suelo. Aquí no llega el sol. La cabaña luce sombría mientras contemplo la zona con un escalofrío.

Nunca lo consideré mi hogar a pesar de la insistencia de mamá. Este lugar se siente vacío por culpa de la soledad. ¿Qué tan triste sería pasar tus últimos minutos de vida aquí? No hay nada. Excepto árboles y animales.

—Es lindo —dice Asher sin soltar mi mano.

Una leve sonrisa tira de mis labios y me tenso. Mierda, no le hablé a mamá de él. ¿Qué pensará si supiera que su hija tiene novio? Asher y yo no hicimos nada oficial, pero es el término más cercano que se asemeja a nosotros.

—Nunca me gustó —concedo —. Me recordaba a la cabaña dónde nos hospedamos horas antes de que Theo muriera.

Se aclara la garganta.

—Tiene un aspecto deprimente —murmura Asher.

—Lo sé. Prefiero las ciudades.

Andrew es el primero en acercarse a la puerta.

—No se queden ahí todo el día —Le guiña un ojo a Asher —. Quiero conocer a tu suegra, Asher.

Me ruborizo. Patán.

—Mi madre es una mujer muy desconfiada así que les pediría como favor que no la hagan sentir incómoda. Es un poco... extraña.

—Me amará —asegura Axel —. Todas me aman.

Niego con la cabeza y nos acercamos a la entrada de mi casa. Mi llave se encuentra bajo la alfombra y me agacho para recogerlo. Mis manos tiemblan en el momento que desbloqueo la cerradura. Un silencio sepulcral nos recibe cuando la puerta se abre. Toco el interruptor en la pared y las luces de la sala de estar se encienden.

—¿Mamá? —pregunto.

Frunzo el ceño al ver el piso sucio, muebles polvorientos y la pantalla de la televisión está rota. Hay una rata que come restos de comida en la alfombra y casi vomito. ¿Qué sucedió aquí? Mi madre jamás descuidaría la casa, ella odia la mugre.

—¿Mamá? —insisto.

—Esta mierda da miedo —espeta Andrew.

Aspiro mi aliento y me muevo rápidamente hacia las escaleras. No puedo evitar que mi cuerpo se estremezca de miedo. Inhalo el aire, pero siento que hay algo diferente, algo que no estaba antes. Entonces Asher dice:

—Quédate cerca de mí, Arianne. No te muevas.

Subo las escaleras que conducen a su habitación sin detenerme. Los Karlsson me siguen, pisándome los talones. El miedo cierra mi garganta y las lágrimas se acumulan en los párpados. Me imaginé que sería recibida con sus abrazos y sonrisas. No así.

—Arianne, para... —pide Asher.

—¿Qué demonios está pasando? —pregunta Axel —. Hay algo raro aquí.

Escucharlos hablar hacen que mi miedo se multiplique. Mi corazón golpea contra mis costillas, el pánico recorre mi cuerpo cuando llego a la habitación de mamá. Antes de tocar la puerta, ésta se abre con una ráfaga de viento que nos empuja hacia atrás brutalmente.

Una marea de dolor y pena me golpea las costillas.

—Mierda...

Asher de inmediato sostiene mi brazo.

—Permanece detrás de mí, algo no está bien.

Tomo cortas y rápidas respiraciones mientras me incorporo. Necesito mantenerme centrada, necesito estar calmada, pero el pánico se apodera de mis sentidos. Una parte de mí sabe que algo malo me espera y no estoy lista. Ashton es el primero en ingresar a la habitación y retrocede inmediatamente.

—Carajo...

Unos fuertes brazos me agarran antes de que avance, pero soy fuerte y entro a la habitación. Mis ojos se abren con horror ante la escena delante de mí y siento que algo me desgarra las entrañas. No. No. No.

Mi madre...

Su cuerpo se eleva en el aire como si hubiera sido crucificada y sangre negra sale de su nariz. Algunos objetos de la habitación flotan a su alrededor, las ventanas se abren y se cierran simultáneamente. Estoy congelada en mi lugar con un grito que muere en mi garganta.

No puedo hablar.

La imagen es digna de una película de terror. Tiene puesto una bata blanca que enseña partes de su cuerpo desnudo y su cabello está cubierto de vómito. Sus ojos verdes están inyectados en sangre y sus labios son de color negro. Tan pálida como un cadáver y aterradora como un demonio.

Mis sollozos fuertes y agonizantes la hacen mirarme bruscamente. Entonces sus labios se mueven en una sonrisa malvada que me deja muda y el cuerpo tembloroso. Las lágrimas caen por mis mejillas y mi aliento sale en jadeos. Esto no puede ser real. No puede ser.

Es una pesadilla. Sí, es una pesadilla.

—Bienvenida a casa, Arianne.

🌙

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